A pesar de los esfuerzos que dicen hacer las principales economías occidentales por combatir el cambio climático, se prevé que la frecuencia de las olas de calor aumente, según un estudio publicado este jueves en la revista Communications Earth & Environment.
Las olas de calor aumentarán su frecuencia y llegarán a índices "peligrosos" para la vida, según nuevo estudio
Cada año mueren más de 600 personas en Estados Unidos a causa del calor extremo, según los CDC. Esta situación puede ser mucho más grave a finales de este siglo si no se adoptan medidas más efectivas y amplias contra el cambio climático, indica un nuevo estudio global.
Lo que es más alarmante de la investigación es que resulta probable que, sin grandes reducciones de las emisiones contaminantes, grandes partes de los trópicos y subtrópicos mundiales alcancen a finales de este siglo índices de calor por encima de los considerados "peligrosos" durante la mayor parte del año.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, las temperaturas entre 103 y 124 grados Fahrenheit (39.4 ºC y 51.1 ºC) entran dentro del rango de calor peligroso, mientras que los índices de 125 ºF (51.6 ºC) o más se consideran extremadamente peligrosos.
El calor extremo puede causar daños a la salud, desde fatiga hasta problemas que ponen en peligro la vida, como los golpes de calor. Los Centros para la Prevención de las Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) indican "que cada año mueren más de 600 personas en Estados Unidos a causa del calor extremo".
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Sin medidas preventivas en materia de sanidad ambiental, las altísimas temperaturas podrían aumentar enfermedades, reducir la capacidad de trabajo al aire libre en muchas regiones donde la agricultura de subsistencia es importante.
"Las regiones en las que hoy en día casi nunca se supera el índice de calor extremadamente peligroso experimentarán entre uno y quince días en los que se supere el umbral cada año", advierte el estudio suscrito por los científicos Lucas Vargas, Adrián Raftery y David Battisti.
Regiones tropicales y subtropicales, las más afectadas por el calor extremo
Según las proyecciones demográficas de la ONU para 2100, en las regiones tropicales y subtropicales vivirán unos 5,300 millones de personas en 2100, es decir, aproximadamente la mitad de la población mundial en ese momento.
A finales de siglo, más de mil millones de esas personas experimentarán anualmente temperaturas que superarán los niveles peligrosos.
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El estudio señala que los más expuestos a esta situación dramática serían los habitantes del África subsahariana, la India y la península arábiga.
Aunque el Acuerdo Climático de París establece el compromiso de los países industrializados de impedir que la temperatura global alcance los 2 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales, según el informe, incluso si se cumple el objetivo, no es suficiente para evitar que las zonas de los trópicos y subtrópicos experimenten niveles de calor peligrosos.
El caso de Chicago enciende las alarmas para latitudes medias
Los autores del informe estudiaron el caso en particular de Chicago. El verano de 1988, una sequía extrema causó miles de millones de dólares en daños al sector agrícola en todo el país. El índice de calor en Chicago fue 5 °F más alto que la media del periodo 1979-1989, pero nunca se superó el umbral "peligroso" de 103 °F.
Siete años después, en 1995, una ola de calor devastó Chicago y causó casi 800 muertes. En cuatro días consecutivos el índice de calor superó los 100 °F.
A partir de modelos matemáticos y datos históricos, los investigadores sostienen que se prevé que olas de calor como las que sufrió Chicago en 1995 "se conviertan en algo habitual a finales de siglo".
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"Nuestra proyección mediana muestra 32 eventos de este tipo en un periodo de 20 años a finales de este siglo. Este aumento de 16 veces en el número de olas de calor potencialmente peligrosas señala el tipo de adaptación social que se requiere para combatir estos fenómenos en las latitudes medias", dice el informe.
Los autores de la investigación llaman la atención sobre las consecuencias para la salud de unas temperaturas muy elevadas y regulares, "sobre todo para los ancianos, los pobres y los trabajadores al aire libre".











