Ajustes de cuenta, secuestros y balaceras: crímenes de carteles mexicanos en EEUU de los que nadie habla

Asesinatos, secuestros y ataques violentos han sido ligados a organizaciones dedicadas al tráfico de drogas. Pero solo se revelan detalles de esos crímenes en cortes federales y en documentos judiciales.

Foto Isaias Alvarado
Por:
Isaías Alvarado.
El hackeo de los servidores de la Secretaría de la Defensa (Sedena), realizado por el grupo de piratas informáticos Guacamaya, reveló que la Guardia Nacional de México está presuntamente involucrada con bandas delictivas dedicadas al robo de hidrocarburos y al trasiego de drogas y migrantes. "El poder de la corrupción de los grupos criminales es enorme", dijo Alexei Chévez, experto en temas de seguridad y del ejército. Este domingo, el presidente Andrés Manuel López Obrador minimizó la información revelada. Lee aquí más noticias sobre México.
Video Denuncian que la Guardia Nacional de México tiene presuntos nexos con bandas de robo de hidrocarburos y droga

La mañana del 7 de noviembre de 2019, agentes antinarcóticos interceptaron llamadas telefónicas de un narcotraficante. Se trataba de José Elías Barbosa, identificado como líder de la organización de narcotraficantes en Washington vinculada al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG). En la conversación amenazó de muerte a una de sus asociadas, Alysha Jones. Ella también le advirtió que lo asesinaría cuando lo volviera a ver.

Hicieron una aparente tregua y acordaron verse en un supermercado de Seattle. Los oficiales de la Agencia Antidrogas de EEUU (DEA) montaron un operativo de vigilancia en el lugar. Barbosa y Jones llegaron en vehículos separados y se fueron a una residencia en Port Orchard, donde se estacionaron en la parte trasera para conversar con más privacidad. Los agentes supieron que la situación se salió de control cuando escucharon “múltiples disparos”.

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En medio de la refriega una de las balas impactó la clavícula de Barbosa y este llegó como pudo a un hospital. Otra llamada interceptada por la DEA describió cómo la reunión para hacer las paces se volvió un tiroteo. “Mandy (Alysha Jones), ella le disparó”, afirmó un miembro de la organización de Barbosa.

Jones contó otra versión: que Barbosa “había disparado primero” y que uno de los hombres que iba con ella “le respondió a balazos”.

A lo largo de esta investigación, la DEA escuchó otras comunicaciones en las que Luis Arturo Magaña Ramírez, otro distribuidor de drogas, ofreció un pago de 10,000 dólares “por la cabeza de Barbosa”.

Inmediatamente, los agentes montaron un perímetro de vigilancia en su casa. Antes que los sicarios del cartel lo localizaran a principios de 2020, elementos de la Policía de Kent llegaron a la casa de Barbosa con patrullas, lo detuvieron con una orden de arresto pendiente, le advirtieron que había una amenaza creíble en su contra y lo cuidaron un tiempo para evitar que le hicieran algo.

“Las escuchas telefónicas también confirmaron la reputación de violencia de la organización de tráfico de drogas”, se lee en la acusación contra Barbosa sometida en el Distrito Oeste de Washington de la Fiscalía federal. “Revelaron planes de secuestro e intimidación mediante el uso de violencia y armas de fuego. Las fuerzas del orden intervinieron en numerosas ocasiones para evitar una confrontación violenta”, agrega el documento.

Lo que sucedió en el estado de Washington contradice el argumento de que los carteles mexicanos solo actúan de manera violenta en México, mientras que en Estados Unidos únicamente se dedican a distribuir su mercancía y a colectar las ganancias millonarias.

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Casos de asesinatos, secuestros, robos y ataques ligados a deudas y traiciones han sido ampliamente detallados en cortes de este país. Lo común es que se oculten incluso durante años por tratarse de investigaciones en curso que tienen en el radar a delincuentes que viven con un pie en México. En varias ocasiones las autoridades han intervenido para salvar a las víctimas, pero en otras han llegado demasiado tarde.

