Qué es el impuesto mínimo corporativo aprobado por el G20 y qué tan fácil será su aplicación

El impuesto implicaría que cada empresa deberá pagar un 15% de sus ganancias en impuestos al país en el que opera, si se beneficia de tasas inferiores en otro país, lo que busca desalentar la evasión de impuestos a través de paraísos fiscales.

Por:
Univision
Una nueva iniciativa para financiar el ambicioso paquete de gasto social del presidente Biden ha sido presentado a consideración de los demócratas del Congreso. El plan del Senado propone crear un impuesto a los que ganen más de $100 millones al año o tengan más de $1,000 millones en bienes transables. El gravamen afectaría a cerca de 700 personas y se aplicaría durante tres años. Más información aquí.
Video ¿En qué consiste el plan de impuestos para los más ricos del país propuesto por los demócratas? Te contamos

Líderes de las 20 economías más desarrolladas del mundo, el llamado Grupo de los 20 (G-20), aprobaron formalmente este sábado en su cumbre de Roma con "amplio apoyo" establecer un i mpuesto corporativo mínimo global, resultado de meses de negociaciones para concretar el acuerdo.

El impuesto corporativo mínimo global implicaría que cada empresa deberá pagar un 15% sobre sus ganancias en impuestos al país en el que opera si se beneficiara de tasas inferiores en otro país, lo que busca desalentar a las compañías a evadir impuestos a través de paraísos fiscales.

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El nuevo impuesto global, que solo se aplicaría a empresas con más de $850 millones en ingresos anuales, busca revertir la caída de las últimas décadas de las tasas impositivas a las empresas en todo el mundo, frente a los impuestos casi nulos que ofrecen agunos países para atraer a compañías y ganar un dinero con el que no contarían de otra manera.

Esta caída ha reducido la recaudación de algunos gobiernos y comprometido su capacidad de invertir en sectores sociales.

Con la imposición de esta nueva tasa mínima se espera recaudar $150,000 millones adicionales cada año en todo el mundo, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), el espacio dentro del cual se negoció el acuerdo.

La aprobación formal de este impuesto global deberá reflejarse en la declaración final de la cumbre del G-20 este domingo.

En junio los ministros de finanzas del G7 anunciaron un compromiso "histórico" para aplicar el impuesto mínimo global a las ganancias de las grandes empresas y el pasado mes de julio lo hicieron los ministros de finanzas del G20. Ahora, con la aprobación oficial de los jefes de Estado del grupo, se abre el camino a su complicada aplicación en cada país.

Un impuesto que es un desafío global

Casi 140 países, que representan más del 90% de la producción económica mundial total, han respaldado el acuerdo. Y aunque el G20 ha planeado ponerlo impuesto en marcha para 2023, aplicarlo será tarea de cada país por su cuenta, un proceso complejo que puede tomar tiempo.

Para ello, la propuesta deberá ser ratificada por cada país, según sus respectivas leyes. En Estados Unidos, por ejemplo, podría requerir la aprobación de dos tercios del Senado, que actualmente se encuentra dividido en 50 republicanos y 50 demócratas, con la renuencia tradicional de los primeros a subir impuestos, menos tras el recorte con el que se beneficiaron las corporaciones durante el gobierno de Donald Trump.

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Estados Unidos es sede de del 28% de las 2,000 multinacionales más grandes del mundo.


El acuerdo fiscal incluye también una revisión de cómo se gravan los impuestos a las multinacionales cuando obtienen ganancias en países donde no tienen presencia física.

Esa otra disposición, más controvertida, "tiene como objetivo principalmente abordar la ira en Europa por los gigantes tecnológicos con sede en EEUU que pagan poco en impuestos en los países europeos a pesar de ganar sumas sustanciales allí", informó The Washington Post.

Según el reporte de ese diario, escépticos del plan señalan que detalles clave como los relacionados con la imposición de impuestos a las empresas multinacionales, siguen sin resolverse y que los líderes mundiales podrían enfrentar importante desacuerdos para ponerlo en marcha.

Países en desarrollo como Nigeria, Pakistán y otros, se han opuesto al acuerdo.

El renovado interés de Washington

Tras la aprobación formal del impuesto mínimo global en el G-20, el presidente Joe Biden alabó la medida como un paso más en la búsqueda de un sistema tributario más justo y de impedir que las corporaciones se beneficien de los paraísos fiscales.

Para Biden, es "más que un simple acuerdo tributario", escribió en Twitter. "Es la diplomacia remodelando la economía global y aportando beneficios para nuestra gente", agregó.


Este acuerdo internacional se alcanza tras importantes esfuerzos de Biden, quien también busca aumentar los impuestos corporativos en su propio país, para financiar su ambiciosa agenda social y económica.

