La nueva política migratoria de Trump obliga a todas las personas que viven en EEUU a llevar su documentación consigo

Abogados advierten que todos los extranjeros, con o sin autorización en Estados Unidos, incluso los ciudadanos, deben tener siempre consigo una identificación por si se la pide una autoridad.

Jorge Cancino
Por:
Jorge Cancino.
Si un policía o agente de ICE te detiene, mira los documentos que debes presentar según tu estatus migratorio en Estados Unidos.
Video ¿Qué documentos tienes que llevar contigo si te paran las autoridades?

La recomendación afecta a todas las personas de origen extranjero, tengan o no papeles. Abogados consultados por Univision Noticias aconsejan a la comunidad inmigrante indocumentada que lleva más de dos años ininterrumpidos en Estados Unidos, “que reúnan pruebas” que lo demuestren para pelear sus permanencias en el país. Y a los residentes permanentes o temporales, “andar siempre con una identificación a mano para demostrar que están legalmente en el país”.

“Siempre es una buena idea andar identificados”, dice Víctor Nieblas, abogado de inmigración que presidió la Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA) en el período 2014-2015. “Hay leyes que indican, por ejemplo, que los residentes legales permanentes necesitan tener consigo su green card o tarjeta verde todo el tiempo”.

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Pero los últimos memorandos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) obligan a tomar en cuenta esto ahora más que nunca. Específicamente, en la sección A del memo Kelly del 20 de febero, se incide en que solo se podrán librar de una detención aquellos que puedan identificarse como ciudadanos, residentes legales permanentes, refugiado, asilado u otro status legal (visado, tps...).

A las personas con un status migratorio regulado mostrar un documento identificativo pueden evitarles pasar un mal rato. Como incide Alex Gálvez, abogado de inmigración que ejerce en Los Angeles, California, la identificación de los inmigrantes legales “es sumamente importante” para probar que tienen autorización para estar en Estados Unidos”.

Igualmente, para aquellas que viven en EEUU como indocumentados, también resulta muy importante saber qué deben mostar en cada momento.

Comprobantes de alquiler, recibo de la luz...

Las órdenes ejecutivas migratorias que Trump firmó el 25 de enero, y los reglamentos del secretario del Departamento de Seguridad Nacional, John Kelly, oficializados esta semana, muestran una nueva política migratoria en la que los 11 millones de indocumentados figuran como prioridad de deportación, “aunque algunos son más prioritarios que otros”, advierte Nieblas.

“Los que demuestren que llevan más de dos años en Estados Unidos y no tengan antecedentes criminales, podrán pelear sus casos. La identificación es siempre buena en estos tiempos tan drásticos, pero también los comprobantes de permanencia ininterrumpida. Hay que tener listo los comprobantes de alquiler, colegio de los hijos, cuentas de banco, el recibo de la luz y el agua. Todo eso va a servir”, explica este abogado.

No siempre es recomendable el pasaporte

Para los indocumentados, no siempre es recomedable enseñar el pasaporte en un primer momento.

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"Yo no quisiera que las personas sin papeles tengan encima el pasaporte en el momento de una detención o un arresto. Porque si la detención la lleva a cabo un agente de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), éste va a confirmar de inmediato la identidad y que se trata de un indocumentado. Eso puede acelerar su proceso de deportación”.

“Lo ideal es que lleven consigo cualquier otro documento que no demuestre que se trata de un extranjero”, señala. “La meta es no ayudarle a la migra a que lo identifique y lo saque lo antes posible, como precisan las órdenes ejecutivas de Trump”.

El portar documentos “en tiempos drásticos es una necesidad”, dice el abogado y doctor en la ley de inmigración Nelson Castillo. “Si bien el pasaporte o la matrícula consular puede ayudarle a ICE hacer su trabajo, también puede ayudar a la persona en aquellas ciudades o jurisdicciones que le brinda cierto tipo de protecciones a los indocumentados. Todo depende del lugar donde viva la persona y dónde le pidan documentos”.

En Dallas, Texas, el abogado Jaime Barrón advierte que "si una persona no se identifica cuando es detenido, es arrestado inmediatamente".

En cualquier caso, los cuatro abogados coincidieron en que “por nada en el mundo los indocumentados deben usar o presentar documentos falsos de identidad” (carné de conducir, pasaporte o una tarjeta de Seguro social).

Las órdenes ejecutivas advierten que el uso de documentos faltos constituye un crimen, por lo que el acusado pierde todos sus derechos de permanencia y será deportado de forma acelerada.

