Piden revisar fallo que permite deportaciones en ausencia de migrantes que aguardan en México

AILA alega que el Programa de Protección al Migrante (MPP) está lleno de fallos, entre ellos los citatorios a cortes de inmigración en horas de la noche y en lugares inseguros para los inmigramtes que aguardan sus casos de asilo.

Jorge Cancino
Por:
Jorge Cancino.
Continúa la larga espera en México para los migrantes que aspiran a recibir asilo en Estados Unidos. Muchos llevan meses en albergues y confiesan lo difícil que es la situación, especialmente para los niños.
Video Llanto y desesperación: migrantes narran cómo son las noches en los albergues en México

La Asociación Americana de Abogados de Inmigración (AILA) pidió a la Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA) ser incluida en el proceso que revisa si un juez puede finalizar el juicio de un individuo que no se presentó a una audiencia de deportación, y previamente había sido retornado a México bajo el Protocolo de Protección de Migrantes (MPP).

En estos casos al extranjero se le emite una orden de deportación en ausencia.

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El 5 de diciembre del año pasado la BIA publicó el anuncio con la invitación para figurar como Amicus Curiae de la corte y participar en el proceso.

El caso plantea si el juez a cargo de un juicio de deportación comete un error al terminar el proceso ante la ausencia del extranjero, incluso teniendo en cuenta que el inmigrante recibió previamente una Notificación de Comparecencia (NTA).

Los argumentos de AILA

AILA, que agrupa a más de 15,000 miembros a nivel nacional (entre ellos abogados y profesores de derechos), argumenta que el MPP restringe los beneficios y derechos que tienen los inmigrantes que buscan asilo y son regresados a México a esperar sus audiencias en las cortes de inmigración, situación que además “limita” beneficios legales para “garantizar” la imparcialidad del proceso.

El MPP fue instalado en la frontera sur del país el 20 de enero. El gobierno de Trump ha asegurado que se trata de un mecanismo para detener la llegada de miles de migrantes que huyen de sus países, principalmente centroamericanos, quienes vienen a Estados unidos en busca de asilo.

Los miembros de AILA advierten que el programa no solo afecta el debido proceso, sino que obliga a los solicitantes de asilo a regresar a México “para esperar sus procedimientos de deportación de Estados Unidos”, y que el MPP, un plan sin precedentes que opera en siete áreas a lo largo de la frontera México-Estados Unidos, “ha empujado a más de 55,000 migrantes del Triángulo Norte y Cuba, entre otros, a permanecer en algunos de los estados más peligrosos de México”.

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“Muchos migrantes en el programa han experimentado secuestro, extorsión, asalto, mendicidad, emergencias de salud e incluso la muerte”, advierte el documento enviado al tribunal.

Cuestionan las NTA

La Asociación explica en el documento que muchos de los migrantes retornados a México reciben sus Notificaciones de Comparecencia (NTA) “para asistir a audiencias programadas para celebrarse a las 4 a.m.”, horario oscuro y peligroso, sobre todo en zonas “donde el secuestro y el asalto son frecuentes en los puentes, ya que los migrantes son muy visibles y están desprotegidos, especialmente a esa hora”.

Esta sería una de las principales causas por las cuales los migrantes no llegan a tiempo a sus audiencias y los jueces emiten órdenes de deportación en ausencia.

Además, señala el documento, menos del 2 por ciento de los migrantes del MPP que aguardan por sus audiencias, “han podido obtener asesoramiento de un abogado para ayudarlos en su
procedimientos de inmigración”.

“AILA cree que el MPP viola el estatuto de inmigración y las obligaciones internacionales de Estados Unidos con los
solicitantes de asilo. Cualquier revisión del resultado de una audiencia de deportación debe tener en cuenta la naturaleza sin precedentes y potencial legalidad que empuja los límites del programa, porque impone cargas considerables y, en algunos casos, insuperables para los solicitantes de asilo”, agrega.

Problemas adicionales

Además de la falta de un aviso mínimo que permitiría a los inmigrantes asistir a sus audiencias de deportación, “las NTA no contienen evidencia (o información) aparentemente de remoción”, dice AILA. Es decir, lo advierte al extranjero sobre las graves consecuencias migratorias de no asistir a la corte en el día y hora señalados.

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AILA indica además que solo por esta razón los jueces no deberían emitir órdenes de deportación en ausencia, y expresa además que, antes de tomar una decisión en este sentido, los jueces deberían considerar otras dos razones independientes:

1. Falta de evidencia clara, inequívoca y convincente de que el citado era deportable;
2. Falta de evidencia clara, inequívoca y convincente de que la NTA fue emitida en una hora y lugar que le permita al individuo asistir a la audiencia, y en caso de encontrarse en un lugar, por ejemplo, de alto riesgo, recibir una orden de deportación en ausencia.

