Un solo error en la petición de asilo es suficiente para que te cancelen el trámite: esto recomiendan los abogados

Un casillero en blanco, una respuesta errónea o se le olvidó firmar el documento, pueden ser motivos suficientes para que el gobierno te rechace la petición de asilo. Además tendrá que comenzar de cero.

Jorge Cancino
Por:
Jorge Cancino.
La abogada de inmigración Jessica Domínguez explica qué sucede cuando un inmigrante se enferma y qué pueden hacer los familiares del detenido para tratar de ayudarlos.
Video ¿Qué derechos tiene un inmigrante que se enferma en un centro de detención?

Una advertencia lanzada por el servicio de inmigración a los solicitantes de asilo a finales de octubre ha hecho que abogados que asesoran a migrantes en estos casos insistan en hacer recomendaciones para que estos procesos no sean rechazados sin ni siquera haber sido estudiados.

“No aceptaremos su Formulario I-589 si deja algún campo en blanco”, escribió hace tres meses la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) en una de sus páginas digitales donde explica de qué se trata y cómo se llena el Formulario I-589 (Application for Asylum and for Withholding of Removal).

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“Debe proporcionar una respuesta a todas las preguntas en el formulario, incluso si la respuesta es ‘ninguna’, ‘desconocida’ o ‘N/A’”, agrega. Y previene que “no aceptaremos un Formulario I-589 que no tenga la explicación de por qué está solicitando para asilo o que le faltan apéndices a los que hace referencia en su solicitud”.

Cada vez más frecuente

La Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA) señala que, de acuerdo con informes de sus asociados a nivel nacional, “los rechazos de Formularios I-589 (Solicitud de Asilo y Retención de Deportación) debido errores o datos incompletos (en el documento), se han vuelto más frecuentes recientemente”.

La entidad pidió a sus asociados que “si tiene un cliente que recibió un rechazo del Formulario I-589, proporcione y explique el caso completando una breve encuesta” en su página web.

“Y si tiene más de un ejemplo de caso, complete una encuesta por separado para cada uno de ellos”, agrega.

La Asociación dijo además que “tenga en cuenta que no presentaremos casos individuales a la atención de USCIS, aunque su ejemplo de caso puede ser utilizado en nuestros esfuerzos de enlace con la agencia federal o para abordar tendencias problemáticas en los procesos de adjudicación”.

Hay que estar atento

Abogados consultados por Univision Noticias recomendaron a los inmigrantes que buscan asilo y se encuentran dentro del territorio estadounidense, que lo hagan dentro del plazo de un año estipulado por la ley, y revisen por lo menos dos veces el Formulario I-589 antes de firmarlo y enviarlo a la USCIS.

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“Es importante que, con la actitud híperagresiva del gobierno para tratar de encontrar cualquier fallo o error para rechazar una petición de asilo, estar híper vigilante en todo el proceso que conlleva preparar los documentos”, dice Jaime Barrón, un abogado de inmigración que ejerce en Dallas, Texas, y es miembro de AILA.

“No haga solo el proceso de llenar el formulario. Que alguien más lo haga junto a usted. Y si no habla inglés, pídale a alguien que le asista y le explique cada pregunta en detalle. Sólo así responderá con certeza”, agrega.

Barrón dijo además que “el documento debe llenarlo lo más completo posible, porque un solo casillero en blanco o con la respuesta incorrecta, es suficiente para que le cancelen el pedido y deberá comenzar de nuevo”.

“Hágalo con calma”

A la pregunta respecto a cuál debe ser la principal preocupación al momento de llenar el Formulario I-589, Barrón dijo “no corra, hágalo con calma. Lea primero las instrucciones”.

“Muchos no leen las instrucciones de cómo se llena. No se dan cuenta del trabajo que lleva. Sin muchas horas para hacerlo bien. Nunca olvide que un solo error significa que deberá comenzar desde cero. Y no en todos los casos se puede, porque todo dependerá del tiempo que lleve en Estados Unidos”, explicó.

