Exigen investigar los juicios secretos a migrantes en la frontera

Los tribunales fueron levantados en dos de las ciudades más peligrosas del mundo: Nuevo Laredo y Matamoros (México), lugares designados por el Departamento de Estado con una advertencia de nivel cuatro para ‘No viajar’ por los altos niveles de delincuencia y secuestro.

Jorge Cancino
Por:
Jorge Cancino.
Continúa la larga espera en México para los migrantes que aspiran a recibir asilo en Estados Unidos. Muchos llevan meses en albergues y confiesan lo difícil que es la situación, especialmente para los niños.
Video Llanto y desesperación: migrantes narran cómo son las noches en los albergues en México

Un polémico programa activado en septiembre por el gobierno de Donald Trump se encuentra en la mira de los líderes demócratas de la Cámara de Representantes, quienes exigen una investigación inmediata para proteger los derechos de miles de inmigrantes en busca de asilo.

Se trata de los juicios secretos ordenados por el presidente para procesar los migrantes que llegan a la frontera y, tras ser procesados, son devueltos a México a esperar sus audiencias bajo el denominado Protocolo de Protección Migratoria (MPP).

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Otros cientos, quizás miles, permanecen detenidos en tiendas de campaña, cárceles temporales erigidas para contrarrestar la emergencia migratoria, y lugar donde funcionan los cuestionados tribunales y donde se llevan a cabo juicios secretos.

“Los solicitantes de asilo son retenidos en tiendas de campaña en los puertos de entrada mientras los jueces aparecen de forma remota a través de VTC (sistema de teleconferencia por video) desde salas de tribunal tradicionales ubicadas en otras partes del país”, se lee en una carta enviada el jueves al Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Joseph V. Cuffari, y al Inspector General del Departamento de Justicia, Michael E. Horowitz.

La misiva está firmada, entre otros, pos los congresistas Joaquín Castro (Texas) y Jerrold Nadler (Nueva York), presidente del Comiré Judicial de la Cámara Baja.

Hermetismo judicial

Los demócratas señalan que el DHS decidió abrir estos tribunales sin notificación significativa al público o la comunidad legal, y hasta ahora ha proporcionado escasa información sobre los procesos que se llevan a cabo en estos tribunales de inmigración improvisados.

“Solicitamos una Suna investigación inmediata” de estos tribunales, exigen. “Hasta ahora el DHS y el Departamento de Justicia (DOJ) han impedido que las organizaciones brinden orientaciones legales a los solicitantes de asilo que permanecen en tiendas de campaña (centros de detención temporales de la Oficina de Inmigración y Aduanas -ICE)”, añaden.

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La semana pasada Univision Noticias reportó, citando datos de la Asociación Nacional de Jueces de Inmigración (NAIJ), que menos del 2% de los migrantes retornados a México bajo el MPP y aquellos retenidos en las tiendas de campaña, tienen representación legal para defender sus permanencias en los juicios secretos que se están llevando a cabo en la frontera.

“Sin orientación legal o incluso información básica sobre el proceso legal, es casi imposible para estos solicitantes de asilo completar formularios, recopilar pruebas y traducir documentos escritos en inglés. Como resultado, muchos no están equipados para presentar significativamente su solicitud de asilo, y mucho menos a través de VTC desde los tribunales de campaña”, advierte la carta.

Debido proceso en riesgo

El secretismo de los procesos y la prohibición del gobierno de permitir la entrada de observadores independientes a los tribunales secretos de inmigración ponen en riesgo el debido proceso migratorio, han denunciado organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes y la Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA).

Los juicios secretos, que se llevan a cabo en las localidades de Laredo y Brownsville (Texas), obliga a los solicitantes de asilo a esperar en dos de las ciudades más peligrosas del mundo: Nuevo Laredo y Matamoros” (México). Y que ambas ciudades “han sido designadas por el Departamento de Estado con una advertencia de nivel cuatro para ‘No viajar’ debido a los altos niveles de delincuencia y secuestro”, advierten.

