Una oleada de inmigrantes en la frontera con México amenaza con superar la crisis de 2014

La Patrulla Fronteriza tiene copadas sus instalaciones. El miedo a nuevas políticas migratorias a partir de enero y el aumento de la violencia en Centroamérica son atribuidas como las principales causas.

Jorge Cancino
Por:
Jorge Cancino.
La Patrulla Fronteriza en Arizona reportó un fin de semana ocupado con rescates de inmigrantes que llamaron a la línea 911.
La Patrulla Fronteriza en Arizona reportó un fin de semana ocupado con rescates de inmigrantes que llamaron a la línea 911.
Imagen Getty Images

El número de inmigrantes centroamericanos detenidos en la frontera con México creció en los últimos tres meses y las autoridades federales temen que supere las cifras de la crisis del 2014, cuando más de 68,000 menores solos fueron arrestados por las autoridades intentando entrar indocumentados a Estados Unidos.

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Una fuente federal consultada por Univision Noticias, que pidió que no fuese revelado su nombre, dijo que las instalaciones de la Patrulla Fronteriza en la frontera de Texas se encontraban “al máximo” y que el flujo es actualmente similar al del 2014, cuando estalló la crisis.

Ese año fueron detenidos 68,541 niños no acompañados y 68,445 unidades familiares, lo que llevó al presidente Barack Obama a pedir al Congreso unos 2,000 millones de dólares para hacer frente a la crisis.

Esas cifras bajaron en 2015, cuando fueron detenidos 39,970 menores solos y 39,838 familias. Sin embargo, los número se dispararon nuevamente en lo que va de este año.

Sumada a esto se encuentra la promesa de reforzar la seguridad fronteriza lo cual ha hecho que miles de migrantes traten de cruzar la frontera antes de que comience la administración del presidente electo, Donald Trump.
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El incremento se acelera en octubre

“Estamos viendo más gente que en el 2014”, dijo la hermana Norma Pimentel, directora del Centro de Caridades Católicas en McAllen, Texas. “El aumento lo hemos visto desde octubre, pero en los últimos días notamos que están viniendo más inmigrantes”, afirmó.

“En la última semana hemos visto que, en vez de disminuir, crece. Estamos al máximo de nuestra capacidad, unas 350 personas diarias”, por encima del promedio diario de entre 200 y 300 personas registrado en 2014, explicó Pimentel.

“Todos ellos fueron detenidos y después liberados por la Patrulla Fronteriza con orden de presentarse luego para que las autoridades decidan qué harán con ellos”, acotó.

El aumento coincide con la recta final de las elecciones presidenciales que llevaron al poder al republicano Donald Trump, quien prometió durante su campaña construir un muro en la frontera con México y deportar a unos 3 millones de indocumentados con antecedentes criminales.

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Sin embargo, “también hay que tener en cuenta que la violencia en Centroamérica no se ha detenido, sino que ha aumentado. Esa es una de las principales razones de la oleada. Eso también hay que tenerlo en cuenta, no solo la elección (de Trump)”, dice Rogelio Núñez, director del Proyecto Libertad en Harlingen, en el sur de Texas.

Trump también tiene en la mira a los otros 8 o 9 millones de indocumentados pero no ha detallado qué hará con ellos. “Primero aseguraremos la frontera”, dijo el domingo a la cadena CBS en su primera entrevista como presidente electo.

Centros de detención atestados

El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) reconoció el aumento en el número de aprehensiones en octubre.

“Un total de 46,195 personas fueron detenidas en los puertos de entrada del suroeste en comparación con las 39,501 de septiembre y las 37,048 de agosto”, dijo la vocero Marsha Catron citando recientes declaraciones del jefe de la seguridad nacional de Estados Unidos, Jeh Johnson.

“Hemos visto aumentos en el numero de niños no acompañados y de unidades familiares”, afirmó Catron.

“Actualmente hay alrededor de 41,000 personas en nuestros centros de detención de inmigrantes”, dijo Catron. Esa cifra es superior al promedio de entre 31,000 y 34,000 de los últimos años.

