Con este calor, ¿se nos derriten las neuronas? Esto es lo que pasa en el cerebro

¿Cuáles son las consecuencias del calor extremo para nuestro cerebro? Lo de que se nos puede freír, ¿es real? Hay un límite de calor a partir del cual nuestro cerebro no funciona correctamente.

Por:
José A. Morales García.
La segunda mitad de julio amenaza con traer temperaturas sofocantes para estados en el sur, centro y este del país. En estas zonas las personas tendrán que enfrentar temperaturas que se espera alcancen entre 15 y 20 grados más de lo normal para esta época del año. El calor extremo ha desatado algunos incendios en Texas y afectaciones en la salud, sobre todo de personas vulnerables, como aquellas que sufren de asma. Más información en Univision Noticias.
Video "Uno se siente débil": más de 100 millones de personas están bajo alerta de calor extremo en EEUU

El verano tiene muchos beneficios para nuestro organismo. También para nuestro cerebro. A más horas de sol, mayor producción de serotonina, lo que afecta positivamente a nuestro estado de ánimo. La luz solar estimula la producción de la conocida como “vitamina del sol”, la vitamina D, con múltiples beneficios para la salud. Pero no todo son alegrías: hay un límite de calor a partir del cual nuestro cerebro no funciona correctamente: los 40 ℃ (104F).

Los seres humanos somos homeotermos. Es decir, gracias a nuestro hipotálamo –región del cerebro que regula la temperatura– somos capaces de mantener una temperatura constante de unos 37 ℃ (98.6 F), independientemente de la temperatura ambiental. Pero cuando nuestro cuerpo alcanza temperaturas por encima de los 104F, el hipotálamo deja de funcionar correctamente y no controla nuestro sistema natural de enfriamiento, la transpiración (el sudor). Es entonces cuando podemos sufrir un golpe de calor.

PUBLICIDAD

La atención, el equilibrio o el sueño, desatendidos en las olas de calor

En esta situación, el sistema nervioso es especialmente vulnerable. Como el hipotálamo tiene que trabajar en exceso para mantener una temperatura corporal adecuada, deja en un segundo plano otras funciones vitales como la atención, que se ve ralentizada.

Algo similar pasa con el sistema de comunicación cerebral. Los impulsos nerviosos tardan más en propagarse y por tanto nuestra capacidad de respuesta es mucho más lenta. Estamos, por tanto, más cansados y apáticos. Todo esto afecta a nuestro estado de ánimo, causando irritabilidad y confusión.

Con el calor las proteínas se desnaturalizan –pierden su estructura, se derriten– lo cual afecta y mucho a las neuronas. Todo este proceso, además, desencadena una respuesta inflamatoria que modifica la homeostasis (equilibrio) del tejido nervioso. La razón es que las altas temperaturas afectan a la barrera hematoencefálica que protege a nuestro sistema nervioso central, alterando ese equilibrio. En concreto, hay un tipo específico de neuronas especialmente sensible al daño, las células de Purkinje. Estas neuronas se encuentran en el cerebelo, y son responsables de la función motora. De ahí que uno de los síntomas característicos de un golpe de calor sea la debilidad motora con afectación grave de la coordinación y el equilibrio.

Las altas temperaturas también hacen que descansemos peor. Otra de las funciones del hipotálamo es regular los ciclos de sueño y vigilia. Para ello, se guía por la información que le llega del exterior como la cantidad de luz o la temperatura, que indican al cerebro cuándo debe inducirse el sueño.

PUBLICIDAD

Las altas temperaturas confunden al hipotálamo, y se produce una hiperexcitación del cerebro, por lo que nos cuesta más conciliar el sueño. No olvidemos que nuestro sistema nervioso aprovecha las horas de sueño para realizar funciones de mantenimiento necesarias para su correcto funcionamiento. Es lo que llamamos “un sueño reparador”.

Otro de los problemas asociados a las altas temperaturas es la deshidratación. Cuando está por encima del 2% del peso corporal puede conducir a alteraciones graves como pérdida de memoria a corto plazo, somnolencia o fatiga muscular. Además, favorece que las toxinas no se eliminen correctamente y se acumulen en nuestro organismo.

¿Se nos congela el cerebro con las bebidas frías?

Si llegados a este punto estás pensando que una posible solución al calor sería tomar una bebida bien fría, ¡cuidado! porque a nuestro cerebro no le gustan nada los cambios bruscos de temperatura. Al beberla, puede sufrir una cefalea por crioestímulo o, dicho de otra manera, una sensación fuerte de dolor de cabeza al tomar algo frío. Se nos congela el cerebro. La respuesta a este efecto es sencilla. Estamos confundiendo al sistema circulatorio, el cual a su vez vuelve loco al cerebro. Y el cerebro responde con un toque de atención en forma de dolor.

