El huracán Dorian deja a Gran Bahama en duelo y en shock: "Todos lo perdimos todo"

Esta es la segunda ciudad más poblada de Las Bahamas. Su puerto que suele estar lleno de turistas que llegan en crucero, ahora tiene inmensas filas de bahameses que se van porque lo perdieron todo. Quienes se quedan están entre el dolor y el anhelo de la pronta recuperación.

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Por:
Mariana Rambaldi.
Wenito Bootle tiene 36 años. En medio de la inundación, junto a un grupo de gente, él salió en jet ski a rescatar gente que estaba atrapada por el agua. "Tenemos a mucha gente desaparecida aún. Yo perdí a un amigo (...) se ahogó, lo hallaron aferrado aun árbol", dice a Univision Noticias.
Dorian llegó a estas islas del norte de Las Bahamas el domingo por la tarde con vientos sostenidos de 185 mph (297 km/h) y ráfagas aún mayores. Este vecino de Freeport limpian su casa, a la que la inundación llegó hasta el techo. Perdió todo. 
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Varias partes de Freeport quedaron completamente bajo el agua. En esta zona cercana al puerto cada casa tiene una montaña de muebles y electrodomésticos que quedaron inutilizados por la inundación causada por Dorian.
Recorriendo las partes de Freeport que están accesibles, se ven casas con ropa colgada en las cercas. En la mayoría de los casos, esas prendas son de las pocas cosas que han podido salvar.
A casi una semana del desastre, muchos de los bahamenses que no perdieron sus casas, estaban empezando a sacar todos sus muebles y electrodomésticos anegados.
Kimberly Mullings, vive en Durham, Carolina del Norte, y fue a Gran Bahama cuando se enteró que Dorian iba hacia donde vive su familia, Freeport. "Toda mi familia está bien, pero no todos mis amigos lograron sobrevivir. Algunos se ahogaron", dice.
Mullings cuenta que la casa de su familia está en un terreno algo elevado, por lo que no sufrió mayores daños. Pero nos enseña esta casa, cercana a la de sus familiares, completamente destruida por dentro. "Aquí hicieron todo lo que tenían que hacer, pusieron bolsas de arena sellaron la casa y se fueron", dice.
"Afortunadamente nosotros evacuamos (...) aquí el agua llegó al nivel del techo. Todo lo perdimos", dice Otika Cornish, madre de dos niños. "Para recuperarnos ahora mentalmente tenemos que entender lo que nos pasó, y luego comenzar a trabajar en la infraestructura".
Al menos 40 personas se contaban hasta el sábado entre los muertos, de acuerdo a la información dada por el gobierno del archipiélago.
Dorian pegó con tanta fuerza en Gran Bahama que incluso casas de ladrillo quedaron semidestruidas. El huracán arrancó ventanas, puertas y techos y el agua arrastró todo lo que había dentro.
Las pilas de muebles, papeles y electrodomésticos están llenas de moscas. El calor no hace más que empeorar el olor a podrido que sale de las montañas de basura.
El aeropuerto de Freeport, en Grand Bahama, quedó completamente arrasado. Este pequeño avión fue arrastrado por la fuerza del huracán al otro lado de una carretera, a unos 300 metros de la zona de los hangares.
En las calles también se ven barcos encallados en bosques o en caminos. "Fueron arrastrados desde un canal cercano", explica a Univision Noticias Cedric, habitante de Freeport.
La casa es sólida, de ladrillo de concreto. Pero la fuerza de Dorian arra´ncó los techos y los ventanales. Un sillón terminó incrustado en el techo de la vivienda.
Stacey cuenta que en vive en un apartamento y que se quedaron sin electricidad, algo a lo que están acostumbrados. "En un huracán estuvimos casi 6 meses sin luz", dice. Explica que no se puede ir por tierra al lado este de la isla porque las autoridades cerraron los caminos. "Hay cuerpos en el agua aún".
Dentro de las casas huele a humedad y podredumbre. Este hombre, cuya casa no sufrió tantos daños, vino a colaborar para limpiar la casa de sus vecinos.
Al salir del puerto de Freeport, Cedric señala una larguísima cola de automóviles. Cuenta a Univision Noticias que es gente que se está yendo de la isla.
<b> Hay un crucero ofreciendo sacar a la gente de Gran Bahama y muchos se van porque ya no tienen casa. Él está sin electricidad hace cinco días, momento en que pasó Dorian.</b>
Los cruceros que suelen venir a estas islas cargados con miles de turistas, ahora llegan con ayuda. El crucero 
<i>Symphony of the Seas </i>(al fondo) llegó con miles de raciones de alimentos mientras que el Grand Celebration (en primer plano) además ofrece evacuación gratuita a los bahamenses que perdieron todo. 
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En el puerto, decenas de cargamentos de agua llegan a Gran Bahama dentro de los cruceros.
<b> Phillip Smith, de la organización Bahamas Feeding Network, dice a Univision Noticias que en el barco Simphony of the Seas llegan en un solo día "10,000 raciones de alimentos" y otras tantas de agua. </b>Explica que la entrega de alimentos se hace en coordinación con la agencia de manejo de desastres bahamense, NEMA.
La ayuda también viene de decenas de voluntarios. Yamil López, chef puertorriqueño de 28 años, cocina en Freeport con la organización World Central Kitchen. Cuando el huracán María arrasó su país, su restaurante quedó destruido y no pudo volver a operar. "El agradecimiento me llevó a sumarme como voluntario", dice en referencia a la ONG, que también ayudó en Puerto Rico.
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Wenito Bootle tiene 36 años. En medio de la inundación, junto a un grupo de gente, él salió en jet ski a rescatar gente que estaba atrapada por el agua. "Tenemos a mucha gente desaparecida aún. Yo perdí a un amigo (...) se ahogó, lo hallaron aferrado aun árbol", dice a Univision Noticias.
Imagen Mariana Rambaldi / Univision Noticias

