Flores comestibles: además de bonitas, son beneficiosas para la salud

Aparte de alegrar los platos con sus vivos colores, algunas flores comestibles (como los pensamientos o los claveles chinos) son ricas en flavonoides, compuestos beneficiosos para la salud. Explicamos por qué son tan saludables, y no solo para la vista.

Por:
Cristina Moliner Langa .
Modificar los horarios de comida y ajustarlos al ciclo circadiano puede mejorar nuestra salud. Según la doctora Jackeline Carreño, el organismo tiende ser más sensible a la insulina durante las primeras horas del día, pero en la noche es todo lo contrario, el metabolismo baja y durante el sueño se hace muy lento. "Desayune como un rey, coma con un príncipe y cene como un huerfanito", dice la experta. Más información en Univision Noticias.
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Las flores han formado parte de la alimentación humana a lo largo de toda su historia, aunque a partir del siglo XIX su consumo había decaído. Ahora es fácil encontrarlas otra vez en un plato de un restaurante de moda o en alguna ensalada del lineal de supermercado. ¿Qué nos proporcionan las flores? ¿Por qué han vuelto a nuestras mesas?

La respuesta es fácil: su valor estético resulta innegable. Pero más allá de esa función ornamental, las flores comestibles tienen mucho que aportarnos. Descubrámoslo juntos.

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¿Qué especies de flores son comestibles?

Las flores que podemos incluir en nuestro menú vienen de muchas plantas procedentes de todo el mundo. Aunque no hay una lista oficial, en las referencias científicas se incluyen hasta 180 especies cuya inocuidad o beneficios terapéuticos están avalados por distintas organizaciones.

Pero no todas las flores que encontramos son comestibles: ciertas variedades pueden ser tóxicas si las ingerimos, y algunas incluso pueden matarnos. Las flores de la digital (Digitalis purpurea) constituyen un buen ejemplo de veneno “bonito”.

Por eso es importante conocer qué flores son seguras para comer. Si no sabemos mucho de botánica, no hay de qué preocuparse: siempre podemos comprarlas en un mercado para evitar posibles intoxicaciones.


¿Qué nutrientes nos aportan?

Todos los alimentos están hechos de dos tipos de nutrientes: los macronutrientes y los micronutrientes. Los primeros nos dan energía y los necesitamos en grandes cantidades; mientras que los micronutrientes se obtienen en pequeñas dosis y ayudan a que nuestro cuerpo funcione correctamente.

Como el resto de los vegetales, las flores contienen muchos nutrientes beneficiosos, como agua y fibra. También poseen diferentes fitoquímicos, compuestos químicos que no se consideran nutrientes esenciales pero pueden resultar provechosos para nuestra salud.

Los fitoquímicos son responsables de los colores brillantes y los olores de las flores. Pueden ayudar a prevenir enfermedades, como el cáncer, la obesidad y problemas del corazón, y se dividen en tres grupos principales: polifenoles, terpenoides y alcaloides. Estas categorías presentan diferentes estructuras químicas y ejercen diferentes efectos en nuestro cuerpo cuando los comemos.

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En las flores abundan especialmente los polifenoles, que pueden ser de diferentes tipos, como ácidos fenólicos, antocianinas, taninos y flavonoides. Estos últimos son los más comunes.

Algunos ejemplos de flavonoides que se encuentran habitualmente en las flores son la quercetina, el kaempferol y la apigenina, y se ha demostrado que poseen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Además, pueden ser beneficiosos para la salud cardiovascular y prevenir el cáncer.

Al proporcionar beneficios adicionales a la salud, más allá de su valor nutritivo básico, las flores se encuadran en la categoría de alimentos funcionales.

Grandes éxitos florales

Hay tantas flores comestibles que no se pueden nombrar todas en este artículo, así que vamos a centrarnos en algunas de las especies más consumidas Es el caso de los pensamientos o los tagetes (que también se conocen como claveles chinos), plantas muy bonitas que la gente suele tener en casa.

