Las autoridades alegan que dos mujeres del norte de California usaron un sofisticado método para robar el dinero de varios muertos. Así lo hacían: buscaban en obituarios de periódicos información sobre personas recién fallecidas, para suplantar sus identidades y sacar miles de dólares de sus cuentas de banco.
Se hacían pasar por gente muerta para vaciar sus ahorros: el tétrico caso de dos estafadoras
Según la Fiscalía federal, dos mujeres revisaban los obituarios de periódicos locales y se daban a la tarea de obtener la mayor información posible sobre personas fallecidas para tomar el control de sus cuentas de banco y fondos de pensiones.

Una vez que lograban tener control de todos sus fondos realizaron varias compras en Amazon y otros negocios. A una de sus víctimas le vaciaron los ahorros de su vida cuando hicieron transferencias por unos $100,000 a principios de 2019, según una acusación presentada en una corte federal de Oakland.
Dayna Lynn Alexander, de 47 años y residente de las ciudades de Vallejo y San Pablo, fue arrestada por agentes federales y compareció ante dicho tribunal el jueves pasado. Su presunta cómplice, Alicia Amanda Roberts, de 41 años y también conocida como ‘Alicia Roberts Canal’, sigue prófuga.
Ambas han sido acusadas de conspiración para cometer fraude postal y si son declaradas culpables enfrentarían una condena de hasta 20 años de prisión y una multa de $250,000, advierte la Fiscalía.
Las autoridades le piden al público que si tiene información sobre la fugitiva 'Roberts' lo notifique de inmediato al Servicio de Inspección Postal.
Se sospecha que Alexander era la encargada de revisar los obituarios de diarios locales para identificar a personas que perdieron la vida de manera “súbita”, anticipando que aún no se habían enterado las instituciones financieras de ese fallecimiento y así podían realizar el fraude.
Posteriormente usaban servicios que se dedican a vender información en internet y buscaban en varias páginas electrónicas para obtener la mayor cantidad posible de datos personales de los fallecidos.
En otro momento de su esquema llamaban a los bancos para cambiar las claves de sus cuentas y le notificaban al Servicio Postal (USPS) que habían cambiado de domicilio para recibir toda su correspondencia, incluyendo cartas ofreciendo solicitar nuevas tarjetas de crédito.
“Alexander habría enviado cheques y tarjetas de débito desde las cuentas de las víctimas y los recibía en la ‘nueva dirección postal’ (…) También abrió cuentas bancarias utilizando la información de las víctimas”, menciona la acusación federal.
El fraude relacionado con el dinero y los beneficios gubernamentales de personas muertas es más común de lo que parece en Estados Unidos y los acusados suelen ser familiares de los fallecidos.
Este lunes, oficiales federales arrestaron a un hombre de Nueva York que cobró indebidamente $76,000 que le envió a su padre la Administración del Seguro Social. Esta agencia no había detectado que este murió en agosto de 2013. Pero el señalado siguió tomando este beneficio hasta febrero de 2019.
Y, la Fiscalía de Florida presentó este mismo lunes cargos contra 13 personas en ese estado por robar de manera conjunta más de $1 millón en beneficios que el Seguro Social les siguió mandando a sus esposos, padres, hermanos y amigos cercanos porque no sabía que estos ya habían muerto.
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Así robaban a los muertos
En un reporte que es parte de la evidencia presentada en el caso ocurrido en California, un agente del Servicio de Inspección Postal cita el supuesto fraude cometido a una persona fallecida cuyas iniciales son D.K. Murió el 17 de enero de 2019 y, tres días después, se difundió su fallecimiento en un periódico.
Para el 21 de enero, las mujeres ya habían obtenido su número de Seguro Social, domicilio y edad. Y el día 28 de ese mes le pidieron al Servicio Postal que registrara un cambio de dirección a San Pablo, California.
Los primeros dos cheques que mandaron haciéndose pasar por esta persona fueron de $9,000. Ya el 5 de febrero hicieron tres retiros de su fondo de pensiones en Chase Bank por $18,000, $22,000 y $21,000. Dos días después repitieron la operación en una cuenta de Bank of America a nombre de D.K. por un total de $36,000.
Mientras Alexander estaba en una cárcel del condado (no está claro si fue por un delito relacionado), ella siguió identificando a víctimas potenciales y le mandó esa información a 'Roberts'. Incluso le pidió que el dinero que obtuviera del frade lo usara para pagar su fianza.
“Alexander también redactó una guía escrita a mano para educar a otros sobre cómo cometer el plan de fraude, que envió por correo a otros conspiradores”, señala la Fiscalía.
En clave, la correspondencia de Alexander le pedía a su cómplice que viera la información sobre el obituario de “tía T.L.” y de “tía J.H.”. En otra carta le dijo: “Tu primo T.L. tiene una casa” .
La investigación llevó a los detectives hasta una bodega rentada bajo el nombre de una de sus víctimas en la cual almacenaron varias tarjetas de crédito y de débito, un libro de cheques de US Bank, licencias de manejo con varios nombres, así como documentos financieros y recibos de los agraviados.
Además, encontraron nueve licencias de conducir del estado de Delaware con la fotografía de 'Roberts', pero con distinta información personal cada una. Y dos licencias en blanco con la foto de Alexander.
Se alega que estas mujeres estuvieron detrás de este sofisticado esquema fraudulento al menos entre el 20 de enero de 2019 y el 21 de febrero de 2020.
Alexander tiene una audiencia de detención este jueves ante la jueza Virginia K. DeMarchi. Este caso fue investigado por el Servicio de Inspección Postal y la Policía de Danville (California).
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