El gobierno pide al Congreso poder deportar más rápido a los niños migrantes no acompañados

En una carta dirigida a legisladores, la secretaria de Seguridad Nacional solicita que se reformen las leyes para que los menores migrantes de países no contiguos que llegan a la frontera sur puedan ser reunidos con sus familias y devueltos de inmediato, como se hace con los mexicanos. Además, solicita encarcelar a las familias mientras esperan que un juzgado revise sus casos.

Por:
Univision y EFE
A través de una carta, la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, solicitó la potestad para deportar de forma más rápida a niños inmigrantes no acompañados, poder mantener bajo detención a familias que piden asilo hasta que sus casos sean decididos y facultar que los migrantes soliciten refugio en sus países de origen. Precisó que los fondos serán utilizados para más equipos médicos y más transporte para trasladar a los indocumentados, entre otros.
Video Administración Trump pide al Congreso fondos y autorizaciones para tratar la crisis en la frontera

En una carta dirigida a legisladores este jueves, la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, solicitó al Congreso reformar las leyes migratorias para que se puedan practicar deportaciones más rápidas de los niños migrantes no acompañados y detener a las familias mientras esperan que un juez de inmigración revise sus casos.

Nielsen subrayó en la carta, citada inicialmente por NBC, que su petición más urgente es que se autorice la devolución de los niños centroamericanos no acompañados a sus países de origen si "no tienen derecho legal a quedarse", de manera similar a como el departamento devuelve a los niños mexicanos.

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El gobierno de Donald Trump considera que estas medidas son necesarias para atacar la actual crisis migratoria, que ha desbordado la capacidad de las agencias gubernamentales para gestionarla.

Protecciones activas

Desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, Trump le declaró la guerra a la inmigración indocumentada. Pero la vigencia de leyes y acuerdos judiciales respaldados por el Congreso le impiden desarrollar su temida política de 'tolerancia cero'.

Las protecciones vigentes para resguardar el derecho, sobre todo de niños migrantes, han sido cuestionadas por el gobierno, pero hasta ahora ni las cortes ni el Congreso han aceptado las peticiones:


  • Eliminación de la Ley TVPRA de 2008, Ley William Wilberforce de Reautorización para la Protección de Víctimas del Tráfico de Personas. Prohíbe al gobierno deportar a menores de edad que no sean de países fronterizos (México o Canadá) detenidos en la frontera y exige que sea un juez de inmigración quien resuelta sus futuros en Estados Unidos.
  • Cancelar el Acuerdo Zadvydas de 1997. ICE no tiene derecho a mantener a un no-ciudadano bajo custodia al que no ha podido deportar por más de seis meses a menos de que presenten claras señales de ser un riesgo para la seguridad nacional.
  • Anular el Acuerdo Judicial Flores de 1997. Prohíbe al gobierno federal privar de libertad a menores de edad.

Acusaciones de Trump


En un tuit difundido este mismo jueves, el presidente Trump amenazaba con cerrar la frontera sur, como lo ha hecho en el pasado, debido a la incontenible llegada de inmigrantes al país.

Tras acusar a México de no hacer nada por contener las oleadas migratorias, Trump también apuntó el dedo acusador hacia Honduras, Guatemala y El Salvador, de los que dijo que "han tomado nuestro dinero por años y no hacen nada".

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Nielsen explica en la carta que actualmente se puede reunir a muchos menores no acompañados de México con sus familias y devolverlos a su país, cuando corresponde, "pero legalmente no podemos hacerlo con los menores de países no contiguos".

"Requerimos autoridad para tratar equitativamente a todos los menores que llegan", añade.

La líder del Departamento Seguridad Nacional envió una carta a la Cámara Baja solicitando más recursos y poderes que le permitan deportar de forma más rápida a niños inmigrantes no acompañados. Sin embargo, la abogada experta en inmigración Claudia Bernal explica que los legisladores aún tienen que evaluar este requerimiento y que, por ahora, las reglas no han cambiado para estos menores. También le envió un mensaje a los familiares o patrocinadores de estos niños.
Video ¿Qué viene ahora con la petición de la secretaria Nielsen al Congreso de más fondos para la situación en la frontera?

