Antes de la masacre en Uvalde, la escuela ya había tenido muchas alertas de seguridad (pero no por tiroteos)

Los maestros y estudiantes de la escuela primaria Robb tenían cuatro meses alarmados por decenas de cierres de emergencia tras alertas de seguridad. Sin embargo, nunca lo hicieron pensando en que un hombre podía entrar al campus para dispararles. Lee nuestro especial sobre el trauma que dejó en los niños el tiroteo en Uvalde

Por:
Univision y AP
Dos meses después del tiroteo en la escuela primaria Robb, la maestra Elsa Ávila narra los momentos de pánico que vivió cuando comenzó a escuchar al atacante en los pasillos y la forma en que trató de proteger a sus estudiantes siguiendo el protocolo para estos casos. En su intento de salvar a los menores recibió en el abdomen las balas que perforaron puertas y paredes, pero dice que sobrevivió gracias a la ayuda de los niños. Más noticias en Univision
Video "Esos niños vivieron algo terrible": maestra recuerda cómo sobrevivió tras ser baleada en la escuela de Uvalde, Texas

Antes de que un joven entrara disparando a la escuela primaria Robb en Uvalde, Texas, el 24 de mayo pasado, los maestros y estudiantes conocían bien los protocolos de seguridad que debían seguir ante un alerta. Cuatro meses antes ya habían respondido a decenas de cierres de emergencia pero por otra razón, cuenta la agencia AP.

Autoridades escolares explicaron a la agencia que entre febrero y mayo tuvieron cerca de 50 cierres de emergencia o alertas de seguridad en Uvalde. Ese factor es analizado ahora por los investigadores del tiroteo como parte de las razones por las que el atacante pudo entrar a la escuela sin obstáculos y atrincherarse en un salón de clases en el que mató a 19 estudiantes y dos maestras.

PUBLICIDAD

La emergencia en la primaria Robb había sido declarada decenas de veces porque la ciudad veía con frecuencia persecuciones de agentes de la Patrulla Fronteriza a migrantes que llegaban desde la frontera sur e intentaban evadir los arrestos.

El reporte de la Cámara de Representantes estatal —y que ha enardecido a los padres de Uvalde— señala que este elemento pudo haber contribuido a que en la escuela "bajaran la guardia", aunque insiste en que la principal falla estuvo en la lenta y confusa respuesta policial para frenar al atacante.

Cuenta que no habían visto incidentes de persecuciones a migrantes en las escuelas de Uvalde los días previos al tiroteo, pero describen que cuando ocurrían, podían incluir la búsqueda de personas hasta en los estacionamientos de los centros educativos.


Estos hallazgos explican la convergencia entre uno de los tiroteos escolares más mortíferos que ha vivido el país y la fuerte presencia de agentes de la Patrulla Fronteriza en la zona. De los casi 400 funcionarios que respondieron al llamado del 24 de mayo, más de la mitad pertenecían a esta agencia federal o a la policía del estado.

Uvalde se encuentra a poco más de una hora de la frontera con México, en uno de los sectores que históricamente registra la mayor llegada de migrantes, Del Rio. Cerca están ciudades como Pearsall, Dilley y Karnes, donde quedan tres de los mayores centros de detención de migrantes del país. Según datos del Registro de Datos Transaccionales de la Universidad de Syracuse (TRAC), hasta junio había en ellos una población de más de 4,500 arrestados.

PUBLICIDAD

Entre febrero y mayo, la frontera sur de Estados Unidos registró cifras históricas de cruces de inmigrantes. De hecho, para mayo registró el mayor pico de detenciones del año fiscal —y de los últimos cuatro años para un solo mes—, con 240,991 migrantes arrestados, según cifras de la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).

Como respuesta a la creciente llegada de extranjeros a la frontera de Texas, desde el año pasado el gobernador de ese estado, Greg Abbott, lanzó una operación con la que pretendía frenar los cruces y el tráfico de drogas. Para ello comprometió recursos estatales, incluidos más de 3,000 millones de dólares, así como guardias nacionales y policías estatales.

Pero lejos de ser aplaudida, la iniciativa ha sido duramente condenada por violaciones de derechos civiles cometidas contra migrantes e incluso a ciudadanos estadounidenses, que han terminado arrestados y procesados con cargos de invasión a la propiedad privada.

Jazmín Cazares, cuya hermana de nueve años falleció en el tiroteo de Uvalde, dijo a los legisladores de Texas en junio que nadie en el distrito escolar había tomado en serio esos cierres de emergencia que habían generado las persecuciones a migrantes "hasta ese día". Ella es una entre decenas de estudiantes de Uvalde que temen volver a la escuela de forma presencial cuando arranque el año escolar.

Según cuenta la agencia, incluso los primeros agentes que llegaron a la escuela el 24 de mayo se preguntaron si el llamado se había dado por migrantes en la zona. El cuestionado jefe de la Policía del Distrito Escolar de Uvalde, Pete Arredondo, llegó a mencionar en el Congreso que lo consideró.

PUBLICIDAD

Cuando el sistema de alarma se activaba en la escuela Robb no se especificaban la amenaza que la detonaba. Y por la frecuencia de los cierres de emergencia, muchos de los maestros y administradores de la escuela llegaron a pensar que se trataba de otra fuga de migrantes en la zona.

El alcalde de Uvalde, Don McLaughlin, dijo a la agencia AP que aunque no ha hablado con el gobernador Abbott en el último mes, ha pedido públicamente que se tomen mayores acciones para frenar la entrada de más migrantes. Asegura que las persecuciones en la zona "necesitan acabarse".

