Ataques de Trump a política de asilo van dirigidos a pacto que regula el trato que debe dar a los niños migrantes

El presidente no abandona la guerra que le declaró, desde un comienzo de su presidencia, a leyes que protegen los derechos de los niños migrantes y que impiden el desarrollo a fondo de su política de 'tolerancia cero', basada en arrestos masivos y deportaciones aceleradas.

Jorge Cancino
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Jorge Cancino.
El presidente respondió a las críticas por las condiciones infrahumanas en las que viven miles de niños y familias en los centros de detenciones, pero su respuesta causó polémica. Mientras tanto han disciplinado a los agentes que subieron comentarios denigrantes de inmigrantes y congresistas a Facebook. Hablamos con la representante de Texas, Mary González.
Video Trump asegura que migrantes en centros de detención están en mejores condiciones que en sus países

Los ataques que el presidente Donald Trump lanza a la política de asilo se han ido incrementando en los últimos días. La semana pasada, durante la firma de una partida de emergencia humanitaria por $4,600 millones aprobada por el Congreso para atender la crisis migratoria en la frontera, dijo que “debemos eliminar todos los incentivos para el contrabando de niños y mujeres” y dejó de lado el derecho a pedir asilo.

Agregó que los traficantes de personas “están contrabandeando mujeres a través de la frontera (…) porque no hay muro” y aseguró que los contrabandistas “entrenan a los migrantes para que viajen con menores de edad y los envían solos para que puedan ingresar fácilmente a Estados Unidos”.

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También dijo que “en este momento existe una situación en la que nadie sabe lo que están haciendo porque nuestras leyes son muy malas y se pueden cambiar. Siempre digo, 15 minutos. Que sea una hora, es muy sencillo. Estos cambios son muy simples. Se trata de cambios en el asilo. Si cambiamos la ley de asilo, podemos tener el 75% hecho. El resto debe hacerse sobre las lagunas”, apuntó.

En ninguna parte se refirió a la oleada de migrantes centroamericanos que huyen de la violencia y la pobreza extremas, que fue advertida por la ONU en 2013 y en el último año se ha multiplicado.

Para Trump solo se trata de un problema de seguridad nacional. “Tienes cientos de contrabandistas de niños y, en realidad, probablemente miles, y se están haciendo muy ricos porque nuestras leyes son muy malas”, apuntó.

No vengan

Dos días después de la promulgación de la partida presupuestaria de emergencia, Trump escribió en su cuenta de la red social Twitter que, “si los migrantes ilegales no están satisfechos con las condiciones en los centros de detención construidos o reacondicionados rápidamente, díganles que no vengan”.

El desprecio fue en respuesta a las críticas que su gobierno ha recibido por el trato que brinda a cientos de menores migrantes en los centros de detención de la Patrulla Fronteriza (CBBP) tras pedir asilo, denuncias fue fueron ratificadas en un informe publicado la semana pasada por el Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), quien concluyó que "el flujo migratorio actual y la crisis humanitaria resultante están abrumando rápidamente la capacidad del Gobierno Federal para responder".

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El documento confirma además que muchas instalaciones del CBP al sur de Texas no cuentan cn las condiciones mínimas requeridas.

El último ataque

El domingo Trump volvió a utilizar su cuenta de Twitter para insistir en que “la gente no debe ingresar ilegalmente a nuestro país solo para que nosotros tengamos que cuidarlos”.

Tampoco esta vez el presidente mencionó que se trata de personas que están huyendo de sus países para resguardar sus vidas, y que cuando llegan a la frontera se entregan a las autoridades migratorias para solicitar un beneficio legal disponible, como es el asilo.

“Son comentarios irresponsables, ofensivos que violan la ley y los derechos humanos”, dice Lilia Velásquez, una abogada de inmigración y profesora adjunta de la facultad de leyes de la Universidad de California, en San Diego.

“¿Cual sería el propósito de la Convención de Refugiados -la cual está adoptada en nuestro Código Nacional de Inmigración- si tomáramos la posición de que los refugiados no deben venir si no les parecen las condiciones inhumanas que les aguardan cuando vengan a pedir asilo?, se pregunta.

Velásquez responde que, “independiente del Acuerdo Judicial Flores de 1997 que define el trato que merecen los niños que llegan a nuestra frontera, es una vergüenza que el presidente de nuestro país hable de solucionar el problema haciendo comentarios que violan los derechos humanos y la ley nacional e internacional”. “El Estado de Derecho también se aplica al presidente, el también debe obedecer la ley”, advierte.

