Las agencias de adopción religiosas en Oklahoma podrán discriminar a las familias LGBT

Mary Fallin, gobernadora republicana, firmó un texto que permite a las agencias de adopción religiosas que puedan rechazar el entregar niños a familias LGBT, familias monoparentales o no cristianas.

Por:
Univision
Una protesta en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Una protesta en contra del matrimonio entre personas del mismo sexo.
Imagen Brian Witte/AP.

Solo tenía que firmarlo y lo hizo. La gobernadora de Oklahoma, Mary Fallin, estampó este viernes su firma y convirtió así en ley un proyecto para que las agencias de adopción religiosas puedan rechazar el entregar niños a familias LGBT, familias monoparentales o no cristianas.

PUBLICIDAD

La Cámara de Representantes de Oklahoma había aprobado la pasada semana la medida por 56 votos frente a 21 el jueves. La gobernadora republicano no había develado si daría su aprobación inicialmente, aunque finalmente lo hizo. Esta ley es similar otras existentes en al menos cinco estados más.

Los partidarios de esta medida argumentan que la cuestión principal es proteger el derecho de un grupo a vivir según su fe religiosa, mientras que los críticos dicen que atacan los derechos de la comunidad de lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero.

Fallin sostuvo que la nueva ley no pone restricciones a las adopciones por parte de familias LGBT, algo que los grupos de defensa de esta comunidad contestaron.

"La idea de que el fanatismo triunfa sobre la decencia es realmente reprensible. Estoy terriblemente decepcionado con la gobernadora Fallin esta noche", Sharon Bishop-Baldwin, de la organización Equality.

La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) también mostró su decepción por la medida. "La (ley) SB 1140 es discriminatoria, antifamilia, anti- niños y anti-Primera Enmienda", dijo en un comunicado de prensa Allie Shinn, directora de asuntos externos de la ACLU de Oklahoma. "En lugar de enfrentarse al fanatismo religioso, la gobernadora ha decidido reforzar las ilusiones de quienes confunden la discriminación con la libertad".

Por su parte, la iglesia católica celebró la decisión.

Marco Villada, beneficiario de DACA, fue separado de su esposo Israel Serrato, un ciudadano estadounidense, luego de acudir a una cita en el consulado de Estados Unidos en Ciudad Juárez. En la querella, la pareja le pide al Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) una revisión judicial de su caso.
Video Pareja gay demanda al gobierno de Trump para pedir revisión de solicitud de residencia permanente


Un texto similar se votó en Kansas la semana pasada. La Cámara aprobó, por 63 votos a favor y 58 en contra, un proyecto de ley que evitará que se prohíba que las agencias religiosas proporcionen hogares de acogida o servicios de adopción al estado si se niegan a colocar a niños en viviendas violando sus “sinceras” creencias. El Senado aprobó la norma (24-15) en la madrugada del viernes.

PUBLICIDAD

Tanto Oklahoma como Kansas tienen legislaturas y gobernadores republicanos, pero en Kansas, la propuesta dividió al Partido Republicano.

El gobernador de Kansas, Jeff Colyer respaldó la propuesta y su gobierno alegó que animará a los grupos religiosos a colocar a más niños víctimas de abusos o abandono bajo la custodio del estado.

Defensores de la ley de Kansas reconocieron que, aunque las agencias religiosas operan desde hace décadas en el estado sin ofrecer problema alguno, temen que las demandas o el cambio de personal entre los funcionarios estatales puedan resultar en un ambiente hostil para la visión de algunos grupos religiosos.

Los defensores de los derechos LGBT señalan que imponer una ley de este tipo supone sancionar la discriminación y respaldarla con dinero de los contribuyentes.

Mariana es una mujer transgénero indígena Embera. Trabaja junto a varias compañeras de su etnia recolectando granos de café en Santuario, Colombia. Los cuerpos menudos pero fuertes de las indígenas Embera son apreciados para la faena de recolección en las haciendas cafetaleras.
Elsa, otra mujer trasngénero Embera, se escurre entre los árboles de café para recoger los granos. Cuenta que se vistió de mujer por primera vez cuando tenía nueve años.
Después de haber pesado el café recolectado durante el día, Elsa toma un descanso. Cuenta que se siente mujer desde que tiene uso de razón, pero vive dedicada a convencer al resto de que es así.
En un descanso de la recolección, Viviana, otra adolescente transgénero Embera de 15 años, se limpia la tierra de las manos.
Las Embera y otros recolectores pesan la cosecha de granos al finalizar cada jornada, la rutina en las haciendas cafetaleras para saber la paga que corresponde a cada uno. En otras épocas del año, ese trabajo es pagado por la cantidad de horas.
El rechazo de algunos miembros de sus familias empujan a las mujeres transgénero indígenas fuera de sus comunidades. En las haciendas cafetaleras se independizan, la mayoría de ellas antes de los 18 años, una edad en la que todavía no es legal trabajar en Colombia.
Al finalizar cada día en época de cosecha, las mujeres transgénero Embera pasan las noches en los ‘cuarteles’. Estas son habitaciones llenas de literas improvisadas con madera y colchonetas sucias que comparten los trabajadores de las haciendas cafetaleras.
Elsa se maquilla para salir de paseo al caserío más cercano, parte de la rutina del grupo al terminar la jornada de recolección.
Viviana posa para una fotografía el la litera del 'cuartel' donde duerme.
Elsa y Eliana, vestidas y listas para salir despues de la cosecha.
Angélica, de 16 años, contó que su madre le permitió usar ropa de mujer con la condición de que fuera un vestido tradicional de su etnia.
Mariana enseña una foto a una de sus compañeras en el 'cuartel' donde viven.
Karen, otra de las mujeres transgénero indígena, posando para una fotografía fuera del 'cuartel'.
Montañas cafeteras de Santuario. En la zona se cultivan granos de café colombiano para la exportación.
Los fines de semana, si no salen al pueblo, se quedan en las fincas jugando cartas, simplemente descansando para luego ir de fiesta.
Cada sábado se gastan lo que han ganado en celebraciones intensas que son parte de su rutina. Toman alcohol con entusiasmo y fuman marihuana con sensualidad hasta el delirio.
Las recolectoras de café consiguen lo que necesitan en las pequeñas tiendas del pueblo. Elsa, Angélica y su pareja hacen compras en un pequeño comercio de Santuario.
Elsa y su pareja esperan a las afueras de una casa donde Angélica recibe su inyección de estrógenos.
La inyección de estrógenos es parte de la rutina de las mujeres transgénero indígena Embera para aumentar el volumen de sus glúteos.
1 / 19
Mariana es una mujer transgénero indígena Embera. Trabaja junto a varias compañeras de su etnia recolectando granos de café en Santuario, Colombia. Los cuerpos menudos pero fuertes de las indígenas Embera son apreciados para la faena de recolección en las haciendas cafetaleras.
Imagen Víctor Galeano
En alianza con
civicScienceLogo