Pence dice que oleada migratoria es “una crisis de inmigración ilegal”, no de migrantes que huyen

El futuro a corto plazo dibujado por Pence justifica la política de 'tolerancia cero' dibujada por la Casa Blanca y es congruente con el discurso que Trump utiliza para agradar a sus votantes.

Jorge Cancino
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Jorge Cancino.
Mientras el presidente Trump busca a toda costa cerrar la puerta a quienes huyen de sus países desesperados por la violencia y la falta de oportunidades, la frontera está saturada por la llegada masiva de familias y organizaciones civiles y religiosas tratan de atender la emergencia humanitaria.
Video "El niño es el pasaporte para cruzar", cuando los menores se convierten en el mejor recurso para migrar a EEUU

El vicepresidente Mike Pence aseguró el viernes, durante una visita a las instalaciones de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) en Baltimore (Maryland), que la oleada migratoria que se registra en la frontera con México se trata de una “crisis de inmigración ilegal”. Y no hizo una sola mención al hecho que la mayoría de quienes entran al país se entregan a las autoridades federales de inmigración para pedir asilo.

Pence tampoco dijo que la mayoría de los migrantes que llegan a la frontera con México están huyendo de sus países a causa de una grave crisis humanitaria generada por la violencia del crimen organizado y de pandillas, y la pobreza producto de los desplazamientos internos y la alta corrupción de los gobiernos.

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Por el contrario, Pence, al igual que el presidente Donald Trump, asegura que la situación actual en la frontera enfrenta “desafíos sin precedentes desde una perspectiva de seguridad” debido a las amenazas del grupo pandillero Mara Salvatrucha (MS-13), el flujo de drogas ilegales y la trata de personas.

Pence, además, define el escenario como una crisis “humanitaria y de seguridad” provocado no por la huida de miles de personas en busca de asilo y mejores oportunidades en Estados Unidos, sino causada por “lagunas legales” que están siendo aprovechadas por narcotraficantes, traficantes de personas y el crimen organizado.

Dólares suplementarios

La crisis de la frontera sur ha sido aprovechada por Trump para justificar su agresivo discurso antiinmigrante de campaña basado en la fallida construcción de un muro en la frontera con México, redadas masivas, deportaciones aceleradas y restricciones tanto a la inmigración legal como indocumentada.

Trump, sin embargo, no ha contado el apoyo del Congreso, controlado por los republicanos durante los dos primeros años de su gobierno. Y casi la totalidad de sus políticas han sido desafiadas en los tribunales de justicia y frenadas por dudas respecto a su legalidad.

En respuesta, el mandatario ha venido desarrollando una agresiva política migratoria de ‘tolerancia cero’ que, entre otras medidas, implementó severas limitaciones al asilo, restringió el ingreso de refugiados y ciudadanos de países de mayoría musulmana, eliminó facultades discrecionales a los jueces de inmigración y les fijó cuotas a cambio de evaluaciones, anuló más de 350,000 cancelaciones administrativas de deportación y reabrió los procesos, aumentó las redadas, aceleró juicios de deportación, puso en la mira miles de ciudadanías presuntamente otorgadas de manera fraudulenta y ordenó revisar los programas de visas de trabajo para favorecer a los trabajadores estadounidenses.

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“Hoy nuestro gobierno está presentando (al Congreso) una solicitud presupuestaria suplementaria porque conocemos los desafíos que esta agencia (ICE) enfrenta, no solo para asegurar nuestra frontera, sino para hacer cumplir nuestras leyes en todo el país”, dijo Pence.

Para qué el dinero

El pedido suplementario de fondos que alcanza los $4,500 millones y fue oficializado el 1 de mayo en una carta del presidente al Congreso. Los dineros serán destinados en respuesta “humanitaria” a la crisis y para las operaciones fronterizas, asegura.


  • $3,300 millones para centros de detención, alimentar y cuidar a los migrantes bajo custodia y para transportarlos.
  • $2,800 millones para aumentar la capacidad de detención del Departamento de Salud y Recursos Humanos (HHS) de Menores No Acompañados (UAC).
  • $273 millones para nuevos centros de procesamiento de migrantes en la frontera sur.
  • $1,100 millones para operaciones fronterizas de combate a la inmigración ilegal y para combatir el tráfico de drogas y el tráfico de personas.

“Estamos experimentando una oleada abrumadora de migrantes en nuestra frontera, muchos de los cuales son menores de edad y familias que requieren atención extensiva”, dice Trump en el documento enviado al Congreso.
Al igual que Pence, Trump tampoco menciona la existencia de una crisis humanitaria originada en Centroamérica, sino en el “aumento significativo de grandes grupos que llegan a nuestra frontera (…) en busca de asilo”, y le pide al Congreso “trabajar para cerrar las lagunas ( vacíos legales) de inmigración que incentivan a los migrantes a inundar nuestra frontera”.

