Una investigación insólita de “lavado de dinero” en Nicaragua: decenas de periodistas son vinculados

Una investigación por supuesto lavado de dinero contra la precandidata presidencial opositora Cristiana Chamorro ahora pica y se extiende contra más de 18 reporteros, entre ellos la corresponsal del noticiero Univision, María Lilly Delgado. En Managua denuncian que se trata de una jugada del sandinismo para inhabilitar la popular candidatura de Chamorro, mientras se silencia a la prensa independiente en un año electoral clave para ese país.

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Por:
Wilfredo Miranda Aburto.
Entre el grupo de periodistas que el Ministerio Público del régimen de Daniel Ortega citó a entrevista está la corresponsal de Univision en Nicaragua, María Lilly Delgado, quien se hizo presente con su abogado, pero al estar adentro le negaron el acompañamiento legal. Los comunicadores aseguran que los quieren obligar a ser testigos en contra de Cristiana Chamorro, exdirectora de la fundación y precandidata presidencial de oposición que el régimen investiga por supuesto lavado de dinero. Más información aquí.
Video Régimen de Daniel Ortega cita a periodistas en la investigación contra la Fundación Violeta Barrios de Chamorro

MANAGUA, Nicaragua.- En la sede central del Ministerio Público de Nicaragua se repite una imagen peculiar desde hace una semana: periodistas y propietarios de medios de comunicación llegan acompañados de sus abogados para ser entrevistados por los fiscales que dirigen una investigación de supuesto lavado de dinero, insólita en ese país. Cada día crece y vincula a decenas de reporteros en un señalamiento abierto contra Cristiana Chamorro, la precandidata presidencial opositora que más simpatías registra en las encuestas para enfrentar en las elecciones de noviembre a Daniel Ortega y Rosario Murillo, la pareja presidencial que busca perpetuarse en el poder.

La imagen es peculiar no solo porque los citados son rostros conocidos por su labor, sino porque son vigilados por un contingente de fuerzas especiales de la policía y civiles afines al gobierno sandinista, quienes graban con celulares a los periodistas que le dan cobertura a la citatorias de sus colegas implicados en el caso.

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Todo empezó de forma violenta el jueves 20 de mayo, cuando Chamorro fue notificada de la investigación en su contra. La policía allanó y asaltó la sede de la revista Confidencial por segunda vez en tres años, pese a que esa publicación no tiene nada que ver con la ONG que ella dirigía.

El gobierno Ortega-Murillo alega que la Fundación Violeta Barrios de Chamorro —de la que Cristiana Chamorro era presidenta— “incumplió gravemente sus obligaciones ante el ente regulador y del análisis a los Estados Financieros en el período 2015–2019”. El oficialismo señala que hallaron “claros indicios de lavado de dinero; por lo que el ministerio de Gobernación ha informado al Ministerio Público para la investigación correspondiente”.

Chamorro se presentó el mismo día al Ministerio de Gobernación con toda la documentación y estados financieros que, según ella, desmontan la investigación que cataloga como una “monstruosidad jurídica” en su contra. La precandidata presidencial sostuvo que el verdadero objetivo de este señalamiento es inhibir su aspiración presidencial.

Chamorro representa una figura moral gracias al legado de sus padres (la expresidenta Violeta Barrios y el mártir de las libertades públicas Pedro Joaquín Chamorro, asesinado por la dictadura somocista) en un momento en que la oposición nicaragüense está dividida. Ella es perfilada por varios sectores como la única persona capaz de cohesionar a la disidencia del régimen sandinista.


A la apertura de la investigación por lavado de dinero le antecedió una fuerte campaña de propaganda sandinista contra Chamorro, bautizada “la lavandería de los Chamorro”. Los señalamientos están dirigidos en específico contra la Fundación Violeta, que desde hace más de dos décadas ha trabajado en el fortalecimiento de las capacidades de medios de comunicación en Nicaragua, en especial en su evolución hacia lo digital. Sin embargo, la ONG cerró en febrero pasado para no someterse a la Ley de Agentes Extranjeros promulgada por los Ortega-Murillo, una normativa que criminaliza la cooperación internacional.

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La precandidata presidencial afirmó que todos los proyectos de la Fundación Violeta fueron “lícitamente financiados por la cooperación internacional” y que “todos los convenios con organizaciones no gubernamentales en Nicaragua”, como el que ella encabezaba, son “debidamente aprobados por el Ministerio de Relaciones Exteriores”. “Todos, sin excepción, son reportados al Ministerio de Gobernación, que año con año nos extendió cartas de cumplimiento y satisfacción”, argumentó.