“Si el DHS no puede establecer que proporcionó un citatorio (NTA) adecuado, el juez no debe dar por terminado el procedimiento”, agrega AILA. E insistió en que cada uno de los más de 55,000 migrantes regresados a México bajo el MPP, “se les debe proporcionar un aviso de comparecencia apropiado, claro, inequívoco y convincente”.

AILA también alega en el escrito que, los extranjeros que deben comparecer en las cortes de inmigración no tienen acceso a recibir consejo legal, y en los tribunales temporales a los que son citados en la frontera se celebran juicios secretos a los que se permite el ingreso de observadores independientes que garanticen el respeto al debido proceso migratorio.

Soluciones posibles

“Bajo tales circunstancias, entonces presumiblemente la única opción sería una continuación del procedimiento con una nueva fecha de audiencia”, indica la Asociación.

También puntualiza que “que si alguien está representado por un abogado es el factor más importante para determinar
éxito en la obtención de una concesión de asilo”.

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“Los estudios han encontrado que los solicitantes de asilo no representados en Estados Unidos enfrentan profundos desafíos cuando navegan por las complejas leyes de inmigración”, añade.

De hecho, dice, los extranjeros que no se encuentran detenidos pero cuentan con representación legal, tienen "casi cinco veces más probabilidades" de obtener alivio que sus contrapartes sin la ayuda de un abogado.

AILA también remarcó que la falta de acceso al idioma también ha hecho que los procedimientos de MPP sean injustos. “La ley federal establece que todas las agencias (involucradas en el proceso) deben proporcionar acceso a personas que no hablan inglés”.

“En 2012 la Oficina de Revisión de Casos de Inmigración (EOIR) adoptó un plan de acceso al idioma”, recordó la entidad. “El plan prevé la traducción completa de documentos vitales, así como la interpretación total de todos los procedimientos”, indicó.

A principios de mayo la Corte de Apelaciones del 9º Circuito dio la razón al gobierno del Trump al determinar que puede seguir enviando a México a algunos solicitantes de asilo mientras se resuelven sus casos en las cortes de inmigración, revirtiendo así el fallo previo de un juez de California que había bloqueado la medida.

La orden ratificó al presidente una victoria temporal en su estrategia sobre la inmigración, al permitir que siga adelante con la política que ya había empezado a implementar el 20 de enero, hasta que se resuelva el caso de manera definitiva en los tribunales de justicia.

