La paradoja de Las Bahamas: seguir poniendo buena cara al turismo mientras supera la tragedia que dejó Dorian

Esta meca vacacional, de grandes cruceros y hoteles de lujo, fue parcialmente arrasada días atrás por el huracán categoría 5. Su capital atraviesa un momento bipolar: luto por la muerte y el desastre pero vestido fiesta para que los visitantes tengan sus vacaciones de ensueño. Read this article in English

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Por:
Mariana Rambaldi.
Una pareja observa la destrucción en Gran Bahama mientras caminan al pueblo de High Rock a buscar a sus familiares.
Una pareja observa la destrucción en Gran Bahama mientras caminan al pueblo de High Rock a buscar a sus familiares.
Imagen Ramon Espinosa/AP

NASSAU, Las Bahamas.- La primera imagen al salir del avión en el aeropuerto Lynden Pindling en Nassau, la capital de Las Bahamas, es un hombre bailando, vestido con un traje de plumas y un tambor con la bandera bahamesa. “Welcome to Bahamas”, dice sonriente mientras de fondo se escucha una banda de tres músicos tocando en vivo en la zona de migraciones, una segunda bienvenida musical en apenas 40 metros.

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La recepción festiva a este olimpo vacacional poco tiene que ver con el duelo y el espanto dejado por el huracán Dorian, que siendo categoría 5 se cebó por dos días sobre islas más al norte, la Gran Bahama y Abaco, donde arrasó con todo y dejó, hasta el momento, 30 muertos. (Se da por descontado que cuando el agua comience a ceder en las islas anegadas, el número de víctimas seguirá aumentando).

Esa es la dicotomía que enfrenta el país ahora: un archipiélago que depende en gran medida de una industria turística de $ 4,3 mil millones que representa más del 50 por ciento de su producto interno bruto.


Pero es en otro aeropuerto de Nassau donde sí se palpa la angustia de la tragedia. En la terminal de Odissey (Odisea) despegan y aterrizan los pequeños aviones y helicópteros que van y vienen de las zonas del desastre. En una esquina, bajo la sombra de una carpa blanca colocada para mitigar un poco el sol, el calor, hay personas que esperan. Tres días después del paso del huracán todavía no saben nada de sus familiares que viven en las zonas devastadas.

A esta pista de aterrizaje llegan los heridos. Las personas bajo la carpa blanca son los que vienen a ver si alguien sabe algo de sus abuelos, sus padres, sus hijos. Una de ellas es Lashanda Mckinney. Tiene 19 años y se mudó a Nassau para estudiar educación en la Universidad de Bahamas, por lo que está sola en la ciudad. Toda su familia vive en las islas arrasadas por el huracán.

“Suelo volver a casa de visita”, cuenta a Univision Noticias. Dijo que pudo comprobar que algunos de sus seres queridos en Gran Bahama están vivos. “Estuve en contacto con ellos durante el huracán” pero luego “perdí comunicación”.

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De quienes no tiene noticias es de sus familiares en Abaco. "Allí vive mi abuela, mi papi, mis tías". Es su segundo día sentada a la sombra de la carpa blanca en el aeropuerto Odisea. Dice que seguirá viniendo hasta tener noticias.

“Vi imágenes de Abaco. No hay nada allí. No hay comida, no hay qué beber, no quedó nada”, dice. "Pero mantengo mi fe”, añade sacudiéndose el desánimo de sus propias palabras.

Sin información para dar

El personal en la terminal poco sabe de lo que está pasando en las islas destruidas y no es mucho lo que pueden hacer para mitigar la angustia de quienes, como Lashanda, aguardan datos sobre sus familias.

Anthony Hinsey, quien trabaja en comunicaciones del aeropuerto Odisea, explica que ellos prácticamente no tienen comunicación con los sobrevivientes. Señala que las personas rescatadas tienen acceso a una línea telefónica en las islas Abaco.

“Cuando se rescata a una persona en Abaco o Gran Bahama, antes de abordar el avión o el helicóptero rumbo a aquí, esas personas pueden hacer una llamada a sus familias”, dice Hinsey.

“Al llegar, los que necesitan atención médica son trasladados en ambulancia al hospital. Pero los que están bien, son reunidos con sus familias aquí”.

Dice que son decenas de personas las que le piden información. “Pero en la mayoría de los casos no la tenemos”, lamenta.

