“Mi hijo pregunta: ¿De verdad viene otra vez?": Se fueron de Puerto Rico tras María y ahora se preparan para recibir a Dorian

El centro de Florida fue el principal punto receptor de puertorriqueños después de que el potente ciclón golpeara la isla en 2017. En el condado de Brevard, donde las autoridades han emitido una alerta de huracán, algunas familias que viven en la costa se preparan para evacuar sus casas, mientras los boricuas que llevan más años se organizan para ayudar a quien resulte afectado.

Lorena Arroyo
Por:
Lorena Arroyo.
Jeassette Díaz, su esposo y sus hijos Sergio y Sayd se mudaron a Florida después de que María arrasara Puerto Rico. Ahora están recogiendo sus cosas para evacuar el trailer en el que viven por la amenaza de Dorian.
Jeassette Díaz, su esposo y sus hijos Sergio y Sayd se mudaron a Florida después de que María arrasara Puerto Rico. Ahora están recogiendo sus cosas para evacuar el trailer en el que viven por la amenaza de Dorian.
Imagen Lorena Arroyo / Univision Noticias

MICCO, Florida. - Están a punto de cumplirse dos años desde que María arrasara Puerto Rico y la familia Díaz está viviendo un déjà vu a más de mil millas de distancia. Pese a que en julio del año pasado se mudaron a Micco, en la la costa este de Florida, huyendo de los efectos que el huracán dejó en la isla, no han podido esquivar las tormentas y ahora preparan su plan para hacerle frente a Dorian.

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El poderoso huracán, que este domingo alcanzó la categoría 5 en la escala Saffir-Simpson en su devastador paso sobre las islas Bahamas, avanza lentamente hacia la costa este de Florida, donde ya se han emitido alertas de huracán y órdenes de evacuación en varios condados, incluido el de Brevard, donde residen los Díaz.

“Cuando vi que Dorian es categoría 5, yo me puse súper nerviosa porque después de María yo estuve un mes sin luz, sin agua, haciendo fila comprando cosas…”, afirma Jeassette Díaz, de 35 años, al recordar el huracán que azotó su isla en 2017.

“Pero en Puerto Rico, tú no puedes huir. Aquí, por lo menos, uno puede moverse un poco y salvar algo”, reflexiona la mujer que desde hace más de un año vive con su esposo y sus dos hijos de 6 y 10 años en un cuidado parque de casas móviles al lado de la laguna Indian River.

Los residentes del parque de casas móviles Indian River Shores deben evacuar sus casas este lunes. En la foto, Raquel Kuilan, una de las vecinas de Jeassette, quien también es de origen boricua.
Los residentes del parque de casas móviles Indian River Shores deben evacuar sus casas este lunes. En la foto, Raquel Kuilan, una de las vecinas de Jeassette, quien también es de origen boricua.
Imagen Lorena Arroyo / Univision Noticias


Tras mudarse a Florida, a los padres no les costó encontrar trabajo. También inscribieron a los niños en la escuela y se fueron a vivir al mismo parque de casas móviles a donde meses después llegó su hermano. Ahora todos se preparan para evacuar sus tráilers este lunes y partir rumbo a Kissimmee, en el interior del estado, donde han reservado una habitación de hotel para resguardarse mientras pasa la tormenta.

"El baúl (del carro) está lleno de cosas. Yo saqué la ropa y las cosas importantes de los nenes, hasta los juguetes", afirma Jeassette. "Mi papá alquiló un storage (almacén) y me dijo: salva todo lo que puedas".

Según cuenta esta puertorriqueña de 35 años, el menor de sus hijos, Sergio, de 6 años, está traumatizado por la experiencia de haber vivido María. "Ahora a él le da miedo que digan que viene un huracán. Él pregunta: '¿de verdad que viene otra vez?'”, explica.

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"Aquí me siento un poco más seguro"

“Nosotros estamos con un nivel de estrés... porque con María perdimos prácticamente todo porque entró el agua y se perdió la comida, todo… Aquí tenemos una mobile home y yo creo que nos va a pasar lo mismo", afirma José Díaz, el hermano de Jeassette.