Se agota también el dinero

En su carta, Nielsen justifica el pedido al Congreso en que el departamento que dirige es "cada vez más incapaz" de asumir su responsabilidad de controlar la situación en la frontera sur.

"Estamos lidiando con una catástrofe humanitaria y de seguridad que empeora día a día, y el departamento se ha quedado sin capacidad", escribió.

Nielsen dijo que el presupuesto del DHS también se está agotando, a pesar de los recientes fondos adicionales que recibió para el trabajo humanitario y operativo.

"La situación es tan grave que queremos notificarles ahora que necesitaremos recursos adicionales", escribió al Capitolio.

Más pedidos

Además de permiso para deportar a los menores centroamericanos, el Gobierno de Trump también solicitará autoridad para mantener detenidas a las familias que piden asilo hasta que se resuelvan sus procesos judiciales migratorios.

Actualmente no se permite la detención de menores por más de 20 días en virtud de un acuerdo judicial de 1997 conocido como 'Flores', por lo que las familias con niños son puestas en libertad mientras se estudian sus solicitudes.

En enero de 2019 la organización Catholic Community Services (Servicios Comunitarios Católicos, CCS por sus siglas en inglés) pidió ayuda a la Cruz Roja de EEUU para obtener cunas y mantas. La intención era equipar el antiguo monasterio benedictino en Tucson, Arizona, como refugio, según contó a Reuters la Directora de Operaciones de CCS, Teresa Cavendish.
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El monasterio ha albergado a más de 1,000 personas desde que fue inaugurado, dijo Cavendish. "Estos son números sin precedentes para este período de tiempo y esta región", agregó. Las camas y cobijas de las Cruz Roja destinadas a los inmigrantes ocupan varios espacios del monasterio.
Una fila de migrantes que llegó en una van al refugio en el monasterio, la tercera que llegó ese día. Funcionarios de la Patrulla Fronteriza afirman que se ha producido un cambio dramático en la forma en que se está produciendo la migración a lo largo de la frontera entre EEUU y México.
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Los números oficiales indican que el gran número de familias y niños no acompañados de Guatemala, Honduras y El Salvador han reemplazado a los hombres adultos y solteros de México, quienes eran mayoría de los inmigrantes que entraban sin documentos en el pasado. En la fotografía una mujer guatemalteca llora despues de hablar por teléfono con su familia desde el monasterio.
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Dos migrantes estudian un mapa de EEUU en una de las oficinas del refugio en el monasterio de Tucson. Según estadísticas de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) las detenciones y las personas consideradas inadmisibles en los puertos de entrada a lo largo de la frontera suroeste alcanzaron un máximo récord de más de 76,000 en febrero de 2019, y la mayoría de los capturados fueron familias.
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Las instalaciones de un motel de Tucson Arizona, que también ha sido convertido en refugio para migrantes. En los últimos años las solicitudes de asilo se han disparado a medida que más centroamericanos huyen de la violencia en sus países e intentan llegar a EEUU para obtener protección, según los datos de CBP.
Los refugios en Arizona son estaciones de paso para los migrantes luego que son liberados por las autoridades. La mayoría necesitan un lugar para quedarse mientras descubren dónde van a esperar los resultados de su proceso judicial en los tribunales de inmigración. En la fotografía la voluntaria Irene Murillo consuela a una mujer guatemalteca después de que las llamadas a su familia no se pudieron conectar desde el refugio en el motel.
