Un hombre que obtuvo millones de dólares al someter a trabajos forzados y prostitución a las excompañeras de universidad de su hija, usando una suerte de “culto sexual”, fue sentenciado este viernes a 60 años de prisión.
“Un genio del mal”: condenan a un hombre que creó un 'culto sexual' para imponer trabajos forzados y prostitución a jóvenes universitarias
Larry Ray, de 63 años, atraía a mujeres jóvenes con historias sobre su conocimiento en la política de Nueva York. Después, usando prácticas sádicas y tortura psicológica, las alejaba de sus seres queridos, rompía su autoestima y las obligaba a trabajar para él.
El juez Lewis J. Liman, que pronunció la condena, calificó a Larry Ray, de 63 años, como un “genio del mal” que usó prácticas sádicas y tortura psicológica para controlar “cada aspecto de la vida de sus víctimas.
Ray fue juzgado en un tribunal federal de Manhattan, Nueva York.
El juez subrayó que “no hay motivos para creer que el señor Ray dejará de cometer delitos con la edad” y señaló que los crímenes del hombre comenzaron cuando Ray se mudó a fines de 2010 a la casa de su hija, en el campus de Sarah Lawrence College, un instituto universitario dedicado a la enseñanza de arte.
Un caso de “terror psicológico”
El juez Liman afirmó que Ray encantaba a sus víctimas con inteligencia y sentido del humor antes de “robarles sus relaciones, su autoestima, sus recuerdos e incluso el poder sobre sus cuerpos”. Ray convencía a sus víctimas de haberlo “envenenado” antes de abusar de ellas.

“A través del terror psicológico y la manipulación, las convenció de que todo lo que sabían que era verdad era falso”, describió Liman. “Golpeaba a sus víctimas. Las torturó, no les daba de comer. Las degradó sexualmente hasta el punto en que perdieron todo valor propio”.
Una vez que sus víctimas vulnerables habían sido disminuidas psicológicamente, Ray las extorsionaba, las obligaba a trabajar e incluso llegó a traficar sexualmente a una de ellas.
“Tuvo el genio maligno de elegir a personas jóvenes, no menores de edad, y las rompió... para luego usarlas para sus necesidades”, añadió el juez.
Liman anunció la sentencia después de que la fiscal federal adjunta, Mollie Bracewell, solicitara cadena perpetua, citando la “crueldad indescriptible” de Ray.
Al imponer la sentencia, Liman reconoció la valentía de las víctimas de Ray que estuvieron dispuestas a declarar con tal de hacer justicia y señaló que este tipo de delitos son “difíciles de detectar y difíciles de perseguir”.
“Este caso muestra la fuerza del espíritu humano y la dedicación de las fuerzas del orden”, dijo Liman.
El juez dijo que el intento de Ray de “extinguir vidas” había fracasado y que la sentencia “garantiza” que Ray nunca más vuelva a hacer daño a otra persona.
El condenado no expresó remordimientos
Cuando se le dio la oportunidad de hablar, Ray no expresó remordimientos por sus actos. Aprovechó el tiempo para denunciar sus condiciones en la prisión y sus malestares físicos.
“Estar en la cárcel ha sido horrible”, aseguró, señalando que su padre y ambos padrastros murieron recientemente en la misma semana.
La abogada defensora Marne Lenox argumentó en contra de una cadena perpetua, diciendo que el mínimo obligatorio de 15 años era suficiente. Lenox añadió que su cliente todavía se considera como “inocente” y sostiene que sus víctimas “lo envenenaron”.
Ray fue condenado en abril pasado por cargos que incluyen extorsión, conspiración, trabajos forzados y tráfico sexual.
“Cada vez que tratábamos de dejarlo, nos maltrataba”
Durante el juicio, una mujer testificó que se convirtió en trabajadora sexual para tratar de pagar “una reparación” a Ray, quien la había convencido de que lo había envenenado.
La testigo dijo que, durante cuatro años, le dio a Ray $2.5 millones en pagos que promediaron entre $10,000 y $50,000 por semana.
En una declaración leída en voz alta por un abogado el viernes durante la sentencia, la mujer afirmó que había sido sometida a una “tortura sádica incesante” por parte de un hombre que dibujaba una “versión retorcida, vacía y rota de la vida”.
“Las experiencias que tuve durante el tráfico sexual me persiguen al día de hoy”, según su declaración. “Cada vez que tratábamos de dejarlo, nos maltrataba”, añadió.
Otra víctima señaló que vivía una vida “feliz y emocionante” como estudiante universitaria hasta que conoció a Ray y, entonces, “todo se esfumó”. Dijo al tribunal que ha intentado suicidarse en varias ocasiones debido al daño psicológico que le dejó la experiencia. Otra de las testigos dijo que teme que Ray halle la manera de hacerle daño, aún desde la cárcel.
De “figura influyente en la política” a la cárcel
Las estudiantes se sentían atraídas por el mundo de Ray cuando este les contaba historias de su pasada influencia en la política de la ciudad de Nueva York, incluyendo su experiencia sobre cómo arruinó la carrera de Bernard Kerik, excomisionado de policía de la ciudad, después de haber sido padrino en su boda.
Ray fue una figura importante en la investigación de corrupción que descarriló la nominación de Kerik para dirigir el Departamento de Seguridad Nacional (Department of Homeland Security, DHS) en 2004, durante la administración del entonces presidente George W. Bush.
Pero su trayectoria política terminó cuando fue arrestado en febrero de 2020. El entonces fiscal del distrito sur de Nueva York, Geoffrey S. Berman, inició una investigación tras la publicación en 2019 de un artículo sobre sus actos delictivos en New York Magazine.
