Mira también:

<b>Uziyah García</b>, de 8 años de edad. Su abuelo describió al pequeño como “El niño más dulce que he conocido. No lo digo solo porque era mi nieto”.
<b>Nevaeh Bravo</b>, de 10 años, también fue víctima mortal del ataque ocurrido el martes 24 de mayo. Como todos sus compañeros fallecidos, estaba en el salón de clases de cuarto grado en el que el atacante se atrincheró.
La maestra 
<b>Eva Mireles</b>, de 44 años, enseñaba en el salón donde sus alumnos murieron junto a ella. Su tía, Lydia Martínez Delgado, aseguró al diario 
<i>The New York Times </i>que Mireles falleció protegiendo a sus niños. Estaba casada y tenía un hijo. Era “muy querida” y una ávida excursionista que se enorgullecía de enseñar a la mayoría de los estudiantes de ascendencia latina: “Era la diversión de la fiesta”, agregó Martínez.
<b>Layla Salazar</b>, de 10 años, disfrutaba de nadar y fue ganadora de seis carreras en un día de campo escolar, de acuerdo con la agencia AP. Su padre, Vincent Salazar, había publicado una fotografía de su hija en su página de Facebook con medallas. Contó que cuando la llevaba en su camioneta a la escuela, él ponía la canción “Sweet Child O’Mine” y solían cantarla.
<b>Amerie Jo Garza</b>, junto a su padre Angel Garza, quien cumplió 10 años hace dos semanas. "Mi pequeño amor ahora está volando alto con los ángeles del cielo", dijo Angel Garza a la cadena ABC News después de confirmar su deceso.
<b>José Flores</b>, de 10 años de edad. Su tío Christopher Salazar confirmó su muerte en el tiroteo en la escuela primaria donde estudiaba cuarto grado. "Era un niño muy feliz. Amaba a sus padres... y le encantaba reír y divertirse", dijo Salazar, citado por 
<i>The Washington Post</i>.
En la imagen, 
<b>Xavier López</b>, de 10 años de edad, quien fue identificado por su familia. Unas horas antes de que tuviera lugar el tiroteo, su madre estuvo con él en la escuela en una ceremonia de entrega de reconocimientos, los anhelados 
<i>'Honor Roll'.</i>
<b>Irma García</b>, de 46 años, es la otra maestra que murió. El perfil de la escuela dice que enseñó durante 23 años, que estaba casada y tenía cuatro hijos. Dos días después, su marido murió de un infarto. Un sobrino publicó un post en Facebook lamentando que no pudo con el dolor.
<b>Annabell Guadalupe Rodríguez</b>, alumna del cuarto grado como todos sus compañeros muertos, 19 en total, además de sus dos maestras.
<b>Alithia Ramírez,</b> también del cuarto grado como todos sus compañeros fallecidos en la Escuela Primaria Robb.
Adolfo Cruz, un reparador de aire acondicionado de 69 años, permaneció fuera de la escuela el martes por la noche, esperando noticias sobre su bisnieta de 10 años, 
<b>Elijah Cruz Torres</b>, cuyo paradero desconocía la familia hasta que fueron informados de la terrible noticia.
<b>Jayce Carmelo Luevanos</b>, otro niño víctima del tiroteo en Uvalde, el peor en una primaria desde Sandy Hook en 2012.
<b>Ellie García</b> también murió en
<b> </b>el tiroteo. Steven García y Jennifer Lugo confirmaron que su hija murió tras una larga espera de horas que terminó con la confirmación de la mala noticia.
Verónica Luevanos, madre de 
<b>Jailah Nicole Silguero</b>, de 10 años, dijo a 
<a href="https://www.univision.com/shows/despierta-america/no-queria-ir-a-la-escuela-el-desgarrador-relato-de-una-madre-que-perdio-a-su-hija-y-sobrino-en-tiroteo-en-texas-video?utm_campaign=Despierta%20America&utm_medium=social&utm_source=facebook&fbclid=IwAR0UKlBwWrJsB3fxo_HZmh4TTWU5eeFwHWCzLsXCGZxYLBfgZyP1E3Xqmo0" target="_blank">Univision Noticias que su hija</a> "no quería ir a la escuela ese día".
<b>Maite Yuleana Rodríguez</b> de apenas 10 años de edad como la mayoría de sus otros compañeros de salón muertos.
Los primos de 
<b>Lexi Rubio</b>, de 10 años, confirman que ella fue otra de las víctimas. Un primo tuiteó: “Ella era una luz tan brillante en la vida de todos y era una gran jugadora de pelota. Dejaste este mundo demasiado pronto y siempre te extrañaremos”.
<b>Makenna Lee Elrod</b>, una de las pocas víctimas que no era de origen latino. El 81% de la población de Uvalde es hispana.
<b>Miranda Mathis</b> otra de las víctimas en una foto escolar que proporcionó su familia.
<b>Rogelio Torres</b>, de 10, es uno de los 19 estudiantes de la Escuela Primaria Robb asesinados en Uvalde.
<b>Tess Marie Mata</b> se encontraba también en el salón de clases del cuarto grado cuando entró el atacante con un arma automática y allí se atrincheró con el fatídico resultado.
<b>Jacklyn Jaylen Cazares</b>, de 10 años, es otra de las víctimas mortales del tiroteo. "Mi bebé ha sido arrebatada de mi familia y de mí. Estamos devastados, espero que nadie pase nunca por algo así", escribió en su cuenta de Facebook su padre Jacinto Cazares.
1 / 21
Uziyah García, de 8 años de edad. Su abuelo describió al pequeño como “El niño más dulce que he conocido. No lo digo solo porque era mi nieto”.
Imagen Manny Renfro vía AP.
En alianza con
civicScienceLogo