La isla de Gran Ábaco, en el noreste de Las Bahamas, fueron las más afectadas por la fuerza del huracán Dorian. El fenómeno meteorológico alcanzó la zona con la fuerza de un huracán de categoría 5, el nivel máximo en la escala Saffir-Simpson, y se mantuvo prácticamente estacionado por más de 24 horas.
Los vientos de más de 180 millas por hora y la masiva inundación que generó la marejada ciclónica arrasaron con las construcciones en Marsh Harbour, la ciudad más importante de Gran Ábaco. Allí la devastación fue generalizada.
"Mi isla de Abaco, todo se ha ido. No hay bancos, no hay tiendas, no hay nada", dijo a la agencia Reuters Ramond A. King, residente de Marsh Harbour. El sobreviviente inspeccionaba los restos de su casa sin techo y cubierta de escombros. "Todo se ha ido, solo cuerpos", agregó.
Con alrededor de 7,000 habitantes, Marsh Harbor era la localidad más importante de la zona. Su puerto, los negocios, las residencias, el hospital y el aeropuerto resultaron destrozados, lo que retrasó los esfuerzos de rescate.
"Hay llanto, todo el mundo está en pánico", continuó King. "Empacamos lo que pudimos y corrimos a través del huracán al mismo tiempo. Vimos cómo el viento levantó la casa de mi vecino y la derribó", agregó.
"Esto no puede ser real, esto no puede ser real", dijo King, al recordar los pensamientos que pasaron por su mente cuando una de las tormentas caribeñas más poderosas de la historia rugió a través de Las Bahamas.
"Los hogares en Marsh Harbour han sido destruidos en un 60%”, dijo el primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis, luego de un primer sobrevuelo cuando por fin se desplazó el huracán. El fenómeno, ahora menos fuerte, se encuentra muy cerca de la costa de Carolina del Sur.
Dorian mató al menos a 20 personas en Las Bahamas, según los conteos oficiales. Las autoridades esperan que ese número aumente, dijo Minnis en una conferencia de prensa. Las Naciones Unidas dijeron que 70,000 personas en Las Bahamas necesitaban ayuda humanitaria inmediata después de la tormenta más dañina que haya azotado la isla en mucho tiempo.
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La isla de Gran Ábaco, en el noreste de Las Bahamas, fueron las más afectadas por la fuerza del huracán Dorian. El fenómeno meteorológico alcanzó la zona con la fuerza de un huracán de categoría 5, el nivel máximo en la escala Saffir-Simpson, y se mantuvo prácticamente estacionado por más de 24 horas.
Imagen Gonzalo Gaudenzi/AP

Un hospital, poco espacio

Los lesionados que son trasladados desde las zonas arrasadas por Dorian a Nassau llegan al Princess Margaret, el único hospital público de la isla.

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No hay espacio suficiente, no hay camas suficientes.

Los rescatados de la zona de desastre se acumulan en camillas en los pasillos del hospital. Los responsables del centro creen que no han visto aún lo peor porque temen (y saben) que a medida que bajen las aguas habrá más gente con necesidad de ser llevada a Nassau.

En ese hospital, hasta este jueves se habían atendido a más de 85 personas. La jefa médica del centro, Caroline Burnett, indicó a Univision Noticias que tres murieron.