Victoriano, 46, de El Salvador, lleva 17 años en Estados Unidos recogiendo aguacates, mameys y frutas grandes. “Cuando nadie está trabajando nosotros estamos trabajando”, dice de la labor de los campesinos. "Nosotros no hemos hecho nada mal”. Desde noviembre, cuando Donald Trump fue elegido presidente, “ni tengo ganas de ir a trabajar, tengo miedo”. “Mis hijos van a la escuela en el bus. Si me pasa algo, ¿quién les va a recoger?”, se pregunta.
Blanca, 25, de El Salvador, vino a Estados Unidos a los 14 años y desde entonces trabaja en un invernadero de plantas. Hoy decidió no ir a trabajar, a pesar de perder un día de sueldo “para hacernos valer". "Nosotros tenemos derechos, sin nosotros este país no es nada”, afirma. Su madre lleva un año peleando un caso de asilo en un centro de detención de inmigrantes en Texas. Blanca paga los gastos de toda una familia en Florida y manda dinero a su madre en Texas.
Rebeca, 35, de Guatemala, trabaja plantando y abonando especies diversas en un invernadero. “No creo que los gringos quieran estar arrancando hierba. Sin nosotros ellos no van a poder hacer estos trabajos”, dice Rebeca, quien vino hace 13 años por necesidad económica. La mujer tiene dos hijos ciudadanos estadounidenses de 4 (en la foto) y 11 años. “Cuando Trump ganó, mi hijo lloró. Es un miedo que tiene la gente”, asegura.
Samuel, 39, de México, planta frijoles, tomates y legumbres en Florida desde hace 15 años. “Hoy decidí no trabajar por apoyo a mí y a mis hermanos. Ya basta de tanto atropello. Aportamos más de lo que les costamos. Estamos trabajando sin documentos y pagando impuestos. Ese dinero, ¿a dónde va?”. Su esperanza es que en este país “todos seamos iguales, que sea un país libre”.
Sofía, 43, de El Salvador, lleva 21 años en Estados Unidos y aún sigue indocumentada. “Vine aquí hoy porque sí necesitamos que nos den los papeles. Somos los que trabajamos más. Estados Unidos sin inmigrantes no es nada”. La parte más difícil de su trabajo, dice Sofía, es andar agachada todo el día bajo el sol sin desmayarse.
Edgar, 34, de Guatemala, pisca tomates desde hace 11 años. “Hoy no he ido a trabajar para levantar la voz, que el gobierno nos tome en cuenta, somos la mano de obra. Sin agricultura, este país no es nada”. El miércoles por la noche decidió que no iría a trabajar este jueves sin preguntar a su jefe: “Mañana ya veremos”. Dice que su vida ha cambiado drásticamente desde que Trump salió presidente. “Uno no puede salir tanto porque es peligroso. Pienso en los niños, ¿con quién se van a quedar?”
José, 40, de El Salvador, trabaja en un invernadero de plantas varias. “Estamos tratando que no nos traten así, como nos trata el presidente. Las personas que levantamos este país somos los que vamos a hacer trabajos que otros no quieren, por eso tomé la decisión de no trabajar y venir aquí”.
Andrea, 35, de Guatemala, lleva 9 años en Estados Unidos y trabaja en un campo de tomates, frijoles y lo que haya, según temporada. “Siempre estamos trabajando, siempre”, dice. “Ellos no pueden hacer el trabajo que hacemos, no aguantan el sol”. Andrea dice tener mucho más miedo desde que hay nuevo presidente. “Hay mucha necesidad en nuestro país y violencia. Si yo regreso van a pensar que vengo con dinero y me van a matar o secuestrar a mis hijos”.
Miguel, 40, de El Salvador, lleva trabajando en el campo 22 años. “Quise no trabajar y venir aquí para ver si dan papeles”. Su jefe respetó la decisión.
Verónica, 23, llegó de El Salvador hace dos años. Ya trabajaba en el campo en su país, pero ve grandes diferencias entre los dos países. “Aquí es todo el día, en El Salvador es medio día”, dice. “Se aprovechan de uno cuando no tiene papeles”. A Donald Trump le diría: “Que nos eche a ver cómo se le queda su país, a ver si el resto quieren trabajar a $8/hora”.
Juana, 19, de Guatemala, lleva un año apenas en Estados Unidos. “Cuando escuché que ganó Trump lloré bastante porque hace apenas un año que vine, gasté mucho dinero, tengo una gran deuda en Guatemala”.
Juan Carlos, 25, de México, trabaja el maíz y el frijol. Intenta usar guantes para cuidarse las manos. “Quieren nuestro trabajo, pero no nos quieren a nosotros”, afirma.
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Victoriano, 46, de El Salvador, lleva 17 años en Estados Unidos recogiendo aguacates, mameys y frutas grandes. “Cuando nadie está trabajando nosotros estamos trabajando”, dice de la labor de los campesinos. "Nosotros no hemos hecho nada mal”. Desde noviembre, cuando Donald Trump fue elegido presidente, “ni tengo ganas de ir a trabajar, tengo miedo”. “Mis hijos van a la escuela en el bus. Si me pasa algo, ¿quién les va a recoger?”, se pregunta.
Imagen Almudena Toral/Univision
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