FREEPORT, Las Bahamas.- El piso de la casa de Otika Cornish está encharcado y las paredes tienen un tapiz de mugre y hojas podridas. Camina por el corredor hasta el cuarto del fondo esquivando los charcos y vuelve con tablas de madera podrida en sus manos. “Aquí en mi casa el agua llegó al nivel del techo. Todo lo perdimos”, dice. Otika luce agobiada por el calor aplastante. Su voz cansada es la de alguien todavía no ha calibrado bien la tragedia.

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Cornish nació en Freeport y vivió toda su vida aquí. En su casa situada en el norte de una zona llamada Bahamia viven ella, su novio y sus pequeños mellizos. Dice que nunca había visto tanto desastre ni tanta muerte en su isla como la que dejó el huracán Dorian, que con vientos sostenidos de 185 mph (297 km/h) y ráfagas aún mayores arrasó con todo en Gran Bahama y Abaco.

“Solo unos pocos que viven en alguna colina son los que no perdieron todo. No importa hasta dónde conduzcas, verás que todos perdimos todo”, dice. Su voz tiene eco porque la casa está completamente vacía. No hay muebles, no hay nada. Ella está en shock. Cree que para poder recuperarse primero tiene que “entender” la dimensión de lo que le pasó. “No estoy bien ahora. Pero sí estaré bien”, dice.

A dos casas de la de Cornish, un joven negro que viste una camiseta blanca está recostado contra un auto frente a su casa. Frente a él hay una pila de basura con moscas. Unas cajoneras de madera, un microondas, una cocina, dos colchones. Todo huele rancio, todo eso se perdió por la inundación. Él joven hace un gesto con la mano. No quiere hablar.

“Cosas materiales”

Freeport, la segunda ciudad más poblada de Las Bahamas, fue casi completamente arrasada por Dorian, huracán de categoría 5 que el domingo 1 de septiembre y durante casi dos días arrasó Abaco y Gran Bahama.


La ONU calcula que unas 76,000 personas se quedaron sin hogar y con urgencia de alimentos en la zona del desastre de Las Bahamas. Una semana después, miles aún están en la incertidumbre de no saber si sus hijos, padres o abuelos están vivos o muertos porque se perdieron las comunicaciones.

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Recorriendo Freeport se ven casas de madera hechas trizas, pero también las viviendas de ladrillos, que suelen ser más sólidas y resistentes ante este tipo de fenómenos, han quedado destruidas. Sin embargo, sus habitantes dicen, tal vez a modo de auto consuelo, que Freeport no ha sufrido “tanto” como Abaco.

Wenito Bootle, residente de Freeport, tiene 36 años. Su pequeña empresa de envíos de cuatro empleados quedó completamente destruida. Su casa está relativamente bien. “Por suerte nosotros vivimos en un área elevada”, cuenta. No teme, dice, a la pérdida de su compañía porque “al final, son cosas materiales”.

A él le tocó ayudar gente en medio de la inundación. Recibió pedidos de ayuda por mensaje de texto y entonces, con un jet ski, salió a buscar gente. “No soy rescatista, pero me transformé en uno”.

Cuenta que toda su familia sobrevivió incluso los de Abaco quienes “están bien, pero perdieron todo”. Pero un amigo suyo murió ahogado y fue hallado aferrado a un árbol.

“Hay muchos cuerpos”

Las calles de Freeport huelen a podrido. La ciudad presenta paisajes imposibles con sillones incrustados en el techo, pequeños barcos encallados en bosques o un avión desbaratado al costado de una carretera, a cientos de metros de la pista del aeropuerto donde alguna vez estuvo estacionado.

