Rosselló deja la gobernación de Puerto Rico y designa a Pedro Pierluisi como su sucesor

SAN JUAN, Puerto Rico.– Esta tarde se hizo efectiva la renuncia del gobernador Ricardo Rosselló, quien designó como su sucesor a Pedro Pierluisi, que había sido aprobado por la Cámara Baja como secretario de Estado minutos antes en una carrera contrarreloj. Sin embargo, el exdelegado de la isla en Washington aún debe recibir luz verde en el Senado, lo que no ocurrirá hasta la próxima semana.

Pese a que hay dudas legales en torno a la legitimidad de esta designación, en un comunicado de prensa al dejar el cargo, Rosselló citó el Artículo 1 de la Constitución de la isla para justificar su decisión.

Rosselló afirma en el documento publicado vía Twitter (ver abajo) que la Constitución "establece la facultad de realizar nombramientos mientras la Asamblea Legislativa no esté en sesión que advengan al cargo en propiedad".

En efecto, según la Constitución, ante la ausencia del gobernador, el primero en la línea de sucesión es el secretario de Estado, seguido del jefe del Departamento de Justicia.

Algunos consideran que Pierluisi es la designación correcta como gobernador entrante debido a que juramentó como secretario de Estado interino y una enmienda realizada en el 2005 estipula que la persona que ostente esa posición puede asumir la gobernación sin haber obtenido luz verde de la Legislatura. Sin embargo, algunos abogados expertos en derecho constitucional advirtieron que ello no debería ocurrir y que, de suceder, tendría que ser visto por el Tribunal Supremo de Puerto Rico.

Por eso, otros se inclinaban porque fuera la secretaria de Justicia, Wanda Vázquez, la sucesora de Rosselló, aunque ella había dicho que prefería no ejercer esa responsabilidad. Ante esa postura, analistas abrieron la puerta a la posibilidad de que Vázquez juramente este viernes y, si Pierluisi es confirmado finalmente por la Legislatura la próxima semana, renuncie para cederle la gobernación. Durante la vista de este viernes, Pierluisi dejó claro que buscaba ser aprobado como secretario de Estado solo con el objetivo de eventualmente reemplazar al gobernador.

La Cámara de Representantes había votado por Pierluisi luego de una vista de más de cuatro horas en la que Pierluisi intentó calmar el rechazo generado por las asesorías que, como abogado del bufete O’Neill & Borges, dio a la junta que controla las finanzas locales y ha puesto en marcha medidas de austeridad repudiadas casi transversalmente por los puertorriqueños.

“Quién menor que yo para abogar por nuestra gente en la junta (...) abogar por Puerto Rico está en mis venas y lo haré frente a la junta”, dijo durante la audiencia.

El exfuncionario, quien paradójicamente perdió la pasada primaria oficialista frente a Rosselló, también trató de aplacar las preocupaciones a que, dentro de sus labores dentro de ese bufete, realizó labores de cabildeo.

Sin embargo, algunos legisladores parecieron poco convencidos. El presidente de la Cámara Baja, Carlos Méndez, fue uno de ellos. Cuestionó en un momento una visita a su oficina hecha por Pierluisi para dialogar sobre un proyecto de vivienda en la capital. El líder cameral consideró que Pierluisi acudió para hacer lobby por una empresa privada y tratar de frenar una investigación relacionada con ese plan. “Fue una reunión (...) para presentar el proyecto y dar una cronología de lo que había sucedido en ese proyecto”, dijo Pierluisi buscando zanjar el tema.

Incertidumbre sobre la sucesión

Tras su confirmación en la Cámara Baja, la aprobación definitiva de Pierluisi queda ahora en manos del Senado. Pero ese cuerpo legislativo se reunirá recién el lunes y tiene previsto votar dos días después, a pesar de que Rosselló había anunciado que su dimisión entraba en vigor este viernes a las 5:00 de la tarde.

La vista de Pierluisi en el Senado sería cuesta arriba, pues en la víspera su presidente, el oficialista Thomas Rivera Schatz, arremetió contra él diciendo que es una persona de “lealtades que caducan” y que “no le inspira confianza” para gobernar a Puerto Rico, pese a que ya fue designado por el gobernador saliente. Aseguró, además, que Pierluisi no tiene los votos suficientes para su aprobación en la Cámara Alta.

En ese escenario, prácticamente todo Puerto Rico se pregunta si la designación de Pierluisi ponga fin a semanas de protestas avivadas por recientes acusaciones de corrupción al más alto nivel y la revelación de un chat en el que insultó y se mofó de opositores y aliados oficialistas; y compartió información sensible con un exfuncionario amigo suyo que ahora es cabildero.

El mismo Pierluisi –quien fue secretario de Justicia en el gobierno de Pedro Rosselló, padre del renunciante gobernador– declinó responder durante la audiencia qué sucederá después de que Rosselló dejara el cargo.

El drama vivido en medio de la peor crisis política en la historia reciente de Puerto Rico ha causado una profunda incertidumbre y abierto las puertas a escenarios impensados hace apenas tres semanas, cuando la vorágine estalló con el arresto de la exsecretaria de Educación y la exdirectora de la Administración de Seguros de Salud.

Días después, el Centro de Periodismo Investigativo reveló las 889 páginas del chat en el que el renunciante gobernante llamó “putas” a dos opositoras y se mofó incluso de figuras de peso en su partido, el Nuevo Progresista, detonando que miles de puertorriqueños salieran a las calles para gritar el hastío causado por años de acusaciones de corrupción en los dos gobiernos que históricamente se han alternado el poder, un manejo económico que quebró la isla y la respuesta de la actual administración ante las miles de muertes causadas por el huracán María en septiembre del 2017.