ORLANDO, Florida.-Blue Origin, la compañía aeroespacial fundada por Jeff Bezos hace 25 años, logró un logro histórico con el lanzamiento inaugural de su cohete New Glenn. Este despegue representa un paso crucial hacia el transporte espacial sostenible y la exploración más allá de la órbita terrestre, así como una nueva carrera espacial entre empresas privadas.
Blue Origin revoluciona la carrera espacial: Jeff Bezos pone en el espacio su cohete reutilizable New Glenn
El New Glenn llevó a cabo una exitosa misión de seis horas, destacando la reutilización del propulsor y el cumplimiento de estándares para minimizar basura espacial. Diseñado para transportar satélites y astronautas, el cohete reutilizable busca liderar futuras misiones lunares y fortalecer la exploración espacial sostenible.
El cohete, que lleva el nombre del astronauta John Glenn, el primer estadounidense en orbitar la Tierra, despegó desde la plataforma de lanzamiento en Cabo Cañaveral. Esta misma plataforma tiene un legado histórico, ya que fue utilizada por la NASA en las misiones Mariner y Pioneer hace medio siglo. Con una altura de 98 metros, el New Glenn es cinco veces más alto que el New Shepard, otro cohete icónico de Blue Origin dedicado a vuelos suborbitales.
El principal objetivo del lanzamiento era probar las capacidades del cohete y poner en órbita un satélite prototipo. Este satélite fue integrado en una plataforma experimental diseñada para albergar otros satélites o desplegarlos en órbitas específicas. Durante la prueba, el satélite permaneció dentro de la segunda etapa del cohete mientras orbitaba la Tierra.
La misión, que tuvo una duración total de seis horas, siguió estrictamente las prácticas de la NASA para minimizar la basura espacial. Al final del vuelo, la segunda etapa del cohete fue colocada en una órbita alta y segura, fuera del camino de otros objetos espaciales.
Un aspecto destacado del lanzamiento fue la reutilización del primer propulsor del cohete. Tras el despegue, este regresó de manera controlada y aterrizó en una barcaza en el Océano Atlántico. Esta tecnología de recuperación es fundamental para reducir costos y fomentar la reutilización en futuros vuelos espaciales.
El despegue del New Glenn no estuvo exento de desafíos. Originalmente programado para el lunes anterior, el lanzamiento tuvo que ser pospuesto debido a la acumulación de hielo en componentes críticos del cohete. Sin embargo, el equipo de Blue Origin logró resolver el problema, asegurando un lanzamiento exitoso.
Este avance consolida a Blue Origin como un actor clave en la industria aeroespacial. Con el respaldo financiero de Jeff Bezos, quien también fundó Amazon, la compañía busca liderar tanto el transporte de carga como de pasajeros hacia el espacio. Desde 2021, Blue Origin ha estado llevando a turistas espaciales al borde del espacio con el New Shepard, incluido el propio Bezos.
El New Glenn, diseñado para transportar naves espaciales y eventualmente astronautas, también tiene como meta futuras misiones a la Luna. Este cohete representa un paso adelante no solo en tecnología aeroespacial, sino también en el desarrollo de un ecosistema espacial sostenible y accesible.
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SpaceX se prepara para el ambicioso vuelo Starship Flight 7 con un Bloque 2 mejorado
Casi de manera paralela al lanzamiento de Blue Origin, su competidor SpaceX, la compañía aeroespacial de Elon Musk, está lista para llevar a cabo el séptimo vuelo completo de su sistema Starship, introduciendo por primera vez la versión mejorada Bloque 2 (Ship 33).
El lanzamiento, actualmente programado para este 16 de enero con una ventana de una hora a partir de las 4 p.m. CST, tiene como objetivo probar capacidades clave del Bloque 2. El vuelo seguirá una trayectoria suborbital, culminando con un amerizaje en el Océano Índico. Este plan permitirá evaluar el rendimiento del escudo térmico después de la reentrada, una prioridad para el avance de la reutilización de la nave.
Entre los cambios significativos del Bloque 2, se encuentran tanques de propelente ampliados que incrementan la capacidad de carga útil orbital, un escudo térmico rediseñado para mejorar su resistencia al calor y flaps delanteros más delgados y reposicionados. Estos flaps, ahora fuera del flujo de plasma, solucionan problemas de calentamiento detectados en vuelos anteriores.
Además, SpaceX ha optimizado el proceso de carga de propelente, reduciendo el tiempo en casi cuatro minutos. Con estas mejoras, la nave puede cargar cerca de 5,000 toneladas de propelente en poco más de 43 minutos, marcando una diferencia significativa en eficiencia operativa.
Uno de los momentos clave del vuelo será la demostración del despliegue de 10 satélites ficticios Starlink desde el dispensador "pez" de la nave, programado para el minuto 17:33 tras el lanzamiento. También se intentará un encendido en el espacio de un motor Raptor, lo que permitirá probar nuevas modificaciones en la plomería del motor. Estos objetivos representan pasos cruciales hacia futuras misiones orbitales y de despliegue de satélites reales.
SpaceX también probará un modelo no estructural de un punto de captura en la nave, acercándose a la posibilidad de una recuperación completa en vuelos posteriores. Si todo sale según lo planeado, Flight 8 podría marcar el primer intento de captura y el despliegue de satélites reales.
Con estas ambiciosas pruebas, SpaceX avanza un paso más hacia el desarrollo de una nave espacial totalmente reutilizable, abriendo el camino para misiones más económicas y sostenibles en el futuro.
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