Este país quiere matar a pedradas a los gays e infieles y cortar las manos o los pies a los ladrones

Una nueva ley, que debe empezar a aplicarse la próxima semana en el sultanato de Brunei, ha levantado la alarma entre las organizaciones de derechos humanos. El actor George Clooney ha pedido boicotearlo.

Por:
Univision y Agencias
El sultán Hassanal Bolkiah y la reina Saleha.
El sultán Hassanal Bolkiah y la reina Saleha.
Imagen ROSLAN RAHMAN/AFP/Getty Images

El adulterio y el sexo entre personas del mismo género podrán ser condenados a pena de muerte por lapidación a partir de la próxima semana en Brunei, según las autoridades.

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Este sultanato rico en petróleo ubicado en Asia comenzará así a implementar una rígida ley que había estado suspendida por cuatro años debido a la fuerte polémica y críticas que genera.

La homosexualidad ya es considerada ilegal en Brunei, pero ahora se convertirá en un delito capital.

Este nuevo código penal se implementará a partir del próximo miércoles y también contempla la amputación de una mano y un pie por robo.

Grupos de defensa de derechos humanos han reaccionado con horror en todo el mundo ante la radical decisión de este país que practica un estilo del Islam más estricta que sus vecinos Malasia e Indonesia.

La nueva sanción por robo es la amputación de la mano derecha por una primera infracción y el pie izquierdo por una segunda infracción.

Brunei anunció las medidas por primera vez en 2013, pero la implementación se retrasó debido en parte al revuelo generado por la oposición de los defensores de derechos humanos.

Sin embargo, un portavoz del ministerio de asuntos religiosos de Brunei dijo el miércoles que solo se esperaba que el 3 de abril el sultán Hassanal Bolkiah hiciera un anuncio sobre la implementación de las nuevas leyes Sharia.

"Solo después del evento sabremos la fecha de implementación de las nuevas leyes", indicó el ministerio a la agencia AFP.

Repercusiones

Esta semana, también se hizo eco de la noticia la organización Amnistía Internacional que instó a Brunei a que "detenga de inmediato" la implementación de las nuevas sanciones que se implementarán sobre musulmanes.

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"Legalizar tales penas crueles e inhumanas es algo atroz", dijo en un comunicado Rachel Chhoa-Howard, investigadora de Brunei del grupo. "Algunas de las posibles" ofensas "ni siquiera deberían considerarse crímenes, incluyendo el sexo consensual entre adultos del mismo género".

Phil Robertson, de Human Rights Watch, advirtió que la implementación de la ley "conducirá rápidamente al país hacia el estatus de paria de los derechos humanos ante los inversores extranjeros, los turistas y las agencias internacionales".

Robertson dijo que Brunei se convertirá en el único país del sudeste asiático que castigará el sexo entre personas del mismo género con la muerte si sigue adelante con la ley.

Incluso el actor George Clooney llamó al boicot a hoteles vinculados a Brunei después del anuncio de esta semana.

Las repercusiones internacionales son relevantes porque Brunei, lejos de ser un pequeño sultanado aislado, es un país con alto perfil internacional cuyo gobierno se codea en convenciones con los líderes de China, de EEUU, de Canadá y muchos otros países. Los llamados a boicot o una condena internacional seguramente repercutirán en gobiernos con los que Brunei hace negocios.

En este mismo camino de endurecimiento, Brunei prohibió las celebraciones excesivas de Navidad por temor a que los musulmanes pudieran ser "desviados".

El Sultán de Brunei no es ajeno a la controversia: la monarquía se sintió profundamente avergonzada por una disputa familiar con su hermano Jefri por supuesto malversación de fondos de $ 15 mil millones durante su mandato como ministro de finanzas en la década de los noventa, indica la agencia de noticias AFP.

