Recogieron 400,000 dólares para ayudar a un indigente, ahora él dice que no recibió el dinero

El caso de Johnny Bobbitt, que ayudó en octubre de 2017 a una mujer que se quedó sin gasolina en una avenida, se hizo tan viral que a través de una campaña de GoFundMe se consiguieron varios cientos de miles de dólares para ayudarlo a salir de las calles. Pero el hombre solo ha recibido 75,000 dólares del total de las donaciones.

Por:
Univision
Una joven estadounidense ha recaudado más de $360,000 dólares para un veterano de guerra sin techo que se gastó los únicos 20 dólares que tenía cuando la mujer se quedó sin gasolina una noche en una autopista cerca de Filadelfia.
Video Mujer recauda más de $360,000 para veterano sin hogar que les dio sus últimos $20 dólares

Johnny Bobbitt, el indigente que ayudó en octubre del año pasado a una mujer que se había quedado sin gasolina en una avenida interestatal usando sus últimos 20 dólares para comprarle combustible, ha denunciado que los cientos de miles de dólares que se recolectaron en una campaña de GoFundMe para ayudarlo no han llegado a sus manos.

Después del gesto del hombre, Kate McClure, la mujer a la que ayudó, abrió una campaña en la red social que al viernes pasado registraba la cifra de 402,706 dólares recogidos para ayudar y transformar la vida del hombre que fuera un veterano de guerra caído en desgracia por su adicción a las drogas.

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El abogado de Bobbitt ha confirmado a los medios que el hombre solo ha recibido 75,000 dólares, lo cual ha levantado serías críticas sobre cuál ha sido el destino del resto del dinero recogido en la campaña. Haciendo las cuentas, y descontando los 30,000 dólares que GoFundMe cobra por sus servicios, Johnny Bobbitt Jr. debió haber recibido al menos otros 300,000 dólares más.

"Hasta que esté libre de drogas"

Mientras los abogados trabajan por asegurar que los fondos donados por 14,000 personas lleguen a buen destino, los voceros de la plataforma aseguran que están trabajando con las dos partes para aclarar la disputa y asegurarse de que el dinero sea entregada en su totalidad a Bobbitt.

En una entrevista dada al medio local The Inquirer, Kate McClure ha asegurado que ella y su marido han intentado ayudar al hombre que tiene serios problemas de adicción, que le habían entregado la mitad del dinero y que tenían guardada la otra parte a la espera de que el hombre consiguiera un trabajo y estuviera libre de drogas. “Darle esa cantidad de dinero a un hombre adicto es como darle a alguien una pistola cargada”.

Sin embargo, en el artículo se hacen señalamientos sobre la compra de un auto BMW y unas recientes vacaciones a California que habría hecho la pareja y que aseguran haber pagado con su propio dinero.

Johnny Bobbitt vive ahora en las calles de Filadelfia y no está recibiendo ningún tratamiento médico que le ayude con su enfermedad.