Los “vacíos legales”

¿A qué se refieren Pence y Trump cuando hablan de vacíos legales? La Casa Blanca viene hablando del tema desde enero de 2017. Ambos mandatarios se refieren a tres medidas (una ley y dos acuerdos judiciales) creados con el propósito de salvaguardar la integridad de menores de edad y evitar los abusos por parte del gobierno federal estadounidense.

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  • Acuerdo judicial Flores de 1997. Prohíbe al gobierno federal privar de libertad a menores de edad en prisiones federales. Pero el gobierno de Trump considera que la vigencia de este beneficio entorpece sus planes de deportar al mayor número de indocumentados en el menor tiempo posible.
  • Ley TVPRA de 2008 sobre la prevención del tráfico humano. Prohíbe la deportación inmediata de menores indocumentados que no sean de países fronterizos (Canadá o México) y exige que sus futuros sean decididos por un juez de inmigración.
  • Acuerdo Zadvydas de 1997. ICE no tiene derecho a mantener a un no ciudadano bajo custodia al que no ha podido deportar por más de seis meses a menos de que presenten claras señales de ser un riesgo para la seguridad nacional.

El futuro inmediato

El futuro a corto plazo dibujado por Pence justifica la política de 'tolerancia cero' dibujada por la Casa Blanca y es congruente con el discurso que Trump utiliza para agradar a sus votantes. “Estamos en camino, este año, que que más de un millón de personas crucen la frontera sur de Estados Unidos explotando las lagunas legales en nuestras leyes”, asegura.

“Y a medida que todo eso sucede (…) la realidad es que los narcotraficantes, la gente moviendo el fentanilo y otras drogas peligrosas a nuestro país, las personas que explotan a los niños a través del tráfico humano y los pandilleros que explotan ese flujo, hay una tremenda presión sobre nuestro sistema para traer más crimen y más peligro a nuestras comunidades”, asegura.

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Trump “ha hecho su trabajo”, añade Pence. “Es hora de que el Congreso haga el suyo y que los demócratas en el Congreso se sienten con este presidente, se sienten con los republicanos para cerrar las lagunas que están siendo explotadas en nuestra frontera sur y poner fin a la crisis de seguridad y humanitaria”.

Antecedente olvidado

Cabe señalar que en octubre del año pasado la mayoría de los centroamericanos que participaron en la primera caravana de migrantes que cruzó parte de Centroamérica y México para llegar a la frontera sur de Estados Unidos en busca de asilo, se entregaron a la Patrulla Fronteriza y pasaron la entrevista de miedo creíble, según cifras oficiales entregadas a Univision Noticias por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

De 401 detenidos por agentes de la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (CBP) entre el 4 de abril y el 6 de junio que fueron referidos a un agente de la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) para una entrevista de miedo creíble, 374 pasaron la prueba.

Aunque la tasa general de detección de miedo creíble para el año fiscal 2018 fue del 76%, según las cifras oficiales, en el caso de la caravana la tasa llegó al 93%, un dato que Pence y Trump no utilizan en sus discursos. Sólo refieren que el total de personas que llegan a la frontera ingresan ilegalmente al país.

“Seguir con la retórica del muro solo le refuerza una base electoral que es extremista y que no le permitirá ir políticamente muy lejos con ella”, advirtió a principios de enero Roberto Izurieta, director del departamento de política latinoamericana y campañas políticas de la Universidad George Washington.

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“Esa base extremista y minoritaria, con sus voceros -o expresiones en algunos medios o periodistas extremos-, parece que le es muy importante, al menos emocionalmente”, añade.

Izurieta agrega que, con este discurso, “Trump está respondiendo a esa base más que a cualquier estrategia que le brinde viabilidad a su gobierno y éxito político, entendiendo que ya tiene en mira puesta en la reelección presidencial del 2020”.

La verdadera causa

En abril Elizabeth Kennedy, investigadora de la Universidad de California y actualmente investigadora académica de Human Rights Watch, dijo a Univision Noticias que las amenazas y políticas de Trump no han detenido la verdadera causa del éxodo de migrantes centroamericanos que huyen de sus países en busca de asilo en Estados Unidos.

La gente huye “para mejorar la vida o seguir adelante, para estar con su familia, para escapar de la pobreza o encontrar trabajo. Pero esto es solo una parte y no toda la historia”, advirtió.

“Soy una salvadoreña que tuvo que dejar su país en busca de seguridad”, dice a Univision Noticias Karla Salas Najarro, exabogada del Instituto de derechos humanos de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas de El Salvador (UCA). “Pienso que el mayor problema sigue siendo el económico y en segundo lugar la violencia generalizada que se vive en nuestros países”.

Salas explica que “las pandillas, sin duda, han logrado sembrar el miedo en la población que nada tenemos que ver con ellos. Al principio yo no les temía y confiaba, hasta cierto grado, en el sistema judicial. Pero a medida fui conociendo las operaciones de estos grupos y lo que hacían con sus víctimas y que no es juego, ya no me sentí segura. Si fuese por mi, tal vez seguiría viviendo en El Salvador, pero lo que me impulsó a venir a Estados Unidos fue el futuro de mi hija”.

