En cinco días el servicio de inmigración recibió 47,000 peticiones de visa para trabajadores H-2B

Esta cantidad sobrepasa con creces la cuota de 33,000 visados disponibles para los trabajadores extranjeros temporales no profesionales en el primer semestre del año fiscal, existiendo otros 33,000 para el segundo semestre.

Jorge Cancino
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Jorge Cancino.
Conozca más sobre este tipo de visado que el Departamento de Seguridad Nacional emitirá a fin de que empresas puedan recibir a trabajadores adicionales en el verano.
Video Alerta migratoria: ¿en qué consiste la visa H2B?

El servicio de inmigración anunció que en cinco días laborales recibió peticiones de visas H-2B para unos 47,000 trabajadores extranjeros no profesionales con el propósito de laborar en hoteles, complejos turísticos, circos, la industria forestal, balnearios, entre otras áreas.

Esta cantidad sobrepasa con creces la cuota de 33,000 visados disponibles para el primer semestre del año fiscal, existiendo otros 33,000 para el segundo semestre del año fiscal.

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El gobierno había advertido a comienzos de febrero que previa un aumento “sin precedentes” en las próximas semanas.

“Como resultado, USCIS llevó a cabo una lotería el 28 de febrero a fin de seleccionar al azar suficientes peticiones para alcanzar la cantidad máxima reglamentaria”, dijo la agencia.

Por qué la lotería

La USCIS dijo que el sistema utilizado para entregar las 33,000 visas del segundo semestre del año fiscal “asegura” que las visas H-2B se otorguen “de manera justa y no excedan la cantidad máxima reglamentaria”.

La agencia federal añadió que “continúa aceptando peticiones H-2B que están exentas o no cuentan para la cantidad máxima reglamentaria establecida por el Congreso.

Las peticiones exentas incluyen a:

· Trabajadores actuales H-2B en Estados Unidos que piden extender su estadía y, si corresponde, cambian los términos de su empleo o cambian de empleadores (patronos);
· Procesadores de hueva de pescado, técnicos de hueva de pescado y/o supervisores de procesamiento de hueva de pescado; y
· Trabajadores que realizan trabajos o brindan servicios en la Mancomunidad de las Islas Marianas del Norte y/o Guam desde el 28 de noviembre de 2009 hasta el 31 de diciembre de 2019.

Trabajadores no agrícolas

De acuerdo con el reglamento del programa, las visas H-2B son utilizadas por trabajadores temporales no profesionales no agrícolas.

El Congreso autorizó una cuota de 66,000 visados por año divididos en dos cuotas de 33,000 cada semestre.

La primera parte se ocupa en la primera mitad del año fiscal, del 1 de octubre al 31 de marzo. La segunda parte se utiliza entre el 1 de abril y el 30 de septiembre.

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A mediados de septiembre del año pasado el gobierno de Donald Trump agregó 15,000 de estas visas a la cuota del segundo semestre para responder a la demanda de compañías que dependen de los inmigrantes durante el verano.

Datos de la visa H-2B

La visa H-2B dura un año y pueden solicitarse dos extensiones por el mismo período de tiempo, al término de los cuales el portador está obligado a salir del país, advierte la USCIS.

El programa H-2B permite a empleadores estadounidenses o agentes de EEUU que cumplen con ciertos requisitos reglarnentarios contratar a trabajadores extranjeros de ciertos países en puestos temporales no agrículas.

Para cumplir con los requisitos, el empleador tiene que comprobar que no hay suficiente mano de obra estadounidense que esté capacitada, dispuesta, calificada y disponible para realizar el trabajo temporal. También tiene que demostrar que el empleo de extranjeros H-2B no afectará negativamente los salarios y las condiciones laborales de los trabajadores estadounidenses y demostrar que la necesidad de servicio es temporal.

Aún sin servicio eléctrico, la inmigrante guatemalteca Aura Gaspar espera en la oscuridad junto a sus hijos, Isaac de 5 años de edad, y la pequeña Ashley de solo dos meses. Estima que prepararse para el paso de la tormenta le costó al menos 600 dólares. Su esposo, Juan Francisco, ha conseguido trabajo limpiando restos del paso de Irma en la zona de Fort Myers y Naples.
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La Oficina del Censo de Estados Unidos estima que unos 3,3 millones de personas viven en pobreza en Florida, casi un 16% de los 20,6 millones de habitantes del estado. Sandra
<b> </b>Guzmán limpia su vivienda sin techo, luego del paso del huracán Irma.
Melissa Delarosa organiza su casa de Immokalee inundada tras el paso de Irma. Muchos de los residentes de la zona trabajan por horas en restaurantes, gasolineras, hoteles, tiendas y otros negocios que se vieron obligados a cerrar durante días tras la tormenta, lo que les ha dejado sin ingresos. Otros ganan dinero recogiendo cosechas que se venden en las tiendas de todo el país.
Quintana y Liz Perez miran a la inundación frente a su casa en Immokalee. Huir de Irma no era una opción para los que no tenían transporte para llegar a un refugio, no podían permitirse el combustible al norte y no podían arrendar una habitación de hotel. Los costes asociados con la limpieza o encontrar un lugar nuevo para vivir los han dejado más al límite que nunca.
Los residentes de la población migrante rural de Immokalee esperan las donaciones de emergencia después del huracán Irma. Un grupo de voluntarios de Atlanta distribuyó víveres y artículos sanitarios a cientos de desesperados residentes.
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Niños caminan por las calles inundadas de Immokalee, especialmente afectada por el paso del huracán Irma.
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Con sus casas rodeadas de agua que temen pueden ser contaminadas por las aguas residuales, los residentes se ocupan de las secuelas del huracán Irma.
Los residentes de la población inmigrante de Immokalee, en su mayoría agricultores, esperan las donaciones de un grupo de voluntarios de Atlanta.
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La casa de Eustalia Flores fue completamente destruida por la furia de Irma.
Muchas de las residencias en esta área son las casas móviles, las más afectadas por los vientos fuertes.
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En otra casa, Irma arrancó el techo como si fuera un papel tapiz, destruyendo todo dentro.
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Aún sin servicio eléctrico, la inmigrante guatemalteca Aura Gaspar espera en la oscuridad junto a sus hijos, Isaac de 5 años de edad, y la pequeña Ashley de solo dos meses. Estima que prepararse para el paso de la tormenta le costó al menos 600 dólares. Su esposo, Juan Francisco, ha conseguido trabajo limpiando restos del paso de Irma en la zona de Fort Myers y Naples.
Imagen Gerald Herbert/Ap
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