El solitario republicano que pide el 'impeachment' de Donald Trump

Un joven representante por Michigan, con sólidas credenciales conservadoras, se ha convertido en el único republicano en sumarse al coro demócrata que pide el impeachment del presidente, poniendo en riesgo lo que para él ha sido hasta ahora un seguro puesto en el Congreso.

Antonieta Cadiz
Por:
Antonieta Cádiz.
A los republicanos que le critican, Amash responde que no está en el Congreso para defender a un presidente, sino la Constitución
A los republicanos que le critican, Amash responde que no está en el Congreso para defender a un presidente, sino la Constitución
Imagen Bill Pugliano/Getty Images

Justin Amash, un joven representante de 39 años, se las arreglado para pasar de un congresista poco conocido de Michigan a estar al frente de las noticias en todo el país. ¿Cómo lo hizo? Como la mayoría de las cosas en la era de Donald Trump: atacando al presidente, pero esta vez desde la base de su propio Partido Republicano.

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Después de que se publicará el informe final de la investigación de la fiscalía especial encabezada por Robert Mueller sobre la injerencia de Rusia en las elecciones, el llamado 'Rusiagate', Amash se convirtió en el primer republicano en clamar por un juicio político en contra de Trump, algo que instantáneamente le aseguró un destacado lugar en los medios.

En el texto de su reporte, Mueller indica al menos 10 ocasiones en las que el presidente habría intentado influir la marcha de la investigación pero que, como el mismo fiscal especial reforzó después en una sorpresiva declaración a la prensa a fines de mayo, no profundizó en los casos por la imposibilidad legal de enjuiciar a un mandatario en ejercicio que imponen las normas de la oficina de asesoría legal del Departamento de Justicia.

Luego de que Mueller destacara en aquella intervención que el sistema estadounidense contempla otros mecanismos para acusar a un presidente en ejercicio, lo que fue interpretado por muchos como una referencia tácita al proceso de impeachment que puede realizar el Congreso.

Y así lo interpretó Amash en un tuit reaccionado a las declaraciones de Mueller en el que dijo que "la pelota está en nuestro campo, Congreso".


Amash, quien asegura ser "uno de los pocos" congresistas (o ciudadanos estadounidenses) que se ha leído el reporte Mueller, ya había dicho unos días antes que el fiscal general, William Barr, había distorcionado los hallazgos del informe y que "el presidente Trump ha incurrido en una conducta enjuiciable", en lo que considera sus intentos de obstrucción de justicia.


En respuesta al revuelo que generó su, para algunos sorpresiva, posición, Amash usó la misma red social para responder a sus críticos, incluyendo al propio presidente.

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“Hice el juramento de apoyar y defender la Constitución, no el juramento de seguir a un hombre o un partido político. Tenemos una república constitucional para defender la libertad y el Estado de Derecho, no una democracia directa para servir a algunos a expensas de otros”, escribió.


Contrario a lo que pueda sugerir su repentina combatividad contra el mandatario, este legislador del distrito 3 de Michigan -estado que Trump ganó por una diferencia de sólo 10.000 votos en 2016- no es un moderado en su coalición o alguien que pueda ser acusado de veleidades liberales que lo acerquen a sus colegas demócratas.

Al contrario, Amash es un republicano libertario y es considerado como uno de los miembros más conservadores del Congreso. De hecho, es uno de los fundadores del Freedom Caucus que agrupa a los legisladores republicanos más conservadores.

En su clásico estilo, Trump le dio a Amash el tratamiento que dedica a sus críticos enlodándolo en Twitter.

“Nunca he sido un fan de @justinamash, un peso ligero total, que se opone a mí y a algunas de nuestras grandes ideas y políticas republicanas sólo por el hecho de que su nombre salga a la luz a través de la controversia. Si realmente leyó el informe parcial de Mueller, "hecho" por 18 demócratas enfadados que odian a Trump (…) habrá visto que es, sin embargo, fuerte en que NO HAY COLUSION y, ultimadamente, NO HAY OBSTRUCCION…” escribió el presidente.

El desafío de las primarias

El distrito 3 ha sido históricamente conservador. Desde que en 2010 Amash ganó el puesto de representante por el Distrito 3 de Michigan, nunca ha enfrentado problemas para ganar un área que es considerada segura para los republicanos.

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En 2018 Amash obtuvo el 54% de los votos, frente al 43% de la demócrata Cathy Albro.

Ese año nadie compitió contra él en la primaria. Pero eso cambió con su declaración contra Trump y ya se han asomado contrincantes republicanos que prometen complicarle el camino a la reelección en 2020.