“No puedo salvarlo ahora”

La DEA asegura en una acusación criminal que en 2018 logró salvar a un traficante cuando ya había pistoleros de un cartel que lo estaban buscando en Ohio para asesinarlo.

“Los investigadores intervinieron, deteniendo a miembros de la organización de narcotraficantes que buscaban a (Shauheen) Sohrabi”, menciona el Departamento de Justicia.

El cartel se enfadó porque la víctima, Sohrabi, era el responsable de un cargamento de metanfetamina líquida que llegó desde México oculto en velas y fue transportado en un camión. Lo escondieron en una bodega de Ohio, a la cual llegaron agentes antinarcóticos la madrugada del 24 de marzo de 2018.

Los narcos ignoraban que se había tratado de un decomiso y sospecharon de Sohrabi. Llamaron a alguien del cartel que estaba en México para pedir su aprobación del asesinato. “Ya le pusieron luz verde, es un cadáver. No puedo salvarlo ahora”, le dijo Tyrone Rogers -uno de los acusados en este caso- a otra persona, de acuerdo con la Fiscalía.

Al concluir la investigación, la DEA decomisó 120 galones de metanfetamina líquida con un valor aproximado de 90 millones de dólares. Hasta ahora, miembros de esta célula criminal han recibido condenas de entre cinco y 15 años de prisión por narcotráfico.

Tres muertes ligadas al CJNG

Pero el trabajo de inteligencia del gobierno no ha logrado impedir todos los crímenes de los carteles.

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En abril de 2021, un profesor de español y su cuñado presuntamente intentaron robar un depósito de drogas del Cartel Jalisco Nueva Generación que estaba en un complejo de casas móviles en Green Level, Carolina del Norte. Habían planeado llevarse drogas y dinero en efectivo. Al llegar al lugar sometieron a Alonso Beltrán Lara, presunto integrante del CJNG, según la policía.

"Amarraron sus manos y pies para que les dijeran dónde estaban las drogas y el dinero. Aparentemente no habló y le dispararon dos veces en la cabeza al estilo de ejecución", dijo el alguacil del condado de Alamance, Terry S. Johnson, en una entrevista a Univision 40.

El incidente se tornó incluso más sangriento cuando otro individuo del CJNG llegó al escondite y se inició una balacera. Uno de los presuntos ladrones, Barney Dale Harris, quien era profesor en Union Academy Charter School, recibió cerca de 10 disparos y murió. No lo protegió el chaleco antibalas que portaba.

Varias casas móviles del complejo quedaron con orificios por los impactos de las balas. Las autoridades decomisaron múltiples armas de fuego, así como unos 7,000 dólares en efectivo y 1.2 kilos de cocaína.

Un mes antes de esa mortal balacera, en marzo de 2021, los policías desenterraron cerca de Los Angeles Lake, en el sur de California, el cadáver de Mauricio Ismael Gonzalez Ramírez, un joven de 26 años que supuestamente trabajó en un plantío ilegal de marihuana durante un mes y medio, para más tarde ser retenido en contra de su voluntad y asesinado de un disparo en la cabeza.

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Norberto Cruz Bautista, Apolinar Cruz Bautista y Rogelio Sánchez Gutiérrez, los tres indocumentados, están bajo custodia acusados por ese crimen. Sus casos siguen abiertos en la Corte Superior del condado de Los Ángeles. González Ramírez y sus presuntos victimarios eran todos agricultores del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), de acuerdo con el diario Los Angeles Times.

“No soy un maldito policía”

Documentos judiciales también han sacado a la luz un intento de secuestro en Chicago atribuido al Cartel de Sinaloa. El plan era raptar a los dueños de dos restaurantes en esa ciudad en 2006, llevarlos a un rancho en Joliet, Illinois, para después transportarlos hasta un lugar en la frontera donde los recibirían sicarios. Querían llevarlos hasta el bastión del cartel en el estado mexicano de Sinaloa.