Pero la mayor preocupación de los demócratas se centra en el respeto al debido proceso. “No permitir que los jueces
evalúen adecuadamente las señales no verbales (mostradas por los migrantes a través del VTC), puede afectar su decisión sobre el comportamiento y la credibilidad de un individuo”, escribieron en la carta.

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“Dada la falta de acceso a un abogado y las limitaciones del sistema de circuito cerrado de televisión, nos preocupa que estos tribunales de campaña no proporcionen una consideración completa y justa de sus solicitudes de asilo, según lo exige la ley”, apuntaron.

Añadieron que “esta falta de transparencia puede permitir al DHS ocultar el abuso y las violaciones del debido proceso que pueden ocurrir” en las cortes secretas.

Las revisiones

La lista de asuntos a investigar en los tribunales improvisados redactada por los congresistas va desde las Notificaciones de Comparecencia (NTA, citatorios a los migrantes para que acusan a sus audiencias) hasta el sistema utilizado por los jueces para juzgar a los solicitantes de asilo.

Señalan que las NTA “contienen datos defectuosos” y en muchos casos la información equivocada hace que los migrantes, o bien no acudan a sus audiencias o lleguen tarde, lo que genera la emisión de órdenes de deportación en ausencia.

“Nos preocupa que haya un esfuerzo concertado del DHS y el DOJ para debilitar las protecciones procesales al debido proceso para los migrantes bajo el MPP”, subrayan. “Además, la posible mala administración de fondos por parte del gobierno para lograr su objetivo de erigir tribunales de campaña a lo largo de la frontera es profundamente preocupante”, precisan.

En la carta los congresistas también exigen explicaciones al uso de los fondos de emergencia asignados por el Congreso para el manejo de la crisis e la frontera y que fuero solicitados por la Casa Blanca. Añaden que, en vez de destinar los recursos para ayudar a los peticionarios de asilo, todo indicaría que el principal objetivo es acelerar las deportaciones.

Qué dicen los jueces

Los jueces de inmigración están “profundamente preocupados” por los juicios secretos, y han advertido graves violaciones al debido proceso de los migrantes que huyen de sus países y llegan en busca de asilo en la frontera.

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Así lo expresó la semana pasada a Univision Noticias la Asociación Nacional de Jueces de Inmigración (NAIJ) por medio de una nota enviada por correo electrónico.

“La NAIJ cree firmemente que la transparencia y el acceso público a nuestros procedimientos, son esenciales para garantizar que cada persona que se presente ante nuestros tribunales reciba el debido proceso requerido por la ley”, señala la asociación.

Los jueces indicaron además que “estamos profundamente preocupados porque los procedimientos acelerados que se llevan a cabo en la frontera han invadido la capacidad de las personas de encontrar abogados para representarlos en estos casos complejos, e incluso han hecho que el acceso por parte de abogados voluntarios sea difícil, si no imposible”.

Den similares términos se expresaron recientemente la Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA), Amnistía Internacional Estados Unidos, El Centro Nacional de Justicia para Inmigrantes (NIJC) y la Comisión de Mujeres Refugiadas, quienes urgieron llevar a cabo “una supervisión significativa” de los migrantes que están siendo regresados a México y el uso de los tribunales en carpas por los departamentos de Seguridad Nacional (DHS) y de Justicia (DOJ).

Además de esperar en zonas de alto riesgo, las organizaciones dicen estar “profundamente preocupadas por la incapacidad del DHS de proporcionar información al público, principalmente los migrantes que buscan asilo, sobre las operaciones básicas y procedimientos en los tribunales de inmigración” que operan temporalmente en tiendas de campaña.

Denunciaron además que el gobierno impidió la entrada de abogados a los juicios para observar las audiencias, y tildaron la denegación de acceso como un acto “inaceptable”.

