Tras fracaso en el Senado, así está la batalla política para dar protección a los dreamers

Republicanos moderados de la Cámara de Representantes confirman la probabilidad de retomar el debate y reconocen que existen “presiones” para llevar al pleno una versión respaldada por la Casa Blanca.

Jorge Cancino
Por:
Jorge Cancino.
Según se desprende del mensaje publicado en su Twitter, el presidente pretende responsabilizar a los demócratas por la falta de acuerdos sobre el futuro de los soñadores.
Video Los dreamers, indignados por un nuevo tuit de Trump sobre DACA

El presidente Donald Trump culpa a los demócratas de la derrota del jueves en el Senado, cuando el pleno rechazó por 60 votos contra 39 un proyecto de ley republicano que contaba con su total respaldo.

“Si los demócratas son realmente serios acerca de DACA, ¡deberían apoyar el proyecto de ley de Grassley!”, escribió al día siguiente el mandatario en su cuenta de la red social Twitter. Pero no dijo nada acerca de los 14 republicanos que votaron en contra de la propuesta patrocinada por los halcones del Partido Republicano.

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El proyecto de ley del senador Grassley no es el único ventilado en el Congreso. Otros cinco planes han sido presentados en ambas cámaras, pero Trump advierte que sólo respalda aquellos patrocinados por el ala ultraconservadora del partido republicano.


La lista de republicanos rebeldes incluye a los senadores John Barroso (Wyoming) Sussan Collins (Maine), Ted Cruz (Texas), Jeff Flake (Arizona), Lisa Murkowski (Alaska), Rand Paul (Kentucky) y Ben Sasse (Nebraska), entre otros.

Tres senadores demócratas que van a la reelección este año respaldaron la iniciativa de Grassley, se trata de Joe Donnelly (Indiana), Heidi Heitkamp (Dakota del Norte) y Joe Manchin (West Virginia). De ellos, Donnelly y Heitkamp compiten en estados donde Trump obtuvo una importante ventaja en la elección presidencial de 2016.

Tampoco fueron mencionados por el presidente en la red social.

Culpan a Trump

Un día después del fracaso del debate en el Senado, Univision Noticias preguntó a demócratas qué harán en los próximos días antes de que se agote el plazo del 5 de marzo fijado por Trump para arreglar el problema de los dreamers. La fecha surgió tras la cancelación de DACA el 5 de septiembre del año pasado.

“Pregúntale al presidente Trump”, respondió una fuente del Congreso que pidió mantener su nombre en reserva. Agregó que “hemos tratado de encontrar una solución bipartidista, pero el presidente Trump y sus asesores antiinmigrantes se interponen en el camino”.

La fuente añadió que la crisis de los dreamers fue creada por Trump “cuando rescindió DACA”. Y seis meses después de la decisión ejecutiva, “su legislación no va para ninguna parte. Él ahora tiene que encontrar la forma de arreglar lo que rompió”, apuntó.

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Guerra de posturas

Tal y como sugirió la fuente demócrata, Univision Noticias le preguntó a la Casa Blanca si, tras la derrota del jueves en el Senado, el presidente insistirá al Congreso a debatir una solución legislativa para los dreamers antes del 5 de marzo, si mantendrá su apoyo al proyecto de ley del Senador Grassley y si todavía queda tiempo para negociar.

La respuesta no tardó en llegar. “El presidente no abandona las esperanzas de que el Congreso apruebe una ley que otorgue un camino hacia la ciudadanía para los beneficiados de DACA y que refuerza la seguridad nacional”, escribió en un correo electrónico Helen Aguirre Ferré, directora de medios hispanos de la Casa Blanca.

Los demócratas no tienen un plan B para enfrentar a Trump nuevamente en el Senado. A pesar de la incertidumbre, esperan que ambos cedan en sus posturas, pero advierten que ellos no aceptarán que el presidente deje fuera de la legalización al resto de indocumentados, entre ellos los padres y familiares de los dreamers.