José Díaz Soto tiene 38 años. Es boricua y vivía en Mayagüez (Puerto Rico) cuando María barrió con todo en 2017. Cuenta a
<b> Univision Noticias </b>que él decidió en enero de este año irse a Florida porque quedarse en 
<b>Puerto Rico “era seguir resbalando en el mismo fango sin poder salir del boquete”</b>. "(En la isla) se puede vivir... sobrevivir" a casi dos años del huracán, dice. Ahora, nervioso porque vivió en carne propia los efectos devastadores de una tormenta del tamaño de Dorian, tuvo que preparar el tráiler en el que vive en Palm Bay para la amenaza del huracán.
"Era cocinero en Puerto Rico", cuenta José, quien desde hace unos tres meses trabaja en el supermercado Thrifty, en Palm Bay, un sitio conocido por los hispanos de la zona. José se compró un trailer al llegar a Florida y ahora vive en un parque de casas móviles, en el mismo lugar que vive su hermana.
José y su familia viven en el parque de casas móviles
<i> Indian River Shores</i>, en Palm Bay, frente a una laguna del mismo nombre. Las autoridades han dado la orden de evacuar obligatoriamente la zona. 
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<b>Jeassette Díaz, de 35 años, es la hermana de José. Ella se mudó a Florida junto a su esposo y sus hijos Sergio y Sayd tras la destrucción de María en Puerto Rico. Ahora que llega la amenaza de Dorian, ya tiene todo listo para evacuarse. </b>Cuenta que ha empacado todo lo que se llevarán y ya lo tienen en el auto. Su familia junto con su hermano se irán a un hotel en Kissimmee, cerca de Orlando. Prefiere eso porque dice que "en los refugios hay que llevarse todo", hasta "la comida".
Las casas móviles son las más vulnerables a las tormentas y deben ser evacuadas en caso de aviso de huracán. En Florida, siete condados han ordenado evacuaciones obligatorias, entre ellos Brevard, donde viven los Díaz. Los residentes de su parque deben irse este lunes.
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Jason Bayer es otro vecino del parque de casas móviles 
<i>Indian River Shores. </i>Vive allí junto a su prometida que está embarazada de más de 4 meses. Cuenta que su familia perdió la casa con el destructivo huracán Andrew que arrasó las cercanías de Miami en 1992. 
<b>Él no quiere ahora sufrir lo mismo y por eso se irá con su tráiler a un lugar más seguro para el paso de Dorian. </b>
En frente de la casa de 
<b>Jeassette y su familia viven Raquel y Kevin Kuilan, boricuas y vecinos del parque de casas móviles <i>Indian River Shores.</i> </b>Aún no han decidido dónde ir este lunes cuando evacúen a causa de Dorian: ella se inclina más por ir a la casa de una amiga, pero él prefiere ir a resguardarse a su iglesia.
De momento, 
<b>Raquel y Kevin </b>han reforzado su trailer como han podido. "Se lo dejo a Dios. Si él quiere estará ahí cuando volvamos”, dice ella. Él colocó una gran cruz de madera para pedir protección para su casa.
Bayer dice que aunque ordenen evacuación obligatoria en su zona, hay varios vecinos del parque 
<i>Indian River Shores</i> que anticiparon que no se irán. El área parece especialmente peligrosa ante amenaza de huracán por estar tan cerca de las aguas del Indian River. Pese a los peligros del huracán, tienen "una vista de un millón de dólares", comenta Raquel.
Marlene Alva es puertorriqueña y vive en EEUU continental desde hace 30 años. Ella y su familia no pertenencen a la ola de boricuas que ha llegado tras el huracán María, pero está conectada con ellos. Cuando en 2017 el huracán devastó Puerto Rico, ella organizó en su restaurante Latin Flavor, en Melbourne, recolección y envíos de donaciones a la isla.
<b> "María nos marcó a todos", dice. "Cuando escuchas otra vez categoría 5 (...) esperate esto es un <i>déjà vu"</i>.</b>
En la foto, George, Marlene, ‘mom’, Nancy y Kenny, familia boricua dueña del restaurante Latin Flavor. Marlene cree que la experiencia de María ha hecho más cautos a los puertorriqueños. "Afortunadamente la comunidad ha tomado conciencia. Por la experiencia pasada están más preparados ahora. No toman las cosas a la ligera", dice Marlene a 
<b>Univision Noticias. </b>
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Para ayudar a los boricuas, 
<a href="https://www.pewresearch.org/fact-tank/2018/10/12/hispanic-voter-registration-rises-in-florida-but-role-of-puerto-ricans-remains-unclear/" target="_blank">el grupo de hispanos de mayor crecimiento</a> en Florida, Marlene ha trabajado en colaboración con Javier Molinares, del Brevard Hispanic Center, quien dice que también ayudarán a la comunidad si es necesario luego del paso de Dorian. "A esperar a que pase y de acuerdo a los daños empezaremos a pedir donacion de lo que se necesite", señala Molinares.
El puertorriqueño Tony Cortés (en la foto junto a su esposa Zory), quien forma parte de la Iglesia Católica 
<i>Ascension </i>y trabajó junto a Marlene y Molinares para hacer llegar donaciones a Puerto Rico tras el huracán, dice: "Estamos aquí pendientes unos de los otros, estamos todos a la expectativa (por Dorian)". Señala que se han contactado con la comunidad hispana del área y que especialmente los boricuas "están más preparados".
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José Díaz Soto tiene 38 años. Es boricua y vivía en Mayagüez (Puerto Rico) cuando María barrió con todo en 2017. Cuenta a Univision Noticias que él decidió en enero de este año irse a Florida porque quedarse en Puerto Rico “era seguir resbalando en el mismo fango sin poder salir del boquete”. "(En la isla) se puede vivir... sobrevivir" a casi dos años del huracán, dice. Ahora, nervioso porque vivió en carne propia los efectos devastadores de una tormenta del tamaño de Dorian, tuvo que preparar el tráiler en el que vive en Palm Bay para la amenaza del huracán.
Imagen Mariana Rambaldi / Unvision Noticias