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Cavendish, directora de CCS, permitió que un fotógrafo de Reuters visitara el monasterio y el motel de la década de 1970 convertidos en refugios en Tucson con la condición de que no se revelara las identidades de los migrantes. Dijo que temían que las pandillas en sus países de origen podrían intentar extorsionar a los migrantes o sus familias si se supiera que estaban en EEUU. En la fotografía uno de los refugiados ora en la capilla del monasterio.
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Una niña migrante juega a la pelota en uno de los refugios de Tucson. Frente a la afluencia de familias y los límites legales sobre el tiempo en que se puede retener a los menores, la Agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) comenzó a liberar grandes grupos a organizaciones benéficas e iglesias de Arizona en octubre de 2018, según la portavoz de ICE Yasmeen O'Keefe.
A los migrantes adultos les colocan un brazalete de tobillo cuando son procesados en las instalaciones de ICE en Arizona. Al ser liberados se les asigna una corte de inmigración cerca de donde vivirán. La acumulación de casos en las cortes podría hacer que la espera dure varios años. En la fotografía varios migrantes guatemaltecos reunidos al llegar al refugio en el monasterio.
Generalmente los migrantes se quedan en los refugios por una noche o dos para obtener una comida caliente, una ducha, un chequeo médico y quizás algún consejo legal.
Mujeres hondureñas y guatemaltecas hablan en 'The Big Room' (el cuarto grande, en inglés), una de las muchas salas multifamiliares instaladas en el monasterio. Los voluntarios ayudan con los planes de viaje y luego dejan a los migrantes en la estación de autobuses o en el aeropuerto. Viajan para quedarse con amigos o familiares en los Estados Unidos mientras esperan las audiencias judiciales.
El comisionado de CBP, Kevin McAleenan, dijo a Reuters que mientras que aproximadamente el 80 por ciento de las personas que solicitan asilo pasan la evaluación inicial en la frontera, solo un 10 a 20 por ciento de los centroamericanos tienen reclamos válidos al final de su proceso judicial de inmigración. En la fotografía un joven guatemalteco que recoge naranjas del pequeño huerto que rodea los terrenos del monasterio.
Una niña migrante a su llegada al motel refugio. Si bien muchos migrantes que huyen de América Central han dicho que abandonaron sus países de origen para escapar de la pobreza, la violencia y el crimen, con la esperanza de encontrar una vida mejor en EEUU, a menudo esas razones no cumplen con los requerimientos para que un asilo sea aprobado.
Un hombre de Honduras, que viajaba con su hijo, verifica su boleto de autobús con voluntarios del motel de Tucson antes de partir. A la administración de Trump le preocupa que se esté abusando del proceso de asilo, y ha hecho esfuerzos para reducir el número de solicitudes. El gobierno anunció que uno de sus planes es que los solicitantes de asilo centroamericanos a esperen sus procesos migratorios en México.
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En enero de 2019 la organización Catholic Community Services (Servicios Comunitarios Católicos, CCS por sus siglas en inglés) pidió ayuda a la Cruz Roja de EEUU para obtener cunas y mantas. La intención era equipar el antiguo monasterio benedictino en Tucson, Arizona, como refugio, según contó a Reuters la Directora de Operaciones de CCS, Teresa Cavendish.
Imagen Nicole Neri/Reuters


