ORLANDO, Florida.- Carlos Martín González, un joven mexicano de 26 años, llegó a Estados Unidos con una visa de turista en regla, pero lo que prometía ser un viaje tranquilo se convirtió en una pesadilla legal y migratoria. Desde el 7 de julio, Carlos se encuentra detenido en un centro de detención para inmigrantes en Florida, sin acceso a visitas, asistencia consular efectiva ni defensa legal.
Joven mexicano fue arrestado en carretera de Florida pese a tener visa legal: está aislado en Alcatraz de los Caimanes
Carlos Martín González no ha recibido visitas, asesoría legal ni apoyo consular desde que fue detenido el 7 de julio en Florida. El joven fue llevado al centro Alligator Alcatraz, conocido por su aislamiento y condiciones restrictivas.
Ese día, la Patrulla de Carreteras de Florida lo detuvo durante un operativo en una autopista. Según documentos obtenidos por Univisión, el motivo de la detención fue que el vehículo en el que se transportaba no contaba con registro válido.
A pesar de que se trataba de una infracción vehicular menor, inmediatamente después de su arresto, las autoridades emitieron una retención migratoria, conocida como "immigration hold", que lo dejó bajo custodia del sistema migratorio federal.
Desde entonces, Carlos fue trasladado al Centro de Detención conocido como Alcatraz de los Caimanes ( Alligator Alcatraz), ubicado en una zona pantanosa del estado.
Su familia denuncia que allí ha sido incomunicado: no puede recibir visitas, ni de familiares ni de abogados, ni tampoco ha podido contactar directamente a autoridades consulares mexicanas.
“El problema es que mientras no le asignen un número de caso migratorio, nadie puede intervenir legalmente en su defensa”, explicaron sus allegados. Según relató su familia, ni siquiera el cónsul de México en Orlando ha podido avanzar en su representación, debido a que el expediente de Carlos no ha sido formalizado por las autoridades migratorias.
“No hay litigio porque no hay número de caso. La abogada ha enviado cartas, pero no hay respuesta”, lamentó un familiar cercano.
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La situación se complica por las restricciones impuestas por el centro de detención
Carlos solo ha podido hacer breves llamadas telefónicas prepagadas, de no más de cinco minutos, sin privacidad ni garantía de confidencialidad. Esa ha sido su única vía de contacto con el exterior. Ni siquiera su padre, quien viajó desde México para intentar visitarlo, ha podido verlo.
La familia de Carlos insiste en que el joven no tiene antecedentes penales y que su presencia en Estados Unidos es completamente legal. “No entendemos por qué lo tratan como a un inmigrante indocumentado. Tiene visa vigente, entró de forma legal. ¿Por qué encerrarlo en un centro como ese?”, cuestionó su padre, visiblemente afectado.
El caso ha despertado preocupación por el trato que reciben algunos migrantes, incluso aquellos con estatus legal, dentro del sistema de detención en Estados Unidos. Organizaciones defensoras de los derechos humanos han denunciado en repetidas ocasiones la opacidad y las condiciones restrictivas en centros como el de Alligator Alcatraz, donde los procesos legales suelen demorarse y las garantías básicas aparentemente son ignoradas.
Mientras tanto, Carlos Martín González sigue esperando que se le asigne un número de caso que le permita ejercer su derecho a la defensa y a una representación justa. Su situación evidencia los vacíos del sistema migratorio y el riesgo de caer en detención prolongada, incluso cuando se ha ingresado legalmente al país.
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