El cartel quería cobrar una deuda contraída por José Jiménez, quien era miembro de una célula de tráfico de drogas en Chicago. Él perdió un cargamento de cocaína que pidió a crédito en una redada policial realizada en su casa y pensaban que les había robado, según se describe en su caso.

Cuando las amenazas subieron de tono, Jiménez pidió ayuda a su prima María Jiménez y a su esposo Ignacio Vega, quienes eran propietarios de dos restaurantes en Chicago llamados Yolanda's. La pareja acordó entregar como pago uno de los locales al jefe de la organización, Luis Vásquez.

Pero esa transferencia jamás se realizó. Vásquez fue arrestado. Jiménez y Vega testificaron en su contra en 2005 en un juicio por narcotráfico y lavado de dinero. Casi un año después se fraguó un plan para secuestrar a la pareja y llevarla a México. Jamás lo hicieron porque uno de los implicados se acercó al Buró Federal de Investigaciones (FBI) y cooperó para arrestar al resto de la banda.

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Otros delitos relacionados con el narcotráfico jamás se denuncian. Pedro Flores, quien en la década de 2000 se volvió uno de los principales socios de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, contó en un podcast publicado hace unos días que fue secuestrado en agosto de 2003 en pleno centro de Chicago.

“Arriba las manos”, le gritaron hombres vestidos como agentes federales, con chalecos antibalas y supuestas placas policiales. Le cerraron el paso con un vehículo en un callejón, según su relato.

Un hombre con uniforme falso lo metió a una camioneta similar a las de la Policía de Chicago, en una transitada calle en la ‘Ciudad de los vientos’, relató Flores en el podcast.

“Me llevó, casi me cargó hacia la ‘furgoneta de la policía’. Abrió la puerta trasera… podía sentir la pistola en mi nuca. ‘No te muevas’… Escuché que abrió una cinta adhesiva. ‘¿Por qué lo estás haciendo? Mira, me atrapaste ¿Ustedes de verdad son policías?’…. Y él dijo: ‘no soy un maldito policía’”.

Pedro Flores, quien entonces tenía 22 años, fue llevado a una casa en Chicago y permaneció dos días en una habitación que tenía el piso forrado de plástico. Él pensaba que era para no mancharlo de sangre cuando lo torturaran o asesinaran. Fue liberado hasta que su hermano gemelo, Margarito Flores, pagó un rescate de 500,000 dólares. Jamás llamó a la policía para denunciar a los secuestradores, temiendo que eso los autodelatara, dijo él en el podcast.

Los gemelos Flores traficaban en esos años cientos de kilos de cocaína a EEUU y llegaron a trabajar directamente para ‘El Chapo’. Pero lo traicionaron para recibir una condena reducida. Pedro Flores testificó contra Guzmán en su juicio a finales de 2018. Ahora ambos hermanos están libres.

