Republicanos proponen no entregar a padres indocumentados a los hijos que lleguen solos a la frontera

El legislador texano John Cornyn, número dos del Partido Republicano, junto a otros tres senadores, presentaron este jueves un proyecto para asignar fondos para el muro, anular el poder de las ciudades santuario y ordenar detener a todos los niños de la frontera para deportarlos.

Jorge Cancino
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Jorge Cancino.
Activistas no creen que el proyecto tenga impacto aún en las familias que están en proceso de adquirir su residencia, sin embargo, recomiendan hacer ese proceso lo antes posible para evitar que el plan migratorio pueda afectarlos.
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Cuatro legiasladores republicanos presentaron este jueves un proyecto de ley migratorio denominado Confianza en la Construcción de América ( Building America’s Trust Act), enfocado en la seguridad fronteriza, los niños migrantes de la frontera y las ciudades santuario.

El plan, que asoma un día después que el presidente Donald Trump respaldara una iniciativa de ley que propone reducir la inmigración legal a la mitad en un plazo de 10 años, fue patrocinado por el senador John Cornyn, segundo en el rango y un declarado opositor a cualquier tipo de beneficio que regularice la permanencia de indocumentados en Estados Unidos, y también por los senadores John Barrasso (Wyoming), Ron Johnson (Wisaconsin) y Thom Tillis (Carolona del Norte).

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La iniciativa de seguridad fronteriza incluye la ampliación del muro en el sector sureste de la frontera con México y recomienda reforzar la implementación interna de las leyes de inmigración, incluso dentro de las jurisdicciones de las llamadas ciudades santuario.

Cornyn dijo durate la presentación del proyecto de ley que "durante demasiado tiempo, las fuerzas del orden público no han tenido las herramientas que necesitan para detener el flujo de la inmigración ilegal, y este proyecto de ley proporcionará los recursos y el plan para finalmente asegurar la frontera".

En la víspera, Cornyn anticipó que "habrá mucho trabajo” en ambas bancadas del Congreso, según un reporte del Washington Examiner.

Niños de la frontera

El plan prohibiría que los niños indocumentados que sean arrestados en la frontera sean entregados a familiares en Estados Unidos que entraron ilegalmente al país.

En mayo Univision Noticias reportó en exclusiva que, entre el 18 de julio de 2014 y finales de enero de este año, la Patrulla Fronteriza detuvo y procesó a 92,190 menores indocumentados no acompañados cuando intentaban ingresar a Estados Unidos.

En el mismo período de tiempo, las autoridades detuvieron a 93,578 unidades familiares (menores acompañados por un adulto), de acuerdo con un informe de la Oficina Ejecutiva para la Revisión de Inmigración (EOIR), dependiente del Departamento de Justicia.

De los 187,668 casos procesados en los 31 meses, las cortes de inmigración emitieron 15,243 órdenes de deportación para niños no acompañados y 20,974 órdenes de expulsión para unidades familiares. El 87% de estos dictámenes fueron emitidos en ausencia, señaló el EOIR.

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“La orden de deportación en ausencia convierte al inmigrante en un fugitivo de la ley”, advierte Ezequiel Hernández, un abogado de inmigración que ejerce en Phoenix, Arizona, y colabora frecuentemente con Univision Noticias.

"Hasta que nuestras fronteras estén completamente seguras, el sistema actual seguirá recompensando a las personas que ingresan ilegalmente a nuestro país por encima de quienes siguen la ley", dijo el senador Barrasso.

El plan McCaul

El senador Cornyn ha colaborado en varios otros proyectos migratorios, entre ellos uno presentado la semana pasada por el representante Michael McCaul (republicano por Texas).

McCaul propuso una iniciativa que autoriza la asignación de $10,000 millones para la construcción del muro en la frontera con México, uno de los principales compromisos de campaña del presidente Trump.

También agrega una partida de $5,000 millones para reforzar la seguridad en los puertos de entrada, y otra para evitar el ingreso indocumentados, además de contratar 10,000 nuevos agentes para la Patrulla Fronteriza.

El proyecto de mayo

No son los únicos proyectos patrocinados por ambos congresistas. En mayo Cornyn y McCaul presentaron un plan que, de ser aprobado, castigará con al menos cinco años de cárcel a los indocumentados deportados que regresen sin autorización al país.

El proyecto Cornyn-McCacul va dirigido específicamente a las ciudades santuario, e incluye una medida que obligaría a los padres de adolescentes indocumentados llevar grilletes electrónicos en los tobillos para que no falten a sus audiencias judiciales de deportación.

