Después de varias horas de tensión, la policía brasileña controló este domingo una rebelión de presos en una cárcel de Natal (noreste), que dejó un total de 27 muertos, dijeron el domingo funcionarios del estado de Río Grande do Norte en una conferencia de prensa en la ciudad de Natal.
Un nuevo motín en una cárcel de Brasil causa 27 muertos
Se trata del último episodio de la guerra desatada en las cárceles brasileñas, que las autoridades atribuyen a una disputa por el control del narcotráfico entre grupos criminales del país.

Esta guerra entre bandas criminales dentro de las prisiones brasilera ya ha dejado más de 100 muertos solo en 2017.
Las fuerzas de seguridad ingresaron en la mañana a Alcaçuz, el mayor presidio del estado de Rio Grande do Norte, unas catorce horas después de iniciado el motín, informó el secretario de Seguridad Pública del distrito, Caio Bezerra.
Las autoridades, que incialmente señalaron que había 3 muertos, elevaron la cifra de muertos, que según contaron testigos a la prensa local fueron decapitados por otros presos. Las autoridades informaron en un comunicado que "no hay registro de fugas".
El incidente se produce después del motín iniciado el primero de enero, que acabó con 56 presos muertos y casi 200 fugados de una cárcel en Manaos, en el estado de Amazonas. En el estado de Roraima 33 presos fueron brutalmente asesinados días después en un supuesto ajuste interno de una banda criminal.
Nuevo motín
La rebelión en Rio Grande do Norte comenzó en la tarde del sábado estalló luego de que presos supuestamente de diferentes organizaciones criminales lograron salir de sus pabellones para enfrentarse de forma sangrienta.
Las fuerzas de seguridad cercaron el exterior de la cárcel e ingresaron al centro en la madrugada del domingo luego de que los detenidos cortaran la luz y consiguieran armas pesadas.









El coordinador de la administración penitenciaria estatal, Zemilton Silva, dijo que habían sido constatados cuerpos decapitados, un símbolo recurrente del nivel de violencia que se vive en las cárceles superpobladas del país, según reporta AFP.
El centro penitenciario Alcaçuz se erige a unos 15 millas de Natal en un área rodeada de dunas por donde se han producido frecuentes fugas en el pasado. Según datos de la secretaría de Estado de Justicia, tiene capacidad para 620 presos, pero su población es de 1,083.
Éste es el último episodio de la guerra desatada en las cárceles brasileñas, que las autoridades atribuyen a una disputa por el control del narcotráfico entre los dos principales grupos criminales del país: el Primer Comando de la Capital (PCC) de Sao Paulo y el Comando Vermelho de Rio de Janeiro y sus aliados.
Los diarios brasileños aseguran que la pelea en Alcaçuz fue entre el PCC y el Sindicato del Crimen, aliado del Comando Vermelho, pero las autoridades del estado dijeron en un comunicado que aún investigan "la participación de facciones" en la rebelión.