Los hijos del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, exlíder del Cartel de Sinaloa, están ahora entre los criminales más buscados por Estados Unidos. Por información que lleva a su captura y condena se ofrece una recompensa individual de 5 millones de dólares.
<b>En video: Departamento de Estado ofrece recompensa de $5 millones por información que permita el arresto de los hijos de 'El Chapo'</b>
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Con esa cifra, que fue establecida el 15 de diciembre de 2021 por el Departamento de Estado, ellos alcanzan el nivel de relevancia en el mundo del tráfico de drogas que una vez ocupó su padre, quien durante tres décadas fue uno de los jefes del también llamado Cartel del Pacífico.
‘Los Chapitos’, como les dicen, crecieron entre rifles, fajos de dinero ilícito y tabiques de droga. Tres de ellos nacieron en Sinaloa, la cuna del narcotráfico mexicano; y uno más en Jalisco.
Ovidio Guzmán López, el menor de la dinastía, dio sus primeros pasos en el crimen organizado a la edad de 18 años, tras el asesinato de su hermano mayor Edgar, quien fue abatido en un fuerte tiroteo en el estacionamiento de un centro comercial de Culiacán en 2008, según el Departamento de Estado.
Una versión no confirmada es que Edgar Guzmán fue confundido por los propios pistoleros del cartel. Se dice que ‘El Chapo’ compró miles de rosas, todas las que se vendían en esa ciudad, para adornar su funeral. Un altar en honor a su hijo se erigió en el sitio donde lo acribillaron.
Este hecho marcó las vidas de Ovidio Guzmán, entonces un adolescente, y su hermano mayor Joaquín, quien tenía 22 años. El gobierno estadounidense señala que en esa época ellos "heredaron gran parte de las ganancias de los narcóticos y comenzaron a invertir grandes cantidades de dinero en efectivo en la compra de marihuana en México y cocaína en Colombia”.
Ahora son los líderes de un grupo dentro del cartel y supervisan alrededor de 11 laboratorios en Sinaloa que producen entre tres y cinco toneladas de metanfetamina cada mes, que distribuyen en Estados Unidos con la colaboración de traficantes de ese país y Canadá.
La influencia de Ovidio Guzmán subió después de que sus pistoleros lograron rescatarlo de un operativo militar que lo detuvo brevemente en Culiacán en octubre de 2019. Quemaron vehículos, secuestraron efectivos del Ejército y se apostaron afuera de una unidad habitacional de familiares de soldados.
El propio presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó la liberación de Ovidio Guzman para, según dijo, “no poner en riesgo a la población, para que no se afectara civiles, porque iban a perder la vida -si no suspendíamos ese operativo- más de 200 personas inocentes en Culiacán, Sinaloa”.
El menor de ‘Los Chapitos’ no aprendió la lección y aprovechó el llamado ‘Culiacanazo’ para subir de nivel en el cartel. Una fuente de Univision Noticias dijo que él y su hermano Iván Archivaldo Guzmán Salazar estuvieron a finales de 2021 en una propiedad de Mazatlán protegidos por unos 50 pistoleros.
EEUU afirma que Ovidio Guzmán ordenó el asesinato de un “popular cantante mexicano” que no quiso ir a su boda, así como informantes del gobierno y un narcotraficante no identificado.
En esta foto inédita proporcionada por el Departamento de Justicia (DOJ) aparecen Joaquín Guzmán López, identificado allí con el apodo de ‘El Güero’; sus hermanos Edgar, sobre la frase “Tu ángel” por su muerte; Alejandrina Guzmán Salazar; la madre de ella Alejandrina Salazar; otro hijo de ‘El Chapo’ que no se alcanza a distinguir y tres niñas pequeñas.
De esa postal, que fue encontrada en febrero de 2014 por marinos mexicanos y agentes de la DEA en una casa de seguridad de ‘El Chapo’ en Culiacán, se tomó el retrato de Joaquín Guzmán López que ahora difunden las autoridades de EEUU ofreciendo una recompensa de $5 millones.
En la parte superior aparece otra fotografía difuminada de ‘El Chapo’ con sus hijos y la frase: “Para el hombre más importante de nuestras vidas en este día tan especial. Feliz día del esposo, padre y abuelo. TE AMAMOS!! Que dios te bendiga. 16 junio 2013”.
Además de ese recuerdo familiar, los militares encontraron un arsenal, incluyendo un lanzagranadas, y droga, según relató el agente antinarcóticos Víctor Vázquez en el juicio de Guzmán en una corte de Brooklyn.