Ya hemos visto que nuestro organismo es capaz de regular nuestra temperatura corporal. Cuando hace frío nuestros vasos sanguíneos periféricos se contraen (se encogen). Es lo que llamamos vasoconstricción. Así la sangre circula lejos de la piel y se puede mantener mejor el calor corporal.

PUBLICIDAD

Cuando hace calor, los vasos periféricos se dilatan (se expanden). Esto es la vasodilatación. Así, al expandirse y estar más cerca de la piel se favorece la transferencia de calor fuera del cuerpo. ¡Sudamos! y así controlamos nuestra temperatura corporal.

En esta vista aérea, se observa el humo de los incendios en un área residencial que combaten los servicios de bomberos el 19 de julio de 2022 en Wennington, Inglaterra. Una serie de incendios estallaron alrededor de la capital británica en medio de la intensa ola de calor.
Una madre protege a su bebé del sol este martes 19 de julio de 2022 en Londres, Inglaterra. El gobierno británico informó que Reino Unido 
<a href="https://www.univision.com/noticias/medio-ambiente/calor-record-reino-unido-gran-bretana-temperatura-una-ola-de-calor" target="_blank">tuvo su mayor temperatura jamás registrada</a>: 40.3ºC (104.5º F), mientras Europa atraviesa una ola de calor histórica.
Un hombre toma el sol al lado del Tower Bridge en Londres, Inglaterra. La ciudad, típicamente templada, es la última en ser azotada por el clima inusualmente cálido y seco que ha provocado incendios forestales en toda Europa, desde Portugal hasta los Balcanes, y ha dejado cientos de muertes relacionadas con el calor.
Un oficial de policía da agua a un oficial de la Guardia Real en Londres, Inglaterra, este martes 19 de julio de 2022. La Oficina Meteorológica del Reino Unido registró una lectura provisional de 40.3º C (104.5º F) en Coningsby, en el este de Inglaterra.
Un trabajador de transporte entrega botellas de agua en King's Cross, en Londres. Antes del martes, la temperatura más alta registrada en Gran Bretaña fue de 38.7º C (101.7º F), establecida en 2019. Durante este día, 29 lugares en el Reino Unido habían batido el récord.
Vista aérea de los incendios que consumen un bosque en Blidworth, Inglaterra, este martes 19 de julio de 2022. El científico jefe de Met Office (la agencia meteorológica del Reino Unido), Stephen Belcher, explicó que las altas temperaturas en Gran Bretaña serían “prácticamente imposibles” sin el cambio climático impulsado por el hombre.
<br>Advirtió que “podríamos ver temperaturas como esta cada tres años” sin una acción seria sobre las emisiones de carbono.
En esta fotografía aérea tomada con un dron este martes 19 de julio de 2022, columnas de humo se elevan desde Dartford, Kent, donde un incendio estalló horas antes como parte de las consecuencias de una importante ola de calor que afecta al Reino Unido. La Brigada de Bomberos de Londres y los servicios de bomberos de todo el país estaban abordando cientos de incendios forestales causados por las temperaturas extremas.
Personas intentan mitigar el calor en los jardines de Trocadero, en París, Francia. La capital francesa registró este martes 41º C (105.4º F).
Bomberos intentan controlar el fuego en Monts d'Arree, cerca de Brasparts, Bretaña, Francia. En la región de Gironde, en el suroeste de Francia, los feroces incendios forestales continuaron propagándose a través de bosques de pinos secos como yesca, lo que frustró los esfuerzos de más de 2,000 bomberos y aviones que bombardeaban agua.
Una farmacia muestra la temperatura de este martes en Lille, Francia, de 45º C (113º F). En París, el termómetro de la estación meteorológica más antigua de la capital francesa, inaugurada en 1873, superó los 40º C (104º F) por tercera vez en la historia. Los 40.5º C (104.9º F) medidos allí por el servicio meteorológico Meteo-France son la segunda lectura más alta de la estación, superada solo por 42.6º C (108.7º F) que se registraron en julio de 2019.
Esta fotografía, tomada el 19 de julio de 2022, muestra una silla de 
<i>camping</i> quemada en La Foret, un sitio de acampar que ha sido devastado por un incendio forestal en Pyla sur Mer en Gironda, en el suroeste de Francia.
Un grupo de personas sobre una barca en el río Spree al lado de la piscina Badeschiff en Berlín, Alemania, donde se han registrado temperaturas sobre los 38º C (100.4º F).
Una cosechadora recoge trigo en un campo durante una ola de calor este martes 19 de julio de 2022 en Zschepplin, cerca de Leipzig, Alemania. Se espera que las temperaturas alcancen los 40º C (104º F) en algunas partes de Alemania esta semana, y es probable que se rompan récords de temperatura en algunas regiones.
Un hombre se detiene para permitir que su perro beba agua en Antwerp, Bélgica. La agencia meteorológica de la ONU manifestó su esperanza de que el calor que azota a Europa sirva como una "llamada de atención" para que los gobiernos hagan más sobre el cambio climático. Otros científicos han dicho que este es un momento clave para subrayar que es hora de actuar.
Trabajadores municipales de Amsterdam arrojan agua a los tradicionales canales de la ciudad para evitar que el metal de las construcciones se expanda y dificulte el tráfico de botes. La capital de los Países Bajos registró una temperatura máxima de 38º C (100.4º F) este martes.
Un residente de Tabara, España, intenta controlar las llamas provocadas por la intensa ola de calor. El gobierno de España ha confirmado que los incendios alimentados por las altas temperaturas han arrasado 70,000 hectáreas en lo que va de año.
Una vista del bosque después de un incendio forestal cerca de El Pont de Vilomara, España, el martes 19 de julio de 2022. Cientos de residentes evacuados por un incendio forestal en Bages, en el noreste de España, estaban ansiosos por regresar a sus hogares y evaluar la extensión del daño. Las autoridades de Cataluña desplegaron decenas de aviones y helicópteros de extinción de incendios para tratar de contener la propagación del fuego que devastó varias casas y quemó más de 1,600 hectáreas (3,953 acres).
El clima inusualmente cálido y seco se ha apoderado de grandes franjas de Europa desde la semana pasada, provocando incendios forestales desde Portugal hasta los Balcanes. La ola de calor también ha causado cientos de muertes. Este martes, Gran Bretaña rompió su récord de temperatura más alta jamás registrada: 104 grados Fahrenheit. 
<b><a target="_blank" href="https://vix.com/es-es/canales/channel-callsign-frequancy-news-24-7?utm_medium=internal_referral&utm_source=univision&utm_campaign=evergreen&utm_content=ed_news&utm_term=video">Puedes ver en ViX más noticias gratis</a></b>.
1 / 18
En esta vista aérea, se observa el humo de los incendios en un área residencial que combaten los servicios de bomberos el 19 de julio de 2022 en Wennington, Inglaterra. Una serie de incendios estallaron alrededor de la capital británica en medio de la intensa ola de calor.
Imagen Leon Neal/Getty Images