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Se unieron al éxodo masivo de centroamericanos porque son víctimas de acoso, violencia y persecución por su identidad de género y preferencia sexual, por lo cual anhelan recibir asilo en EEUU. Se espera que en los próximos días llegue a Tijuana otro grupo de esta comunidad que forman parte de la nueva caravana migrante.
Video Miembros de la comunidad LGBT que forman parte de la caravana dicen que si regresan a sus países encontrarán la muerte
Rusia es uno de los países más homófobos del mundo. Sus leyes prohíben cualquier demostración pública a favor del colectivo LGBT y algo tan simple como exhibir una bandera arcoíris puede llevarte a la cárcel. Por eso, aprovechando que el planeta entero tiene sus ojos puestos en el Mundial, este grupo de activistas decidió desafiar la ley y denunciar la homofobia. ¿Cómo? Usando algo que no despertaría sospechas:
<b> las camisas de las selecciones de fútbol de sus países.</b>
España, Holanda, Brasil, México, Argentina y Colombia. Seis países. Seis valientes activistas LGBT que, juntos, formaron el arcoíris y recorrieron lugares emblemáticos de Rusia, con el objetivo de 
<b>"llevar hasta cada rincón una lucha que jamás será silenciada"</b>, se lee 
<a href="http://thehiddenflag.org/">en el texto</a> de la campaña #Hiddenflag.
Vistiendo el color rojo está la española Marta Márquez: escritora y presidenta de 
<a href="http://www.galehi.org/">GALEHI (Asociación de Familias LGTB)</a>. “Me llamaron y no me lo pensé dos veces. Casi me da un patatús de emoción, aunque no te miento si te digo que
<b> tenía un poquito de miedo</b>. En este proyecto se unían mis pasiones: mi activismo, mi amor por viajar y mi familia (nuestra hija es medio rusa). Así que acepté a sabiendas de que podía ser un reto complicado. Ahora sé que acerté al sumarme”.
El naranja lo vestía el holandés Eric Houter, quien trabaja como agente inmoviliario: "Yo no soy gay, ni bi. Pero cuando mi hermano me llamó pidiéndome que fuera en su lugar, que era importante y que él no podía ir, lo tuve claro. Básicamente lo que me convenció fue eso, la relación de fraternidad, ya que nunca fui un activista. Luego, cuando entendí el peligro y la presión que hay allí, me reafirmé. Quería aportar. 
<b>Que se vea que los heterosexuales también podemos luchar por esto.</b> Y es que no solo defiendo los derechos de mi hermano, sino los de todo el mundo. El corazón es muy grande y debe ser libre”.
El brasileño Eloi Pierozan Junior, manager de mercadeo, fue el encargado de portar el amarillo: "'¿Estás loco?', decía mi novio. 'Es muy peligroso'. Yo le dije: 
<b>'El riesgo no me importa, es un proyecto en el que deseo mucho participar</b>'. Y de hecho ha sido el proyecto más emocionante en el que he participado en mi vida. Vengo de una familia conservadora y de una ciudad muy pequeña de Brasil, así que no lo tuvimos fácil, yo y mi hermana, que también es gay. Por eso estuve tan animado de poder formar nuestro arcoíris de manera tan inesperada. Espero que toque el corazón de muchas personas. Es un llamado de amor".
El administrador y documentalista mexicano Guillermo León vistió el verde: "Rumbo al aeropuerto iba muy nervioso. Mi familia y mi marido estaban preocupados, pero es un proyecto emocionante. 
<b>Buscamos lanzar un mensaje de empatía hacia los homosexuales que están ahí, que viven con miedo y que no pueden mostrar quienes son en todo momento</b>. Alguna vez me sentí así en México, y ahora que vivo felizmente casado, en una ciudad que no discrimina (Barcelona), deseo que todo el mundo pueda sentirse igual. Estoy muy orgulloso de haber llevado la bandera a Rusia".
La encargada del color azul fue la editora audiovisual argentina Vanesa Paola Ferrario: "Me pareció una idea genial. Dije que sí inmediatamente y luego me tiré al piso a llorar de la emoción. 
<b>Rusia para mí es el símbolo de la homofobia, con un gobierno que hace que los discriminadores se sientan protegidos por la ley, y donde las personas no son libres de amar.</b> Me interesó del proyecto poder levantar la voz por los que no pueden. 
<b>Que sea sutil y poderoso al mismo tiempo</b>. Y me encantó hacerlo reinterpretando las camisetas de la propia FIFA (asociación machista por excelencia). Estos son los movimientos que hacen al mundo avanzar".
El último color de la bandera lo portó el publicista colombiano Mateo Fernández Gómez: "No sabía qué podía pasar y eso me asustaba muchísimo. No me imagino cómo será para la comunidad LGBT rusa. 
<b>Donde vivo he tenido el espacio para ser quien he querido ser, por eso quise venir a manifestarme en lugares donde no lo tienen</b>. Al principio fue una curiosidad de publicista, como una buena idea que me gustó desde ese punto de vista, pero estando allá fue como aterrizar a lo que es la vida real, me di cuenta de todas las vainas que pasan en Rusia, me han contado unas historias… Espero que algo de esto le llegue a Putin y se puedan cambiar las cosas".
Un estudio reciente del Center for Independent Social Research asegura que 
<a href="https://www.reuters.com/article/us-russia-lgbt-crime/lgbt-hate-crimes-double-in-russia-after-ban-on-gay-propaganda-idUSKBN1DL2FM">los crímenes de odio contra la comunidad LGBT se han duplicado en Rusia desde 2013</a>, mientras que Human Rights Watch ha denunciado que "la policía rusa falla a la hora de prevenir el acoso o al investigar crímenes contra la comunidad", haciendo referencia a los informes de que al menos 100 gays han sido detenidos y torturados en Chechenia.
<b>"Hacerse visible siempre es un riesgo, pero hacerlo con miles de aficionados y aficionadas del Mundial y la prensa delante, es lo que nos motivó a llevar a cabo la original protesta"</b>, ha declarado Uge Sangil, presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Trans y Bisexuales (FELGTB).
Tanto FELGTB como la FARE (red antidiscriminatoria de la FIFA) advirtieron a turistas e hinchas LGBT que no participaran en protestas políticas y que evitaran muestras públicas de afecto, algo que este grupo de activistas tuvo en cuenta antes de aterrizar en Rusia.
Otro de los objetivos de la #Hiddenflag es dar visibilidad a todas las personas que viven en Rusia y se enfrentan a la discriminación y el miedo a diario. Y también en otras partes del mundo donde las personas LGBT son perseguidas, humilladas o marginadas.
Los activistas pasearon por las calles y lugares emblemáticos rusos siempre en el mismo orden del arcoíris.
Mostraron su orgullo de forma valiente, a pesar de las duras legislaciones.
Todo con la esperanza de que la orientación y la identidad sexual dejen de ser razones para el maltrato y la discriminación.
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Rusia es uno de los países más homófobos del mundo. Sus leyes prohíben cualquier demostración pública a favor del colectivo LGBT y algo tan simple como exhibir una bandera arcoíris puede llevarte a la cárcel. Por eso, aprovechando que el planeta entero tiene sus ojos puestos en el Mundial, este grupo de activistas decidió desafiar la ley y denunciar la homofobia. ¿Cómo? Usando algo que no despertaría sospechas: las camisas de las selecciones de fútbol de sus países.
Imagen thehiddenflag.org
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