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“El DHS ha sugerido que observadores abogados pueden asistir a los procedimientos judiciales de forma remota. (…) Pero el acceso remoto no es un sustituto adecuado del acceso en persona.
Los observadores a cientos de millas de distancia del tribunal no pueden evaluar cómo se llevan a cabo los procedimientos”, indicaron.

<b>Silvia Gómez, de 25 años, sentada junto a su hija de 9 años</b> en el autobús en el que harán el primer trayecto hasta Tapachula. Se marcha porque su familia en Guatemala se lo pidió. Le dijeron que esperar hasta el 15 de enero de 2020 por su primera corte era un tiempo excesivo para andar con una niña en un albergue. Sus planes no están claros aún: cree que dejará a su hija en Guatemala y regresará a México cuando se aproxime su fecha de entrada a Estados Unidos para presentarse ante el juez de inmigración.
Un grupo de migrantes bajo el programa de 'Retorno a México' 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/en-buses-o-en-vuelos-pagados-por-trump-la-angustia-lleva-a-los-centroamericanos-que-esperan-en-mexico-a-devolverse-a-sus-paises">espera para subirse al autobús que les llevará de regreso a su país</a></b>, Guatemala. Un número creciente de centroamericanos están regresando a sus lugares de origen exhaustos por las largas esperas en México como consecuencia de este plan implementado por la administración Trump desde enero. Para sus primeras cortes, 
<b>los últimos que retornaron a Tijuana contaron que tienen que quedarse en México entre seis y nueve meses más.</b>
Una migrante muestra los documentos de la política Protocolo de Protección de Migrantes recibidos de manos de las autoridades estadounidenses antes de ser devuelta a Tijuana. Más de 20,000 migrantes ya forman parte de este programa, por el cual tienen que 
<b>esperar el resto de su proceso migratorio en ciudades fronterizas en las que corren riesgos de seguridad,</b> como Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros. 
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Personal de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) brinda información a una migrante sobre el programa de Retorno Voluntario Asistido en el albergue Ágape en Tijuana, México. 
<b>La OIM está proporcionando billetes de avión pagados con fondos del gobierno de Estados Unidos </b>a los migrantes que quieran regresarse a Honduras, El Salvador y Guatemala. Un funcionario de la OIM explicó a Univision Noticias que, aunque son muchos los que sí se regresan, al menos 50% de los que se anotan en las listas pueden cambiar de opinión en el lapso de una semana.
Iván Vargas, coordinador de la línea de autobuses privada Transporte Turístico Ejecutivo, revisa la lista de pasajeros de una unidad que tiene como destino Tapachula, Chiapas. La imagen fue tomada a las afueras del albergue Ágape en Tijuana, México.
Diana Cruz, de 16 años, dice adiós a sus amigos del albergue Ágape antes de subirse al autobús que llevará a su familia de Tijuana a Tapachula. Esta familia decidió emprender el viaje de regreso a su país de origen, Guatemala, después de ver que el proceso de petición de asilo estaba muy demorado y les obligaba a esperar en México. La hermana pequeña, Atziry, de 7 años, empezó a decirle a la mamá que echaba de menos a su abuela y quería regresarse y 
<b>la madre tomó la decisión de volver para no someter a sus niñas a más sufrimiento.</b>
La frontera entre México y Estados Unidos en El Chaparral, el cruce fronterizo en Tijuana. Decenas de inmigrantes llegan a este punto cada mañana para esperar su turno para entrar y ser entrevistados por la Patrulla Fronteriza. La espera promedio para que llamen un número ahora está en al menos cuatro meses. La mayoría de los migrantes son retornados a México con una fecha para su primera corte con un juez de inmigración. Pero, al final, el caso puede tomarles hasta un año, entre otras cosas, porque sin un abogado el juez los devuelve a México —o a los centros de detención si tienen la suerte de ser admitidos en Estados Unidos— hasta que vuelvan con alguien que los represente.
