Trump contempla el uso de instalaciones militares para detener a indocumentados

El presidente firmó este viernes un memorando en el que ahonda en el fin de la política del 'catch and release'. Pide a su gobierno detallar una lista de instalaciones gubernamentales que puedan ser habilitadas para que ICE aumente su capacidad de detención de inmigrantes y evitar así que sean liberados.

Patricia.jpg
Por:
Patricia Clarembaux.
El fiscal general Jeff Sessions anunció una nueva política de "tolerancia cero", que restringe el intento de ingreso sin documentos y la entrada ilegal a Estados Unidos, pero no especificó medidas concretas. El presidente Donald Trump ordenó acelerar la prohibición del sistema de capturar y liberar (catch and release), práctica que consiste en dejar libres a inmigrantes indocumentados mientras se resuelve su caso en una corte.
Video "Tolerancia cero" y 'capturar y liberar' en el gobierno Trump: ¿cuáles serían sus repercusiones?

El presidente Donald Trump busca instalaciones militares que le permitan aumentar su capacidad para detener a inmigrantes. Trump ordenó este viernes a los departamentos de Seguridad Nacional, Defensa, Justicia y Salud que, en los próximos 45 días, le entreguen una lista con todos los espacios gubernamentales que puedan servir para lograr su objetivo de mantener en prisión a los indocumentados que crucen la frontera.

Desde que asumió el cargo en enero de 2017, Trump ha insistido en eliminar la política conocida como 'catch and release', la práctica consistente en dejar libres a inmigrantes indocumentados que sean detenidos mientras se resuelven sus casos en suelo estadounidense.


El memorando que firmó Trump este viernes busca evitar a toda costa que los menores y adultos detenidos en la frontera tengan la opción de ser liberados dentro del debido proceso migratorio.

PUBLICIDAD

Por eso pide a los cuatro departamentos enlistar "todos los espacios existentes, incluidas instalaciones militares, que puedan ser usadas, modificadas o replanteadas para detener a extranjeros que violen las leyes de inmigración en la frontera o cerca de ella", se lee en el documento. Con esta medida ampliaría la capacidad del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) para disponer de más espacios de detención.

En el mismo memorando, también pide a su gobierno que detalle posibles contrataciones que podrían concretarse para aumentar esa capacidad. Buena parte de las plazas que ICE usa para encarcelar a inmigrantes son gestionadas por empresas privadas.

La Casa Blanca presentó en las últimas semanas un panorama grave en la frontera sur para justificar los planes de Trump. Entre otras cosas, el gobierno considera que los menores que llegan solos al país “están inundando” la región fronteriza debido a las “lagunas de captura y liberación”. Que el memorando se dirija también al Departamento de Salud y Servicios Humanos, a cargo de los niños que cruzan sin adultos, da pistas de las prioridades del gobierno por controlar este tema.

No es la primera vez

Bajo una ley aprobada por el Congreso y promulgada por el entonces presidente George W. Bush en el 2008, los menores migrantes que no son mexicanos, viajan solos y son detenidos por la Patrulla Fronteriza, son objeto de un trato especial.

Los menores deben ser transferidos a un albergue en un plazo de 72 horas después de su arresto y, de ser posible, deben ser puestos bajo la custodia de un familiar mientras comparecen ante un juez de migración.

PUBLICIDAD

En 2014, la grave crisis generada por el incremento en las detenciones de menores inmigrantes que viajan solos forzó al gobierno a abrir tres albergues temporales, precisamente en instalaciones militares.

Fueron habilitados en las bases militares del Fuerte Sill, en Oklahoma; la Base Lackland, en San Antonio, Texas; y en la Base Naval en Ventura, en California.

Durante esta crisis de niños de la frontera, la Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA, por su sigla en inglés) advirtió que el encierro y la falta de acceso a representación legal de los migrantes indocumentados era “preocupante”. Lo consideraban alarmante pues, bajo esas condiciones, los casos de asilo son llevados con rapidez y poco cuidado por cortes que operan con bajos recursos, sin personal ni presupuesto.

“Lógicamente vamos a ver errores. Las personas no tienen un abogado que los represente, no tienen los recursos y no conocen el sistema. La mezcla de todo esto, los resultados que se han visto, son la emisión de órdenes de deportación”, dijo AILA.

Eduardo Olmos, agente fronterizo, camina en la franja que separa a Tijuana de San Diego a la que nadie sin autorización puede entrar.
Unos 2,400 agentes de la Patrulla Fronteriza vigilan en el sector de San Diego, California.
Acceso a la franja entre los dos cercos en la zona de Otay Mesa. Al fondo se observa la valla antigua.
Eduardo Olmos, agente de la Patrulla Fronteriza, recorre el tramo entre dos bardas metálicas en San Diego, un modelo que el gobierno Trump pretende ampliar.
A lo largo de esa franja hay vehículos de la Patrulla Fronteriza estacionados.
El agente fronterizo Eduardo Olmos conduce junto a la colonia Libertad de Tijuana, México.
Según las autoridades, en la colonia Libertad, que se observa al fondo de esta foto, viven traficantes de personas.
La colonia Libertad es considerada como una zona conflictiva, por eso la Patrulla Fronteriza no deja de vigilarla desde su jurisdicción.
En el lado de Tijuana, los asentamientos poblacionales llegan hasta la vieja barda fronteriza.
El agente fronterizo Saúl Rocha habla sobre las medidas de seguridad implementadas en el sector San Diego.
Un vehículo de la Patrulla Fronteriza apostado cerca de la garita de San Ysidro, el cruce fronterizo más activo del mundo.
El agente Eduardo Olmos de cara a Playas de Tijuana.
Una bota vieja cerca de la valla fronteriza que concluye en el Océano Pacífico.
A la izquierda, Playas de Tijuana; a la derecha, un sector de San Diego por donde circula una camioneta de la Patrulla Fronteriza.
El agente Saúl Rocha observa dos países separados por dos cercos fronterizos.
Un cartel publicitario en Tijuana se observa a través del viejo cerco fronterizo de Estados Unidos.
A la estación en San Diego de la Patrulla Fronteriza le toca vigilar 60 millas.
En 2016, la Patrulla Fronteriza arrestó a 31,000 personas en San Diego, esto es 100% menos que hace 30 años.
El descenso de detenciones en ese sector se atribuye al doble cerco, la tecnología y la gran cantidad de agentes.
A medida que han bajado los arrestos en San Diego, estos han subido en Arizona y Texas.
El agente Eduardo Olmos señala la zona cerca del Océano Pacífico donde cada fin de semana se reúnen decenas de familias de inmigrantes.
Un agente fronterizo en cuatrimoto patrulla cerca de la playa de San Diego.
El agente fronterizo Saúl Rocha (derecha) conversa con uno de sus colegas en una zona restringida al público, cerca del mar de California.
Detrás de la valla fronteriza, sobre la cual le escribieron la frase “Dios ama a Estados Unidos”, una familia mexicana posa sonriente.
1 / 24
Eduardo Olmos, agente fronterizo, camina en la franja que separa a Tijuana de San Diego a la que nadie sin autorización puede entrar.
Imagen Isaias Alvarado
En alianza con
civicScienceLogo