Estas recomendaciones te ayudarán a llevar una mejor dieta (y no necesitarás contar las calorías)

Consumir hidratos de carbono de más calidad e incrementar el insumo de fibra puede ser un buen propósito para mejorar la dieta en 2023. Es un propósito tan sano como factible.

Por:
Univision
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades acaban de actualizar las tablas para medir el peso de los menores, debido a que las últimas fueron diseñadas en los años 80. De acuerdo con la nutricionista Mary Liang, “uno de cada cinco niños en Estados Unidos sufre de obesidad”. Asimismo, se estima que en el país cerca de 4.5 millones de pequeños y adolescentes sufren de obesidad severa. Lee aquí más noticias sobre salud.
Video Epidemia de obesidad infantil en EEUU: los CDC actualizan sus tablas para medir si un menor sufre de esta condición

¿Qué dieta seguir en 2023? No vamos a sugerir ninguna en concreto pero sí una recomendación al alcance de la mano, que no requiere una voluntad de hierro y se puede mantener en el tiempo para no desembocar en efecto rebote. Tiene, además, mil y una ventajas para la salud. Se trata de cuidar la calidad de los carbohidratos e incrementar el consumo de fibra.

La cruzada contra el azúcar (un carbohidrato "malo", cuyo consumo se relaciona con el aumento de tasas de obesidad en todo el mundo y con el incremento del riesgo de padecer diabetes o enfermedades del corazón) dio un gran empujón a dietas de moda, como la Keto, que reducen el consumo de carbohidratos, incluidos aquellos que son beneficiosos y llegan cargados de fibra, como el pan integral o la avena.

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Y, sin embargo, las dietas altas en fibra pueden reducir entre un 15 y un 30% los riesgos asociados a las enfermedades del corazón, la diabetes tipo 2 o el cáncer colorrectal, según estudios (como uno comisionado por la OMS) que reivindican las bondades de la fibra e indican que la mayoría de las personas en EEUU no consume una cantidad suficiente a diario: unos 20 gramos (0,7 onzas) de fibra por día, una cantidad bastante alejada de las recomendaciones de entre 25 gramos (0,88 onzas) y 29 gramos (1,02 onzas) al día.

Un meta-análisis de 2019 que tuvo en cuenta los resultados de investigaciones previas (185 estudios epidemiológicos y 58 pruebas clínicas) concluyó que una dieta alta en fibra se relaciona con una reducción del 22% en ataques al corazón, un 16% menos de diabetes tipo 2 y cáncer colorrectal, y una reducción del 30% de muerte relacionada con enfermedades coronarias. Asimismo, quienes participaron en las pruebas clínicas y consumían más fibra tenían un peso significativamente más bajo, menor presión arterial y niveles de colesterol.


Cómo incrementar la fibra y mejorar la calidad de los carbohidratos

🥕Los carbohidratos saludables son aquellos que no han sido altamente procesados ni despojados de su fibra natural.

🥕 Una manera sencilla de aumentar la ingesta es basar las comidas en cereales, pasta o arroces integrales en lugar de blancos. La sensación de sacidad, además, será mucho mayor.

🥕 Es importante consumir legumbres (las lentejas, por ejemplo, contienen 8 gramos de fibra por una ración de media taza, una cantidad similar a los frijoles o los garbanzos). Además de saludables, las legumbres son baratas y muy versátiles, así que todo son ventajas.

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🥕Las frutas siempre han de comerse enteras. Una manzana tiene 4 gramos de fibra. Otras opciones con alta cantidad de fibra son la naranja, la pera o las fresas.

🥕 En cuanto a las verduras, algunas opciones interesantes son los guisantes, la coliflor o las zanahorias con entre 3 y 4 gramos de fibra por ración.

🥕 Añade grasas saludables y proteínas a tu dieta como frutos secos, semillas, aguacate, huevos o pescado azul.

🥕 No consumas cereales refinados. Estos alimentos han sido despojados de su fibra, vitaminas y minerales y convertidos industrialmente en harina y azúcar, lo que produce que el cuerpo los absorba rápidamente, provocando picos en los niveles de azúcar e insulina en sangre. La FDA advirtió recientemente sobre su consumo.


Estos cambios no son poca cosa, si tenemos en cuenta que los carbohidratos procesados y de baja calidad son alimentos básicos que representan el 42% de todas las calorías que consumen los estadounidenses. Nos referimos a los alimentos envasados que dominan las estanterías de muchos supermercados como bollería, patatas fritas, pan blanco o alimentos con azúcares añadidos, como los cereales de desayuno (sobre los que la FDA advirtió recientemente), los yogures de sabores, jugos y por supuesto refrescos.

Más ventajas de la fibra

Los estudios demuestran que la fibra fabrorece la saciedad, lo que ayuda a sentirse lleno. Además, nutre los microbios que componen la intestinal, lo que puede reducir la inflamación y proteger contra las enfermedades crónicas. Y mejora el control del azúcar en sangre y los niveles de colesterol.

