El escándalo de fraude universitario destapó la desigualdad en el sistema educativo. ¿Qué soluciones se proponen?

El FBI no solo destapó una red de ultraricos que engañaban el proceso de admisiones, también evidenció cómo el sistema educativo mismo puede incrementar la desigualdad. Algunos piden que la universidad sea gratis, otros piden reinventar el aprendizaje mismo. Estas son algunas propuestas.

Juliana Jiménez
Por:
Juliana Jiménez.
Mientras la educación se puede empaquetar y vender los más ricos van a acaparar más de ella. Y quienes no tienen con qué serán justamente quienes no podrán acceder a ese mecanismo de movilidad social que tanto necesitan.
Mientras la educación se puede empaquetar y vender los más ricos van a acaparar más de ella. Y quienes no tienen con qué serán justamente quienes no podrán acceder a ese mecanismo de movilidad social que tanto necesitan.
Imagen Foto cortesía de Allison Shelley/The Verbatim Agency for American Education: Images of Teachers and Students in Action. 

Cuando el FBI destapó el fraude de admisiones universitarias más grande de la historia, no solo destapó una red masiva de sobornos, lavado de dinero y chantaje. También dejó en evidencia un sistema educativo profundamente desigual que no alivia sino que incrementa la desigualdad.

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La semana pasada el Departamento de Justicia acusó a 50 personas, entre ellas CEOs y estrellas de televisión, de operar un fraude para que hijos de multimillonarios hicieran trampa y entraran a ocho universidades élite, como Yale, Stanford y Georgetown, según documentos judiciales.

Pero aún sin esa ‘puerta lateral’ los estudiantes de menos recursos, como los latinos, negros y otras minorías, ya están en desventaja, como han demostrado por décadas múltiples estudios. Y sin esa educación superior cada vez se hace más difícil conseguir un trabajo bien remunerado que ayude a romper el ciclo de pobreza.


“La cantidad de dinero que tiene la familia tiene mucho que ver con la probabilidad de ingresar a estas universidades”, le dijo a Univision Noticias Wil del Pilar, vicepresidente de The Education Trust, organización que aboga porque los estudiantes, sobre todo los de color, tengan más acceso a la educación.

En las universidades llamadas Ivy League (consideradas las más prestigiosas del país) la mayoría de estudiantes viene del 1% más rico del país, dice Del Pilar. Tanto el costo de la universidad como los salarios de la clase alta continúan creciendo, mientras los salarios de la clase media y baja se estancan.


¿Cómo se logra entonces que más estudiantes de bajos recursos lleguen a esas universidades, o que, simplemente, lleguen a cualquier universidad? ¿Cuáles son las propuestas?

¿Universidad gratis?

Políticos prominentes, como el senador por Vermont y precandidato presidencial demócrata Bernie Sanders, han propuesto que la universidad sea gratis.

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Pero eso no siempre le hace bien a los estudiantes de menos recursos como los latinos, recalcó Del Pilar. Y pone el ejemplo de Tennessee, donde se implementó un programa así, durante cuya aplicación encontraron que, irónicamente, quienes más se beneficiaron fueron estudiantes de clase media o alta, no necesariamente los que más lo necesitaban.

¿Por qué? La matrícula la puede cubrir un Pell Grant, que son becas que da el gobierno federal al demostrar que hay una necesidad financiera en el formulario de Solicitud Gratuita de Ayuda Federal para Estudiantes (FAFSA). Lo que es más difícil es cubrir libros, transporte y vivienda, y mientras más cara la universidad, más caros serán esos aledaños.

¿Alternativas a la universidad?

Actualmente, solo 22% de los latinos tienen un diploma universitario, según cifras del Censo, mientras que para los blancos no hispanos ese número es más del doble, 47%.

Otra opción es enfocarse en la alternativa y hacer que los certificados y las escuelas técnicas sean más accesibles y asequibles.

El canciller de Educación Richard Carranza hace referencia a este tipo de escuelas en las que los estudiantes pueden aprender un oficio mientras están en la preparatoria y recibir un certificado que les permitirá conseguir empleos en industrias de la agricultura, arquitectura, recursos humanos, ingeniería, computación, salud y aviación.
Video Escuelas técnicas en Nueva York, una opción para que miles de jóvenes reciban apoyo y desarrollen sus capacidades


Del Pilar estima que hay una realidad en el mercado laboral que desaconseja ese camino. “Es una realidad laboral: para conseguir un trabajo necesitas un título”, dijo. Además, las investigaciones muestran que quienes tienen un título ganan más dinero, votan más y tienen mejor salud.