Los pensamientos lucen flores de muchos tamaños y colores (morado, amarillo, blanco…), mientras que las de los tagetes son exclusivamente naranjas o amarillas. Ambas resultan perfectas para decorar y dar sabor a ensaladas, sopas, postres y bebidas.

Pero lo mejor de todo es que constituyen una fuente de antioxidantes naturales de tipo flavonoide y carotenoide. Por ejemplo, el carotenoide luteína, presente en grandes cantidades en los tagetes, puede ayudar a prevenir la degeneración macular, una de las principales causas de ceguera en los ancianos.

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La cebolla es uno de los vegetales más consumidos en el mundo, pero mucha gente no sabe que sus flores también se pueden degustar. Tienen un sabor menos fuerte que el bulbo, se utilizan en la cocina para hacer platos deliciosos. Las investigaciones sugieren que además podrían producir efectos beneficiosos para la salud cardiovascular y contribuir al control de enfermedades como la diabetes tipo II.

Menos conocida, la flor eléctrica o botón de Sechuan genera una curiosa sensación de hormigueo y adormecimiento en la boca, seguida de un aumento en la salivación. Esto se debe a que contiene una sustancia llamada espilantol, que ejerce un efecto anestésico local en la boca. Es muy apreciada por los amantes de los gin-tonics.

En definitiva, las flores nos aportan una amplia de fitoquímicos que pueden ayudar a controlar o prevenir enfermedades. Más allá de su función estética, integrarlas en nuestra dieta puede resultar beneficioso para nuestra salud.

Cristina Moliner Langa, Lecturer, Universidad San Jorge
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