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Además, no hace falta contar calorías. En un ensayo publicado en la revista JAMA, las personas con sobrepeso a las que se aconsejó reducir el azúcar añadido, los cereales refinados y los alimentos muy procesados durante un año perdieron peso -sin contar calorías- y mostraron mejoras en sus niveles de azúcar en sangre y presión arterial.

Este enfoque funcionó tanto si las personas seguían una dieta relativamente baja en grasas como si la dieta era relativamente baja en carbohidratos. Según Christopher Gardner, director de estudios de nutrición del Centro de Investigación Preventiva de Stanford, que ha estudiado los efectos de distintas dietas en la salud metabólica y la pérdida de peso, los resultados demuestran que, para perder peso, la calidad de la dieta supera a la cantidad.

Si quieres seguir una dieta más sana, tu primer paso, dice, debe ser "deshacerte de las calorías vacías de carbohidratos que sólo contienen glucosa y no fibra, vitaminas o minerales".

La hora a la que comes importa

Otra observación importante para alimentarte mejor este año que tampoco conlleva contar calorías tiene que ver con la hora a la que comes. "Más y más investigaciones sugieren que cuándo comemos es tan importante como lo que comemos”, señala el Sean Hashmi, especialista en Nefrología y Obesidad en Woodland Hills (California). “Nuestros procesos metabólicos operan de acuerdo con los ritmos circadianos. No solo afectan nuestro peso, también a los niveles de colesterol o control del azúcar en la sangre”, señala.

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De acuerdo con una batería de siete artículos publicados durante el año 2020, tener un cronotipo nocturno y cenar tarde, engorda, dificulta la pérdida de peso y aumenta los factores de inflamación y de riesgo cardiovascular.

