“No voy a renunciar”, dijo la mañana del miércoles el gobernador demócrata de Nueva York, Andrew Cuomo, a días de la segunda acusación por acoso sexual en su contra, que se acumula a los señalamientos por abuso laboral y a una investigación estatal y federal por ocultar las cifras de los fallecimientos por covid-19 en centros para personas mayores en el estado.
La triple tormenta política que enfrenta Andrew Cuomo, el demócrata más poderoso de Nueva York
De ser estrella en la lucha contra el coronavirus y ganador de un Grammy por eso, el gobernador de Nueva York se ve ahora frente a acusaciones de acoso sexual, abuso laboral y opacidad en las cifras por fallecidos por covid-19.

Al final de un informe sobre la pandemia que presentaba aquel día, Cuomo repitió que no era su intención “incomodar a nadie” al referirse a la acusación de Charlotte Bennett, la segunda mujer de su equipo en acusarlo de conducta inapropiada. En su anuncio, Cuomo dijo de nuevo que lamentaba lo ocurrido, pero reiteró que la dimisión no está en sus planes.
Cuomo es el segundo de los cinco hijos de una de las figuras emblemáticas de la política neoyorquina: Mario Cuomo, fallecido en 2012, quien le antecedió al mando del estado entre 1983 y 1994. El actual gobernador neoyorquino siempre ha sido considerado como una de las estrellas del Partido Demócrata, una condición que reforzó su protagonismo al inicio de la pandemia.
En la primavera de 2020, la ciudad más poblada del país y sus 8.6 millones de habitantes, parte de los 19.5 millones que viven en todo el estado, enfrentó el primer embate del virus que ha cobrado la vida de más de medio millón de personas en EEUU. Al menos 47,624 de ellos en Nueva York, de acuerdo con datos de los CDCs.
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En aquellos primeros meses de pandemia, junto con los aplausos de ciudadanos confinados para trabajadores sanitarios, el marcado acento de Queens de Cuomo se convirtió en un sonido habitual.
El gobernador detalló en 111 conferencias de prensa el dramático avance del coronavirus en el estado, que con un 19.2% de población latina es el cuarto con mayor población hispana detrás de California, Texas y Florida según estimaciones de la Oficina del Censo de 2018 citadas por Pew Research.
Su presencia mediática durante el inicio de la crisis provocada por el coronavirus le ganó un Emmy en noviembre del año pasado, otorgado por su “uso magistral de la televisión para informar y calmar a personas en todo el mundo”, de acuerdo con el comunicado de la Academia.
La frase “Duro de Nueva York” sirvió de inspiración para un polémico póster promocionado por el propio gobernador en su cuenta de Twitter el 13 de julio de 2020. Una crítica publicada al día siguiente en la sección de Artes de The New York Times lo describió como “obra pico de Cuomo”.
El cartel aparece todavía disponible a la venta por 14.50 dólares en la página oficial del gobierno neoyorquino, aunque al hacer clic para comprar, la pantalla muestra que el sitio web ya no está disponible.
A un año del inicio de la pandemia, las acusaciones de acoso sexual, supuesto abuso laboral y opacidad al informar de las muertes en los centros para personas mayores en el estado, han dado un giro inesperado y el gobernador enfrenta una crisis política cuyo desenlace aún es incierto.









El bote salvavidas
A inicios de la década de 1880, la inventora Maria E. Beasley, de Philadelphia ( Pennsylvania), patentó el diseño de lo que se convertiría en el primer bote salvavidas como los que conocemos al día de hoy. Beasley desarrolló el boceto en una época en que miles de inmigrantes europeos hacían la travesía para llegar a Estados Unidos.
Su diseño fue el primera que consiguió mantener a las personas que abandonaban una embarcación dentro del bote salvavidas. Beasley, que al momento tenía unos 33 años, lo patentó en 1880 en EEUU y en el Reino Unido. En 1882, Beasley registró una segunda versión, más avanzado. Antes de su muerte, en 1904, la inventora registró otros 15 artefactos: entre ellos, un calentador de pies y un generador de vapor.