En California se estima una población de casi 120,000 personas que viven en las calles. A pesar de que el año pasado la ciudad de Los Ángeles creó espacios habitacionales para dar cabida a 9,000 indigentes, el número de personas sin techo en este condado tuvo un repunte en 2017.
James Harris, de 54 años, veterano de guerra que durante las últimas trés décadas ha padecido sida. Luego de que su medicamento dejó de surtir efecto, cayó en depresión y fue desalojado. Dice sentirse como una persona insignificante, vulnerable, pero que lucha por sobrevivir.
Skid Row, en el centro de Los Ángeles, es la zona de mayor concentración de indigentes en Estados Unidos. Ahí habitan casi la mitad de los más de 34,000 que hay en la ciudad.
Moi Williams, de 59 años, desde hace cuatro años vive en las calles de la ciudad, las cuales, dice, son cómodas para dormir. "No molesto a nadie, nadie me molesta".
James Williams, de 50 años, quien ha sido ‘homeless’ por las últimas dos décadas, fue dejado por un taxi en este túnel del centro de Los Ángeles luego de que fue dado de alta del hospital en el que estuvo internado durante la última semana de agosto debido a problemas respiratorios. Dice que no quiere ir a un refugio porque hay demasiadas personas.
Jorge Ortega, de 40 años, empezó a vivir en las calles hace 10 años, cuando perdió su trabajo en el Aeropuerto de Los Ángeles (LAX). Tiene un hijo que vive en Washington, quien no sabe que su padre es un indigente que vive en Skid Row.
Portando una gorra con el lema presidencial de Donald Trump 'Make America Great Again', Nathanael Baisley, de 38 años, viaja en un autobús de Los Ángeles a Santa Mónica para pasar la noche en la playa.
Indigentes hacen fila para el desayuno que ofrece la Iglesia de Nuestra Señora Reina de los Ángeles en la Placita Olvera de Los Ángeles.
Bernadette Ortiz, de 34 años, recientemente dio a luz a su quinto hijo, del cual se embarazó en la carpa donde vive con su prometido en San José, California.
Una joven mujer que vive en las calles de Skid Row se tambalea sobre una caja luego de haberse inyectado una dósis de heroína.
Dolores Epps, de 41 años, es madre de una niña de 9 y un adolescente de 15, con quienes ha vivido en refugios para desamparados durante cinco años tras perder su trabajo en una estética, y dice que aún sigue cortando el pelo. "Pero no se los corto a todos, solo a las personas que están limpias".
Un hombre con enfermedad mental habla consigo mismo mientras se acurruca en una acera de Skid Row. Se estima que el 40% de los indigentes padece algún tipo de trastorno mental severo o es adicto a las drogas.
John Ruiz, de 9 años, vive con sus papás y cuatro hermanos en una casa rodante en Mountain View pues sus padres ya no pudieron pagar la renta de un apartamento. El censo de indigentes en el condado de Los Ángeles indica que hay 5,091 menores de edad viviendo en las calles.
Un indigente duerme frente a una estación de la Policía de Los Ángeles (LAPD) en Skid Row.
Bennie Sayee Koffa, de 66 años, es originario de Liberia y llegó a Estados Unidos en 1990 debido a la guerra civil en ese país africano. Terminó en la indigencia en las calles de Seattle, Washington.
Un hombre pasa frente al mural 'Africa Wings' (alas de África) que pintó la artista Colette Miller en Skid Row tras la muerte de un indigente baleado por agentes del LAPD.
Un paramédico examina a un drogadicto que estaba inconsciente en una acera de Skid Row junto a una jeringa con la que aparentemente se inyectó heroína.
"La vivienda aquí está fuera de control, por eso tenemos muchas personas en las calles. No hay a dónde ir", dice Tammy Stephen, de 54 años, quien vive en el Camp Second Chance, un campamento para indigentes en Seattle.
Dos drogadictos alucinan en una acera de Skid Row apestosa a orines.
En medio de una acera de Skid Row, D. J. Meek, de 40 años, se inyecta una dosis de heroína luego de haber fumado 'crystal meth'.
Una mujer con trastorno mental se coloca frente a la cámara mientras detrás de ella un hombre pide limosna en Skid Row.
Indigentes hacen fila para recibir comida en uno de los tantos albergues que hay en Skid Row.
La sobrepoblación de indigentes en Skid Row obliga a dormir hasta en el patio del refugio Midnight Mission.
Una pieza de pan en el suelo frente a Korey Epps, de 44 años, quien tiene una pierna amputada debido a una infección que contrajo al estar encerrado en una cárcel de Seattle.
Daniel Shawn, de 48 años, instala su carpa en una calle, al frente con la panorámica de uno de los rascacielos de Los Ángeles.
Una mujer come un caldo de pollo mientras otros indigentes hacen fila para recibir alimento.
Un indigente de Skid Row camina cargando bolsas de plástico con sus pertencias.
Una carpa de indigentes fue levantada sobre una acera de Skid Row frente a la tienda Lucky Ave en el centro de Los Ángeles.
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En California se estima una población de casi 120,000 personas que viven en las calles. A pesar de que el año pasado la ciudad de Los Ángeles creó espacios habitacionales para dar cabida a 9,000 indigentes, el número de personas sin techo en este condado tuvo un repunte en 2017.
Imagen AP Photo/Jae C. Hong
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