¿Cuándo debemos preocuparnos por la aparición de lunares?

Si bien en la mayoría de los casos los lunares son inofensivos, es importante saber distinguir a tiempo si tienen rasgos de melanoma para evitar que se conviertan en cáncer de piel.

Por:
Rosa Mª Martí Laborda.
La dermatóloga Maritza Pérez nos explicó cómo detectar y prevenir el cáncer de piel y en especial el melanoma, un tipo de cáncer que en los últimos años ha aumentado en hispanos, según estudio.
Video ¿Cómo detectar los lunares cancerígenos?

Cada año, cuando llegan el verano, los días largos, la vida al aire libre y las horas en la playa, surge un tema recurrente: la protección solar y los lunares. Tampoco quedan fuera del diálogo aquellas manchas que parecen ser lunares pero que, en realidad, no lo son.

Los lunares (nevus melanocíticos) son lesiones cutáneas benignas muy frecuentes. No suelen estar presentes al nacer, aunque es posible (nevus melanocíticos congénitos), y van apareciendo a lo largo de la vida (nevus melanocítios adquiridos).

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Estos son los tumores cutáneos más comunes en las personas de raza blanca. Se calcula que toda la población tiene como promedio unos 20 lunares, que pueden asentarse en cualquier parte de la piel.

¿Por qué aparecen los lunares?

Los lunares surgen de las células que fabrican el pigmento que da color a nuestra piel (y que aumenta cuando nos bronceamos). Este pigmento se denomina melanina y las células que lo producen se llaman melanocitos. De ahí el nombre de nevus melanocíticos y su color, en la gama del marrón.

Suelen aparecer, por lo general, en la primera década de la vida (hacia los 4 años). Posteriormente, aumentan en número hasta los 35 o 40 años y la mayoría desaparecen espontánea y paulatinamente a partir de los 60 años.

Se manifiestan como lesiones planas o con cierto volumen, de menos de 1 centímetro de diámetro (a veces pocos milímetros), de un solo tono de marrón (o cómo máximo dos tonos), de forma redondeada y bordes regulares. Se mantienen durante años sin apenas cambios y suelen ser múltiples.

Con el paso del tiempo, algunas de estas lesiones se hacen más abultadas, pierden el color oscuro y se pueden confundir con verrugas, pero son simplemente lunares que han madurado. Al tacto son de consistencia elástica, como de goma.

La causa de su aparición no se conoce con exactitud pero el principal factor favorecedor es la exposición al sol en la infancia y la adolescencia. Además, parece existir una cierta predisposición genética, con frecuencia familiar.

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¿Lunar benigno o melanoma?

El problema de los lunares, independientemente de que los consideremos estéticos o no (recordemos que muchos poemas y canciones se inspiran en ellos) es que muy ocasionalmente pueden degenerar a cáncer de piel, es decir, pueden malignizar.

El cáncer de piel que deriva de los melanocitos se denomina melanoma. Este puede aparecer sobre un lunar previo o sobre piel normal. Cuando el melanoma es muy pequeño, aunque aparezca sobre piel sana, también puede parecer un lunar.

Y aquí se origina el problema: ¿cómo identificamos si un lunar ha derivado en melanoma o si una lesión pigmentada nueva, que parece un lunar, es en realidad un melanoma?

Es importante distinguir en nuestra piel entre lunar y melanoma. Si sospechamos que tenemos un melanoma en etapas muy iniciales de su desarrollo y consultamos al médico con celeridad, el cáncer seguramente se podrá curar completamente con una intervención quirúrgica sencilla.

Sin embargo, si el momento del diagnóstico se retarda, es posible que la intervención quirúrgica no sea suficiente. En estos casos, el melanoma se puede llegar a diseminar hacia otros órganos (producir metástasis) y poner nuestra vida en peligro.

¿Y las pecas?

Por su parte, las pecas (efélides en el lenguaje medico) son distintas de los lunares. Tienen el aspecto de manchas (totalmente planas) marrón claro, de pocos milímetros, numerosas y agrupadas, que se oscurecen en verano.

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Aunque podemos verlas en los brazos o la parte alta de espalda, la localización más habitual está en las mejillas. Se producen con más frecuencia en individuos de piel clara y pelo claro o pelirrojo. Las pecas no degeneran a melanoma, pero sí son un signo de que la persona que las tiene posee una piel que se defiende mal de la luz del sol.

Recordemos que el tipo de piel se hereda. Por eso, tanto en la aparición de lunares como de pecas intervienen dos grandes factores: la predisposición genética y la ambiental (la exposición a la luz solar).

Señales para identificar un posible melanoma

Por eso, para poder identificarlos y prevenir una enfermedad grave, hay métodos al alcance de todos nosotros. El más conocido es el de la regla del ABCD-E, que los dermatólogos repetimos cada primavera. Esta regla ayuda a identificar lesiones pigmentadas sospechosas de melanoma.

