Una batalla legal de más de tres años terminó ayer martes luego de que la Corte Suprema permitió que el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes tenga acceso a las declaraciones de impuestos del expresidente Donald Trump, quien había intentado bloquear la solicitud.
Por qué es clave que el Congreso tenga acceso a las declaraciones de impuestos del expresidente Trump
El impacto de las declaraciones de impuestos ahora en manos de representantes demócratas en la Cámara Baja es fundamentalmente político y servirán para confirmar -si es el caso- las aseveraciones de la fiscal general de Nueva York, Leticia James, en torno a las grises prácticas fiscales de la familia Trump.
"La Cámara espera recibir y revisar rápidamente estos documentos", dijo Nancy Pelosi, quien presidirá el cuerpo legislativo hasta la instalación del nuevo Congreso en enero. Pelosi agregó que la divulgación de la información fiscal es vital para "proteger el interés público, defender nuestra seguridad nacional y mantener la rendición de cuentas de nuestros funcionarios públicos".
Origen del litigio
En 2019 Richard Neal, representante demócrata de Massachusetts, solicitó que la Oficina de Rentas Internas (IRS en inglés) entregara al Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara Baja, cinco años de declaraciones de impuestos de Trump quien en ese momento aún era presidente. La solicitud fue modificada en 2021 para incluir las declaraciones presentadas durante su presidencia.
La razón era porque Trump no hizo públicas sus declaraciones de impuestos, una tradición de los jefes de Estado una vez llegan a la Casa Blanca. Aunque ninguna ley requiere que un presidente en funciones haga públicas sus declaraciones de impuestos, Trump es el primer presidente de la era moderna en no hacerlo.
De hecho, hasta la llegada de Trump a la Casa Blanca, todos los presidentes, desde Nixon hasta Biden, con excepción de Ford, quien sólo presentó un resumen de sus impuestos, habían hecho públicas sus declaraciones de impuestos completas.
En 2016 Trump argumentó que no podía hacer públicas sus declaraciones de impuestos porque estaban siendo auditadas por el IRS.
En respuesta a la solicitud del Congreso, el Departamento del Tesoro se negó a cumplir con la solicitud del Congreso, lo que dio inicio al proceso judicial que terminó en la Corte Suprema este martes.
¿Cuándo sabremos que contienen?
Hasta cierto punto ya conocemos parte del mundo fiscal de Donald Trump.
En septiembre de 2019 The New York Times publicó un extenso reporte después de haber obtenido más de dos décadas de declaraciones de impuestos de Trump. Según el reportaje Trump solo pagó $750 en impuestos sobre la renta en 2016 y nuevamente la misma cantidad en 2017, cuando asumió la presidencia, alegando pérdidas y deducciones polémicas.
Entre esas deducciones problemáticas se encuentran $747,622 en "honorarios de consultoría” pagados a su hija Ivanka, así como de $70,000 en gastos de peluquería. El reporte también indica que Trump mantiene deudas en el orden de decenas de millones de dólares.
En aquel momento Trump calificó las revelaciones del The New York Times como fake news, pero nunca ha desmentido ninguno de sus alegatos.
De hacerse públicas las declaraciones que el IRS entregará al Congreso, sería la primera vez que el público tendría una ventana oficial al complejo y cuestionado mundo financiero de Trump, lo cual adquiere relevancia especial ahora que el expresidente ha anunciado una vez más su candidatura a la nominación presidencial republicana.
Sin embargo, no hay seguridad de que las declaraciones de impuestos de Trump se hagan públicas.
En declaraciones a CNN, el representante demócrata de Texas Lloyd Doggett, quien forma parte del comité dijo “que los documentos estaban sujetos a protecciones de privacidad”, pero aclaró que el comité tenía la opción de hacerlos públicos y que “la presión del tiempo crea una razón adicional para considerar hacerlo”.
¿Qué más puede hacer el Congreso?
El Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara argumentó que las declaraciones de Trump eran necesarias para evaluar el programa de auditoría presidencial obligatoria del IRS, y determinar si era necesario actualizar las leyes que la rigen para lidiar mejor con un presidente con operaciones comerciales complejas y hacer que este cumpla con las leyes fiscales de la nación.
Lo anterior fue reforzado por tribunales de instancias inferiores que habían reconocido que el Congreso tenía un propósito legislativo legítimo para ver las declaraciones de Trump.
Sin embargo, con los republicanos tomando control de la Cámara de Representantes en enero es muy poco el tiempo que tendrán los demócratas para examinar la documentación, discutir y modificar las leyes para cumplir con el propósito anunciado.
Entre los antecedentes que hay que tener en cuenta alrededor del mundo fiscal del expresidente está el hecho de que en 2019, después de que los demócratas retomaran el control de la Cámara Baja, se inició un esfuerzo coordinado para tener detalles del estado financiero de Trump.
Una declaración clave fue la de su exabogado personal Michael Cohen, quien afirmó a la Cámara de Representantes que Trump se jactó en más de una oportunidad de inflar el valor de los activos cuando servían a su interés, especialmente cuando cuando solicitaba préstamos. Pero, por otro lado, los subvaloraba cuando declaraba sus impuestos para pagar menos.
Esto ha tenido consecuencias legales para el expresidente en el estado de Nueva York, donde la Organización Trump está siendo investigada por fraude fiscal y otros delitos. La fiscal general del estado, Letitia James, demandó a Trump y a sus tres hijos mayores, acusándolos de mentir a prestamistas y aseguradores al sobrevaluar sus activos de manera fraudulenta.
El impacto de las declaraciones de impuestos ahora en manos de representantes en la Cámara Baja es fundamentalmente político y servirán para confirmar -si es el caso- las aseveraciones de Leticia James en torno a las grises prácticas fiscales de la familia Trump.









Esta plantilla, al igual que en 2016, probablemente será numerosa y luego de los señalamientos culpando a Trump por la debacle republicana las elecciones de mitad de término, no es descabellado predecir una feroz campaña electoral, generosa en acusaciones y recriminaciones, y gracias a la presencia del expresidente, llena también de sobrenombres e insultos.