El gobierno de Trump reduce la cuota anual de refugiados a 30,000

El nuevo ajuste se da en momentos de una crisis mundial de personas que huyen de sus países por distintos motivos y una fuerte oleada de inmigrantes centroamericanos que están salen a causa de la violencia y la pobreza y buscan refugio en Estados Unidos.

Jorge Cancino
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Jorge Cancino.
La decisión, anunciada este lunes por el secretario Mike Pompeo, se da en momentos de una crisis mundial de personas que huyen de sus países por distintos motivos y una fuerte oleada de inmigrantes centroamericanos que salen a causa de la violencia y la pobreza.
Video El gobierno de Trump reduce el número de admisiones de refugiados para el año fiscal 2019

El gobierno de Donald Trump anunció este lunes que reducirá nuevamente la cuota de refugiados de 45,000 a 30,000 en 2019, una reducción del 33%.

La decisión fue anunciada por el secretario de Estado, Mike Pompeo.

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A principios de agosto el diario The New York Times había anticipado que la Casa Blanca estudiaba una nueva reducción del número permitido de refugiados, una de las tantas promesas de campaña de Trump.

Durante el gobierno de Barack Obama alcanzó los 85,000 cupos anuales, pero el 29 de septiembre del año pasado Trump lo redujo a la actual cuota de 45,000, el cupo más bajo desde 1980.

El nuevo ajuste se da en momentos de una crisis mundial de refugiados y una fuerte oleada de inmigrantes centroamericanos que huyen de sus países a causa de la violencia y la pobreza, y buscan refugio en Estados Unidos.

Malos presagios

Reportes de prensa indicaron en agosto que la Casa Blanca había recomendado una reducción de la cuota a solo 15,000 cupos.

El grupo asesor del presidente en materia de inmigración lo dirige Stephen Miller, un polémico funcionario autor de las principales políticas antiinmigrantes de Trump, entre ellas la de 'tolerancia cero'.

Durante la drástica reducción de 2017, Miller jugó un papel clave que lo llevó a enfrentamientos con los secretarios de Seguridad Nacional, Estado y de Defensa.

Abogados consultados por Univision Noticias temen que el cambio a la cuota de refugiados impacte la política de asilo. En abril el fiscal general, Jeff Sessions, anunció instrucciones a los jueces de inmigración para que desestimen peticiones basadas en violencia doméstica.

En los últimos 15 años y con el aval de tres secretarios de Justicia, la violencia doméstica fue considerada como una causa de asilo válida dentro del grupo social en particular, una de las cinco razones de asilo.

El primer golpe

A finales de enero del año pasado, pocos días después de tomar posesión en la Casa Blanca, Trump suspendió todo el programa de refugiados por cuatro meses y cerró la entrada de sirios de forma indefinida.

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Por medio de una orden ejecutiva, el mandatario redujo a la mitad el cupo de refugiados establecido por el gobierno de Obama y prohibió por 90 días la entrada de ciudadanos de varios países de mayoría musulmana.

La medida provocó una ola de protestas dentro y fuera de Estados Unidos. Pero el 2 de febrero una corte de Seattle, Washington dejó en suspenso el veto.

La batalla de Trump por prohibir la entrada de musulmanes comenzó en 2016 cuando una pareja perpetró un atentado en San Bernardino, California y el mandatario, en ese tiempo candidato a la presidencia, aprovechó la ocasión para prometer un "bloqueo completo y total" a la entrada de musulmanes a Estados Unidos con el fin de detener el terrorismo yihadista.

"Hasta que no podamos determinar y comprender este problema y la peligrosa amenaza que representa, nuestro país no puede seguir siendo víctima de los horrendos ataques de personas que solo creen en la yihad y que no razonan ni tienen respeto por la vida humana", afirmó Trump en aquel entonces.

Una semana después de instalado en la Casa Blanca, Trump firmó la orden ejecutiva titulada "Protegiendo a la Nación de la Entrada de Terroristas Extranjeros".

El 26 de junio la Corte Suprema, en una decisión 5-4, falló a favor de la tercera versión del veto migratorio de Trump, que además de cinco países musulmanes incluye a Venezuela y Corea del Norte.

"Con esta reducción los venezolanos que huyen de su país se verán profundamente afectados", dijo a Univision Ezequiel Hernández, un abogado de inmigración que ejerce en Phoenix, Arizona y colabora frecuentemente con la redacción de Univision Noticias. "Mientras menos sea la cuota en la misma proporción se reducen las opciones para que pùedan pedir refugio en Estados Unidos", agregó.

El proceso

Hasta antes de la llegada de Trump, cada año el presidente le describía al Congreso la situación mundial de los refugiados y recomendaba los grupos de personas que deben de ser consideradas para poder beneficiarse de la ley de refugiados, explica el libro “Inmigración, las nuevas reglas”, una guía de Univision. “Estos reportes, que se conocen como “determinaciones presidenciales” (presidential determination ) establecen los números anuales de admisión para refugiados.

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Por ejemplo, en la determinación presidencial del 29 de septiembre de 2015, el presidente Obama ordenó distribuir el cupo anual de refugiados de la siguiente manera:


  • África: 25,000
  • Europa y Centro Asia: 4,000
  • América Latina: 3,000
  • Medio Oriente y Sur de Asia: 34,000
  • Reserva del Ejecutivo: 6,000
  • TOTAL: 72,000

En septiembre de 2015 el entonces secretario de Estado, Jiohn Kerry, anunció que el gobierno tenía planes de aumentar a 100,000 la cuota de refugiados, principalmente para atender el éxodo de inmigrantes que huían de la guerra en Siria.