A veces nos esmeramos con una dieta drástica y llena de sacrificios cuando lo que realmente necesitamos es 
<b>prestar más atención y prescindir de calorías (y comportamientos) superfluos que no aportan nada más que michelines</b>. Te ofrecemos algunas recomendaciones para comer lo correcto sin pasar hambre.
<b>Bebe agua antes de comer.</b> Es un truco para engañar al estómago que funciona: se estima que dos vasos de agua antes de comer harán que consumas entre 70 y 90 calorías menos. En lo que se refiere al agua –no así los refrescos– todo es salud, así que no dudes en beber al principio, durante o al final de la comida. Además, el cuerpo confunde a veces el hambre con la sed.
<b>La verdura o la sopa, primero. </b>La verdura tiene mucha fibra y pocas calorías, mientras que la sopa suele tener muchos nutrientes y pocas calorías. Ambos alimentos te ayudarán a controlar la saciedad y evitarán que abuses del segundo plato.
<b>Aléjate de la cestita del pan. </b>En muchos restaurantes colocan una cesta de pan sobre la mesa antes de que llegue la comida, a menudo acompañada de mantequilla. Si tienes hambre, empiezas a pellizcar migas de pan hasta que terminas el panecillo. Son 100 o más calorías que te podrías haber ahorrado.
<b>La fruta siempre entera o cortada en piezas, pero nunca en jugos. </b>El jugo de fruta es puro azúcar que sin la fibra de la pulpa pasará directamente al torrente sanguíneo activando los mecanismos que conducen a la obesidad. El gran malentendido es creer que los jugos equivalen a la fruta.
<b>Ni siquiera está claro que los jugos de frutas naturales sean una opción óptima </b>para consumirlos a diario. 
<a href="http://www.who.int/dietphysicalactivity/fruit/es/" target="_blank">La OMS recomienda </a>la fruta como un elemento fundamental de nuestra dieta, pero la recomendación se refiere a las piezas enteras y alternadas con las comidas principales. Por el contrario, su sustitución por jugos –incluso los naturales– es 
<a href="http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/16522898" target="_blank">poco recomendable</a> porque aportan una enorme cantidad de azúcares.
<b>Proteínas primero, carbohidratos después.</b> Si tu plato consiste en carne y papas, recuerda que las proteínas son las que están alimentando a tu cuerpo; es mejor que sacies el hambre con ellas, y dejes las papas para después (y recuerda que no tienes por qué acabarlas todas).
<b>Di no a las calorías vacías de la bebida. </b>Los refrescos son una bomba calórica que conviene evitar a toda costa. Te recomendamos agua con lima o limón, o agua con gas si te apetece algo más exótico. Los refrescos 
<a href="http://www.todobien.club/la-pizza-tambien-lleva-azucar-los-terrones-ocultos-en-1795810574">son una bomba de relojería</a> en cuanto a calorías vacías, sin valor nutricional. Incluso la tónica, con su característico sabor amargo, tiene casi las mismas calorías que las colas (unas 124 por una lata de de 12 onzas).
Por cierto que los refrescos 
<a href="http://www.todobien.club/engordan-los-refrescos-sin-azucar-la-respuesta-es-si-1795727884">light o zero <b>no son una alternativa saludable</b></a>: numerosos estudios relacionan su consumo con un incremento de la obesidad. En teoría, estas bebidas deberían ayudarnos a adelgazar si reemplazan a otras con alto contenido en calorías. Pero este no es el caso, entre otras cosas porque los edulcorantes artificiales no proporcionan la “recompensa” que busca el cuerpo; no de la misma manera que lo hacen los naturales.
<b>Opta por salsas con base de tomate en lugar de cremosas. </b>Las salsas cremosas (normalmente elaboradas con nata líquida) no solo contienen muchas más calorías sino que también suelen llevar menos verduras. Las sopas con base de tomate suelen ser más nutritivas y ligeras.
<b>Evita la piel. </b>La piel del pollo (y otras carnes) es la parte más grasa del alimento. Una pechuga de pollo al horno, por ejemplo, cuenta por unas 140 calorías. La 
<a href="http://nutritiondata.self.com/facts/poultry-products/699/2">misma pieza con piel</a> suma 193.
<b>Reduce el azúcar del café. </b>En especial si eres una de esas personas que toman tres y cuatro tazas al día, recuerda que todo suma, y que cucharita a cucharita puedes terminar con hasta 100 calorías de más sin ningún nutriente beneficioso.
<b>Come despacio y sin distraerte</b>. Comer con conciencia, masticando bien los alimentos y disfrutando de cada bocado es una manera de redescubrir una de las cosas más placenteras que hacemos como seres humanos. Además, 
<a href="http://click.e.fusion.net/?qs=b7f5ed9841fe3fde93c8bd0fb4420620c452abd8377e25bb06028f8a5b1fb1958c1b90f4328a5848dcecd8fbfc7810c26515d1eeac1a428e" target="_blank">comer lentamente y prestando la suficiente atención al plato</a> –lo que incluye apagar las pantallas– es una forma de evitar el sobrepeso. Si comemos demasiado rápido, no le damos oportunidad al cerebro de darse cuenta de que estamos llenos.
<b>Aprende a leer las etiquetas de los alimentos. </b>De esta forma será más fácil evitar las comidas ultracalóricas y nocivas, como las 
<a href="https://www.univision.com/noticias/nutricion/11-alimentos-con-grasas-trans-que-harias-bien-en-eliminar-de-tu-dieta-fotos">grasas trans</a>
<b>, </b>nefastas para la salud de las arterias. Observa también con atención las calorías por ración y el tamaño, de forma que tengas claro cuánta cantidad estás comiendo.
<b>Evita el extra de queso. </b>En muchos restaurantes ofrecen la opción de un extra de queso. Aunque está muy rico, este es un alimento muy calórico repleto de grasas (y en muchos casos sal) que puede añadir hasta 
<a href="http://nutritiondata.self.com/facts/dairy-and-egg-products/8/2">100 calorías a tu plato</a>.
<b>Duerme entre 7 y 9 horas</b>. Además de ponernos de mal humor, o precisamente por ello, tras la noche en blanco gravitamos los platos que menos nos convienen
<b>. “Los estudios del sueño prueban que tan solo dos o tres noches de mal sueño provocan cambios en las hormonas que promueven la obesidad, así como cambios en las hormonas que promueven la resistencia a la insulina”</b>, dice 
<a href="https://www.univision.com/noticias/nutricion/8-cosas-que-hacen-que-comamos-mas-y-que-no-solemos-tener-en-cuenta">Adrienne Youdim</a>, profesora de medicina en la Universidad de California en Los Ángeles.
<b>Unta verduras, no papas fritas. </b>Y, de ser posible, con una crema ligera. Este es un snack muy saludable y una forma (a veces la única) de comer zanahorias o apio crudos sin casi darse cuenta
<b>. </b>
<b>Come frutos secos. </b>Los alimentos muy calóricos deben limitarse si queremos controlar nuestro peso. Sin embargo, 
<b>los frutos secos son una excepción. </b>Ni los investigadores ni las entidades de referencia en nutrición tienen miedo a que la población gane peso por consumir más frutos secos. Al contrario: son numerosas las investigaciones que indican que su consumo se relaciona con 
<b>menores tasas de obesidad </b>(además de una reducción en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, cáncer o diabetes). No hablamos aquí de almendras recubiertas de caramelo, claro, sino de nueces, almendras, o anacardos sin tostar y sin sal. Y con moderación.
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A veces nos esmeramos con una dieta drástica y llena de sacrificios cuando lo que realmente necesitamos es prestar más atención y prescindir de calorías (y comportamientos) superfluos que no aportan nada más que michelines. Te ofrecemos algunas recomendaciones para comer lo correcto sin pasar hambre.
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