El 
<b><a href="https://www.univision.com/temas/huracan-dorian">huracán Dorian</a></b> golpeó las islas Bahamas con su máxima potencia, con 
<b>vientos de hasta 185 millas por hora</b>, causando hasta el momento 
<b><a href="https://www.univision.com/shows/noticiero-univision/tristeza-preocupacion-y-destruccion-algunos-de-los-estragos-que-deja-dorian-tras-su-devastador-paso-por-las-bahamas-video">20 muertos e incalculables daños materiales</a></b>. La Cruz Roja internacional calcula que al menos 13,000 casas fueron afectadas por el ciclón que provocó torrenciales lluvias, vientos huracanados y grandes inundaciones marinas. Miles de personas en las islas están desesperadas ante la falta de noticias de familiares afectados por el paso de la tormenta.
<b>Dorian destruyó un 60% de Marsh Harbour</b>, la ciudad principal de las islas Abaco, según el primer ministro, Hubert Minnis. El aeropuerto estaba inundado y toda la zona parecía un lago. 
<b>Unas "70,000 personas necesitan ayuda inmediata"</b> en las islas Bahamas, dijo el secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock.
El Abaco Beach Resort quedó absolutamente destrozado por el huracán Dorian. Los vecinos de las islas de Abaco y Gran Bahama, conocidas por sus puertos deportivos, campos de golf y complejos turísticos, han encontrado un paisaje desolado y lleno de escombros.
El gobierno de Bahamas envió cientos de policía y marines a las islas afectadas, al igual que médicos, enfermeras y otro personal sanitario. La Guardia Costera de Estados Unidos, la Marina Real británica y organizaciones humanitarias como Naciones Unidas y la Cruz Roja, se unieron al enorme esfuerzo de llevar comida y medicamentos a los sobrevivientes, y transportar en helicóptero a los más desesperados.
“Abaco ha desaparecido”, dijo a la AP Ben Allen, un trabajador de la construcción y empleado de mantenimiento de 40 años. Una semana antes dijo que era “el lugar más hermoso en el que uno querría estar”.
El primer ministro de Bahamas, Hubert Minnis, aseguró este miércoles que enviará fuerzas policiales y de defensa adicionales a Ábaco y Gran Bahama, ya que se han registrado casos de pillaje y saqueos, tras el paso del huracán Dorian. "Se están produciendo saqueos", dijo en una conferencia de prensa, en la que agregó que las nuevas fuerzas llegarán para restaurar la ley y orden.
Un hombre camina sobre las ruinas que dejó a su paso el huracán Dorian en Abaco, las Bahamas. A partir de mañana comenzará a llegar la ayuda internacional del Reino Unido, Jamaica y de otros países vecinos, además de Estados Unidos y Canadá, en los próximos días, dijo el primer ministro Hubert Minnis.
Automóviles flotando cerca del aeropuerto internacional Leonard M. Thompson, que quedó inundado tras el castigo del huracán Dorian.
"Todo lo que tenemos, que teníamos, está en esa isla", dijo Meghan Bootle, de 21 años, una estudiante de Nassau citada por AFP, cuya familia vive en el norte de la isla de Gran Abaco. "No nos quedó nada."
El número de fallecidos por el huracán aún puede aumentar, indicó el ministro de Salud bahameño, Duane Sands, que precisó que las labores de rescate y la exploración de las casas inundadas acababan de comenzar. El temor era palpable en todo el archipiélago, según la agencia AFP. "No tengo noticias de cinco de las 14 personas que trabajan para mí", lamentó Robert Neher, propietario de una cabaña de pescadores en el este de la isla de Gran Bahama. "Esas personas no tienen nada, ninguna de ellas tiene seguro", lamentó.
Todo en ruinas, pocas estructuras en pie. El azote del poderoso ciclón a las islas durante más de 24 horas fue implacable y fulminante.
Estas dos mujeres caminan por una zona de Gran Abaco destruida por el huracán. El primer ministro Hubert Minnis calificó la situación como "una de las mayores crisis en la historia" del país.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, ofreció a las Bahamas ayuda por valor de medio millón de dólares. El presidente de Estados Unidos, 
<b><a href="https://www.univision.com/temas/donald-trump">Donald Trump</a></b>, en conversación por teléfono con el primer ministro Hebert Minnis, ofreció sus condolencias por las muertes y el daño causado por el paso de Dorian y le prometió ayuda para contribuir a la recuperación de las zonas afectadas.
En una comunidad de Abaco, George Bolter se paró bajo el intenso sol y revisó las ruinas de lo que alguna vez fue su casa. Recogía el escombro intentando rescatar algo, lo que fuera. Un par de muros fue lo único que quedó en pie. “Lo perdí todo”, dijo a la AP. “Perdí toda la ropa de mi bebé, la ropa de mi hijo. No tenemos en donde quedarnos, en donde vivir. Todo se fue”.
Así despedazada quedó esta avioneta en el aeropuerto internacional de Bahamas, que sufrió serios daños y una gran inundación.
El gobierno de Bahamas envió a cientos de policías y marinos a las islas afectadas, junto con médicos, enfermeros y otro personal médico, en un intento por llegar a las impactadas víctimas y tener un panorama completo del desastre. "Ahora mismo hay muchas incógnitas", dijo a la agencia AP Iram Lewis, un miembro del Parlamento. "Necesitamos ayuda".
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El huracán Dorian golpeó las islas Bahamas con su máxima potencia, con vientos de hasta 185 millas por hora, causando hasta el momento 20 muertos e incalculables daños materiales. La Cruz Roja internacional calcula que al menos 13,000 casas fueron afectadas por el ciclón que provocó torrenciales lluvias, vientos huracanados y grandes inundaciones marinas. Miles de personas en las islas están desesperadas ante la falta de noticias de familiares afectados por el paso de la tormenta.
Imagen DANTE CARRER/REUTERS

Una dinámica bipolar

Mientras tanto Nassau vive una dinámica escindida que empieza en el aeropuerto y se esparce por sus calles.

En los hoteles de la ciudad que suelen estar llenos de turistas con sombreros y camisas con palmeras, ahora se entremezclan uniformados de distintas organizaciones de asistencia de diferentes partes del mundo que llegaron a hacer labores de rescate en una de las peores catástrofes de la historia de este país.

Frente a un lujoso hotel de Nassau, Henry Smith, un taxista que vive de ese flujo de extranjeros que llegan a su ciudad de vacaciones cuenta que uno de sus hijos vive en Gran Bahama y que pudo comprobar que sobrevivió.

Smith dice que la catástrofe causada por Dorian “es la peor” que ha visto. La compara con el paso del huracán Floyd que en 1999 también causó otro desastre en Las Bahamas, pero cree que esto supera aquella calamidad.

El hombre señala que por el nivel de destrucción “definitivamente va a afectar el turismo en Gran Bahama y Abaco” pero que no cree que el problema toque tanto a Nassau. Sus palabras parecen una referencia involuntaria a esa bienvenida musical del aeropuerto, por el que ahora llegan periodistas y rescatistas, pero también turistas.

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Es la paradoja que vive este archipiélago en uno de sus momentos más duros: mantener su mejor cara ante los visitantes para que el turismo no decaiga y mientras buscan lidiar con el duelo y la dura reconstrucción que les espera.

El huracán con vientos de categoría 5 dejó grandes zonas devastadas luego de golpear las Bahamas por más de 24 horas.
Video Imágenes satelitales muestran el antes y después del paso del huracán Dorian por Gran Bahama
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