"Un plan para silenciar" a la prensa

Aunque Cristiana Chamorro y dos extrabajadores de la Fundación Violeta son los indiciados, pronto el Ministerio Público comenzó a citar “urgentemente” a periodistas para “entrevistas”. Entre ellos a María Lilly Delgado, corresponsal en Nicaragua de Noticiero Univision, y al fotoperiodista Carlos Herrera, quien ocasionalmente colabora con esta edición digital.

Delgado dijo que fue citada “dentro de un plan para silenciar” a la prensa independiente en un año electoral en el que la labor del periodismo es clave para documentar un proceso que ha sido tildado de falto de transparencia por organismos internacionales, como la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA). “Pretenden implicarme en el mismo proceso arbitrario que siguen contra Cristiana Chamorro”, denunció la corresponsal de Univision antes de entrar a la Fiscalía.

Hasta la publicación de este artículo, 18 reporteros y propietarios de medios han sido convocados por los fiscales. Desde las primeras citaciones las anomalías jurídicas fueron denunciadas. La periodista de Univision Noticias dijo que los fiscales le prohibieron dar su declaración junto a sus abogados. Como ella puso resistencia invocando el derecho constitucional a la tutela jurídica, el Ministerio Público la amenazó, le dijo que si quería la presencia de sus defensores pasaría de ser “testigo a imputada”.


La denuncia de Delgado y de los otros extrabajadores de la Fundación Violeta sobre lo sucedido obligaron a la Fiscalía a retractarse, pero en un comunicado acusaron a la corresponsal de Univision de haberse negado “en todo momento a declarar y colaborar” con la investigación. La periodista afirmó que había firmado un acta en la que dejaba constancia de que estaba “dispuesta a colaborar con las autoridades”, por lo que considera poco transparente la actitud de los fiscales. Después de esto, a los siguientes reporteros citados les permitieron ingresar con sus abogados.

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La Fiscalía de Nicaragua tiene nula credibilidad. Organismos de derechos humanos señalan a esa institución de “fabricar” casos políticos contra opositores y “disfrazarlos” con delitos comunes. De hecho, en octubre de 2020 el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a la fiscal general Ana Julia Guido “por formar parte de un grupo de fiscales que trabajaron con la Policía Nacional para fabricar casos contra presos políticos y sus familias”.

Citaciones que no paran

La corresponsal de Univision y los primeros convocados por la Fiscalía han vuelto a ser citados sin saber exactamente las razones. El caso de supuesto lavado de dinero se ha vuelto una trama que cada vez abarca a más periodistas y medios de comunicación independientes de Nicaragua, que desde las protestas sociales de 2018 han sido constantemente atacados por el gobierno sandinista por investigar y dar cobertura a la crisis sociopolítica y de derechos humanos.

“Yo soy reportera como ustedes”, dijo Delgado al salir de la Fiscalía y relatar lo sucedido a sus colegas que le daban cobertura a la citatoria. “Yo vengo aquí con mi coraza, que es la verdad”.

Pedro Vaca, relator de Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), dijo que “cuesta creer que en un Estado democrático de derecho, la Fiscalía cite a periodistas en una causa por ‘lavado de dinero’ de un día para otro”. Agregó que “Nicaragua sufre un descomunal atropello a las libertades civiles”.

Pese a la condena internacional que ha generado esta nueva escalada contra el periodismo independiente, el gobierno Ortega-Murillo no se detiene. No solo las citaciones siguen llegando a más periodistas, sino que este lunes 24 de mayo el gobierno congeló las cuentas de la precandidata presidencial Cristiana Chamorro, quien denunció también que los extrabajadores de la Fundación Violeta investigados junto a ella, Walter Gómez y Marcos Fletes, “sufren acoso de paramilitares de la dictadura”.

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“El dictador Ortega está desenfrenado en contra de la libertad de expresión y el periodismo independiente, pero como siempre, se confunde... cree que con farsas y procesos judiciales viciados, podrá amordazar al periodismo independiente y acabar con las aspiraciones del pueblo, que en noviembre, lo derrotará por la vía electoral”, sostuvo Chamorro.

