A ‘cuentagotas’ el gobierno reunifica las familias separadas forzosamente en la frontera

ACLU ha denunciado que una gran mayoría de padres separados y luego deportados, firmaron documentos autorizando las expulsiones sin conocer las consecuencias al haberlo hecho, fueron engañados, y en muchos casos les hicieron firmar órdenes de salida voluntaria.

Jorge Cancino
Por:
Jorge Cancino.
El gabinete de Trump quiere retirarse de un acuerdo judicial de hace más de 20 años para poder detener a los menores que llegan a la frontera, solos o acompañados. Expertos creen que la propuesta no será aprobada.
Video El gobierno de EEUU quiere detener indefinidamente a niños inmigrantes que llegan por la frontera

A 64 días de haberse cumplido el plazo para que el gobierno de Donald Trump reunifique las 2,564 familias que separó forzadamente en la frontera con México, todavía 358 siguen bajo la custodia de las autoridades federales. Y todavía no se ha presentado un reglamento final que permitirá a algunos padres, tener acceso a una segunda entrevista de miedo creíble para defender sus casos de asilo.

En un período de 35 días, entre el 5 de mayo y el 9 de junio, agentes federales separaron un total de 2,564 familias, de ellos, 103 niños menores de 5 años.

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El jueves, de acuerdo con el calendario de una corte del sur California, en San Diego (que el 27 de junio ordenó las reunificaciones en un plazo de 30 días), abogados del gobierno y de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) presentaron un informe conjunto que detalla los avances registrados en la última semana.

En el documento, al que tuvo acceso Univision Noticias, ambas partes reportan que han contactado por teléfono a 346 padres que fueron deportados a sus países de origen sin sus hijos.

Los detenidos serían familiares o personas que querían encargarse de los menores bajo custodia del gobierno de EEUU después de cruzar la frontera. Un funcionario de ICE dijo ante el Congreso que rastrearon los antecedentes de potenciales patrocinadores.
Video Arrestan a 41 inmigrantes que reclamaban a niños migrantes separados de sus familias


ACLU ha denunciado que un a alta mayoría de padres deportados firmaron documentos autorizando las deportaciones sin conocer las consecuencias al haberlo hecho, que fueron engañados, y en muchos casos les hicieron firmar órdenes de salida voluntaria y no les explicaron detalladamente lo que eso significaba.

El grupo de derechos civiles alega, además, que los padres deportados solo tuvieron acceso a documentos en inglés, un idioma que desconocen.

Las separaciones forzadas de familias registradas entre mayo y junio, formaron parte de la política de ‘tolerancia cero’ del gobierno de Trump. Si bien no existe una guía al respecto, el Departamento de Justicia ordenó levantar cargos criminales a los padres que cruzan ilegalmente al país para de esa manera forzar la separación mientras se resuelve la causa criminal.

La medida generó fuertes condenas dentro y fuera del país, obligando a Trump a recular y dar por finalizada las separaciones, pero mantiene la orden de deportaciones aceleradas.

Las últimas cifras

El informe de esta semana revela que 72 padres han elegido que su hijo sea repatriado, mientras que otros 174 renunciaron a su derecho de reunificación. Esto permitiría al gobierno entregar al menor a algún familiar o tutor en Estados Unidos.

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El gobierno de Trump ha advertido, sin embargo, que sólo entregará a los menores a familiares que cumplan con ciertos requisitos, entre ellos no tener antecedentes criminales.


El 22 de septiembre Univision Noticias reportó que la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) confirmó a Univision Noticias que la agencia, “entre principios de julio y principios de septiembre”, detuvo a 41 inmigrantes adultos que acudieron a reclamar la custodia de menores que habían sido separados y/o arrestados en la frontera por agentes de la Patrulla Fronteriza (CBP).

“La cifra fue confirmada por el director asociado de ICE, Matthew T. Albence, a los miembros del Comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado. Los arrestos se llevaron a cabo porque los familiares tenían antecedentes criminales.

En otros 68 casos de menores separados y cuyos casos migratorios han sido resueltos, 32 ya han regresado a su país de origen y 36 se encuentran ahora con algún familiar o tutor en territorio estadounidense, agrega el informe de esta semana.

Hasta ahora, de los 2,654 menores separados, cifra que aceptan los abogados tanto del gobierno como de la ACLU, 2,296 han sido reunificados.


El informe indica además que unos 136 niños continúan bajo cuidado de la Oficina de Reubicación de Refugiados (ORR), dependencia que opera bajo el mando del Departamento de Salud y Recursos Humanos (HHS), y de ellos 96 son hijos de padres que ya han sido deportados.

Agrega el reporte que otros 219 menores no serán elegibles para cumplir con la orden de reunificación dictada el 26 de junio por el juez federal Dana Sabraw. Esto debido a que los propios padres renunciaron a este derecho o bien porque tienen antecedentes criminales que los convierten en inelegibles bajo las leyes estadounidenses.

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La ACLU escribió este sábado en su cuenta de la red social Twitter que “un país antiinmigrante no es aquel en el que queremos vivir”.

Reglamento pendiente

El documento entregado esta semana no hace referencia al reglamento final que permitirá, a cientos de familias afectadas por las separaciones forzada y que ya tuvieron una fallida primera entrevista de miedo creíble cuando pidieron asilo, tener una segunda oportunidad para defender sus derechos de permanencia en Estados Unidos.

El fin de semana pasado el juez Sabraw dio luz verde para que los abogados de ambas partes en la demanda redacten un reglamento, planteado por ambos en el tribunal como parte de los esfuerzos para poner fin a la disputa judicial.

