La cerrada pelea hispana en un distrito de Texas que puede ser decidida por el derecho al aborto

Con el derecho al aborto en juego en el país y tras una cerrada derrota en marzo, la pelea demócrata de este martes por el Distrito 28 de Texas en el Congreso no luce fácil para el representante Henry Cuéllar. Se enfrenta en una segunda vuelta a Jessica Cisneros, una abogada hispana de Laredo que trabajó como pasante en su oficina, que aboga por el derecho al aborto en un momento crucial y que insiste en quitarle la candidatura del partido.

En marzo Cisneros llevó a Cuéllar a segunda vuelta por menos de mil votos en una agitada campaña que se complicó para él cuando —entre otras cosas— se conoció que el Buró Federal de Investigaciones (FBI) llegó a sus oficinas en medio de una investigación de la que se tienen pocos detalles. La brecha de votos se va cerrando. En la primaria de 2020 era de 3,000 votos. Ahora, el resultado de este martes es visto como una prueba sobre cómo pudo haber afectado a los votantes la filtración de un borrador de la Corte Suprema sobre la histórica sentencia de Roe Vs. Wade, que legalizó el aborto en Estados Unidos en 1973 y de la que se espera una decisión de los magistrados.

"Estoy en esta lucha para asegurarme de que todos tengan atención médica y eso incluye el aborto", escribió el fin de semana en su cuenta de Twitter, en un mensaje que ha reforzado en cuanto espacio ha podido en las últimas semanas de su campaña. "Nos enfrentamos al último representante demócrata antiaborto (...) No sabemos lo que trae el mañana, pero no dejaré nada al azar y tú tampoco deberías. ¡Es nuestra libertad reproductiva la que está en juego!", añade.

Cisneros ha tomado la bandera del aborto de una forma en que pocos políticos lo han hecho en otras campañas. Cataloga a Cuéllar como el 'Joe Manchin' de la Cámara de Representantes, al ser el único demócrata que no está a favor de blindar el derecho al aborto en ese espacio, como pasó con el senador Manchin en una votación reciente en el Senado. Lo hace además en un estado en el que sus legisladores han dado camino a una de las leyes más restrictivas del país, que lo prohíbe después de las seis semanas de embarazo.

Pero su mensaje viene alentado además por lo que parece pensar el tejano en la calle y sobre esa base se sustenta tanto volumen: una encuesta dada a conocer a principios de mayo por la Universidad de Texas —y que fue realizada en abril, antes de la filtración de la Corte— reveló que 78% de los votantes consultados en el estado consideraban que el acceso al aborto debe mantenerse de alguna forma; apenas 15% dijo que lo vetaría por completo.

Aunque la pelea por los votos entre Cuéllar y Cisneros se da en un distrito tradicionalmente conservador del sur de Texas, ella apela a que lo que está en juego es un derecho nacional. Ese espacio que se disputan, va desde el sur de San Antonio, un área liberal en la que ella tiene su base, hasta Laredo y algunos condados alrededor del Valle del Rio Grande, una zona más moderada y donde Cuéllar tiene amplio apoyo. Los votantes son mayormente latinos (72%) y más tradicionales, lo que podría explicar el éxito electoral que Cuéllar ha tenido desde que fue electo por primera vez en 2004.

La victoria de los demócratas tradicionales en el pasado

En 2020, cuando Cuéllar, de 64, derrotó a la abogada mexicoamericana, de 26, ella no reconoció la victoria sino horas después. Desde entonces, la pelea en El Paso ha ganado la atención nacional. Era la primera vez que alguien hacía tambalear el liderazgo de Cuéllar en la zona.

Entonces, como ahora, la apoyaron Ocasio-Cortez, Bernie Sanders y Elizabeth Warren, los principales referentes del ala progresista del partido.

En ese momento, las figuras más tradicionales del partido celebraron que el veterano político conservara su liderazgo, entre ellos la líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, quien aún lo respalda y da un espaldarazo a la idea de mantener el establishment demócrata antes que ideas más progresistas como las de Cisneros.

Ese año, otros lamentaron que la abogada no ganara: la veían como parte de una "nueva generación de demócratas diversos" que ayudarían a renovar el partido, dijo entonces la congresista de Massachussetts Ayanna Pressley. A diferencia de otros momentos, el sólido apoyo demócrata a Cuéllar puede estar en juego cuando la pelea por el derecho al aborto continúe en el Congreso.

Cisneros nació en la fronteriza ciudad de Laredo, a donde sus padres se trasladaron años después de migrar desde México en los 80 para poder dar un tratamiento médico a su hermana mayor. Ambos trabajaron como campesinos antes de acogerse a la reforma migratoria de Ronald Reagan en 1986. Luego, su padre comenzó a trabajar como transportista y creó su propio negocio. Por su experiencia como habitante de la frontera es que habla de primera mano de la pobreza y las dificultades para acceder al sistema de salud que sufren los migrantes en este punto.

Como estudiante, Cisneros también tuvo la oportunidad de hacer una pasantía en el Capitolio de Washington, DC, y entre enero y abril de 2014 trabajó en la oficina de Cuéllar. Asegura que lo que realmente le llevó a tomar la decisión de presentarse al Congreso por primera vez fue la frustración que sentía trabajando como abogada de inmigración con familias migrantes recluidas en centros de detención ante los crecientes obstáculos impuestos por el entonces gobierno de Donald Trump.

Este martes es el cumpleaños 29 de Cisneros. Se despertó con un anuncio de campaña en el que la atacaban, cuenta, seguido de sus padres coreando 'Las mañanitas' usando un video de Youtube. De ganarle a Cuéllar avanzaría en el camino para convertirse, junto a su impulsora Alexandra Ocasio-Cortez, en otra de las congresistas más jóvenes de la historia de Estados Unidos.

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