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En 2005 Cornyn, junto con el senador Jon Kyl (republicano por Arizona), patrocinó una ley que, entre otras medidas, proponía la deportación de todos los indocumentados. Y que una vez fuera, los expulsados deberían solicitar una visa en el consulado estadounidense.

Una idea similar ventiló Trump durante la campaña y tras ser electo. Pero ni Cornyn ni el presidente advirtieron que los deportados se convierten en inelegibles para regresar legalmente en el país, a menos que gestionen un perdón consular.

Futuro incierto

Grupos que respaldan mayores regulaciones para detener la inmigración indocumentada, entre ellos la Federación Americana por Una Reforma Migratoria (FAIR), consideran que este tipo de proyectos de ley no avanzarán en el Congreso.

Para aprobar una reforma migratoria se necesitan 218 votos en la Cámara de Representantes y 60 en el Senado. Ayer, tras el anuncio del apoyo de Trumop al plan Cotton-Perdue, que reduciría la inmigración legal en un 50% en una década, demócratas y republicanos consultados por Univision Noticias, señalaron que no apoyarán este tipo de medidas migratorias.

Mencionaron que la única manera de conseguir apoyo bipartidista es con una reforma migratoria que tenga un camino para regularizar a la mayoría de los 11 millones de indocumentados que viven en el país.

Rosa Sabido es originaria de México y tiene 53 años. Ha vivido dos meses en la Iglesia Metodista Unida de Mancos, una pequeña ciudad en las montañas de Colorado.
No tiene opciones legales, pero está decidida a quedarse en EEUU. "Voy a pedir, voy a llorar, voy a pedir a cualquiera que me deje estar con mi madre", dijo en una entrevista con Reuters en la iglesia.
En su pequeña habitación hay una ducha improvisada. Deja el cuarto para usar el baño, estirar las piernas en el jardín o asistir a los servicios religiosos. Si se aleja de la iglesia corre el riesgo de ser arrestada por agentes de ICE.
Su cama está bajo un mural del Arca de Noé, en lo que solía ser el vivero de la iglesia. "Me tomó por sorpresa", contó la madre de Rosa, Blanca Valdivia, sobre la decisión de su hija de buscar refugio en la iglesia. "Lo único que podemos hacer es apoyarla porque ella nos apoyó. Pero es difícil porque la necesitamos".
Cerca de 800 congregaciones en los Estados Unidos se han ofrecido a dar santuario a los inmigrantes que enfrentan la deportación, de acuerdo con el programa de inmigrantes y refugiados del Servicio Mundial de Iglesias (CWS).
La inmigrante se despide de su madre, Blanca Valdivia, en una visita a la Iglesia Metodista Unida de Mancos. "Este es mi hogar. Aquí es donde vivo. Aquí es donde he resuelto mi vida. Aquí es donde están mis padres", aseguró. Su madre y padrastro son ciudadanos estadounidenses.
Craig Paschal, pastor de la iglesia metodista de Mancos, abraza a la madre de Rosa. Aseguró que la decisión de convertir su iglesia en un santuario, y un punto focal en el debate nacional de inmigración, no fue fácil, pero lo consideró un deber cristiano.
Rosa y su madre conversan en un pasillo de la iglesia. "Cuando tenemos leyes que están devaluando a la gente y criminalizando a la gente tenemos una obligación. Ciertamente no es cómodo, no es fácil, pero eso es lo que estamos llamados a ser", aseguró el pastor Craig Paschal.
Los miembros de la iglesia traen comida y llegan acompañados de sus mascotas. También hacen clases de yoga junto a Rosa Sabido.
La madre de Rosa vive junto a la casa que su hija dejó para refugiarse en la iglesia de Mancos. Sue Ryter, de 74 años, dice que ve la acción de la iglesia como una cuestión de conciencia. "La esclavitud era una ley y necesitaba ser cambiada y había leyes como que las mujeres no podían votar. Esa ley necesitaba ser cambiada, y esta es una de esas leyes", afirmó.
Rosa Sabido saluda a Jen Paschal, una compañera de la iglesia. "Creo que es demasiado fácil entrar en este país", dijo Roy Jarboe, un habitante de Mancos de 69 años que apoya las políticas migratorias de Trump. "Creo que si están albergando a un criminal, están infringiendo la ley y la gente de la iglesia debe ser arrestada", aseguró.
"Lo he intentado muchos años. No quiero renunciar en este momento. Quiero seguir intentándolo. Quiero dar todo lo que queda de mí en esta pelea", aseguró Rosa Sabido.
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Rosa Sabido es originaria de México y tiene 53 años. Ha vivido dos meses en la Iglesia Metodista Unida de Mancos, una pequeña ciudad en las montañas de Colorado.
Imagen LUCY NICHOLSON/Reuters
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