Muchas veces, dice Del Pilar, quienes proponen caminos alternativos a la universidad son quienes ya tienen un diploma.

“Hay distintas rutas para el éxito, pero no es realista. Es una conversación falsa para nuestras comunidades”, dijo.

Dejarlo al azar

Investigadores educativos, como Natasha Warikoo, profesora asociada de educación de la Universidad de Harvard, apuntan a las loterías para entrar a la universidad,donde se escogen estudiantes al azar.

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Pero eso no resuelve la posibilidad de que una vez que hayan entrado, los estudiantes que no tuvieron clases avanzadas o tutorías estén preparados para desempeñarse al nivel que se les requiere .

Además, si debe trabajar para ayudar a su familia o cuidar un familiar, quizá no tendrá el tiempo o la capacidad intelectual para enfocarse en sus estudios.

Por razones como esas, muchos terminan interrumpiendo sus estudios: entre los latinos la tasa de deserción universitaria es de 55%, comparada al 38% para los blancos.

Acabar con los exámenes estandarizados

Algunos apuntan a que los requerimientos para entrar a la mayoría de universidades (buen puntaje en los exámenes estandarizados SAT y ACT, calificaciones altas, participación en actividades extracurriculares) de por sí discriminan a quienes no tienen recursos para pagar tutorías, cursos y libros de texto, o el tiempo libre para unirse a un club o practicar un deporte, porque tienen obligaciones familiares.

Las investigaciones apuntan que un mayor ingreso familiar se correlaciona con puntajes más altos en esos exámenes y que estos están sesgados contra estudiantes latinos y negros por, por ejemplo, el tipo de preguntas que hacen.

Hay quienes abogan entonces por acabar el requerimiento de tomar el ACT o SAT porque contribuyen, no alivian, la desigualdad.

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"No estoy de acuerdo con eso”, le dijo a Univision Noticias Marten Roorda, CEO de ACT, la compañía de exámenes estandarizados. “Uno no puede culpar al sistema de admisiones por eso. Esto no se trata del proceso de admisiones, no se trata de exámenes: se trata de desigualdad”.

Parte del fraude masivo descubierto por el FBI de hecho involucraba a administradores del ACT que fueron sobornados por padres para que sus hijos recibieran el tiempo extra que se otorga a quienes toman el examen cuando tiene algún tipo de discapacidades, (aunque en el caso de ellos eran falsas), o que una persona les corrigiera las respuestas del examen.

Roorda le confirmó a Univision Noticias que ACT no está bajo investigación federal. Añadió que la compañía ha cooperado con las pesquisas y están “satisfechos con esa colaboración”.

Además dijo que constantemente están revisando a los administradores del examen, que ese sistema de verificación “está en un nivel muy aceptable”, y que “estamos tomando todos los pasos posibles para garantizar que sea seguro”.

Lanzaron la iniciativa UChicago Empower, la cual flexibiliza el proceso de admisión e incrementa el apoyo financiero a estudiantes de primera generación de áreas rurales y de minorías para familias que ganen menos de 125,000 dólares al año. Además, va a permitir que estudiantes puedan comenzar su proceso de admisión sin presentar exámenes estandarizados.
Video Universidad de Chicago anuncia cambios para facilitar la admisión de estudiantes latinos de bajos recursos


“Ningún sistema es perfecto, pero la dificultad está (y no lo podemos controlar) del lado de las admisiones mismas”, dijo Roorda, “hay puertas traseras que es imposible para nosotros atacar”.

Roorda viene de Holanda, donde, como en el resto de Europa, la universidad es “prácticamente gratis”, dijo.

“Si miras las universidades más selectivas, las cantidades que tienes que pagar allí, eso automáticamente lleva a mucha presión en el sistema ... eso va a llevar a incidentes como esos, pero la causa no está en el sistema de admisiones sino en las desigualdades del sistema que están detrás”, añadió.

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Del Pilar propone una alternativa: que los exámenes estandarizados sean opcionales. Así, las universidades podrían valorar más los ensayos o las actividades extracurriculares, dice.

Pero de nuevo, esto no resuelve el problema de que es menos probable que esos estudiantes con menos recursos hayan recibido instrucción de cómo escribir esos ensayos, y que habrá estudiantes de más recursos con acceso a tutores de escritura.

De hecho, ya para el momento de aplicar a la universidad es demasiado tarde, según múltiples estudios e investigaciones. que indican que la desigualdad educativa tiene un efecto acumulativo que empieza desde la infancia.

La ventaja viene de antes: la brecha entre ricos y pobres empieza a veces desde los 9 meses y se acentúa. Es mucho más probable que esos estudiantes ricos vengan de un hogar donde desde pequeños se leen libros y cuyos padres tengan un vocabulario amplio.