La ley señala que el tiempo máximo para pedir asilo después de entrar al país es de 365 días, un año.

Respecto a si un inmigrante puede apelar un rechazo de solicitud, Barrón dijo que “No. Sólo se puede apelar si un caso es rechazado por la corte de inmigración. El rechazo de una petición no se apela, hay que comenzar de nuevo”.

<b>Silvia Gómez, de 25 años, sentada junto a su hija de 9 años</b> en el autobús en el que harán el primer trayecto hasta Tapachula. Se marcha porque su familia en Guatemala se lo pidió. Le dijeron que esperar hasta el 15 de enero de 2020 por su primera corte era un tiempo excesivo para andar con una niña en un albergue. Sus planes no están claros aún: cree que dejará a su hija en Guatemala y regresará a México cuando se aproxime su fecha de entrada a Estados Unidos para presentarse ante el juez de inmigración.
Un grupo de migrantes bajo el programa de 'Retorno a México' 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/en-buses-o-en-vuelos-pagados-por-trump-la-angustia-lleva-a-los-centroamericanos-que-esperan-en-mexico-a-devolverse-a-sus-paises">espera para subirse al autobús que les llevará de regreso a su país</a></b>, Guatemala. Un número creciente de centroamericanos están regresando a sus lugares de origen exhaustos por las largas esperas en México como consecuencia de este plan implementado por la administración Trump desde enero. Para sus primeras cortes, 
<b>los últimos que retornaron a Tijuana contaron que tienen que quedarse en México entre seis y nueve meses más.</b>
Una migrante muestra los documentos de la política Protocolo de Protección de Migrantes recibidos de manos de las autoridades estadounidenses antes de ser devuelta a Tijuana. Más de 20,000 migrantes ya forman parte de este programa, por el cual tienen que 
<b>esperar el resto de su proceso migratorio en ciudades fronterizas en las que corren riesgos de seguridad,</b> como Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros. 
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Personal de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) brinda información a una migrante sobre el programa de Retorno Voluntario Asistido en el albergue Ágape en Tijuana, México. 
<b>La OIM está proporcionando billetes de avión pagados con fondos del gobierno de Estados Unidos </b>a los migrantes que quieran regresarse a Honduras, El Salvador y Guatemala. Un funcionario de la OIM explicó a Univision Noticias que, aunque son muchos los que sí se regresan, al menos 50% de los que se anotan en las listas pueden cambiar de opinión en el lapso de una semana.
Iván Vargas, coordinador de la línea de autobuses privada Transporte Turístico Ejecutivo, revisa la lista de pasajeros de una unidad que tiene como destino Tapachula, Chiapas. La imagen fue tomada a las afueras del albergue Ágape en Tijuana, México.
Diana Cruz, de 16 años, dice adiós a sus amigos del albergue Ágape antes de subirse al autobús que llevará a su familia de Tijuana a Tapachula. Esta familia decidió emprender el viaje de regreso a su país de origen, Guatemala, después de ver que el proceso de petición de asilo estaba muy demorado y les obligaba a esperar en México. La hermana pequeña, Atziry, de 7 años, empezó a decirle a la mamá que echaba de menos a su abuela y quería regresarse y 
<b>la madre tomó la decisión de volver para no someter a sus niñas a más sufrimiento.</b>
La frontera entre México y Estados Unidos en El Chaparral, el cruce fronterizo en Tijuana. Decenas de inmigrantes llegan a este punto cada mañana para esperar su turno para entrar y ser entrevistados por la Patrulla Fronteriza. La espera promedio para que llamen un número ahora está en al menos cuatro meses. La mayoría de los migrantes son retornados a México con una fecha para su primera corte con un juez de inmigración. Pero, al final, el caso puede tomarles hasta un año, entre otras cosas, porque sin un abogado el juez los devuelve a México —o a los centros de detención si tienen la suerte de ser admitidos en Estados Unidos— hasta que vuelvan con alguien que los represente.
