La tolerancia cero de Trump aumentó el miedo y la ansiedad entre las familias inmigrantes, según estudio

El reporte halló que entre los hispanos, incluso quienes están legalmente en el país, existe miedo al momento de renovar una licencia de conducir, manejar un automóvil, visitar o transitar lugares públicos o acudir a una cita médica.

Jorge Cancino
Por:
Jorge Cancino.
Alicia Rivera decidió registrar con su teléfono móvil el incidente y les exigió a los oficiales la orden de aprehensión firmada por un juez para poder detener a su vecina. Aún así, dice que se la llevaron. La inmigrante fue interceptada por los agentes cuando salió de su casa en Los Ángeles.
Video Una mujer graba el momento en que enfrenta a agentes de ICE para evitar que se llevaran a su vecina

La política migratoria implementada por el gobierno de Donald Trump desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017 cambió la interpretación de la ley federal “provocando un aumento del miedo y la ansiedad entre las familias inmigrantes”, revelo un informe de The Urban Institute publicado este martes.

El reporte señala que de acuerdo con informes de los medios de comunicación, así como los estudios recientes, " las familias pueden estar cambiando la forma en que se desenvuelven en sus vidas diarias en respuesta a estos temores y al clima actual de la inmigración”.

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Desde un inicio de su carrera por la Casa Blanca en 2015, Trump utilizó el ataque a los inmigrantes como un arma de campaña. Primero tildó a los mexicanos de violadores, criminales y traficantes de drogas y luego extendió esos calificativos a la totalidad de los millones de indocumentados que hay en el país.


Posteriormente amenazó con deportar a la totalidad de extranjeros sin autorización en un plazo de 18 meses y después redujo la cifra a 4 millones, recalcando que el blanco sólo serían aquellos indocumentados con antecedentes criminales o quienes han violado el término de sus visas.

Pero el 25 de enero de 2017, cinco días después de asumir el poder, promulgó una orden ejecutiva donde decretó que la presencia indocumentada constituye una amenaza para la seguridad pública y nacional de Estados Unidos, medida que puso a los 11 millones de sin papeles en la mira de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), brazo de su fuerza nacional de deportaciones.

Datos del estudio

El reporte publicado por The Urban Institute evidencia “que las familias inmigrantes están evitando las actividades de rutina durante las cuales se les puede preguntar o molestar sobre su estado de ciudadanía”.

Una amenaza de deportaciones lanzada por Trump en junio, suspendida durante dos semanas a cambio de que el Congreso modifique la ley de asilo y luego reactivada, fue una de las últimas medidas anunciadas por el gobierno que agravó el clima de zozobra que vive la comunidad inmigrante.

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La más reciente entró en vigor este martes y corresponde a la extensión a nivel nacional del Programa de Deportaciones Expeditas (Extedited Removal -ER-) que regía solo hasta 100 millas de la frontera.

La nueva versión del ER, además, pone en proceso de deportación acelerada a inmigrantes que lleven menos de dos años en el país. Antes solo era para extranjeros indocumentados o inadmisibles que llevaban menos de 14 días.

El estudio indica además que los investigadores basaron sus hallazgos en una encuesta de diciembre de 2018 a 1,950 adultos no ancianos que nacieron en el extranjero o viven con al menos un miembro de la familia nacido en el extranjero.

Hallazgos importantes

Entre los descubrimientos, la muestra encontró que:

  • Aproximadamente uno de cada seis adultos en familias inmigrantes (17.0%) informó que ellos o un miembro de la familia evitaron las actividades de rutina de las autoridades durante las cuales se les podía preguntar o molestar sobre el estado migratorio.
  • Las actividades que se evitaron con más frecuencia fueron aquellas que involucraban interacciones con la policía: conducir un automóvil (9.9%); solicitar una licencia de conducir (9.0%); y hablar con la policía o denunciar un delito (8,3%).
  • Aproximadamente uno de cada tres adultos (32.9%) en familias con un estatus migratorio más vulnerable (al menos un miembro nacido en el extranjero no es un residente permanente o ciudadano naturalizado) informó que ellos o un miembro de la familia evitaron al menos una actividad de rutina.
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Sin embargo, agrega: “incluso entre las familias en las que todos los miembros son residentes legales permanentes (green card o tarjeta verde) o ciudadanos naturalizados, el 11.7% de los adultos informaron que ellos o un miembro de la familia evitaron al menos una actividad de rutina.

Datos adicionales

  • Los adultos hispanos eran tres veces más propensos (24.2%) que los adultos blancos no hispanos (8.5%) a reportar evitar al menos una actividad de rutina.
  • Entre los hispanos casi el 13% informó haber evitado hablar con la policía o denunciar delitos;
  • El 13% de los adultos hispanos reportó evitar renovar o solicitar una licencia de conducir;
  • El 14% de los hispanos reportó evitar conducir un auto;
  • El 10% de los hispanos reportó evitar ir a lugares públicos; y
  • El 8.4% de los hispanos reportó evitar visitar a un médico o clínica.