Largo camino

En el proceso para ser considerado como refugiado participan varias organizaciones, incluyendo al gobierno de Estados Unidos, que coordinan sus recursos. Por lo general, los candidatos son recomendados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), agencia que obtiene los datos iniciales del extranjero solicitante de la protección.

Toda persona que esté interesada en ser considerada como refugiado debe de primero visitar una oficina del ACNUR, que transfiere la información a un centro de apoyo de reasentamiento creado por el Departamento de Estado (DOS), el que se encarga de entrevistar al peticionario y envía luego la documentación al Programa de Admisión para Refugiados de EEUU (U.S. Refugee Admissions Program o USRAP).

Esta instancia, a su vez, pasa la información obtenida a las distintas agencias gubernamentales para que puedan verificar los antecedentes de la persona, y coordina el proceso entre dichas agencias.

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Una de ellas es el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), dependencia que designa agentes especiales para que lleven a cabo entrevistas en persona con el solicitante de refugio y obtengan su información biométrica, incluyendo fotos y huellas digitales. Una vez confirmada la información determinan, en uso de su discrecionalidad, si la persona califica o no para el estatus de refugiado, explica la guía de Univision.

Refugiados rohingya en Cox’s Bazar, Bangladesh, luchan por obtener comida distribuida por una ONG. La negación absoluta de Myanmar sobre la comunidad se traduce en una persecusión violenta por parte de las fuerzas del país. Miles de rohingyas huyen como pueden hacia Bangladesh cada año, éxodo que con el recrudecimiento de la violencia en los últimos meses, se agravó.
Un grupo de refugiados rohingya rezan en el sitio donde están construyendo una nueva mezquita, en el extenso campamento de refugiados de Balukali en Cox's Bazar, Bangladesh. En 2016, una insurgencia rohingya armada atacó puestos fronterizos y mataron decenas de policías. Myanmar respondió lanzando operaciones contra los militantes en las que se hicieron ejecuciones extrajudiciales, violaciones a mujeres, incendios de casas y expulsiones forzadas.
Una mujer refugiada rohingya es ayudada desde un bote cuando llega agotada en el lado de Bangladesh del río Naf. Tras meses de violencia, el pasado 25 de agosto estalló la actual crisis cuando insurgentes rohingyas volvieron a atacar en Rakhine puestos de policía y una base militar. Las fuerzas de seguridad de Myanmar reprimieron nuevamente.
Un niño refugiado rohingya espera desesperado por ayuda en el campo de refugiados de Balukali en Cox's Bazar, Bangladesh. La ONU, Amnistía Internacional y Human Rights Watch son algunos de los organismos que denuncian con “pruebas irrefutables” las atrocidades cometidas contra los rohingyas en pos de expulsarlos y de llevar a cabo una “limpieza étnica” del estado.
Refugiados rohingya llevan sus pertenencias a través del río Naf en Bangladesh. Antes del conflicto actual se calculaba que en Rakhine, Myanmar, habitaban 1,2 millones de rohingyas. La ONU asegura que desde el inicio de la ofensiva más de “500,000 rohingyas han huido a Bangladesh”.
Niños refugiados rohingya estudian el Corán, el libro sagrado del islam, en una escuela religiosa de Cox's Bazar, Bangladesh. Un informe de Human Rights Watch de 2013 ya denunciaba la violencia en Rakhine como una “campaña coordinada para trasladar o eliminar a los musulmanes del estado”, sin embargo no hubo demasiada repercusión internacional.
Refugiados rohingya descansan en una escuela islámica después de llegar en barco al lado de Bangladesh del río Naf, luego de huir de sus aldeas en Myanmar. Desde los años 70, ha habido represión contra comunidades rohingya en Rakhine provocando el éxodo hacia las vecinas Bangladesh, Malasia y Tailandia. Los refugiados han denunciado violaciones de todo tipo por parte de las fuerzas de seguridad de Myanmar.
Una mujer refugiada rohingya termina de cruzar exhausta el rio Naf para estar a salvo en Bangladesh. “El equipo de derechos humanos de la ONU documentó informes consistentes sobre las fuerzas de seguridad de Myanmar rodeando y entrando a aldeas de Rakhine, disparando indiscriminadamente a rohingyas, incendiando casas y anunciando en otras aldeas que les sucedería lo mismo si no se iban”, señala un informe publicado por Oficina del Alto Comisionado de la ONU para DDHH.
No hay una cifra de fallecidos precisa, pero días atrás un reporte de la agencia Reuters aseguró que al menos 500 personas han muerto -la mayoría insurgentes- hasta el momento en los enfrentamientos, sin contar a los que escapan y mueren en el intento. En la fotografía, una mujer pide ayuda en el campamento de refugiados en Cox's Bazar, Bangladesh.
Una fila de rohinyas esprando por ayuda en Cox's Bazar. La ONU cuenta con testimonios y testigos de que las fuerzas de seguridad cometieron 
<b>ejecuciones extrajudiciales, violaciones, torturas, humillaciones, incendios a aldeas</b> y a lugares de culto.
Mujeres y niños rohingya caminan por las callejuelas inundadas de un extenso campo de refugiados en Baluki, en Cox’s Bazar, Bangladesh. Myanmar, país mayoritariamente budista, no reconoce a los rohingya como ciudadanos y los considera ilegales.
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Imagen Kevin Frayer/Getty Images
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