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Una adolescente guatemalteca que prefirió no ser identificada sale del albergue Embajadores de Jesús, antes de subirse a un autobús cuyo destino es Tapachula. Se regresa porque teme que en su corte el juez de inmigración la devuelva a la hielera de la Patrulla Fronteriza y tenga que vivir de nuevo el frío que caracteriza a estos lugares, la mala alimentaci´on y los maltratos de funcionarios que les reiteran que no son bienvenidos en Estados Unidos, según denuncia.
El pastor Gustavo Banda, encargado del albergue Embajadores de Jesús, en el patio trasero de su casa donde organizan cada día donaciones que reciben para los migrantes. "Les están dando una esperanza muy pequeña para que se queden", dice Banda. "Los quieren desanimar porque su cita es hasta enero del año próximo", agrega. Él cree además que la falta de permisos de trabajo y la poca asistencia que les da el gobierno mexicano para regularizarse es lo que los desalienta a esperar hasta su primera fecha de corte.
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Francisco, de 34 años, quiere regresar a su país por su hijo Andy Javier, de 9 años. “Está sufriendo, mejor le regreso para Guatemala”, explica minutos antes de que parta el autobús del albergue Ágape en Tijuana.
Dos hermanos guatemaltecos de 6 años y 8 años juegan antes de subirse al autobús que les llevará de Tijuana a Tapachula rumbo a Guatemala.
<b>Ileidy Díaz, de Guatemala, es la madre de esos niños.</b> Ella explica que su plan era que su esposo en Estados Unidos los pidiera, entre otras cosas porque ella y su hijo están enfermos: ella quería recibir tratamiento para su vitiligo y esperaba que su hijo pudiera ser tratado por una enfermedad en sus ojos. Por ahora, nada de eso ocurrirá. Díaz asegura que ya no quiere que sus hijos sufran más mientras esperan hasta el 14 de enero, cuando le tocará su fecha de corte. Cuenta que en la hielera les maltrataron, que a ella los funcionarios de la Patrulla Fronteriza la obligaron a la fuerza a firmar su regreso a México mientras sus hijos lloraban. "El miedo que eso me generó me hace devolverme a mi país", dice.
José Mario Sarmiento, de Honduras, en un autobús que viaja de Tijuana a Tapachula rumbo a Guatemala. “La vi muy difícil,” dice José Mario sobre la razón por la que ha decidido regresarse a su país. Llegó a Tijuana hace mes y medio. Quería cruzar ilegalmente ya que tiene una deportación previa, pero le dio mucho miedo la situación en la frontera y la posibilidad de ser arrestado y tener que pasar mucho tiempo en la cárcel.
Bolsas de basura cargadas de pertenencias de migrantes que se regresan a sus países de origen en un autobús privado con trayecto Tijuana-Tapachula.
<b>José María García, conocido como 'Chema', </b>encargado del albergue para migrantes Juventud 2000, parado frente a la casa ubicada en la zona norte de Tijuana, México, una de las áreas más inseguras de la ciudad. Según él, una parte de los centroamericanos que llegan al recinto deciden cruzar de forma ilegal a Estados Unidos "ya que ven que las posibilidades son cada vez más cerradas para poderse quedar o recibir el asilo", cuenta. Lo hacen, explica "porque cada vez ven más lejano (el fin de sus procesos) o cada vez ven menos las posibilidades de quedarse en los Estados Unidos". En sus estimaciones, 30% de los que llegan a su albergue se marchan o a su país o a la frontera para cruzar sin ser vistos.
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Silvia Gómez, de 25 años, sentada junto a su hija de 9 años en el autobús en el que harán el primer trayecto hasta Tapachula. Se marcha porque su familia en Guatemala se lo pidió. Le dijeron que esperar hasta el 15 de enero de 2020 por su primera corte era un tiempo excesivo para andar con una niña en un albergue. Sus planes no están claros aún: cree que dejará a su hija en Guatemala y regresará a México cuando se aproxime su fecha de entrada a Estados Unidos para presentarse ante el juez de inmigración.
Imagen Almudena Toral/Univision
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