Dicha sigla recuerda los conceptos de asimetría (A), bordes irregulares (B), policromía o varios colores (C), diámetro mayor de 6 mm (D) y crecimiento o enlargement (E). Cuando hablamos de varios colores tenemos que pensar en negro, marrón oscuro y marrón claro, azul o gris, blanco y diversos tonos de rojo, que pueden ir desde el rosa hasta el granate.

Una lesión de tono negro muy intenso, como alquitrán, no se suele ver en lunares normales. También son especialmente llamativas las zonas blancas, azules, grises y rojas dentro de una lesión pigmentada. Encontrar tres de estos colores en una misma lesión es sospechoso. Cuando se pueden identificar cinco se vuelve muy sospechoso.

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Por otro lado, deben tenerse en consideración también diversos signos y síntomas de alarma, como los cambios en el tamaño, forma o color de una lesión pigmentada previa, el desarrollo de áreas ulceradas, costras o sangrado y la presencia de escozor o picor.


En ocasiones, algunos melanomas no tienen varios colores ni son asimétricos. Por eso, los cambios evolutivos de crecimiento rápido son muy importantes para empezar a tener sospechas.

Otro elemento diagnóstico introducido más recientemente es el signo del “ patito feo”. Se refiere a la aparición de una lesión pigmentada que llama la atención por ser distinta al resto de lunares del mismo individuo.

¿Es común tener que acudir al médico por este motivo?

La media de edad de los pacientes con melanoma se sitúa entre los cincuenta y sesenta años y cada vez aumenta más en personas de mayor edad.

De hecho, es uno de los cánceres cuya frecuencia está aumentando más en todo el mundo. Probablemente, por los cambios en los hábitos de exposición solar de las generaciones nacidas a principios y mediados del siglo XX.

No obstante, los dermatólogos atendemos con frecuencia consultas sobre lunares en los niños. Pero el melanoma en los niños es rarísimo. En esa edad, lo importante es realizar y educar en una buena protección solar.

A pesar de todo, no hay que obsesionarse con los lunares. Los tiene todo el mundo y solo unos pocos llegan a transformarse en melanoma. Se calcula que el riesgo estimado acumulado hasta los ochenta años de que un lunar concreto se transforme en melanoma es del 0.03 % entre los hombres y 0.009 % entre las mujeres.

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Pero recordemos que si tiene esa mala suerte, más vale llegar a tiempo. Por eso, si tiene antecedentes de melanoma en la familia próxima, sus lunares son muy numerosos (más de 100) o se da alguna de las señales anteriores, es mejor consultar al médico.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

* Rosa Mª Martí Laborda es catedrática de Dermatologia. Jefe de Sección de Dermatología, Universitat de Lleida

