Así es como Trump podría incidir en contiendas especiales al senado en Georgia

El presidente Donald Trump no estará en la boleta electoral en enero cuando los votantes de Georgia resuelvan dos reelecciones al Congreso que determinarán el control del Senado de Estados Unidos. Pero tanto los republicanos como los demócratas esperan que los votantes lo olviden.

Después de ver un aumento de la participación en las elecciones generales, los partidos confían en usar a Trump, tanto la rabia contra él como la devoción por él, como impulsores clave en su impulso para lograr que los votantes regresen a las urnas, reportó The Associated Press.

Para los republicanos, eso significa alimentarse de las frustraciones por la derrota de Trump, acusaciones infundadas de fraude electoral generalizado y temor a la agenda política del presidente electo Joe Biden. Pero su mayor atractivo, el propio Trump, no se ha comprometido públicamente a usar su influencia para atraer votantes, un silencio que preocupa a algunos republicanos.

Mientras tanto, los demócratas esperan mantener la intensidad de una operación terrestre impulsada por la oposición a Trump y sus políticas, a pesar de que el presidente ha perdido la Casa Blanca.

Las dos contiendas del Senado ofrecen una medida temprana de la impronta política duradera de Trump y si ambos partidos pueden mantener el impulso en la era posterior a Trump.

Los planes del presidente aún no están claros. Mientras está furioso por su derrota, ha guardado un notable silencio sobre la segunda vuelta entre los senadores republicanos en funciones David Perdue y Kelly Loeffler y sus respectivos retadores, Jon Ossoff y Raphael Warnock.

El presidente se centra principalmente en su propio futuro político, incluida la posibilidad de postularse nuevamente para presidente en 2024, según tres asistentes de campaña y de la Casa Blanca que hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a comentar públicamente sobre deliberaciones privadas.

Los aliados republicanos lo instan a participar, con la esperanza de que vea las carreras como una forma de mitigar su propia pérdida y preservar sus políticas.

Dos victorias demócratas arrojarían un Senado con 50 legisladores por cada partido, con la vicepresidenta electa Kamala Harris en la votación de desempate. Eso inclinaría la cámara hacia los demócratas y aseguraría que la agenda de Biden al menos obtendría una audiencia con el posible líder de la mayoría del Senado, Chuck Schumer, de Nueva York.

Algunos en la Casa Blanca ven a Georgia como la última posición de una operación política herida por el rechazo nacional.

El vicepresidente Mike Pence está programado para hacer campaña en Georgia la próxima semana, confirmó la campaña de Perdue el jueves en un comunicado que también señaló que el senador "daría la bienvenida (a Trump) a Georgia en cualquier momento".

Sin embargo, los asesores de Trump no están seguros de si el presidente celebrará mítines en persona con Perdue o Loeffler como los dos que organizó en Georgia en los últimos días de su propia campaña.

Dijeron que el presidente valora la lealtad de los senadores de Georgia y tomaron nota cuando Perdue se burló abiertamente del nombre de Harris en un mitin de Trump en octubre.

Los senadores de Georgia aún no han pedido directamente a la Casa Blanca que viaje el presidente, según un republicano con conocimiento de las campañas que no estaba autorizado para discutir la planificación de campañas privadas y habló bajo condición de anonimato.

Mientras tanto, el Comité Nacional Republicano dijo el viernes que está financiando a más de 600 empleados en el estado con una inversión de al menos 20 millones de dólares antes de la segunda vuelta del 5 de enero.

Ni Ossoff ni Warnock igualaron los casi 2,5 millones de votos de Biden, una fuente de aliento para los republicanos. Pero los jugadores republicanos también le dan crédito a Trump con un aumento en los votos rurales y de pueblos pequeños que casi excedió la fuerza de Biden en las ciudades y suburbios.

Trump, de hecho, ganó más votos en Georgia que cualquier republicano en la historia, y los republicanos admiten que no saben cómo sería una segunda vuelta sin el presidente en la mezcla, reportó AP.

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