“Estamos viendo si existe algún modo de proponer otra solución con carácter de urgencia, considerando que se acerca la fecha del 5 de marzo”, indicó.

Republicanos moderados de la Cámara de Representantes confirman la probabilidad de retomar el debate. Y reconocen que existen “presiones” para llevar al pleno el plan patrocinado por el representante Bob Goodlatte (Virginia), quien preside el poderoso comité judicial.

El proyecto es similar a la iniciativa de Grassley en la Cámara Alta.

Presión del senado

La 'esperanza' de Trump se basa en la presión que ejerza el Senado sobre la bancada republicana de la Cámara de Representantes. La estrategia fue revelada por el senador Tom Cotton (republicano por Arkansas) poco después de la votación del jueves.

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"Lo que este debate ha demostrado es cuán poco serios son los demócratas sobre la inmigración ilegal”, dijo el legislador. “Si fueran serios, no habrían cerrado el gobierno en las discusiones sobre DACA solo para rechazar el único proyecto de ley respaldado por el presidente, que habría dado los dreamers beneficiarios del programa la certeza legal que necesitan”.

“Y no habrían presentado una propuesta tan imprudente que no tenía ninguna posibilidad de convertirse en ley. Existe un amplio acuerdo sobre cómo resolver este problema, pero no tendremos éxito a menos que los demócratas pongan fin a esta incesante virtud. Hay que hacer un llamado y comenzar a negociar de buena fe. En este punto, la Cámara debería tomar la iniciativa y aprobar la propuesta de ley Goodlatte-McCaul", indicó Cotton.


Una fuente republicana conocedora de las negociaciones a puertas cerradas en la Cámara Baja dijo que el proyecto citado por Cotton tiene “probabilidades” de ser presentado al pleno y votado. “Luego iría al Comité de Conferencia para ser armonizado con el plan que apruebe la Cámara Alta. Eso es lo que se espera”, apuntó.

Los proyectos

La batalla por la legalización de los dreamers “no finaliza hasta que este juego no termine”, advierte Juan Manuel Guzmán, director de asuntos gubernamentales de United We Dream (UWD), la principal organización de dreamers de Estados Unidos. “Seguiremos luchando hasta el final. No hemos tirado la toalla. Queremos ganar esta guerra”.

La guerra mencionada por Guzmán se resume en seis iniciativas de ley presentadas en ambas cámaras del Congreso:

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  1. Plan Goodlatte
  2. Plan Grassley/Cotton/Perdue
  3. Plan Hurd/Aguilar/McCain/Coons
  4. Plan Grupo de los Seis
  5. Dream Act
  6. Plan del Grupo de los 16


Trump respalda las iniciativas de Goodlatte (en la Cámara de Representantes) y de Grassley, Cotton y Perdue (en el Senado). Los demócratas, en cambio, favorecen los proyectos de ley bipartidista de los representantes Hurd/Aguilar (en la Cámara Baja) y el plan del Grupo de los 16 (en la Cámara alta). Este último obtuvo el jueves 54 votos en el Senado, mientras que el proyecto del senador Grassley apoyado por Trump solo obtuvo 39 respaldos. Catorce republicanos lo rechazaron.

“Por eso pensamos que el plan Goodlatte será aprobado en la Cámara de Representantes, donde los republicanos somos mayoría, y luego será confrontado con la versión que envíe el Senado”, dijo la fuente. “Será el Comité de Conferencia la instancia que convenza al presidente”, aseguró.