<b>Silvia Gómez, de 25 años, sentada junto a su hija de 9 años</b> en el autobús en el que harán el primer trayecto hasta Tapachula. Se marcha porque su familia en Guatemala se lo pidió. Le dijeron que esperar hasta el 15 de enero de 2020 por su primera corte era un tiempo excesivo para andar con una niña en un albergue. Sus planes no están claros aún: cree que dejará a su hija en Guatemala y regresará a México cuando se aproxime su fecha de entrada a Estados Unidos para presentarse ante el juez de inmigración.
Un grupo de migrantes bajo el programa de 'Retorno a México' 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/inmigracion/en-buses-o-en-vuelos-pagados-por-trump-la-angustia-lleva-a-los-centroamericanos-que-esperan-en-mexico-a-devolverse-a-sus-paises">espera para subirse al autobús que les llevará de regreso a su país</a></b>, Guatemala. Un número creciente de centroamericanos están regresando a sus lugares de origen exhaustos por las largas esperas en México como consecuencia de este plan implementado por la administración Trump desde enero. Para sus primeras cortes, 
<b>los últimos que retornaron a Tijuana contaron que tienen que quedarse en México entre seis y nueve meses más.</b>
Una migrante muestra los documentos de la política Protocolo de Protección de Migrantes recibidos de manos de las autoridades estadounidenses antes de ser devuelta a Tijuana. Más de 20,000 migrantes ya forman parte de este programa, por el cual tienen que 
<b>esperar el resto de su proceso migratorio en ciudades fronterizas en las que corren riesgos de seguridad,</b> como Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo y Matamoros. 
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Personal de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) brinda información a una migrante sobre el programa de Retorno Voluntario Asistido en el albergue Ágape en Tijuana, México. 
<b>La OIM está proporcionando billetes de avión pagados con fondos del gobierno de Estados Unidos </b>a los migrantes que quieran regresarse a Honduras, El Salvador y Guatemala. Un funcionario de la OIM explicó a Univision Noticias que, aunque son muchos los que sí se regresan, al menos 50% de los que se anotan en las listas pueden cambiar de opinión en el lapso de una semana.
Iván Vargas, coordinador de la línea de autobuses privada Transporte Turístico Ejecutivo, revisa la lista de pasajeros de una unidad que tiene como destino Tapachula, Chiapas. La imagen fue tomada a las afueras del albergue Ágape en Tijuana, México.
Diana Cruz, de 16 años, dice adiós a sus amigos del albergue Ágape antes de subirse al autobús que llevará a su familia de Tijuana a Tapachula. Esta familia decidió emprender el viaje de regreso a su país de origen, Guatemala, después de ver que el proceso de petición de asilo estaba muy demorado y les obligaba a esperar en México. La hermana pequeña, Atziry, de 7 años, empezó a decirle a la mamá que echaba de menos a su abuela y quería regresarse y 
<b>la madre tomó la decisión de volver para no someter a sus niñas a más sufrimiento.</b>
La frontera entre México y Estados Unidos en El Chaparral, el cruce fronterizo en Tijuana. Decenas de inmigrantes llegan a este punto cada mañana para esperar su turno para entrar y ser entrevistados por la Patrulla Fronteriza. La espera promedio para que llamen un número ahora está en al menos cuatro meses. La mayoría de los migrantes son retornados a México con una fecha para su primera corte con un juez de inmigración. Pero, al final, el caso puede tomarles hasta un año, entre otras cosas, porque sin un abogado el juez los devuelve a México —o a los centros de detención si tienen la suerte de ser admitidos en Estados Unidos— hasta que vuelvan con alguien que los represente.
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Una adolescente guatemalteca que prefirió no ser identificada sale del albergue Embajadores de Jesús, antes de subirse a un autobús cuyo destino es Tapachula. Se regresa porque teme que en su corte el juez de inmigración la devuelva a la hielera de la Patrulla Fronteriza y tenga que vivir de nuevo el frío que caracteriza a estos lugares, la mala alimentaci´on y los maltratos de funcionarios que les reiteran que no son bienvenidos en Estados Unidos, según denuncia.
El pastor Gustavo Banda, encargado del albergue Embajadores de Jesús, en el patio trasero de su casa donde organizan cada día donaciones que reciben para los migrantes. "Les están dando una esperanza muy pequeña para que se queden", dice Banda. "Los quieren desanimar porque su cita es hasta enero del año próximo", agrega. Él cree además que la falta de permisos de trabajo y la poca asistencia que les da el gobierno mexicano para regularizarse es lo que los desalienta a esperar hasta su primera fecha de corte.
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Francisco, de 34 años, quiere regresar a su país por su hijo Andy Javier, de 9 años. “Está sufriendo, mejor le regreso para Guatemala”, explica minutos antes de que parta el autobús del albergue Ágape en Tijuana.
Dos hermanos guatemaltecos de 6 años y 8 años juegan antes de subirse al autobús que les llevará de Tijuana a Tapachula rumbo a Guatemala.
<b>Ileidy Díaz, de Guatemala, es la madre de esos niños.</b> Ella explica que su plan era que su esposo en Estados Unidos los pidiera, entre otras cosas porque ella y su hijo están enfermos: ella quería recibir tratamiento para su vitiligo y esperaba que su hijo pudiera ser tratado por una enfermedad en sus ojos. Por ahora, nada de eso ocurrirá. Díaz asegura que ya no quiere que sus hijos sufran más mientras esperan hasta el 14 de enero, cuando le tocará su fecha de corte. Cuenta que en la hielera les maltrataron, que a ella los funcionarios de la Patrulla Fronteriza la obligaron a la fuerza a firmar su regreso a México mientras sus hijos lloraban. "El miedo que eso me generó me hace devolverme a mi país", dice.
José Mario Sarmiento, de Honduras, en un autobús que viaja de Tijuana a Tapachula rumbo a Guatemala. “La vi muy difícil,” dice José Mario sobre la razón por la que ha decidido regresarse a su país. Llegó a Tijuana hace mes y medio. Quería cruzar ilegalmente ya que tiene una deportación previa, pero le dio mucho miedo la situación en la frontera y la posibilidad de ser arrestado y tener que pasar mucho tiempo en la cárcel.
Bolsas de basura cargadas de pertenencias de migrantes que se regresan a sus países de origen en un autobús privado con trayecto Tijuana-Tapachula.
<b>José María García, conocido como 'Chema', </b>encargado del albergue para migrantes Juventud 2000, parado frente a la casa ubicada en la zona norte de Tijuana, México, una de las áreas más inseguras de la ciudad. Según él, una parte de los centroamericanos que llegan al recinto deciden cruzar de forma ilegal a Estados Unidos "ya que ven que las posibilidades son cada vez más cerradas para poderse quedar o recibir el asilo", cuenta. Lo hacen, explica "porque cada vez ven más lejano (el fin de sus procesos) o cada vez ven menos las posibilidades de quedarse en los Estados Unidos". En sus estimaciones, 30% de los que llegan a su albergue se marchan o a su país o a la frontera para cruzar sin ser vistos.
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Silvia Gómez, de 25 años, sentada junto a su hija de 9 años en el autobús en el que harán el primer trayecto hasta Tapachula. Se marcha porque su familia en Guatemala se lo pidió. Le dijeron que esperar hasta el 15 de enero de 2020 por su primera corte era un tiempo excesivo para andar con una niña en un albergue. Sus planes no están claros aún: cree que dejará a su hija en Guatemala y regresará a México cuando se aproxime su fecha de entrada a Estados Unidos para presentarse ante el juez de inmigración.
Imagen Almudena Toral/Univision
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