En verano los capilares tienden a estar dilatados para expulsar el calor del cuerpo. Pero si de repente tomamos algo frío, los vasos sanguíneos pasan rápidamente de su dilatación normal para eliminar calor, a la contracción por el frío de lo que estamos tomando. El resultado final es que el sistema circulatorio no sabe cómo actuar con tanto trajín de calor y frío.

Estos cambios en el flujo sanguíneo son detectados por los receptores del dolor que hay en el paladar y la garganta, que comunican con el cerebro a través del nervio trigémino, que envía información sensorial de lo que ocurre en la cabeza. Una porción del trigémino se extiende por la parte media de la cara y la frente, por eso el cerebro interpreta que hay un problema y se produce esa sensación de dolor punzante. Es lo que llamamos un “dolor referido”: se produce en el paladar o la garganta pero lo notas en el cerebro.

Pero que no cunda el pánico. Realmente el cerebro no siente dolor, es solo una sensación que se pasa enseguida. Para evitarlo, hay que comer o beber despacio para acostumbrar al paladar a ese cambio de temperatura.

Aunque todo el mundo tiene un nervio trigémino, no todo el mundo experimenta esa congelación cerebral. Es posible que los nervios de algunas personas sean más sensibles que los de otras. De hecho, quienes experimentan congelación cerebral también pueden ser más propensos a sufrir migrañas.

PUBLICIDAD

En conclusión, protege tu cerebro del calor, pero cuidado con el método que empleas. Aunque una bebida fría o un helado bien merecen unos segundos de dolor.

La versión original de este artículo fue publicada en la web de la Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación de la Universidad Complutense de Madrid.
José A. Morales García, Profesor e investigador científico en Neurociencia, Universidad Complutense de Madrid
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.

En alianza con
civicScienceLogo