Javier Hernández Kistte tiene 27 años y vive en Los Ángeles. Llegó a EEUU desde la Ciudad de México cuando tenía ocho años y se graduó en la Universidad de California en Irvine. Contó a la agencia Reuters que ser beneficiario de DACA le ayudó a trabajar para pagar sus estudios. "Mis padres todavía son indocumentados y como familia luchamos con la ansiedad de que puedan ser deportados en cualquier momento”, agregó.
Hernández Kistte en su lugar de trabajo, una empresa producción de efectos especiales de Los Ángeles. “La ansiedad ha aumentado con la incertidumbre de que mi hermano y yo regresemos a un estatus de indocumentados. No se trata solo de nosotros. Sé que hay personas que están dispuestas a negociar por nuestro derecho a estar aquí, pero que harían de la vida de otros una pesadilla. No quiero eso", concluyó.
Martha Valenzuela tiene 23 años y llegó a los dos años desde Sinaloa, México. Se graduó en la Universidad del Estado de California. Sobre el fin del programa DACA del cual es beneficiaria dijo a Reuters: “Me rompió, es traumático porque he vivido en este país durante 21 años. Todos queremos un camino hacia la ciudadanía, todos queremos protección permanente para nosotros y nuestras familias”.
Valenzuela trabaja en una empresa en Orange, California. “La razón por la que este país nos etiquetó como ‘soñadores’ es porque queremos algo que parece que fuera inalcanzable. Si podemos soñarlo, podemos lograrlo. Se necesitan agallas para soñar y se necesitan agallas para luchar por ello", concluyó Valenzuela.
Bárbara Hernández tiene 26 años, vive en Santa Ana y se graduó en la Universidad Comunitaria de Orange Coast en California. Llegó a EEUU desde la Ciudad de México cuando tenía seis años. Trabajaba como maestra de educación especial hasta que DACA fue derogado por el nuevo gobierno. "Ese fue el trabajo más gratificante y amoroso que he tenido, pero con este gobierno y el fin de DACA estaba muy asustada ”, aseguró la dreamer.
Hernández participa en las protestas en Los Ángeles a favor de una legislación para los dreamers. "Tuve una etapa de pánico y estaba deprimida", agregó. "Me preocupa cómo se sienten los beneficiarios de DACA y su estado mental. Me gustaría ver una protección permanente no solo para nosotros, sino también para los otros 11 millones de inmigrantes sin documentos".
Karla Estrada tiene 26 años, vive en Los Ángeles y es graduada de la Universidad de California. Es asistente legal y se prepara para ingresar a la Escuela de Leyes. Llegó a EEUU desde Morelos, México, cuando tenía cinco años. "DACA siempre ha sido muy problemático y temporal, no es lo ideal. Nos ha dado la libertad de trabajar, legalmente, sin temor a que en tres meses nos despidan porque no tenemos un número de seguridad social”, afirmo la soñadora.
Estrada vive en un apartamento en Los Ángeles y su familia permanece en México. “Tengo que cuidarme en este país, pero también tengo que cuidar de mi mamá, mi papá y mi hermano que están en México. Lo que más me asusta es no poder cuidar a mi familia (…)”, concluyó.
Brian Caballero tiene 25 años y está a punto de graduarse en el Politécnico de California en Pomona. Llegó a Estados Unidos cuando tenía seis años desde Guadalajara, México. Asegura que está preocupado por el fin de DACA: "Me aterroriza que cuando finalmente me gradúe no pueda ser empleado en EEUU”.
Caballero en una clase de laboratorio del último año de la carrera de Ingeniería Eléctrica. “La gran mayoría de las personas indocumentadas vinieron para tener una vida mejor. La mayoría de las personas están aquí igual que yo, tratando de obtener educación para mejorar sus vidas ", concluyó.
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Javier Hernández Kistte tiene 27 años y vive en Los Ángeles. Llegó a EEUU desde la Ciudad de México cuando tenía ocho años y se graduó en la Universidad de California en Irvine. Contó a la agencia Reuters que ser beneficiario de DACA le ayudó a trabajar para pagar sus estudios. "Mis padres todavía son indocumentados y como familia luchamos con la ansiedad de que puedan ser deportados en cualquier momento”, agregó.
Imagen Lucy Nicholson/Reuters
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