Los retratos y objetos personales de 70 víctimas mortales de la represión a las protestas contra el presidente Daniel Ortega en Nicaragua están expuestos en el nuevo ‘Museo de la Memoria: ama y no olvida’, en Managua, desde el 30 de septiembre de 2019. Una iniciativa con la que los padres y madres de las víctimas aspiran "dignificar y honrar la memoria de nuestros familiares asesinados”.
Desde abril de 2018, el conflicto político en Nicaragua ha dejado más de 
<a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/350-muertos-760-presos-politicos-y-65-000-exiliados-el-oscuro-saldo-de-un-ano-de-crisis-en-nicaragua">300 muertos, casi un millar de presos políticos y decenas de miles de exiliados</a>. La muestra fue impulsada por 70 integrantes de la Asociación Madres de Abril (AMA), quienes tuvieron el valor de permitir que las pertenencias y las imágenes de sus seres queridos asesinados fueran exhibidas.
Para los familiares, el museo ha sido una forma de contrarrestar la narrativa oficial del gobierno de Ortega, quien ha calificado estas muertes como “una gran mentira”. All`í se pueden ver los calcetines del pequeño de un mes de nacido Hamer García, el carrito rojo con el que jugaba Michael Cruz, la pelota de béisbol del último juego de Franco Valdivia, o la bata blanca con la que Daniel Reyes atendía mascotas, 
<a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/ultima-oleada-de-violencia-en-nicaragua-deja-otro-bebe-asesinado-10-de-las-victimas-son-menores-de-18-anos">todos víctimas de la represión. </a>
Además de las fotografías, el espacio está lleno de cientos de pertenencias las que quedaron sin sus dueños: ositos de peluche, libros, trompetas, zapatos, mochilas, trofeos, balones o camisas. Los objetos y las fotos están acompañados de la información de cada caso.
El gobierno insiste en calificar a las víctimas como "delincuentes comunes", sin embargo, según los miembros de AMA la mayoría de los fallecidos eran estudiantes, deportistas o campesinos. Frente a la bata blanca en la pared está Cándido Reyes, papá de un aspirante a veterinario fallecido al recibir el disparo de un supuesto francotirador el 30 de mayo de 2018. "Nosotros no la sacamos en todo este tiempo, hasta el día que la entregamos aquí para ponerla en el museo. Es realmente duro esto", dijo a la agencia EFE.
"Me siento muy bien porque así nuestros hijos nunca van a ser olvidados, Josué está en mi corazón, donde quiera que yo ande él siempre está conmigo, y cada una de las madres así lo sentimos", dijo Elizabeth Velásquez frente a una medalla de taekwondo que había ganado su hijo asesinado."No están con nosotros, pero espiritualmente en nuestros corazones siempre están presentes. Aquí estamos las madres exigiendo verdad, justicia, reparación y no repetición", dijo a Susana López.
Margarita Mendoza, madre de Javier Munguía, insiste en que las víctimas "querían una Nicaragua libre (...), que el mundo sepa que ellos existen aún, que si sus cuerpos no están, están sus recuerdos, que eran seres humanos, seres amados". El museo será desinstalado a fines de octubre y volverá a abrir sus puertas con recuerdos de otras víctimas en una fecha todavía no definida.
"Se me vienen muchos recuerdos, muchos sentimientos encontrados", dijo Eva Ruth Campos, madre de José Manuel Narváez, un amante de los tatuajes que tenía uno con el nombre de su mamá, y ésta en retribución se tatuó el nombre de su hijo.
En una esquina, al fondo, se encuentra la patineta de Alvaro Conrado, un adolescente que murió en abril de 2018 porque varios hospitales le negaron la atención médica tras recibir el disparo de un supuesto francotirador en la garganta. "El niño, para uno siempre van a ser niños", comentó su padre en la exposición.
Los miembros de AMA creen que mantener la memoria histórica colectiva ayudará a que Nicaragua no vuelva a vivir violencia por razones políticas, una experiencia que los nicaragüenses no pensaron repetir tras 
<a href="https://www.univision.com/noticias/america-latina/la-rebelion-de-los-nietos-del-sandinismo">la caída del dictador Anastasio Somoza Debayle, en 1979</a>, cuando Ortega gobernó Nicaragua por primera vez.
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Los retratos y objetos personales de 70 víctimas mortales de la represión a las protestas contra el presidente Daniel Ortega en Nicaragua están expuestos en el nuevo ‘Museo de la Memoria: ama y no olvida’, en Managua, desde el 30 de septiembre de 2019. Una iniciativa con la que los padres y madres de las víctimas aspiran "dignificar y honrar la memoria de nuestros familiares asesinados”.
Imagen Alfredo Zuniga/AP
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