La parte del este de Gran Bahama es inaccesible. “El camino está completamente destruido y con escombros y hay muchos cuerpos en esa zona que sigue inundada, entonces no permiten ir al otro lado”, cuenta a Univision Noticias Stacey Delancy, residente de Freeport.

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Kimberly Mullings, de 27 años, explica que además hubo un derrame de petróleo a causa de Dorian. “Nadie tiene electricidad ni agua. Tuvimos un masivo derrame de crudo por lo que el agua está contaminada". Las noticias informan de una filtración en South Riding Point, un terminal de almacenamiento de combustibles en el este de la Gran Bahama. Las imágenes aéreas muestran una mancha negra aceitosa que sale de los tanques inundando terrenos adyacentes.

Mullings vive en Durham, Carolina del Norte, pero vino a estar con su mamá cuando se enteró del acecho de Dorian. “Toda mi familia está bien, pero tengo amigos que no lograron sobrevivir”, dice. “Un compañero mío de secundaria, se ahogó con sus tres niños. Su esposa sobrevivió. Se llama Phillip Thomas”.

La gente que sobrevivió fue la que pasó el huracán en hoteles que funcionaron como refugios o que viven en una colina, los que se quedaron en sus casas debieron ser rescatados o fallecieron. “Muchos de los refugios se han transformado en sitios que proveen alimentación ahora. Están sobrepoblados, y todavía se están recuperando cuerpos”.

“Esta es la mayor tragedia que haya vivido Gran Bahama”, dice. “Mis amigos en Abaco están tratando de salir de allá, está lleno de cuerpos. Perdieron todo, todo está muy mal allá”, cuenta. “Todavía tengo que contactar a más amigos míos”.

Colas por gasolina, colas para irse

El tapizado de la vieja Dodge Caravan azul de Stacey y Cedric Delancey casi ya no existe. La gomaespuma amarilla se asoma en los asientos. Desde que pasó Dorian, ellos están sin electricidad, como la enorme mayoría. Solo tienen luz los que tienen generadores. Cedric cuenta que ya saben muy bien lo que es estar sin energía eléctrica: “Con el huracán Frances, o Jeanne, no me acuerdo, estuvimos casi seis meses sin luz”.

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Cedric y Stacey están casi sin gasolina. En lugar de ir a una gasolinera van a la casa en donde se están quedando momentáneamente a buscar combustible en bidones que almacenaron sabiendo que habría escasez. “Conseguir gasolina es complicado” y hay “largas colas”, explica Cedric.

Miles de personas hicieron fila por más de 14 horas con la esperanza de poder abordar un crucero que abrió sus puertas para llevar gratuitamente a Florida al menos 2,000 bahamenses, cuyos documentos migratorios estén en orden.
Video La crisis humanitaria que se vive en Freeport tras el paso de Dorian por Bahamas


Cerca del puerto de Freeport, también hay filas de autos. Este sitio, que suele estar a pleno de turistas que llegan en cruceros a pasar el día en las playas de Gran Bahama, ahora está colmado de colas de bahameses que se van porque lo perdieron todo.

Los barcos que acostumbran traer turistas de todo el mundo ahora llegan cargados con miles de raciones de comida y botellas de agua. A lo lejos en el mar se ven las moles del Symphony of the Seas y el Celebrity. En el puerto está el Grand Celebration, que además de traer alimento ofreció evacuar a los bahamenses. Stacey señala la fila de autos. “Están esperando su lugar en el barco para irse”, dice.

Earl Miller, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Las Bahamas con sede en Miami, dice por teléfono a Univision Noticias que “cerca de 1,000 personas” abandonaron Gran Bahama en barco solo en este fin de semana. Dice que la mayoría se va porque se quedaron sin hogar y tienen familiares o amigos con quienes refugiarse en Florida. Pero muchos otros simplemente se fueron de Freeport porque “allí no tienen nada ya”.