Una vez aprobado el reglamento, la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) deberá recibir y revisar nuevamente las peticiones de asilo de padres inmigrantes afectados por las separaciones y a quienes ya les rechazaron una primera entrevista de miedo creíble.


“La entrevista de miedo creíble se hace en base al miedo/temor que tiene una persona de regresar a su país de origen porque es perseguida, o tiene miedo/temor de persecución o tortura”, explica Rebeca Sánchez-Roig, una abogada de inmigración que durante más de 15 años fungió como fiscal de inmigración en el Departamento de Justicia.

La entrevista la lleva a cabo un agente de asilo de la USCIS. “Consiste en una especie de interrogatorio de lo que le ha sucedido a la persona en su país y si ha sido perseguido, torturado, etc.”, dice Sánchez.

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“Si el agente de asilo determina que la persona tiene miedo creíble, entonces recibe una audiencia ante un juez de inmigración, donde podrá solicitar asilo en Estados Unidos”, agrega.

“La entrevista de miedo creíble con el agente de la USCIS es clave y, quizás, el momento determinante sobre su futuro inmediato en Estados Unidos”, explica el libro ‘Inmigración: las nuevas reglas, una guía de Univision’.

Esta furgoneta Dodge Grand Caravan del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) lleva a dos inmigrantes detenidos durante una deportación que realiza ICE en San Diego todas las tardes después de que acuden a una corte de inmigración. Almudena Toral/Univision Digital
El carro tiene rejas por dentro y cristales polarizados. Si uno no se fija en la matrícula, que dice DHS, luce como un auto cualquiera. Toma el desvío de la última salida de Estados Unidos y se dirige a la frontera entre San Diego (EEUU) y Tijuana (México). Almudena Toral/Univision Digital
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Al llegar al Instituto Nacional de Migración mexicano, los dos agentes de ICE que acompañan a los dos detenidos abren y cierran tres rejas para acceder a la antesala de la puerta directa con México. La primera verja da acceso a una zona aislada por donde se alejan de una carretera comercial, la segunda da paso a un camino de tierra desde donde se ve una bandera mexicana gigante de fondo, y la tercera, la que se observa en esta fotografía, da acceso a un cuadrilátero vallado por los cuatro lados que tiene una puerta compartida con México. Almudena Toral/Univision Digital
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Dos policías de ICE vigilan a los dos detenidos mientras esperan que los oficiales mexicanos abran la puerta por donde se realizará la deportación. Ambos detenidos llevan cadenas que los amarran desde su cintura y terminan con unas esposas en sus manos. La espera dura unos quince minutos. Almudena Toral/Univision Digital
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La sombra de un policía de ICE se proyecta en el piso del lugar. La frontera de San Diego-Tijuana es una de las dos que realiza más deportaciones. Tamaulipas y Tijuana reciben a 70% de los deportados desde Estados Unidos. Almudena Toral/Univision Digital 
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Uno de los agentes de ICE desencadena al primer inmigrante que será deportado. Posteriormente lo escolta hasta la puerta de entrada a México, donde un agente de migración mexicano le hará preguntas sobre su salud e identidad. Almudena Toral/Univision Digital
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Cuando el primer inmigrante ha cruzado la puerta hacia México, el agente de ICE desencadena al segundo inmigrante. Almudena Toral/Univision Digital 
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El agente federal de migración de México, vestido de marrón, los recibe y les hace varias preguntas a los inmigrantes antes de dejarlos entrar al país: su nombre, edad, estado de salud, si son mexicanos y de qué parte del país. Anota las respuestas en una carpeta. Almudena Toral/Univision Digital
El detenido cruza de Estados Unidos a México. En el Instituto Nacional de Migración mexicano les entregan un sobre con una “constancia de recepción de mexicanos repatriados” y una póliza de seguros, que les provee asistencia y medicinas por los tres años siguientes a su repatriación. Almudena Toral/Univision Digital 
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Los agentes de ICE se retiran cerrando todas las verjas y puertas a su paso. Almudena Toral/Univision Digital
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Los deportados aparecen por el puerto fronterizo El Chaparral en Tijuana, México. Llevan puesta la ropa con la que les detuvieron y, en la mayoría de los casos, ninguna otra pertenencia ni dinero. Al llegar aquí deben averiguar dónde están y cómo encontrar medio de transporte para reunirse con sus familias. Almudena Toral/Univision Digital
Uno de los deportados, Antonio Martínez-Arreguín, muestra su “constancia de recepción de mexicanos repatriados” cerca de El Chaparral, antes de emprender la caminata de horas para intentar llegar a casa de un primo. La constancia le sirve, hasta que pueda tramitar sus documentos, para identificarse como ciudadano de México. No tiene dinero, teléfono ni documentos. Almudena Toral/Univision Digital
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Antonio Martínez-Arreguín, recién deportado, camina en Tijuana. “Ha cambiado mucho… 
<br> Acá hay un puente, se me hace…”, dice. Deambula intentando orientarse: “¡Aquí antes había un McDonalds!”. Para llegar a casa de su primo cruzará una autopista y un río. Tras un mes recuperándose y ahorrando algo de dinero en México, piensa cruzar de nuevo a Estados Unidos. Allí está parte de su familia –y puede ganar $1,000 por semana en vez de $60. Almudena Toral/Univision Digital
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Esta furgoneta Dodge Grand Caravan del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) lleva a dos inmigrantes detenidos durante una deportación que realiza ICE en San Diego todas las tardes después de que acuden a una corte de inmigración. Almudena Toral/Univision Digital
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