Los investigadores de The Urban Institute también señalan en el estudio que la salud y el bienestar de las familias inmigrantes y las comunidades más amplias “pueden verse afectadas negativamente por la renuencia a interactuar con los proveedores médicos, las escuelas, la policía y otros entornos institucionales clave”.
Concluyen que “evitar conducir o salir de casa podría amenazar el acceso al empleo, ingresos constantes, escuelas, servicios médicos y conexiones sociales esenciales para el bienestar”.

En 
<b><a href="https://www.oig.dhs.gov/sites/default/files/assets/2019-05/OIG-19-46-May19.pdf" target="_blank">su reporte</a></b>, el Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) alertó de que el centro de procesamiento de la Patrulla Fronteriza (CBP) en El Paso del Norte tiene graves problemas de hacinamiento. 
<b>Su capacidad instalada permite albergar 125 inmigrantes, pero el 7 y 8 de mayo contabilizaron aproximadamente entre 750 y 900 inmigrantes.</b> La imagen corresponde a una de las celdas de mujeres adultas con capacidad para 12 personas: había entonces 76 detenidas apiñadas en ese espacio.
Esta imagen muestra otra de las 
<b>celdas diseñada para recluir a solo 35 detenidos hombres</b> para que esperen ahí mientras son procesados por los agentes de CBP. Sin embargo, en la fecha en la que la Oficina del Inspector General realizó el recorrido 
<b>había 155 inmigrantes indocumentados arrestados solo en ese espacio.</b> Los cuadros blancos resguardan los rostros de estas personas. Aseguran que la sobrepoblación ha hecho que incluso en alguna celda vieran a personas paradas sobre el inodoro para hacer espacio para que ingresen más personas o sencillamente para poder respirar.
El espacio de la imagen está diseñado para acoger 
<b>ocho mujeres y ese día contaron 41.</b> Las autoridades migratorias de CBP y del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) han alertado de que en la frontera sur se vive una "crisis humanitaria sin precedentes" e incluso han dicho que sus espacios son insuficientes para atender al volumen de centroamericanos que están llegando a diario al país para pedir asilo. El reporte de la Oficina del Inspector General asegura que revisó los estándares de Transporte, Acompañamiento, Detención y Búsqueda de CBP y que ellos establecen que 
<b>"bajo ninguna circunstancia se debe exceder la tasa de ocupación (en celdas) fijada". </b>Para esta instalación es de 125 personas. Aún así, detectaron niveles de hacinamiento que catalogaron como "peligrosos" durante los dos días de inspecciones sorpresa al centro.
En sus observaciones, hallaron que cientos de indocumentados eran revisados en el estacionamiento del centro de procesamiento. 
<b>Asegura que unas 75 personas eran tratadas por tener piojos.</b> La Oficina del Inspector General alerta que los límites de espacio no permiten separar a detenidos que tienen enfermedades infecciosas y altamente contagiosas, como varicela, sarna o influenza. Quienes llegaron a esta instalación entre el 7 y 8 de mayo eran en su mayoría centroamericanos que huyeron de la violencia y la pobreza en sus países. Los ciudadanos de Guatemala, Honduras y El Salvador están a la cabeza de las cifras de arrestos en la frontera sur.
Esta fotografía muestra una fila de personas esperando para ingresar al establecimiento de CBP en El Paso. La Oficina del Inspector General advierte en su informe sobre su preocupación no solo por el hacinamiento sino por el tiempo "prolongado" de permanencia de muchos inmigrantes en estos espacios. 
<b>La consecuencia: ha aumentado la incidencia de enfermedades e incluso los empleados del lugar han sido contagiados.</b> Cuentan que hay detenidos que están sanos y, aun así, solicitan que les permitan salir temporalmente de las celdas para ser revisados, lo que aumenta la carga de atención para el personal médico. Las condiciones de trabajo en este centro han hecho que muchos funcionarios renuncien y que otros estén acelerando sus retiros.
En la imagen, una funcionaria de CBP conversa con un grupo de mujeres detenidas en esa celda. Otro de los problemas que identificó la Oficina del Inspector General es que los agentes deben ingresar a las celdas para darles comida o cuidado médico exponiéndose a que algunos de los detenidos pueda agredirlos. Y en medio del hacinamiento, advierten que 
<b>mantener la salubridad del lugar se ha complicado y que incluso vieron un pasillo ocupado por 140 hombres que esperaban en las áreas comunes a que su celda fuera limpiada.</b> "Observamos al staff con dificultades para maniobrar alrededor de esta multitud y poder cumplir con sus responsabilidades, además de que dijeron que sienten que tienen posibilidades limitadas si los detenidos no quieren cooperar", se lee.
Maletas, carteras e incluso una muñeca en un contenedor. Antes de ingresar al lugar, los inmigrantes deben entregar sus pertenencias a los agentes, que aseguran vienen mojadas, con insectos y moho, por lo que las descartan.
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En su reporte, el Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) alertó de que el centro de procesamiento de la Patrulla Fronteriza (CBP) en El Paso del Norte tiene graves problemas de hacinamiento. Su capacidad instalada permite albergar 125 inmigrantes, pero el 7 y 8 de mayo contabilizaron aproximadamente entre 750 y 900 inmigrantes. La imagen corresponde a una de las celdas de mujeres adultas con capacidad para 12 personas: había entonces 76 detenidas apiñadas en ese espacio.
Imagen Oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional.
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