El Acuerdo Flores

Los ataques de Trump a la política de asilo también apuntan al Acuerdo Judicial Flores de 1997 y que el mandatario define como “laguna” o “vacío legal”. Y además presiona tanto a demócratas como republicanos en el Congreso para que lo eliminen y le dejen las manos libres para poder detener, arrestar, encarcelar y deportar masiva y aceleradamente a migrantes menores de edad en la frontera con México.

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Si bien no lo ha conseguido, el gobierno ha estado en abierta violación al acuerdo al mantener por más tiempo del permitido a los menores que detiene en la frontera. La Patrulla Fronteriza, en un plazo de 72 horas, debe entregar a los menores detenidos e la frontera, pero de acuerdo con denuncias escritas de puño y letra por niños migrantes y que han sido publicadas por Univision Noticas, las detenciones van más allá de los plazos legales establecidos.

Lo mismo ocurre en los centros de detención de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) y del Departamento de Salud y recursos Humanos (HHS), que reciben a los menores arrestados por la CBP. El Acuerdo lores establece hasta un plazo máximo de 20 días de privación de libertad, pero de acuerdo con reportes a los que tuvo acceso Univision Noticias, en algunos casos las detenciones en los centros del HHS sobrepasan los 120 días.

“El gobierno esta en violación del Acuerdo Flores”, dice Bárbara Hines, una abogada de inmigración y es profesora de la Clínica Legal de la Facultad de Leyes de la Universidad de Texas, en Austin. Agrega que “el Acuerdo requiere condiciones seguras y sanitarias para los menores. La política de Trump es inmoral, inhumana y viola los principios del derecho humano”, precisa.

En similares términos se pronunció este lunes la Organización Naciones Unidas (ONU). La alta comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, dijo en un comunicado que está "profundamente conmocionada" por las condiciones en que los migrantes y refugiados, niños y adultos, están detenidos en Estados Unidos después de cruzar la frontera”.

Qué dice el Acuerdo Flores

El Acuerdo Judicial Flores de 1997 fue aprobado para proteger y garantizar el respeto por parte del gobierno federal a los derechos de los niños migrantes detenidos en la frontera.

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Establece además que el gobierno debe facilitar instalaciones adecuadas para detener las familias y no debe privarlas de libertad por más de 20 días. “Por lo general, cuando el gobierno está experimentando una afluencia de llegadas, las familias bajo custodia que son liberadas están aún en un procedimiento de deportación y debe ser un juez de inmigración quien resuelvas sus permanencias en el país”, explica un reporte de la Comisión de Mujeres Refugiadas (Women’s Refugee Commision) publicado en su página digital. “Ellos, los puestos en libertad pueden hacer esto viviendo con un patrocinador en la comunidad, y en algunos casos son monitoreados electrónicamente o puestos en
otro programa alternativo al de detención”, añade.

En general, explica el Colegio de la Frontera Norte, el Acuerdo Flores “estableció una serie de protocolos de atención de menores bajo custodia de las autoridades migratorias” entre ellos “otorgar comida, agua, apoyo médico en caso de emergencias, baños, ventilación y temperatura adecuada, supervisión adecuada para protegerlos de otros, en lo posible separación de menores de adultos desconocidos”.

El acuerdo también “asegura la liberación pronta de los menores” y establece que el gobierno debe ubicar a los menores detenidos en la frontera “en espacios lo menos restrictivo posible y adecuados a la edad y necesidades de los niños; y que la autoridad migratoria establezca estándares de atención de menores bajo custodia de la autoridad migratoria”.

El reporte indica que, a raíz del incremento en las detenciones de menores no acompañados y de familias por la patrulla fronteriza en 2014, durante el gobierno de Barack Obama, ICE estableció como política la detención de todas las familias encabezadas por mujeres, incluyendo la detención de niños, en instalaciones de estricta supervisión y seguridad, sin licencia, durante el periodo de su procesamiento legal para establecer su situación de asilo.

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“Frente a esta situación, organizaciones de defensa de los derechos de la niñez migrante presentaron una demanda contra ICE por violar los términos del acuerdo Flores de 1997, logrando que en abril de 2015 la Juez Dolly McGee declaró que el gobierno federal se encontraba en violación de dicho Acuerdo.

La misma jueza ha dicho que el gobierno de Trump también viola el Acuerdo Judicial Flores, tal y como lo hizo su antecesor.

"Los comentarios del presidente sobre el asilo “expresan una opinión que no refleja lo que debe entenderse del Acuerdo Judicial Flores de 1997”, dijo Alex Gálvez, un abogado de inmigración que ejerce en Los Angeles, California.