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Una adolescente guatemalteca que prefirió no ser identificada sale del albergue Embajadores de Jesús, antes de subirse a un autobús cuyo destino es Tapachula. Se regresa porque teme que en su corte el juez de inmigración la devuelva a la hielera de la Patrulla Fronteriza y tenga que vivir de nuevo el frío que caracteriza a estos lugares, la mala alimentaci´on y los maltratos de funcionarios que les reiteran que no son bienvenidos en Estados Unidos, según denuncia.
El pastor Gustavo Banda, encargado del albergue Embajadores de Jesús, en el patio trasero de su casa donde organizan cada día donaciones que reciben para los migrantes. "Les están dando una esperanza muy pequeña para que se queden", dice Banda. "Los quieren desanimar porque su cita es hasta enero del año próximo", agrega. Él cree además que la falta de permisos de trabajo y la poca asistencia que les da el gobierno mexicano para regularizarse es lo que los desalienta a esperar hasta su primera fecha de corte.
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Francisco, de 34 años, quiere regresar a su país por su hijo Andy Javier, de 9 años. “Está sufriendo, mejor le regreso para Guatemala”, explica minutos antes de que parta el autobús del albergue Ágape en Tijuana.
Dos hermanos guatemaltecos de 6 años y 8 años juegan antes de subirse al autobús que les llevará de Tijuana a Tapachula rumbo a Guatemala.
<b>Ileidy Díaz, de Guatemala, es la madre de esos niños.</b> Ella explica que su plan era que su esposo en Estados Unidos los pidiera, entre otras cosas porque ella y su hijo están enfermos: ella quería recibir tratamiento para su vitiligo y esperaba que su hijo pudiera ser tratado por una enfermedad en sus ojos. Por ahora, nada de eso ocurrirá. Díaz asegura que ya no quiere que sus hijos sufran más mientras esperan hasta el 14 de enero, cuando le tocará su fecha de corte. Cuenta que en la hielera les maltrataron, que a ella los funcionarios de la Patrulla Fronteriza la obligaron a la fuerza a firmar su regreso a México mientras sus hijos lloraban. "El miedo que eso me generó me hace devolverme a mi país", dice.
José Mario Sarmiento, de Honduras, en un autobús que viaja de Tijuana a Tapachula rumbo a Guatemala. “La vi muy difícil,” dice José Mario sobre la razón por la que ha decidido regresarse a su país. Llegó a Tijuana hace mes y medio. Quería cruzar ilegalmente ya que tiene una deportación previa, pero le dio mucho miedo la situación en la frontera y la posibilidad de ser arrestado y tener que pasar mucho tiempo en la cárcel.
Bolsas de basura cargadas de pertenencias de migrantes que se regresan a sus países de origen en un autobús privado con trayecto Tijuana-Tapachula.
<b>José María García, conocido como 'Chema', </b>encargado del albergue para migrantes Juventud 2000, parado frente a la casa ubicada en la zona norte de Tijuana, México, una de las áreas más inseguras de la ciudad. Según él, una parte de los centroamericanos que llegan al recinto deciden cruzar de forma ilegal a Estados Unidos "ya que ven que las posibilidades son cada vez más cerradas para poderse quedar o recibir el asilo", cuenta. Lo hacen, explica "porque cada vez ven más lejano (el fin de sus procesos) o cada vez ven menos las posibilidades de quedarse en los Estados Unidos". En sus estimaciones, 30% de los que llegan a su albergue se marchan o a su país o a la frontera para cruzar sin ser vistos.
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Silvia Gómez, de 25 años, sentada junto a su hija de 9 años en el autobús en el que harán el primer trayecto hasta Tapachula. Se marcha porque su familia en Guatemala se lo pidió. Le dijeron que esperar hasta el 15 de enero de 2020 por su primera corte era un tiempo excesivo para andar con una niña en un albergue. Sus planes no están claros aún: cree que dejará a su hija en Guatemala y regresará a México cuando se aproxime su fecha de entrada a Estados Unidos para presentarse ante el juez de inmigración.
Imagen Almudena Toral/Univision
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