Entonces para encontrar una solución hay que ir más atrás, al comienzo de la vida.

Darle dinero a los padres

Algunos análisis apuntan a que puede ser más efectivo en términos de costo darle dinero directamente a los padres que invertir en el preescolar.

Según un estudio, conducido por investigadores de la Universidad de Texas en Austin y el Departamento del Tesoro, darle 1,000 dólares extra al mes a la familia sube las calificaciones casi el doble que empezar el kinder más temprano.

Esto se debe en parte porque los niños estarían más protegidos de pasar hambre o sufrir por salud, los obstáculos más grandes que enfrentan los estudiantes de clase baja en su aprendizaje.

Licencia de maternidad y paternidad pagada

Una de las claves del éxito educacional es la calidad de la crianza desde el comienzo de la vida. Esto requiere tener tiempo para interacciones profundas entre el niño y sus padres, donde se le mire a los ojos, se le escuche con atención y se le haga sentir visto y amado.

Hablarle a los bebés y mirarlos a los ojos es vital para ayudarlos a alcanzar su potencial en cada etapa. Hasta 90% del cerebro se desarrolla en estos años, y cada interacción, emoción y sensación cimienta las bases para lo que ocurrirá el resto de la vida en el aprendizaje y en la salud física y mental.
Video Las interacciones con los niños de los 0 a los 5 años construyen lo que será la arquitectura de su cerebro


Mientras más tiempo tengan los padres de hacer eso, más fuertes serán las fundaciones para el aprendizaje por el resto de la vida.

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Es difícil hacer esto si la madre tiene que volver a trabajar tan solo semanas después del parto, en algunos casos, o si el padre se ve forzado a trabajar extra para poder cubrir los astronómicos gastos que implica tener un bebé.

Sin duda, quienes se beneficiarían más de una licencia de maternidad y paternidad pagada serían desproporcionadamente las familias de bajos recursos.

Repensar el aprendizaje

Otras alternativas tratan de atacar el problema de raíz, en cómo pensamos sobre el aprendizaje mismo, y de maneras que ayudan sobre todo a estudiantes con menos recursos.

De la vida misma

Existen redes de maestros, administradores y estudiantes, como la llamada Deeper Learning, o un aprendizaje más profundo, donde el aprendizaje viene de la vida misma, de pasantías basadas en estas comunidades, se basa en proyectos y no en exámenes, y no se limita a un salón de clase.

Los estudiantes no son tratados como recipientes vacíos que el maestro debe llenar con conocimiento, sino que se asume que todos los estudiantes tienen algo que enseñar, que al enseñar aprenden, y por eso pueden aprender los unos de los otros.

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Así, los maestros se convierten más en guías que además conectan a los estudiantes con redes de estudiantes, maestros, conocimientos y recursos por todo el mundo que ayudan a los alumnos a aprender lo que necesitan para triunfar. Los estudiantes entonces no dependen de una sola figura o institución, como una universidad, para su aprendizaje.

Sin embargo, este modelo educativo todavía no es el predominante en las escuelas de kinder a 12 grado y aunque hace énfasis en las comunidades desfavorecidas y estudiantes de color, aún no incluye muchas de esas comunidades porque es un modelo reciente.

Además, después de graduarse, estos estudiantes igual tendrían que entrar a la universidad a través del cuestionado sistema de aplicación y admisiones. Y si no tuvieron una buena fundación desde casa en el periodo crítico de los 0 a los 5 años, o si cargan con responsabilidades extra, el camino continuaría siendo cuesta arriba.

Así que mientras la educación sea un producto que se puede empaquetar y vender, escaso y cada vez más caro, los más ricos van a ser quienes acaparen más de ella, desde el momento de nacer en adelante. Y quienes no tienen con qué serán justamente quienes no podrán acceder a ese mecanismo de movilidad social que tanto necesitan.

Univision y ACT sostienen una alianza de contenido educativo.