Nielsen también pide al Congreso que autorice a las personas interesadas en solicitar asilo a que completen los trámites en sus países de origen en Centroamérica "en lugar de emprender el peligroso viaje hacia el norte".

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Las llegadas de inmigrantes a Estados Unidos por la frontera sur están en sus niveles más altos de los últimos 13 años y este mes de marzo superarán las 100,000 personas.

A diferencia de flujos migratorios pasados, en el actual tienen un gran peso los solicitantes de asilo centroamericanos que l legan en familia y los menores no acompañados del Triángulo Norte.

En la carta al Congreso, Nielsen calificó de "insostenible" el nivel de "personas vulnerables" que llegan en grandes grupos a la frontera y dijo que sus agentes "simplemente no tienen los recursos" para gestionarlos.

El jefe de la Patrulla Fronteriza, Kevin McAleenan, ya advirtió este miércoles que la frontera está desbordada y que ha alcanzado un "punto crítico" por la falta de recursos para gestionar la llegada creciente de inmigrantes.

McAleenan reconoció que sus agentes están dejando libres "a regañadientes" a los inmigrantes detenidos tras realizar verificaciones superficiales sobre sus antecedentes ante la masificación de sus comisarias y de los centros de detención para inmigrantes.

Mira también

Tres meses y medio después de ser separada de su padre en la frontera sur de Estados Unidos tras ingresar ilegalmente al país, Adayanci Pérez Chávez, de 6 años, llegó a Ciudad de Guatemala el 30 de agosto. En la capital la esperaban sus padres, su hermano Dimaria Leonel, de 3 años, y algunas tías y primos.
Las autoridades entregaron a Adayanci a sus padres tras un vuelo desde Michigan, donde la niña estaba bajo custodia de Bethany Christian Services, una agencia contratada por la Oficina de Reubicación de Refugiados estadounidense que la asignó a dos familias de acogida. Según su padre, Hugo Leonel Pérez Mazariegos, lo primero que la niña le dijo al verle fue: "¿Por qué me dejaste?".
Adayanci es abrazada por su tío Edgar Chavez. Tras un viaje de más de seis horas entre la capital y Santa Ana, la localidad natal de la familia Pérez Chávez en el departamento de San Marcos, a la niña le esperaba una cena familiar para celebrar su regreso. Entre lágrimas de emoción por el reencuentro y abrazos a la pequeña, el abuelo encendió fuegos artificiales.
A la mañana siguiente de su llegada, a Adayanci le esperaba la que debía ser una jornada de celebración: sus profesoras y compañeras le habían preparado una fiesta de bienvenida en el colegio. Su madre, Alma Lucerito Chávez, baña a la niña antes de llevarla a la escuela.
Al llegar a su colegio y ver a sus antiguos compañeros esperándola, Adayanci se escondió detrás de su madre y no quería entrar a la escuela. Una de sus profesoras, Corina, la cargó para meterla en la clase. La niña no quería hablar con sus los otros estudiantes y, aunque había compartido las aulas con ellos hacía unos meses, decía que no los conocía.
Dentro de la escuela, la niña se quedó con la mirada perdida y sin hablar, mientras el resto de niños y profesoras trataban de animarla y expresarle palabras de aliento. "Ya no es la niña que dejé de ver hace cinco meses", lamentaba su maestra Claudia al recordar que antes era mucho más activa.
Adayanci es una de las más de 2,500 menores que fueron separados de sus padres en la frontera como parte de la 'política de tolerancia cero' de Donald Trump. La reunificación de la niña con su familia se aceleró después de que una psicóloga le diagnosticara con "estrés postraumático agudo" como consecuencia de la separación.
Alma Lucerito Chávez sostiene en brazos a su hija que se ha quedado dormida en medio de su fiesta de bienvenida en el colegio. "Yo siento mucho coraje porque cómo es posible que le hicieron esto", lamenta. "Lo que yo estoy viviendo con mi hija a los demás no les gustaría eso de sus hijos porque los niños ya no vienen igual. Vienen espantados".
En Michigan, Adayanci vivió con dos familias de acogida. A Guatemala llegó con una maleta y una mochila llena de ropa y juguetes que le regalaron, además fotos de su estancia en Estados Unidos, como esta en la que la pequeña aparece con sus padres de acogida que fue colocada junto al altar de la familia.
Además de no reconocer a algunos compañeros y miembros de su familia y de tener la mirada perdida en ocasiones, Adayanci llora más de lo habitual y se muestra más rebelde de antes de su partida. Sus padres aseguran que se despierta por la noche, a menudo en medio de pesadillas, y, aunque ha vuelto a la escuela, a veces sale antes de la hora. Los especialistas que vieron a la niña en Michigan atribuyen esos comportamientos al trauma de la separación. De no ser tratada adecuadamente, los psicólogos advierten que podría tener secuelas para toda la vida.
Adayanci posa con su abuelo delante de su casa en Santa Ana. Por sus bajos recursos de la familia y por vivir en un lugar alejado de la capital, a los Pérez Chávez les resulta casi imposible tener acceso a un tratamiento psicológico y terapia.
Por el momento, Alma y Hugo, los padres, solo cuentan con la ayuda de su familia y profesoras para que, con cariño y paciencia, Adayanci vuelva a ser la de antes. Ellos tratan de hacerla sentir cómoda preparándole la comida que más le gusta como los tamales.
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Tres meses y medio después de ser separada de su padre en la frontera sur de Estados Unidos tras ingresar ilegalmente al país, Adayanci Pérez Chávez, de 6 años, llegó a Ciudad de Guatemala el 30 de agosto. En la capital la esperaban sus padres, su hermano Dimaria Leonel, de 3 años, y algunas tías y primos.
Imagen Cindy Karp
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