“María lo destruyó todo y la economía se vino abajo. Allí se sobrevive, pero no es fácil", dice al explicar que, en enero pasado, después de muchos meses tratando de salir adelante tras el huracán sin éxito decidió mudarse a Florida donde rápidamente encontró trabajo como chef y después en un supermercado latino en Palm Bay, donde trabaja ahora.

Según Díaz, el estrés de los primeros días cuando se formó la tormenta y las colas de personas tratando conseguir agua y gas le hicieron revivir los traumas de María.

Y aunque teme que el huracán Dorian pueda golpear tan duro como lo hizo María en su natal Mayagüez, dice que en Florida se siente "un poquito más seguro" al ver que hay más preparación y que están comenzando a llegar equipos de técnicos de electricidad que piensan en "cómo recuperarlo todo más rápido".


“Allí (en Puerto Rico) cuando llegaron los suministros, ¡bendito!, ya uno había aprendido a sobrevivir", exclama.

Las redes de solidaridad puertorriqueñas se extienden a Florida

Como los hermanos Díaz, se estima que buena parte de las al menos 175,000 personas que salieron de Puerto Rico hacia otros estados después del huracán María, se asentaron en Florida central, principalmente en el área de Orlando.

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En todo el estado, los puertorriqueños eran 1.2 millones hasta 2017, según el Puerto Rico Research Hub de la Universidad Central de Florida. Y quienes llevan más tiempo establecidos están tratando de organizarse para ayudar a los recién llegados y dar una respuesta a quien lo necesite cuando pase la tormenta.

Damián Ibarra sufre de estrés postraumático desde que vivió el embate de María en la isla. Dice que en ese momento incluso pensó en suicidarse y que en las noches aún siente el rugido del huracán en su mente. Actualmente vive en Melbourne, Florida, y asegura que desde que empezaron las alertas por Dorian volvió a sentir pánico. La terapeuta Denisse Centeno dice que en los últimos días ha recibido varios casos similares y explica lo que ocurre con estas personas.
Video Sobreviviente del huracán María en Puerto Rico ahora vive en Florida y teme por el acecho de Dorian


"He visto a muchos puertorriqueños preparando sus viviendas, pero es sorprendente la forma organizada como lo están haciendo. Es admirable porque, después de esto, sabemos que tenemos que darle una mano a la gente, tenemos que prepararnos para ayudar al que lo necesite", afirma Marlene Alva, una boricua que lleva 30 años en la ciudad de Melbourne, donde, junto a su familia, está al frente del restaurante Latin Flavor.

A juicio de Alva, tras la experiencia de María en Puerto Rico, su comunidad tomó conciencia de lo importante que es estar preparado para los huracanes y, ante la llegada de Dorian, la mayoría de las personas de esta zona de Florida ya tienen su generador, sus tormenteras ( shutters, para tapiar las ventanas), comida y agua.

"Ahora solo nos queda esperar a que pase el huracán. Y de acuerdo con los daños, empezaremos a pedir donaciones, pero eso dependerá de la necesidad. Estamos esperando a ver qué pasa en Bahamas", le dice a Univision Noticias Javier Molinares, el fundador del Hispanic Center de Melbourne, una organización que asiste a los boricuas recién llegados con programas de salud, empleo y formación.


"Estamos aquí pendientes unos de los otros. Estamos todos a la expectativa (por Dorian)", dice por su parte Tony Cortés, un boricua quelleva muchos años en EEUU continental y que, como miembro de la Iglesia Católica Ascension, trabajó junto a Marlene Alva y a Javier Molinares para hacer llegar donaciones a Puerto Rico tras el huracán de 2017.

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Según Cortés, en los últimos días han contactado con la comunidad hispana del área para saber cómo se están organizando para la amenaza de Dorian. Los boricuas especialmente "están más preparados" que en otras ocasiones, afirma.

“Cuando oyes que viene un huracán categoría 5 dices: ‘Esto es un déjà vu’, apunta Marlene Alva quien, sin embargo, reconoce que Florida está mejor preparada para recibir un fenómeno de este tipo.