<b>Estetoscopio</b>. Hoy en día forma el estetoscopio forma parte esencial de cualquier consulta médica, pero antes de su creación en 1815, los doctores tenían que conformarse con colocar el oído encima del pecho del paciente para escuchar los latidos de su corazón o su respiración, lo que no siempre era efectivo, sobre todo cuando la persona tenía mucha grasa corporal, algo que justamente fue lo que le ocurrió al inventor de este instrumento médico, el francés René Laennec, a quien en esa circunstancia se le ocurrió la idea de crear un objeto que amplificara los sonidos del corazón y los pulmones.
<b>Aspirina</b>. Desde los tiempos ancestrales, la humanidad descubrió los beneficios analgésicos de un extracto de la corteza del sauce blanco, que, siglos después, derivaría en el popular principio llamado activo ácido acetilsalicílico, cuya presentación más estable en tabletas fue descubierta por el alemán en 1897, Felix Hoffmann y patentada por el laboratorio Bayer. Pronto se convirtió en el analgésico más usado en la historia con el nombre que todos conocemos: aspirina. Hoy en día tiene numerosas indicaciones: analgésico, antipirético y para prevenir ataques al corazón, entre otras. La Organización Mundial de la Salud la reconoce como una de las medicinas esenciales.
<b>Anestesia</b>. Durante siglos la humanidad exploró este concepto, pero la invención de la anestesia moderna tal y como la conocemos se atribuye al dentista William Morton y John Collins quienes, en 1846, demostraron el uso del éter sulfúrico durante una cirugía para remover un tumor del cuello de un hombre. Desde entonces ha habido notables avances en el campo de la anestesiología que permiten que largas y completamente indoloras cirugías sean posibles.
<b>Antibióticos</b>. Pensar en que alguien muera por una infección de garganta o de oído hoy parece algo inconcebible, pero era lo que ocurría antes del descubrimiento de los antibióticos que se atribuye a Alexander Fleming, inventor de la penicilina. En 1928, este profesor de bacteriología se dio cuenta por accidente que había un hongo capaz de matar algunas bacterias, lo que abrió camino a la era de los antibióticos, que son compuestos que las bacterias y los hongos producen de forma natural, para matar o inhibir especies microbianas rivales. Hoy en día los médicos tienen muchos tipos de antibióticos entre los cuales escoger y, según la Academia Estadounidense de Pediatría, se recetan en EEUU más de 150 millones por año.
<b>Desfibrilador</b>. La desfibrilación -el proceso por el cual se aplican cargas eléctricas al corazón de un paciente para restituir el ritmo cardiaco- salva vidas. Si alguien sufre un paro cardíaco y es desfibrilado durante el primer minuto, su chance de supervivencia es del 90%. Por cada minuto que se retrasa este procedimiento, sus probabilidades se reducen entre 7 y 10%, advierte la 
<a href="https://suddencardiacarrest.org/" target="_blank">Asociación de Ataques Cardiacos Repentinos</a>. La primera desfibrilación exitosa se atribuye a Claude Beck, quien la hizo en un joven de 14 años durante una cirugía en 1947. Con el paso de las décadas, se logró crear artefactos que pudieran usarse más allá de la sala de operaciones hasta que finalmente, en 1965, Frank Pantridge inventara el primer desfibrilador portátil del mundo, que fue instalado en una ambulancia. Hoy en día los hay por doquier y, a diferencia de ese modelo que pesaba 70 kilos, ahora son pequeños y mucho más livianos.
<b>Píldora anticonceptiva</b>. El impacto social del fármaco para el control de la natalidad aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en 1960 ha sido crucial. La llamada píldora ha permitido a las mujeres el control de su fertilidad, algo que fue muy revolucionario y controversial en su momento. Si bien sus ‘creadores’ fueron dos hombres (Gregory Pincus y John Rock), dos mujeres la hicieron realidad al encontrar los fondos necesarios para su desarrollo: Margaret Sanger -fundadora de Planned Parenthood- y Katherine McCormick.En la actualidad 8 de cada 10 mujeres han tomado la píldora en algún momento de sus vidas.
<b>Rayos X</b>. Antes de la invención de los rayos X, los médicos solamente podían buscar señales externas de daños en el organismo. La posibilidad de ver lo que ocurre adentro ha permitido diagnosticar toda clase de males. También abrió la puerta a otros importantes inventos como las tomografías o las resonancias magnéticas.Todo comenzó por accidente en 1895 cuando el físico alemán Willhelm Conrad Rӧntgen descubrió una radiación desconocida en ese momento (por lo que la llamó rayos X) que tenía la capacidad de penetrar los cuerpos opacos. Poco después, los rayos X comenzaron a usarse para identificar las balas en soldados heridos en la guerra.
<b>Teoría de los gérmenes</b>. Durante siglos, la humanidad no comprendía cómo se transmitían y contraían las enfermedades. Se creía que se generaban de forma espontánea, prácticamente ‘de la nada’. Esto cambió cuando Louis Pasteur y Robert Koch identificaron que los gérmenes eran la causa. No obstante, les costó convencer a la comunidad científica sobre su revolucionaria teoría, que hoy nos parece tan evidente.
<b>Vacunas</b>. El valor de las vacunas como una poderosa herramienta de salud pública para salvar vidas ha sido corroborado una vez más durante esta pandemia del coronavirus. Su creación se remonta a hace 200 años cuando en el Reino Unido, el médico Edward Jenner notó que algunas mujeres que ordeñaban vacas parecían estar protegidas de la viruela si antes ya habían contraído una enfermedad más leve llamada viruela bovina, lo que lo motivó a hacer un experimento con un niño de 8 años, a quien inoculó con materia de la llaga de viruela bovina de una ordeñadora y luego con el virus. Así pudo confirmar su teoría: el niño había producido un grado de protección contra la viruela. Según un 
<a href="https://www.bbc.com/mundo/noticias-40720048" target="_blank">reportaje</a> de la 
<i>BBC</i>, en 1798 publicó su primera investigación donde habló por primera vez del término ‘vacuna’, del latín: vacca. El resto es historia.
<b>Termómetro clínico</b>. Este instrumento médico tan popular fue creado por el médico italiano Santorio Santorio en el siglo XVII. Entre 1592 y 1603 Galileo Galilei había inventado un tubo de cristal sensible al calor lleno de un líquido cuya altura variaba según la temperatura. Pero fue Santorio quien hizo el primer instrumento con gradación para medir la temperatura corporal humana. Con el tiempo, otros lo perfeccionaron, como hizo Daniel Fahrenheit artífice del modelo del termómetro de mercurio, mucho más preciso. Pero, según un 
<a href="https://www.nationalgeographic.org/encyclopedia/thermometer/" target="_blank">reportaje</a> de 
<i>National Geographic</i>, no fue hasta el siglo XIX cuando, gracias a la explicación científica de la fiebre que hiciera Carl Wunderlich, que el termómetro se hizo indispensable.
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Estetoscopio. Hoy en día forma el estetoscopio forma parte esencial de cualquier consulta médica, pero antes de su creación en 1815, los doctores tenían que conformarse con colocar el oído encima del pecho del paciente para escuchar los latidos de su corazón o su respiración, lo que no siempre era efectivo, sobre todo cuando la persona tenía mucha grasa corporal, algo que justamente fue lo que le ocurrió al inventor de este instrumento médico, el francés René Laennec, a quien en esa circunstancia se le ocurrió la idea de crear un objeto que amplificara los sonidos del corazón y los pulmones.
Imagen DIRK WAEM/BELGA MAG/AFP via Getty Images
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