El lunes, la Patrulla Fronteriza dijo que había enviado 150 agentes adicionales al Valle del Río Grande, Texas, en respuesta al aumento en el número de detenciones de niños y adultos en ese sector.

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Más de tres millones de centroamericanos viven en EEUU. Y cada año, miles más atraviesan México para intentar alcanzar ese destino. El fotógrafo John Moore retrató ese arriesgado trayecto. La travesía generalmente empieza en el río Suchiate, frontera entre Guatemala y México, donde decenas de personas cruzan cada día en improvisadas embarcaciones.
Además de personas, mucha mercancía es llevada de contrabando a través de este río.
Un refugio, llamado "La 72", es dirigido por hermanos franciscanos y es la primera parada para miles de inmigrantes. Aquí espera la hondureña Blanca Lidia Valenzuela, de 61 años, quien viaja a México dos veces al año para buscar a su hijo Manuel Hernández Valenzuela, desaparecido en 2003 durante la travesía a Estados Unidos.
EL refugio localizado en Tenosique, recibe a familias enteras que desde Centroamérica intentan llegar a EEUU. "El tiempo, las personas migrantes, la delincuencia común y organizada, las atrocidades que cometen las autoridades migratorias, nos han indicado el camino para ya no sólo brindar ayuda humanitaria", dice en su sitio web el refugio "La 72".
Formado por sacerdotes franciscanos y por un cuerpo de voluntarios, el sitio de internet del refugio “La 72” explica que buscan restituir los bienes "a los pobres y excluidos, que son nuestros maestros y señores”, parafraseando a San Francisco de Asís.
“No será la nuestra solo una casa, un albergue, queremos que sea un verdadero hogar donde las y los migrantes encuentren no solo el lugar para descansar, curar sus heridas, comer, dormir, sino también puedan ser escuchados, consolados, atendidos espiritualmente, donde puedan ser orientados y asesorados jurídicamente. Un refugio, un espacio para protegerlos de los victimarios sean delincuentes, criminales o autoridades civiles”.
En medio de una pausa en la travesía, un migrante hondureño entretiene al hijo de un compañero delante de un mapa de México que muestra las rutas de tren que conducen al norte.
Del refugio los migrantes van a la estación de Tenosique a tomar el tren al norte. “La Bestia”, como son conocidos estos ferrocarriles, hacen un largo y peligroso viaje a través del país hasta la frontera con EE.UU, pasando obligatoriamente por la Ciudad de México.
Otro punto para tomar el tren es Arriaga, donde aborda este grupo de centroamericanos en agosto de 2013. El trayecto continúa generalmente hacia Estación Lechería, en Ciudad de México. De ahí, los migrantes toman cualquiera de los trenes hacia distintos puntos en la frontera norte de México: Tijuana, Ciudad Juárez o Matamoros, con la esperanza de poder desde esos lugares cruzar a Estados Unidos.
La parte superior del tren es controlada por bandas que extorsionan a los viajantes, en su mayoría de origen centroamericano. Menores sin sus padres y familias enteras hacen esta travesía que puede terminar en una caída, la pérdida de extremidades o la muerte.
Un grupo de familias centroamericanas logra cruzar la frontera el 14 de abril de 2016, en Roma, Texas. La travesía podría terminar en una petición de asilo si son sorprendidos por las autoridades estadounidenses.
Luego de cruzar el Río Grande, entre México y Estados Unidos, y al ser sorprendidos por las autoridades fronterizas, los migrantes centroamericanos deben quitarse los cordones de los zapatos antes de su traslado a centros de detención para evitar que los usen como arma de estrangulamiento.
Los niños son un denominador común entre los migrantes. En este caso varios menores salvadoreños son entrevistados por un agente de la patrulla fronteriza, luego de cruzar el Río Grande desde México hacia Roma, Texas.
El grupo de niños centroamericanos sorprendidos por las autoridades estadounidenses finalmente son trasladados en una camioneta de la patrulla fronteriza para ser procesados en Roma, Texas.
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Imagen John Moore/Getty Images
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