<b>¿Deben llamarse leche?</b> La industria de las bebidas vegetales ha crecido como la espuma en los últimos años. Pero una cuestión importante se mantiene en el aire: ¿Se les puede llamar leche? La FDA está considerando 
<a href="https://www.foodprocessing.com/industrynews/2018/fda-weighs-in-on-plant-based-milk-debate/">la prohibición de la palabra leche</a> para designar estas bebidas, tal y como ya ocurre en varios países europeos.
<b>Una alternativa saludable</b>. Al margen de la polémica del nombre, las bebidas vegetales pueden ser una alternativa saludable, en especial para las personas con intolerancias o alergias.
<b>Atención al azúcar añadido</b>. Hay grandes diferencias nutricionales entre unas marcas y otras, como 
<a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=singhal%2C+baker%2C+milk">señalan algunos estudios.</a> Es fundamental estar especialmente
<b> vigilante del <a href="https://www.univision.com/noticias/nutricion/obesidad-cancer-y-desnutricion-el-peligro-de-consumir-alimentos-ultraprocesados-fotos">azúcar añadido</a></b>. En algunos casos, y dependiendo de las marcas, estaremos bebiendo agua azucarada en lugar de algo saludable.
Como ocurre con tantos otros productos, es crucial leer con atención la lista de ingredientes. Recuerda que 
<b>el sirope de agave o la panela también son azúcares añadidos</b>.
<b>Menos proteínas</b>. Las bebidas vegetales tienen menos proteínas que la leche de vaca. Los frutos secos como las avellanas o las 
<a href="https://www.univision.com/noticias/salud/por-que-es-tan-buena-la-leche-de-almendras">almendras</a> están repletos de proteínas y las almendras son muy ricas en calcio, pero estos nutrientes se pierden durante el procesamiento de estas bebidas.
Algunos fabricantes 
<b>fortifican las <a href="https://www.univision.com/shows/primer-impacto/si-no-te-gusta-la-leche-tambien-puedes-obtener-el-calcio-que-necesitas-de-los-vegetales-video">leches vegetales</a></b>, pero no está claro que estos nutrientes añadidos, sobre todo calcio, se absorban y se usen de forma tan eficiente como los que están naturalmente presentes en los alimentos.
<b>Leche de soya.</b> Es ideal para personas alérgicas a la proteína de la leche, con intolerancia a alguno de sus componentes o para vegetarianos. De las bebidas alternativas a la leche de vaca, es la que presenta mayores ventajas y similitudes. Los nutricionistas recomiendan que esté enriquecida con calcio y, para los vegetarianos, con vitamina B12.
<b>Leche de avena, arroz o almendras</b>. Las proteínas de estas bebidas tienen menor valor que la de la soya. La leche de almendra, por otro lado, necesita 
<a href="https://www.theguardian.com/lifeandstyle/shortcuts/2015/oct/21/almond-milk-quite-good-for-you-very-bad-for-the-planet">una gran cantidad de agua para su fabricación</a>, por lo que no es un producto recomendable desde el punto de vista medioambiental.
La
<b> leche de arroz</b>, por otra parte, puede ser beneficiosa para las personas que padezcan problemas gastrointestinales, por su capacidad astringente.
<b>¿Es la leche de vaca tan buena como promete la industria? </b>Un creciente número de estudios 
<a href="https://www.bmj.com/content/349/bmj.g6015?etoc">lo ponen en duda </a>y en particular cuestionan lo que los fabricantes a menudo colocan como su principal valor: la elevada cantidad de calcio que contiene. No está clara, por ejemplo, la efectividad de la leche para 
<a href="https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20949604">proteger contra rupturas de caderas</a>.
Por otra parte, la leche tiene muchas calorías. Su contenido proteico es alto, pero la mayoría de los estadounidenses 
<a href=" https://www.nytimes.com/2014/11/18/upshot/got-milk-might-not-be-doing-you-much-good.html">no necesita más proteínas en su dieta</a>.
<a href="https://www.nytimes.com/2014/11/18/upshot/got-milk-might-not-be-doing-you-much-good.html"><u> </u></a>
<b>Leche cruda: rica, pero peligrosa. </b>Si bien es cierto que el sabor de la leche que sale directamente de la vaca –sin calentar ni pasteurizar– es mucho más intenso, la leche cruda, que se puso de moda en los últimos tiempos en EEUU, representa un problema de salud. La presencia de algunas bacterias puede causar diarreas, vómitos o náuseas.
<b>Leche de cabra: otra alternativa</b>. Las propiedades organolépticas (color, olor, sabor) de la leche de cabra son ligeramente diferentes de la de vaca: más blanca, más ácida y un poco más espesa. Contiene más grasa y proteína que la de vaca.
<a href="http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=Hypoallergenic+properties+goat%27s+milk%20" target="_blank">Algunos estudios</a> comparativos entre las proteínas de la leche de vaca y las de cabra concluyen que esta última podía ser buena una alternativa hipoalergénica a la leche de vaca en la dieta humana, en particular para los niños.
<b>Leche de coco</b>. Este sustituto de la leche de vaca se hace a partir de coco prensado y suele estar fortificado con calcio. Tiene un contenido bajo en proteínas y presenta un nivel de grasa saturada más alto que otras alternativas de origen vegetal, como la leche de arroz, avena o soya. Es, no obstante, una buena opción para la pastelería, por su ligero sabor a coco.
<b>Leche de guisante</b>. Se trata de la última en sumarse a la larga lista de leches vegetales. Es apta para los alérgicos a los frutos secos y a la lactosa, no tiene gluten y es mucho más amable para el medio ambiente que la leche de almendra. También 
<a href="https://www.washingtonpost.com/news/food/wp/2017/09/21/get-ready-for-pea-milk-it-doesnt-taste-like-peas-and-its-not-even-green/?noredirect=on&utm_term=.9ff3364ea368">tiene más proteina y calcio</a> que otras bebidas vegetales.
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¿Deben llamarse leche? La industria de las bebidas vegetales ha crecido como la espuma en los últimos años. Pero una cuestión importante se mantiene en el aire: ¿Se les puede llamar leche? La FDA está considerando la prohibición de la palabra leche para designar estas bebidas, tal y como ya ocurre en varios países europeos.
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