El 
<b><a href="https://www.univision.com/temas/huracan-dorian">huracán Dorian</a></b> golpeó las islas Bahamas con su máxima potencia, con 
<b>vientos de hasta 185 millas por hora</b>, causando hasta el momento 
<b><a href="https://www.univision.com/shows/noticiero-univision/tristeza-preocupacion-y-destruccion-algunos-de-los-estragos-que-deja-dorian-tras-su-devastador-paso-por-las-bahamas-video">20 muertos e incalculables daños materiales</a></b>. La Cruz Roja internacional calcula que al menos 13,000 casas fueron afectadas por el ciclón que provocó torrenciales lluvias, vientos huracanados y grandes inundaciones marinas. Miles de personas en las islas están desesperadas ante la falta de noticias de familiares afectados por el paso de la tormenta.
<b>Dorian destruyó un 60% de Marsh Harbour</b>, la ciudad principal de las islas Abaco, según el primer ministro, Hubert Minnis. El aeropuerto estaba inundado y toda la zona parecía un lago. 
<b>Unas "70,000 personas necesitan ayuda inmediata"</b> en las islas Bahamas, dijo el secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock.
El Abaco Beach Resort quedó absolutamente destrozado por el huracán Dorian. Los vecinos de las islas de Abaco y Gran Bahama, conocidas por sus puertos deportivos, campos de golf y complejos turísticos, han encontrado un paisaje desolado y lleno de escombros.
El gobierno de Bahamas envió cientos de policía y marines a las islas afectadas, al igual que médicos, enfermeras y otro personal sanitario. La Guardia Costera de Estados Unidos, la Marina Real británica y organizaciones humanitarias como Naciones Unidas y la Cruz Roja, se unieron al enorme esfuerzo de llevar comida y medicamentos a los sobrevivientes, y transportar en helicóptero a los más desesperados.
“Abaco ha desaparecido”, dijo a la AP Ben Allen, un trabajador de la construcción y empleado de mantenimiento de 40 años. Una semana antes dijo que era “el lugar más hermoso en el que uno querría estar”.
El primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis, aseguró este miércoles que enviará fuerzas policiales y de defensa adicionales a Ábaco y Gran Bahama, ya que se han registrado casos de pillaje y saqueos, tras el paso del huracán Dorian. "Se están produciendo saqueos", dijo en una conferencia de prensa, en la que agregó que las nuevas fuerzas llegarán para restaurar la ley y orden.
Un hombre camina sobre las ruinas que dejó a su paso el huracán Dorian en Abaco, las Bahamas. A partir de mañana comenzará a llegar la ayuda internacional del Reino Unido, Jamaica y de otros países vecinos, además de Estados Unidos y Canadá, en los próximos días, dijo el primer ministro Hubert Minnis.
Automóviles flotando cerca del aeropuerto internacional Leonard M. Thompson, que quedó inundado tras el castigo del huracán Dorian.
"Todo lo que tenemos, que teníamos, está en esa isla", dijo Meghan Bootle, de 21 años, una estudiante de Nassau citada por AFP, cuya familia vive en el norte de la isla de Gran Abaco. "No nos quedó nada."
El número de fallecidos por el huracán aún puede aumentar, indicó el ministro de Salud bahameño, Duane Sands, que precisó que las labores de rescate y la exploración de las casas inundadas acababan de comenzar. El temor era palpable en todo el archipiélago, según la agencia AFP. "No tengo noticias de cinco de las 14 personas que trabajan para mí", lamentó Robert Neher, propietario de una cabaña de pescadores en el este de la isla de Gran Bahama. "Esas personas no tienen nada, ninguna de ellas tiene seguro", lamentó.
Todo en ruinas, pocas estructuras en pie. El azote del poderoso ciclón a las islas durante más de 24 horas fue implacable y fulminante.
Estas dos mujeres caminan por una zona de Gran Abaco destruida por el huracán. El primer ministro Hubert Minnis calificó la situación como "una de las mayores crisis en la historia" del país.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ofreció a las Bahamas ayuda por valor de medio millón de dólares. El presidente de Estados Unidos, 
<b><a href="https://www.univision.com/temas/donald-trump">Donald Trump</a></b>, en conversación por teléfono con el primer ministro Hebert Minnis, ofreció sus condolencias por las muertes y el daño causado por el paso de Dorian y le prometió ayuda para contribuir a la recuperación de las zonas afectadas.
En una comunidad de Abaco, George Bolter se paró bajo el intenso sol y revisó las ruinas de lo que alguna vez fue su casa. Recogía el escombro intentando rescatar algo, lo que fuera. Un par de muros fue lo único que quedó en pie. “Lo perdí todo”, dijo a la AP. “Perdí toda la ropa de mi bebé, la ropa de mi hijo. No tenemos en donde quedarnos, en donde vivir. Todo se fue”.
Así despedazada quedó esta avioneta en el aeropuerto internacional de Bahamas, que sufrió serios daños y una gran inundación.
El gobierno de Bahamas envió a cientos de policías y marinos a las islas afectadas, junto con médicos, enfermeros y otro personal médico, en un intento por llegar a las impactadas víctimas y tener un panorama completo del desastre. "Ahora mismo hay muchas incógnitas", dijo a la agencia AP Iram Lewis, un miembro del Parlamento. "Necesitamos ayuda".
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El huracán Dorian golpeó las islas Bahamas con su máxima potencia, con vientos de hasta 185 millas por hora, causando hasta el momento 20 muertos e incalculables daños materiales. La Cruz Roja internacional calcula que al menos 13,000 casas fueron afectadas por el ciclón que provocó torrenciales lluvias, vientos huracanados y grandes inundaciones marinas. Miles de personas en las islas están desesperadas ante la falta de noticias de familiares afectados por el paso de la tormenta.
Imagen DANTE CARRER/REUTERS
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