Más ventajas para la salud: el consumo de café de todo tipo ahora se asocia con menor riesgo de enfermedades hepáticas

Beber café con cafeína o descafeinado, tanto molido como instantáneo se asocia a un menor riesgo de desarrollar enfermedades hepáticas, según un nuevo estudio que vuelve a poner sobre la mesa las bondades de un producto largamente vilipendiado.

Por:
Univision
La investigación liderada por la Universidad Queen Mary de Reino Unido concluye que las personas pueden tomar hasta 25 tazas diarias sin generar deterioros y endurecimientos en las arterias. Expertos advierten que los efectos sí se pueden ver reflejados en la ansiedad, en trastornos del sueño y en irritaciones gástricas.
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Cualquier tipo de café se asocia a un menor riesgo de desarrollar y morir por una enfermedad hepática crónica en comparación con no beber café, según investigadores de las universidades de Southampton y Edimburgo (Reino Unido), que indican que las ventajas alcanzan su punto máximo a partir de tres o cuatro tazas al día.

Los investigadores no están seguros de por qué el café es tan beneficioso para el hígado. Pero lo que sí parece claro es que la mala fama que ha tenido la bebida llegó definitivamente a su fin. Algo importante dado lo masivo de su consumo, que se estima en 2,250 millones de tazas diarias en el mundo. En Estados Unidos, el 75% de los adultos tomaba café en 2019.

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Los autores de la investigación, publicada en BMC Public Health, estudiaron los datos del Biobanco del Reino Unido sobre cerca de 500,000 participantes con consumo conocido de café, a los que se siguió durante una media de 10.7 años para controlar quiénes desarrollaban enfermedades hepáticas crónicas y afecciones hepáticas relacionadas.

De todos los participantes incluidos en el estudio, el 78% consumía café molido o instantáneo con cafeína o descafeinado, mientras que el 22% no tomaba ningún tipo de café. Durante el periodo de estudio, se produjeron 3,600 casos de enfermedad hepática crónica, incluidas 301 muertes. Además, hubo 5,439 casos de enfermedad hepática crónica o esteatosis (acumulación de grasa en el hígado, también conocida como enfermedad del hígado graso), y 184 casos de carcinoma hepatocelular, un tipo de cáncer de hígado.


En comparación con los no bebedores de café, los bebedores de café tenían un 21% menos de riesgo de enfermedad hepática crónica, un 20% menos de riesgo de enfermedad hepática crónica o grasa, y un 49% menos de riesgo de muerte por enfermedad hepática crónica. El máximo beneficio se observó en el grupo que bebía café molido, que contiene altos niveles de los ingredientes Kahweol y cafestol, que han demostrado ser beneficiosos contra la enfermedad hepática
crónica en animales.

"El café es ampliamente accesible y los beneficios que observamos en nuestro estudio pueden significar que podría ofrecer un tratamiento preventivo potencial para la enfermedad hepática crónica. Esto sería especialmente valioso en los países con menores ingresos y peor acceso a la asistencia sanitaria y donde la carga de la enfermedad hepática crónica es más alta", dijo Oliver Kennedy, autor principal del estudio.

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Una importante limitación del estudio es que, como el consumo de café sólo se comunicó cuando los participantes se inscribieron por primera vez, éste no tiene en cuenta ningún cambio en la cantidad o el tipo de café que consumieron a lo largo de los 10.7 años que duró el estudio. Por otra parte, como los participantes eran predominantemente blancos y de un entorno socioeconómico más alto, los resultados pueden ser difíciles de generalizar a otros países y poblaciones.

A pesar de ello, la discusión en torno al consumo del café, antaño considerado perjudicial, parece haber llegado a su fin. Una investigación anterior indicaba que su consumo no endurece las arterias, como se había señalado anteriormente, ni siquiera cuando se toma en grandes cantidades.

Sin impacto en las arterias

La investigación, en la que participaron 8,000 personas en Reino Unido, encontró que beber cinco tazas al día no tiene más impacto para las arterias que beber una sola. Estudios anteriores habían sugerido que el café contribuye a endurecer las arterias y este factor, a su vez, supone que se ejerza mayor presión sobre el corazón e incrementa las posibilidades de sufrir un infarto o un ictus.


Dos estudios publicados en otoño de 2017 indicaban que beber tres cafés al día o más reduce la mortalidad prematura en un 18% en hombres y un 8% en mujeres.

Se trata de estudios observacionales, lo que quiere decir que sugieren una relación de causa y efecto entre dos factores, pero no pueden demostrarla. Los científicos no están seguros de por qué el café es tan beneficioso; la explicación podría no estar específicamente en el café, sino en alguna característica del consumidor.

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Investigaciones anteriores también mostraron que los bebedores de café tienen menos riesgos de morir de varias enfermedades crónicas que las personas que consumen poco o nada de café. Algo importante, tanto en los estudios anteriores como ahora, es que la relación entre el consumo de café y el menor riesgo de muerte se produce igual con el descafeinado, un dato muy a tener en cuenta si tienes problemas de sueño.

En 1991, la misma rama de la OMS que encargó el estudio publicado en 2017 clasificó el café como “posiblemente carcinógeno para los seres humanos”, a causa de “indicios limitados” que insinuaban un vínculo con el cáncer de páncreas. En 2016, la OMS pasó no solo a indultarlo, sino a recomendarlo. El tabaco podría haber tenido la culpa; muchos análisis encontraron vínculos entre el café y el cáncer simplemente porque los cafeteros fumaban más. Pero se trataba de una falsa asociación: lo que provocaba el cáncer era el cigarrillo con el que tantas personas gustan acompañar su café.

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Papas fritas. Cualquier producto frito de comida rápida como las papas o los Nuggets de pollo probablemente han sido cocinados en aceites parcialmente hidrogenados (salvo que te digan lo contrario). De todos modos, aunque no sea el caso, los fritos no son la mejor opción para mantener la cintura.
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