ALAMEDA, California. – Mientras los fiscales en el juicio contra el expolicía acusado de matar al afroestadounidense George Floyd se preparaban para presentar sus argumentos finales, en el otro extremo del país, Mario González soltaba su último aliento mientras la rodilla de un oficial de Alameda se posaba sobre su espalda presionándolo sobre el suelo.
Cómo la muerte de Mario González a manos de la Policía evoca el homicidio de George Floyd
Expertos que vieron el video de la muerte de Mario González mientras tres policías de Alameda presionaban su cuerpo contra el suelo comparan el caso con el homicidio de George Floyd, y coinciden que los agentes debieron actuar de otra manera.
Horas más tarde, en Minneapolis un jurado declaraba a Derek Chauvin culpable de tres cargos de homicidio por la muerte de Floyd, un incidente que desató protestas contra la brutalidad policíaca en todo Estados Unidos y puso en tela de juicio el entrenamiento que reciben los agentes del orden.
La muerte de Mario González en custodia de tres oficiales de Alameda el pasado 19 de abril evoca el homicidio de George Floyd en dos factores fundamentales: la recurrente maniobra policíaca de presionar con la rodilla el cuerpo de un detenido contra el suelo y la falsa narrativa que empleó la Policía para reportar inicialmente la muerte.
Expertos y activistas que han visto los videos de las cámaras corporales coinciden en que la maniobra utilizada por los oficiales no fue la adecuada dadas las condiciones de sobrepeso y posible intoxicación de González.
“Es un caso como lo que pasó con George Floyd o con Nate Greer aquí en Hayward. Es un caso de lo que se llama positional asphyxia. Una asfixia que se lleva a cabo por la presión que le ponen en la espalda a una persona cuando está sobre su estómago”, dijo el abogado Fulvio Cajina en entrevista con Noticias Univision 14.
El litigante agrega que cuando el cuerpo está boca abajo sobre el pavimento se merma la capacidad para respirar, una condición que empeora cuando un policía ejerce presión adicional. “Por eso muchas personas fallecen en esas circunstancias”, señaló.
Una posición letal
Varios expertos en capacitación del uso de la fuerza que vieron el video a petición de The Associated Press coincidieron en que los agentes no debieron escalar el altercado, pero señalaron que su error fatal fue no haber actuado inmediatamente cuando González empezó a tener problemas para respirar.
“No se estaba resistiendo, simplemente trataba de respirar”, sostuvo Timothy T. Williams Jr., un experto que trabajó casi 30 años en el Departamento de Policía de Los Ángeles.
La Prensa Asociada también le mostró los videos a Geoffrey Alpert, un profesor de criminología de la Universidad de California del Sur y experto en temas de uso de fuerza por parte de uniformados, quien dijo que los oficiales involucrados debieron haber volteado a Mario tan pronto como pudieron.
“Una vez que lo tienen controlado, como nos dimos cuando en el caso de Floyd con todos los expertos médicos, esa posición o compresión es letal”, mencionó.
El video deja en claro que desde el momento que lo derriban, la rodilla de uno de sus policías está sobre su espalda. Desde distintos ángulos también se observan los codos y antebrazos de los oficiales ejerciendo presión entre la parte superior de la espalada de Mario, en ocasiones muy cerca de la nuca.
Casi a los cinco minutos de mantenerlo en esa posición, ya con las manos esposadas detrás de la espalda, uno de los uniformados pregunta: “¿Crees que debamos ponerlo de lado?”. “No, no quiero perder lo que tengo”, responde otro oficial en referencia a la maniobra que estaba aplicando.
Después de ese momento, Mario perdió el conocimiento y el pulso.
La falsa narrativa policíaca
González murió después de lo que la Policía llamó una “emergencia médica” durante “una riña” cuando tres oficiales intentaron doblarle las manos detrás de la espalda. El comunicado inicial sobre el incidente aseguraba que Mario había sido trasladado a un hospital local, “donde más tarde murió”.
Sin embargo, en los videos publicados se escucha a los uniformados repetir que “no tiene pulso” antes de comenzar a suministrarle reanimación cardiopulmonar. Al igual que con el homicidio de George Floyd, las autoridades atribuyeron ambas muertes a “situaciones médicas” omitiendo la participación de los agentes involucrados.
“La emergencia médica de la que ellos hablan fue provocada por los tres oficiales sobre su espalda”, denunció Gerardo, hermano de Mario, en una entrevista con la AP.
Para George Galvis, de la organización Comunidades Unidas para una Justicia Juvenil Restaurativa en el este de la Bahía de San Francisco (CURYJ, por sus siglas en inglés), la falsa narrativa que la Policía usó para “dibujar” a Mario como sospechoso de robo es una práctica que se repite en casos que involucran a minorías.
“Hemos visto casos como este una y otra vez. La Policía sale con una narrativa falsa hasta que los videos se hacen públicos y entonces conocemos la verdad. Así lo hicieron con el niño de 13 años Adam Toledo y así lo habrían hecho con George Floyd si no hubiera existido una grabación de la comunidad”, señaló.
Los activistas adviertene que en el caso de Mario también existe un patrón que se suele repetir: aunque no han revelado más detalles sobre su muerte, sí han comenzado a dibujar una imagen negativa de él al llamarlo “sospechoso” en un “posible” robo.
“Esta es la continuación de un patrón familiar para criminalizar a aquellos que mueren a manos de las agencias del orden, en un intento por desmotivar la empatía y el apoyo de la comunidad”, dijo CURYJ en un comunicado.
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