Unos días después del hallazgo, ‘El Chapo’ fue capturado en un condominio de Mazatlán, aunque se escapó del penal del Altiplano, en el centro de México, un año después gracias a la ayuda de su esposa Emma Coronel Aispuro, sus hijos Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar y su compadre Dámaso López Núñez, alias ‘El Licenciado’.
Alejandrina Guzmán Salazar, quien también aparece en aquella foto familiar, lanzó en el verano de 2019 una línea de ropa inspirada en su infame padre llamada ‘El Chapo 701’, por el lugar que le otorgó hace unos años la revista Forbes en la lista de las personas más ricas del mundo.
En octubre de 2012, Alejandrina Guzmán fue detenida por agentes migratorios en la garita de San Ysidro, California, porque presentó documentos migratorios falsos. Ella confesó ser la hija de ‘El Chapo’ y que su plan era reunirse con el padre de sus dos hijos en Los Ángeles y dar a luz a su tercer hijo en EEUU. Tenía siete meses de embarazo.
Esta joven le permitió a Univision Noticias publicar cuatro fotos inéditas de su padre. En dos él posa con dos niños que sostienen globos en forma de conejo durante unas vacaciones en alguna ciudad costera.
Fueron tomadas en 1989, cuando el capo recién había fundado el Cartel de Sinaloa. La pequeña con el traje de baño naranja es Alejandrina Guzmán. Su padre viste unos pantaloncillos cortos y una playera blanca.
En otra imagen, ‘El Chapo’ sonríe sin ver directamente hacia la cámara. Viste un traje oscuro y una camisa blanca desabotonada que deja ver una cadena en su pecho. “Boda”, la tituló su hija. Aparentemente son las nupcias con su madre.
En la cuarta foto, el exjefe del cartel de Sinaloa aparece sentado en una cama con tres niños. Alejandrina Guzmán posa de pie, levantando los olanes de su vestido blanco. Sus hermanos menores también aparecen en ese recuerdo. El narcotraficante lleva un pantalón gris y una camisa blanca de manga larga.
Las madres de ‘Los Chapitos’, Alejandrina Salazar y Griselda López, fueron agregadas en 2012 a la lista negra de la Oficina para el Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro.
La primera fue fichada junto con su hijo Jesús Alfredo en junio de ese año “por sus roles en las operaciones de la organización de narcotráfico de Guzmán Loera y el Cartel de Sinaloa”.
La segunda fue designada tres meses después por su papel en las operaciones del cartel, “incluyendo sus esfuerzos para ayudar a Guzmán Loera a evadir la justicia” y brindar “apoyo material a las actividades de narcotráfico de su esposo”.
Son los hijos de Alejandrina, Jesús Alfredo e Iván Archivaldo, quienes tienen más poder en su facción del cartel. El primero lleva años en la lista de los fugitivos más buscados del FBI.
Ellos participaron en el plan que en 2015 logró liberar a su padre del penal El Altiplano, en el centro de México, construyendo un túnel que llegó hasta su celda. Desembolsaron una fortuna ilícita para sobornar oficiales y comprar un terreno adyacente a la prisión.
Después del último arresto de su padre y su extradición, 'Los Chapitos' han tenido que defender su organización delictiva a capa y espada. Primero enfrentaron una guerra interna contra 'El Licenciado' y su hijo Dámaso López Serrano, 'El Mini Lic', la cual ganaron con el respaldo de Ismael 'El Mayo' Zambada, quien era el principal socio de su padre.
En agosto de 2016, un comando del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) irrumpió en el lujoso restaurante La Leche Almacén Gourmet en la zona turística de Puerto Vallarta, en Jalisco, y secuestró a Jesús Alfredo Guzmán y a cinco asociados del cartel que lo acompañaban.
Alias 'Alfredillo' permaneció en cautiverio aproximadamente una semana y luego lo liberaron sin explicaciones. Se cree que el jefe del CJNG, Nemesio Oseguera Cervantes, apodado 'El Mencho', cedió a las amenazas de Guzmán Loera, quien le advirtió desde su celda en El Altiplano que atacaría a las familias de los líderes de su grupo criminal.
Ahora ellos están enfrascados en un pleito contra la facción de ‘El Mayo Zambada’, algo que aún no ha minado la influencia en México y el mundo del cartel, según expertos.