En 
<b><a href="https://www.oig.dhs.gov/sites/default/files/assets/2019-05/OIG-19-46-May19.pdf" target="_blank">su reporte</a></b>, el Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) alertó de que el centro de procesamiento de la Patrulla Fronteriza (CBP) en El Paso del Norte tiene graves problemas de hacinamiento. 
<b>Su capacidad instalada permite albergar 125 inmigrantes, pero el 7 y 8 de mayo contabilizaron aproximadamente entre 750 y 900 inmigrantes.</b> La imagen corresponde a una de las celdas de mujeres adultas con capacidad para 12 personas: había entonces 76 detenidas apiñadas en ese espacio.
Esta imagen muestra otra de las 
<b>celdas diseñada para recluir a solo 35 detenidos hombres</b> para que esperen ahí mientras son procesados por los agentes de CBP. Sin embargo, en la fecha en la que la Oficina del Inspector General realizó el recorrido 
<b>había 155 inmigrantes indocumentados arrestados solo en ese espacio.</b> Los cuadros blancos resguardan los rostros de estas personas. Aseguran que la sobrepoblación ha hecho que incluso en alguna celda vieran a personas paradas sobre el inodoro para hacer espacio para que ingresen más personas o sencillamente para poder respirar.
El espacio de la imagen está diseñado para acoger 
<b>ocho mujeres y ese día contaron 41.</b> Las autoridades migratorias de CBP y del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) han alertado de que en la frontera sur se vive una "crisis humanitaria sin precedentes" e incluso han dicho que sus espacios son insuficientes para atender al volumen de centroamericanos que están llegando a diario al país para pedir asilo. El reporte de la Oficina del Inspector General asegura que revisó los estándares de Transporte, Acompañamiento, Detención y Búsqueda de CBP y que ellos establecen que 
<b>"bajo ninguna circunstancia se debe exceder la tasa de ocupación (en celdas) fijada". </b>Para esta instalación es de 125 personas. Aún así, detectaron niveles de hacinamiento que catalogaron como "peligrosos" durante los dos días de inspecciones sorpresa al centro.
En sus observaciones, hallaron que cientos de indocumentados eran revisados en el estacionamiento del centro de procesamiento. 
<b>Asegura que unas 75 personas eran tratadas por tener piojos.</b> La Oficina del Inspector General alerta que los límites de espacio no permiten separar a detenidos que tienen enfermedades infecciosas y altamente contagiosas, como varicela, sarna o influenza. Quienes llegaron a esta instalación entre el 7 y 8 de mayo eran en su mayoría centroamericanos que huyeron de la violencia y la pobreza en sus países. Los ciudadanos de Guatemala, Honduras y El Salvador están a la cabeza de las cifras de arrestos en la frontera sur.
Esta fotografía muestra una fila de personas esperando para ingresar al establecimiento de CBP en El Paso. La Oficina del Inspector General advierte en su informe sobre su preocupación no solo por el hacinamiento sino por el tiempo "prolongado" de permanencia de muchos inmigrantes en estos espacios. 
<b>La consecuencia: ha aumentado la incidencia de enfermedades e incluso los empleados del lugar han sido contagiados.</b> Cuentan que hay detenidos que están sanos y, aun así, solicitan que les permitan salir temporalmente de las celdas para ser revisados, lo que aumenta la carga de atención para el personal médico. Las condiciones de trabajo en este centro han hecho que muchos funcionarios renuncien y que otros estén acelerando sus retiros.
En la imagen, una funcionaria de CBP conversa con un grupo de mujeres detenidas en esa celda. Otro de los problemas que identificó la Oficina del Inspector General es que los agentes deben ingresar a las celdas para darles comida o cuidado médico exponiéndose a que algunos de los detenidos pueda agredirlos. Y en medio del hacinamiento, advierten que 
<b>mantener la salubridad del lugar se ha complicado y que incluso vieron un pasillo ocupado por 140 hombres que esperaban en las áreas comunes a que su celda fuera limpiada.</b> "Observamos al staff con dificultades para maniobrar alrededor de esta multitud y poder cumplir con sus responsabilidades, además de que dijeron que sienten que tienen posibilidades limitadas si los detenidos no quieren cooperar", se lee.
Maletas, carteras e incluso una muñeca en un contenedor. Antes de ingresar al lugar, los inmigrantes deben entregar sus pertenencias a los agentes, que aseguran vienen mojadas, con insectos y moho, por lo que las descartan.
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En su reporte, el Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) alertó de que el centro de procesamiento de la Patrulla Fronteriza (CBP) en El Paso del Norte tiene graves problemas de hacinamiento. Su capacidad instalada permite albergar 125 inmigrantes, pero el 7 y 8 de mayo contabilizaron aproximadamente entre 750 y 900 inmigrantes. La imagen corresponde a una de las celdas de mujeres adultas con capacidad para 12 personas: había entonces 76 detenidas apiñadas en ese espacio.
Imagen Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional.
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