Este grupo de visionarios tiene en común, además de los millones, que ninguno de ellos terminó la universidad. Y eso no fue ningún impedimento para que alcanzaran el éxito.
Te presentamos la lista que publicó la versión digital del periódico mexicano Excélsior para que, foto a foto, veas que la preparación universitaria no es garantía del éxito, pero sí lo es el trabajo muy duro y constante, además de la dedicación.
STEVE JOBS. El fundador de Apple no abandonó como tal los estudios en el Colegio Reed; simplemente asistía a las clases que le parecían interesantes.
Trabajó en Atari, donde diseñó circuitos junto a su amigo Steve Wozniak, a quien se dice no le pagó lo que le ofreció por su talento. Juntos diseñaron la primera computadora Apple I en 1976, año en que recibieron el financiamiento de Mike Makkula.
Salió de Apple en 1985m fundó la tecnológica NeXT, compró LucasFilm y volvió en 1996 a la compañía que vio nacer para dirigirla hasta su muerte.
BILL GATES. Pese a no haber terminado la educación universitaria, Gates logró fundar Microsoft, una de las empresas más grandes del mundo de la tecnología.
Ingresó a Harvard en 1973, y dos años después dejó la escuela para iniciar su propia compañía junto a Paul Allen. Gracias al programa de computación BASIC, Microsoft se embolsó un millón de dólares en su primer año.
MARK ZUCKERBERG. El fundador de la red social más importante del mundo dejó sus estudios en Harvard en el otoño de 2004 para dedicarse al cien por ciento a su proyecto.
Entre pérdidas y ganancias de gran envergadura, la empresa reportó en 2011 ingresos netos que alcanzaron los 1,000 millones de dólares.
Y aunque hoy en día sigue en auge, el desastroso debut que tuvo en Wall Street ha hecho a muchos preguntarse cuál será el futuro de la empresa.
MICHAEL DELL. El hombre que fundó la compañía que lleva su nombre empezó vendiendo kits para computadoras personales, mientras se alistaba para estudiar medicina en la Universidad de Texas.
Ese empleo lo convenció que si un fabricante vendía sus propias computadoras, podría reducir los costos, por lo que fundó PC’s Limited. Luego se transformó en Dell Computers, con el "a sus 27 años"como el CEO más joven en la lista de Forbes 500.
JAMES CAMERON. El director creador de las dos películas más taquilleras en toda la historia del cine había decidido primero estudiar física, luego inglés y solo un año más tarde, desertó.
Su romance con el cine comenzó cuando elaboraba modelos miniatura en Roger Corman Studios, y aunque Piraña II fue su primera oportunidad de dirigir, Terminator lo lanzó a la fama.
RICHARD BRANSON. El dueño del Grupo Virgin fue un alumno con bajo rendimiento académico, pero su empatía con las personas lo llevó al camino del éxito.
Primero vendía anuncios publicitarios para la revista The Student; luego vendió discos por correo bajo la marca Virgin, basando su éxito en los descuentos que ofrecía. Luego obtuvo un local para vender los discos, con lo que lanzó Virgin Records, además de Virgin Atlantic Airways y Virgin Mobile y hasta refrescos de cola, vodka, energéticos e incluso hospitales.
RALPH LAUREN. Este hombre nacido en el Bronx, hijo de inmigrantes judíos, creó uno de los más grandes imperios de la moda, luego de abandonar tras dos años la carrera en negocios.
Con el apoyo de Norman Hilton abrió una tienda de corbatas, donde vendió algunas diseñadas por él. Hoy en día, cuenta con 179 tiendas departamentales, 171 tiendas de fábrica y más.
SHELDON ADELSON. El dueño de una de las desarrolladoras de destinos turísticos más grandes del mundo, Las Vegas Sands Corporation, dejó el City College de Nueva York.
Desde los 12 años inició su vida empresaria, vendiendo artículos de tocador, trabajando como agente hipotecario, asesor de inversiones, consultor financiero e incursionando en el sector turístico.
En 1988 compró el imperio de casinos Las Vegas Sands, con el cual ha pasado buenos y malos tiempos, pero ha sabido sobreponerse.
ROMAN ABRAMOVICH. El dueño del equipo de fútbol británico Chelsea dejó los estudios universitarios, según los constantes rumores al respecto. Se probó el uso del dinero que le dieron sus suegros al casarse para comprar productos del mercado negro para venderlos.
Su ascenso, no del todo limpio, se dio porque aceptó que llegó a incurrir en prácticas de corrupción, lo que le ayudó a construir una buena conexión con la red política.
LARRY ELLISON. La muerte de la madre adoptiva del fundador de Oracle le obligó a dejar sus estudios en la Universidad de Illinois. Tiempo después desertó también de la Universidad de Chicago, pero ahí tuvo su primer acercamiento con el mundo de la computación.
Tras su trabajo para la CIA en Ampex Corporation, fundó une empresa que ofrecía soluciones a negocios con manejo de bases de datos. Más tarde esa empresa se convertiría en Oracle.
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Este grupo de visionarios tiene en común, además de los millones, que ninguno de ellos terminó la universidad. Y eso no fue ningún impedimento para que alcanzaran el éxito.
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