En una extraña entrevista que concedió en 2018 a la revista belga Knack, Iván Archivaldo Guzmán habló sobre una supuesta traición que el gobierno de México le hizo a su padre, se deslindó de la muerte de seis militares y aseguró que no está ávido de poder.
“Mi padre había depositado su confianza en las manos del gobierno mexicano y lo entregó a los estadounidenses como un trofeo. Nunca los perdonaré por eso”, dijo al mismo medio y calificó a los políticos como “la mafia más legítima”.
'Alfredillo', a quien también apodan 'JAGS' (por las iniciales de su nombre), ha sido mencionado en una acusación federal que en 2009 se interpuso en una corte de Chicago, en el estado de Illinois. Su padre y 'El Mayo' encabezan ese caso. Los fiscales federales alegan que entre 2005 y 2014, ellos y otros seis implicados enviaron múltiples cargamentos de droga desde Sudamérica hacia EEUU.
"El hijo de Guzmán Loera actuó como un coordinador de logística, en nombre del acusado Guzmán Loera y miembros y asociados del cartel de Sinaloa, causando que múltiples kilos de cocaína, heroína y marihuana fuesen transportados a la frontera entre México y Estados Unidos, y hacia el interior de EEUU para distribuirlos", señalan documentos judiciales.
A Guzmán Salazar, quien nació en Jalisco en 1983, también lo involucran en la compra de armamento, el pago de sobornos a funcionarios corruptos y en actos violentos contra policías, rivales y miembros de su propio cartel.
Según el testimonio de un cooperante del gobierno, Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán estuvieron presentes durante la tortura y el interrogatorio en 2010 de Israel Rincón Martínez, alias 'El Guacho', quien era un lugarteniente del clan de los hermanos Beltrán Leyva. La víctima habría asesinado a tiros al hijo de un aliado de 'El Chapo' creyendo que era Iván Archivaldo y los Beltrán Leyva lo entregaron para evitar que su guerra escalara aún más. El video se mostró en el juicio de Guzmán.
Otro testigo afirmó que "trabajadores" de los hermanos Guzmán Salazar secuestraron a toda su familia porque creían que se había vuelto un informante de la DEA.
Los hijos mayores de 'El Chapo' fueron entrevistados por un "productor colombiano" que escribía un libro y el guion de una película sobre la vida de su padre. Ambos tomaron control de ese proyecto, que jamás se realizó. Así lo reveló el capo Alex Cifuentes en el juicio contra Guzmán.
<i>"Ya tengo el pie en el estribo/ ya no pueden cambiar nada/ ya no puedo renunciar/ al puesto que mi padre me ha dado/ y que con mucho empeño él todo lo ha logrado",</i> dice el corrido 'Dos Jóvenes Muchachos' del Grupo 360, que habla sobre estos capos treintañeros.
De acuerdo con EEUU, los hermanos Guzmán Salazar “han aumentado su poder dentro del Cartel de Sinaloa” desde el arresto y extradición de su padre.
“Han ampliado su empresa con sofisticados laboratorios de fentanilo en Culiacán, México, y han ampliado sus operaciones de transporte utilizando transporte marítimo y aéreo, además de túneles y cruces fronterizos”, agrega la ficha informativa que ofrece recompensas por ellos.
“Para proteger su organización, sus tácticas han incluido obtener pistolas y otras armas, sobornar a funcionarios públicos corruptos, participar en actos de violencia y amenazas de violencia, secuestrar e intimidar a miembros de las fuerzas del orden, narcotraficantes rivales y miembros de sus propias organizaciones de narcotráfico”, describe el gobierno sobre ellos.
Unos días después de que el gobierno de EEUU anunciara las recompensas para capturarlos, la prensa mexicana difundió imágenes de una narcoposada en Culiacán en la que ellos regalaron ocho autos nuevos, juguetes y electrodomésticos. Pero un funcionario de Sinaloa afirmó que ese evento se realizó en diciembre de 2020 y que fue interrumpido por un operativo militar.
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Los hijos del narcotraficante Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán, exlíder del Cartel de Sinaloa, están ahora entre los criminales más buscados por Estados Unidos. Por información que lleva a su captura y condena se ofrece una recompensa individual de 5 millones de dólares.
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