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Pero hasta ahora, Biden no ha conseguido que el Congreso la apruebe en su versión inicial, entre otras cosas, por las disputas sobre cómo se financiarán esos planes y ante la renuencia de algunos demócratas conservadores de aumentar impuestos a las corporaciones.

Una nueva propuesta que el presidente anunció este jueves antes de partir a Roma no incluía un aumento en la tasa corporativa pero sí dos nuevos impuestos mínimos del 15%, uno sobre los ingresos que obtienen las empresas estadounidenses en el extranjero y otro sobre las ganancias que las grandes corporaciones reportan a sus accionistas.


Además, propuso sanciones para las empresas que operan en Estados Unidos pero mantienen sus sedes en países que no aceptan el nuevo acuerdo global.

La aprobación del impuesto mínimo corporativo global ha sido también uno de los principales empeños de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, quien ha tenido un papel importante en las negociaciones.

"Es un momento crucial para Estados Unidos y la economía mundial. Felicito a @POTUS por este logro", escribió Yellen en Twitter este sábado.


"Este acuerdo convertirá la economía global en un lugar más próspero para las empresas y los trabajadores estadounidenses. En lugar de competir por nuestra capacidad para ofrecer impuesetos más bajos, Estados Unidos competirá ahora por las habilidades de nuestra gente, nuestras ideas y nuestra capacidad para innovar, que es una carrera que podemos ganar", añadió.

Mira también:

El presidente Joe Biden intercambia obsequios con el papa Francisco, en su primera visita oficial como presidente al Vaticano. El mandatario estadounidense y el pontífice se vieron en privado y luego mantuvieron conversaciones con sus respectivas delegaciones.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo antes de la visita que se espera un “diálogo cálido y constructivo” entre los dos líderes.
Biden se enorgullece de su fe católica, que utiliza como guía moral para dar forma a muchas de sus políticas sociales y económicas. Lleva un rosario y acude normalmente a misa, aunque su apoyo al derecho al aborto y al matrimonio homosexual lo ha enfrentado con muchos obispos estadounidenses
Una docena de guardias suizos, con sus uniformes de rayas azules y doradas y sus alabardas con plumas rojas, hacían guardia en el patio de San Dámaso a la llegada de Biden y su esposa, Jill.
Fueron recibidos por monseñor Leonardo Sapienza, quien dirige la casa papal, y luego saludaron uno a uno a los ujieres o caballeros papales que esperaban en fila en el patio.
El Vaticano canceló abruptamente los planes para transmitir la reunión con Biden en vivo y negó acceso a la prensa. El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, justificó la decisión alegando que eran los protocolos de seguridad por el 
<a href="https://www.univision.com/temas/covid-19-enfermedad"><b>covid-19</b></a> para las audiencias con los jefes de estado.
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“Está bien estar de regreso", dijo Biden a su llegada. “Soy el esposo de Jill", dijo a otro antes de entrar al Palacio Apostólico para dirigirse a la biblioteca privada del pontífice.
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Biden llegó al Vaticano desde la residencia del embajador estadounidense en Roma a bordo de una caravana inusualmente larga, formada por más de 80 vehículos. En parte por las restricciones italianas contra el covid-19 sobre el número de personas que pueden viajar en un mismo auto.
No se esperaban imágenes en vivo ni en video del encuentro debido a las restricciones de último minuto del Vaticano al acceso de reporteros.
“Hay un gran acuerdo y coincidencia entre el presidente y el papa Francisco en una serie de asuntos: pobreza, lucha contra la crisis climática, el final de la pandemia del covid-19", afirmó Psaki.
“Estos son temas de gran importancia e impacto que estarán en el centro de lo que discutan cuando se reúnan", añadió la secretaria de prensa.
El presidente estadounidense visitará Roma y luego Glasgow, Escocia, para participar en la cumbre del Grupo de los 20 y en la del clima de Naciones Unidas, también conocida como COP26.
Como el segundo presidente católico de su país después de John F. Kennedy, Biden ha hecho de su audiencia con el papa una clara prioridad. Biden y el papa ya se vieron en tres ocasiones, pero está fue la primera desde su llegada a la Casa Blanca.
Tras el encuentro papal, Biden se reunirá por separado el viernes con los anfitriones de la cumbre del G20, el presidente de Italia, Sergio Mattarella, y el primer ministro, Mario Draghi. Terminará la jornada con un encuentro con el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
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El presidente Joe Biden intercambia obsequios con el papa Francisco, en su primera visita oficial como presidente al Vaticano. El mandatario estadounidense y el pontífice se vieron en privado y luego mantuvieron conversaciones con sus respectivas delegaciones.
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