“La devastación que sufrió Puerto Rico fue como una bomba atómica que acabó absolutamente con todo. Para que se recupere la isla van a pasar muchos años”, apunta. “Aquí tenemos todos los recursos para recuperarnos. Sabemos que va a venir el ejército o van a mandar a FEMA. En Puerto Rico la ayuda se demoró demasiado, estaba atrapada”.

Cándida y Rosa, suegra y nuera, quieren que el huracán Dorian las sorprenda bien comidas. Por eso, este sábado, mientras acaban de prepararse para evacuar la casa móvil en la que viven en Lake Worth, Florida, las salvadoreñas cocinaban unas pupusas en la plancha.
La familia ya tiene provisiones de agua y comida para pasar la tormenta y han cubierto las ventanas de su traila con maderas. 
<b>"No nos quieren aquí. El dueño nos dijo que tenemos que irnos", cuenta Cándida, que lleva 27 años en EEUU.</b>
Al lado de las salvadoreñas, Armando, un cubano que vive en EEUU desde hace 20 años, pone maderas en su vivienda mientras suena salsa a todo volumen en unos altavoces.
Las casas móviles son las más vulnerables a los huracanes y los administradores del parque donde viven, Royal Palm, en Lake Worth, han ordenado evacuar las viviendas para el lunes. 
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Así que los vecinos tienen que proteger sus trailas e irse donde familiares y amigos o esperar a que abran los albergues.
El peor escenario, que ponía al ojo de Dorian en esta zona de Florida, se ha descartado, pero en Lake Worth, ubicada en el condado de Palm Beach, un área con una numerosa comunidad hispana, creen que el peligro no se ha ido y por eso continúan preparándose.
Muchas familias aún recuerdan el paso del huracán Irma en septiembre de 2017, que devastó a los Cayos de Florida y provocó daños a su paso por el sur del estado. Desde el Centro Maya Guatemalteco señalan que, tras esa experiencia, creen estar mejor preparados.
Si hay un aspecto positivo del avance lento del huracán Dorian por el Caribe, es que está dando tiempo a las familias a prepararse. 
<b>“Ya tenemos agua, comida enlatada y estamos viendo la televisión para informarnos hacia dónde va”, afirma Lourdes, </b>una mexicana que vive con su esposo, sus tres hijas y su nieto en un parque de viviendas móviles que denominan Holiday. 
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En el Centro Maya Guatemalteco de la ciudad, que atiende a miles de personas de la comunidad, están recibiendo donaciones de agua, productos de higiene, pañales y comida enlatada.
La administradora de la organización, Lucía Barnes, (centro de la foto) asegura que la mayoría de las personas que asisten viven en trailas, viviendas que deben ser evacuadas en caso de que se emita una alerta de huracán en la zona. En la imagen junto a Barnes, 
<b>María Alonzo (izquierda) y Daniel Morgan (derecha), trabajadores del centro.</b>
Daniel Morgan señala que las llamadas a los miembros de la comunidad son para informar de los albergues más cercanos que el condado pondrá a disposición en caso de que se emita una alerta de huracán. Dos traductoras de lenguas mayas de la organización acompañarán en los operativos a los bomberos cuando visiten los parques de casas móviles para informar a los mayas guatemaltecos en su idioma.
<b>Además, desde el centro también llaman a las familias para darles información sobre el huracán en inglés, español y los dialectos mayas mam, popti’ y q’anjob’al, un idioma del que María Alonzo (foto) es traductora. </b>“Cuando llamamos, las familias nos dicen que están preocupadas por el agua porque se ha acabado en las tiendas y, si manejan, se les acaba el gas”, afirma.
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Mientras, en el resto de la ciudad de Lake Worth, las casas y los negocios van cubriendo sus puertas y ventanas de madera. Aunque los modelos meteorológicos muestran que es bastante posible que no impacte directamente Florida, su costa este podría verse afectada por vientos con fuerza de huracán o peligrosas marejadas ciclónicas. En esta zona, en la tarde del sábado el estado emitió la primera vigilancia por tormenta tropical por Dorian que se extiende de Deerfield Beach a Sebastian Inlet.
Mientras tanto, algunas familias como la de Wilma, una guatemalteca que vive en una traila con su papá, su esposo y cinco de sus ocho hijos, continúan esperando a tener más información para decidir qué harán si llega el huracán. 
<b>“Solo hemos conseguido cuatro paquetes de agua”, se lamenta la mujer. </b>En su parque de casas móviles no han ordenado evacuación, pero ella aún se plantea si irse el lunes a la casa de sus tíos o a su iglesia para estar más segura.
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Cándida y Rosa, suegra y nuera, quieren que el huracán Dorian las sorprenda bien comidas. Por eso, este sábado, mientras acaban de prepararse para evacuar la casa móvil en la que viven en Lake Worth, Florida, las salvadoreñas cocinaban unas pupusas en la plancha.
Imagen Mariana Rambaldi / Univision Noticias
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