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La pequeña, que estudiaba en una escuela privada en San Salvador, fue víctima de un intento de secuestro. El acto de violencia fue suficiente para que Salas y su familia migraran al norte, como miles y por las mismas causas expresadas por otros centroamericanos en la última década.

El miedo a morir es la principal causa del éxodo centroamericano a Estados Unidos desde 2013 y los niveles de desesperación en vez de disminuir, siguen aumentando, advierte Kennedy, un dato clave que Pence no mencionó el viernes en Baltimore durante la visita a las instalaciones de ICE.

A lo largo del muro en el sector El Paso, en Texas, pueden verse decenas de pantalones, camisas y prendas de ropa interior que van dejando los migrantes a su paso.
La montaña del Cristo Redentor en Sunland Park, Nuevo México, forma un muro fronterizo natural entre México y Estados Unidos. A pesar de su difícil geografía y el frío de la primavera, muchos inmigrantes usan sus senderos para cruzar.
Más de 40 personas se entregaron a la Patrulla Fronteriza en dos horas. Eran en su mayoría padres y madres con sus hijos en brazos, incluso bebés, que vinieron a Estados Unidos buscando mejores oportunidades de empleo.
Al no haber muros en la montaña del Cristo Redentor, la zona es vigilada permanentemente por la Patrulla Fronteriza y por sensores de movimiento. No es este el punto por el que ocurre el grueso de los cruces de indocumentados en el sector El Paso.
El arresto de un grupo de inmigrantes indocumentados en Texas, visto desde una vía.
"No habla inglés, solo español", se lee en el sobre que el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) entregó a la familia hondureña Vindel una vez que fueron liberados. Eran un padre y una madre con sus dos hijos. Los adultos fueron dejados en libertad, pero con un grillete en sus tobillos y deben presentarse en los próximos días con un oficial de ICE en su nueva dirección.
Aunque la Patrulla Fronteriza no tiene cifras exactas de cuántos coyotes han sido detenidos en los últimos años, aseguran que continuamente comparten información de inteligencia con las autoridades mexicanas. Explican que los traficantes de personas no cruzan a Estados Unidos pero sí guían a los migrantes hasta el río, por lo que debe ser el gobierno vecino quien efectúe las detenciones.
De un lado, el izquierdo, Ciudad Juárez, México; del otro, Sunland Park, Nuevo México.
Un niño guatemalteco ve al oficial de la Patrulla Fronteriza mientras él le hace preguntas a su padre.
Un agente de la Patrulla Fronteriza acompaña a un grupo de inmigrantes indocumentados hasta una de las puertas de acceso a Estados Unidos, donde los espera otro equipo para trasladarlos al centro donde le hacen las primeras entrevistas para luego remitirlos a ICE.
La frontera del sector El Paso está resguardada en buena parte por una verja metálica doble. Y no toda tiene muros construidos por el hombre, solo 83 millas. Otra parte tiene barreras naturales, como montañas.
A través de los sensores y las cámaras a lo largo de la frontera, la Patrulla Fronteriza detectó que un grupo de seis inmigrantes indocumentados intentaban cruzar a Estados Unidos con una escalera improvisada para escalar el muro fronterizo en el sector El Paso. La vigilancia del lugar se activó incluso con un helicóptero.
Una vez que los migrantes centroamericanos se entregan a la Patrulla Fronteriza son interrogados sobre su identidad. Este lunes, uno de los agentes aseguró que un joven había falsificado un acta de nacimiento para disminuir su edad a 17 años y ser tratado como menor.
Los oficiales de la Patrulla Fronteriza en El Paso aseguran que nunca habían visto cifras tan altas de inmigrantes arrestados en este sector. Enero y febrero de 2019 fueron dos meses en los que repuntó el dato, con más de 1,000% de variación en relación con los mismos meses de 2018.
Un tramo del muro fronterizo en el sector El Paso es levantado para sustituir el anterior, que se ve justo enfrente, y que fue instalado hace más de 10 años.
En la verja de El Paso es común ver zonas en las que los inmigrantes cortaron la estructura para poder entrar a Estados Unidos sin entregarse a la Patrulla Fronteriza. Los agentes aseguran que quienes se encargan de hacer los cortes son los coyotes.
El agente Frank Pino asegura que durante sus patrullajes de este año ha sido común encontrar grupos numerosos de inmigrantes indocumentados que quieren entregarse para pedir asilo. El grueso de las personas se rinde en el tramo que va de Ysletas a El Paso, ambos en Texas.
En un tramo de la zona de Santa Teresa, en Nuevo México, el muro de acero se acaba y el camino queda abierto y es aprovechado por los inmigrantes indocumentados para cruzar. En la imagen, una patrulla fronteriza vigila el área.
Un oficial de la Patrulla Fronteriza abre la puerta para salir del cinturón que vigiló.
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A lo largo del muro en el sector El Paso, en Texas, pueden verse decenas de pantalones, camisas y prendas de ropa interior que van dejando los migrantes a su paso.
Imagen Almudena Toral/Univision
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