El representante estatal Jim Lower fue el primero en lanzar su desafío alineándose sin lugar a dudas con la Casa Blanca.

"Soy Pro-Trump, Pro-vida, Pro-trabajos, Pro-Segunda Enmienda, Pro-valores familiares republicanos", dijo Lower cuando anunció su candidatura, asegurando que el actual representante del distrito se ha unido a los "liberales radicales".

"Los tuits de Justin Amash que pidieron la destitución del presidente Trump muestran lo fuera de contacto con la verdad y lo fuera de alcance que está con las personas que representa", dijo el aspirante.

El estratega republicano Steve Mitchell -quien tiene a Lower como uno de los clientes de su firma consultora- aseguró a Univisión Noticias que “Amash debiera estar preocupado por su escaño” y asegura que están recibiendo mucho respaldo local, por lo que pronostica una elección reñida.

“Amash se olvida que aunque los niveles de aprobación del presidente están en 40% a nivel nacional, entre los republicanos conservadores el respaldo es de 90% y eso es lo que ocurre en su distrito en Michigan”, explicó a Mitchell Univisión Noticias.

De acuerdo con una reciente encuesta realizada por The Washington Post, 9 de cada 10 votantes republicanos se opusieron al juicio político del presidente.

Otro republicano Tom Norton, un veterano de la Guardia Nacional también anunció que competirá contra Amash en la primaria.

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Respaldos importantes

Eso no parece significar que el joven congresista haya perdido su piso político del todo.

Abby Clark, de la consultora política de Michigan Vanguard Public Affairs, aseguró a Univisión Noticias que Amash tiene un buen respaldo y que no hay un real peligro para él en la primaria.

“(Amash) es muy respetado en el estado y su distrito. Recientemente tuvo un evento público y fue muy bien recibido a pesar de todo lo que se ha dicho”, explicó Clark.

“Amash es visto como un republicano fiel a la Constitución. Su distrito es de mayoría republicana con mayores niveles de educación, quienes son fieles a los valores conservadores y al partido, pero no necesariamente a Trump”, agregó.

La familia multimillonaria DeVos, a la que pertenece la secretaria de Educación Betsy DeVos, una fuente importante de dinero para las campañas republicanas anunció oficialmente que no apoyará a Amash.

Personalidades radiales en la esfera conservadora como Glenn Beck ya están haciendo circular el nombre de Amash como un posible candidato presidencial republicano.

“Justin Amash es el hombre en la derecha que he esperado toda mi vida. Tiene el mejor registro de votación conservador en el Congreso (…) Espero que se presente en 2024. Él toma su juramento en serio", escribió Beck en su cuenta Twitter.

No resulta sorpresivo el ‘enamoramiento’ de Beck con Amash, considerando que ambos comparten los principios libertarios que animaron en 2009 al movimiento del Tea Party, como limitar el alcance del gobierno federal.

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En cualquier caso, contar con el respaldo de un conservador probado, aunque polémico, como Beck puede ayudar a Amash a mantener fiel parte de su electorado para sobrevivir el desafío de las primarias y la elección de 2020.

Pero Amash tendrá que estar pendiente no solo de la fidelidad de los republicanos, sino también de los cambios demográficos, sobre todo con votantes cada vez más jóvenes, han puesto a esta zona en la mira de republicanos y demócratas.

Además, los distritos congresionales del estado -en medio de una batalla legal en la Corte Suprema- están programados para ser rediseñados antes de 2020, lo que hace que sus perspectivas de reelección sean difíciles de evaluar.

Mira también:

El presidente Trump y el Congreso entraron en una fase de extrema confrontación. Por un lado, la comisión judicial de la cámara declaró en desacato al fiscal general, William Barr, y por otro Trump invocó el privilegio ejecutivo para que no se divulgue el informe completo del 'Rusiagate'.
Video Líderes demócratas aseguran que el país cayó en una crisis constitucional
El 19 de diciembre de 1998, la Cámara de Representantes llevó a juicio político al entonces presidente Bill Clinton. Fue la segunda vez en la historia de EEUU que un presidente pasa por tal proceso. Ese diciembre fue caótico ya que al unísono de la incertidumbre sobre el futuro del presidente, hubo un último día de bombardeos contra Irak. 
<i><b><a href="https://www.washingtonpost.com/history/2018/12/19/clinton-impeached-how-presidents-peril-dominated-washington-posts-front-page-years-ago/?utm_term=.ea3d50871c9e">The Washington Post</a></b></i> comparó el 19 de diciembre de 1998 con el 20 de enero de 1981, cuando Ronald Reagan juró como presidente minutos antes de que 52 rehenes estadounidenses retenidos en Irán salieran en la libertad.
El futuro de Clinton estaba en vilo en diciembre de 1998. Lo que comenzó como una indiscreta aventura con la becaria de la Casa Blanca Mónica Lewinsky, una serie de encuentros sexuales casuales de varios meses y llamadas telefónicas, desató una crisis constitucional. Por mentir sobre esas aventuras en el marco de una investigación federal, Clinton fue llevado a juicio político.
En la foto, el republicano Bob Livingston el 17 de diciembre de 1998. Livingston pidió a Clinton que renunciara y luego, repentina e inesperadamente indican las crónicas de ese momento, anunció su propia salida: "Debo dar el ejemplo que espero que siga el presidente Clinton", dijo Livingston, al anunciar que renunciaría por sus aventuras extramaritales que había revelado a regañadientes en la víspera del debate sobre el juicio político a Clinton.
David Schippers, jefe del Consejo de Investigación en las auriencias del Congreso en una foto del 11 de diciembre de 1998. Los republicanos señalaban que el presidente era el culpable de convertir sus debilidades privadas en una pública conducta indebida. Muchos republicanos creían que Clinton debía seguir el ejemplo de Livingston.
Esta imagen de televisión muestra el total de la votación final de 205-229 sobre el segundo artículo de juicio político, que perdió el sábado 19 de diciembre de 1998. El segundo artículo de acusación acusaba al presidente de perjurio en sus respuestas escritas al Congreso y en su testimonio grabado el 17 de enero de 1998 sobre la demanda de acoso sexual presentada por Paula Jones.
EEUU estaba siguiendo esos días muy de cerca todo lo que ocurría en el Congreso. En esta foto del 17 de diciembre, una manifestante lleva un cartel contra Ken Starr, el fiscal especial que llevó adelante la investigación sobre Clinton. El presidente fue acusado por el Congreso de mayoría republicana de "delitos graves y delitos menores" por mentir bajo juramento y obstruir la justicia para encubrir una aventura con la entonces joven Lewinsky.
En el centro, el entonces líder demócrata de la Cámara de Representantes, Richard Gephardt, con un grupo de su bancada. Salieron en grupo del Congreso brevemente para protestar por la negativa de los republicanos a permitir una votación sobre un castigo menor que el juicio político, el de la censura a Clinton, el 19 de diciembre de 1998.
Los demócratas de la Cámara de Representantes el sábado 19 de diciembre de 1998, salieron del Congreso y fueron a la Casa Blanca para acompañar a Clinton. "En un día de drama constitucional y trauma personal, la Cámara liderada por los republicanos votó para aprobar la acusación al presidente demócrata de perjurio ante un gran jurado", describía 
<i><b><a href="https://www.washingtonpost.com/history/2018/12/19/clinton-impeached-how-presidents-peril-dominated-washington-posts-front-page-years-ago/?utm_term=.ea3d50871c9e" target="_blank">The Washington Post</a></b></i> aquel día.
Al salir de la Oficina Oval con la primera dama y el vicepresidente Gore a su lado, Clinton denunció el voto partidario en su contra mientras se preparaba para hablar fuera de la Casa Blanca luego del histórico juicio en la Cámara de Representantes, el sábado 19 de diciembre de 1998.
Clinton en su declaración mientras su esposa, Hillary, lo observa aquel sábado 19 de diciembre de 1998. El mandatario agradeció a los demócratas de la Cámara de Representantes que votaron en contra del proceso y prometió completar su mandato.
Junto a la primera dama, Clinton dijo que no renunciaría y prometió servir "hasta la última hora del último día de mi mandato".
Los Clinton escuchando a Dick Gephardt, entonces líder de la minoría de la Cámara de Representantes. Con el 'impeachment' aprobado, las negociaciones políticas se trasladaban al Senado donde empezaría el proceso de destitución del presidente, que finalmente no se logró y permitió al demócrata terminar su segundo periodo.
Esta foto del 19 de diciembre de 1998 muestra al presidente Bill Clinton, miembros del partido político demócrata, el vicepresidente Al Gore y la entonces primera dama Hillary Clinton frente a la Casa Blanca.
Manifestantes que exigían juicio político contra Clinton frente a la Casa Blanca en diciembre de 1998.
El país seguía minuto a minuto las noticias debido a que no se sabía si Clinton continuaría o no en su cargo. En la foto, clientes de una tienda de sándwiches del centro de Los Ángeles ven el debate televisado sobre el juicio político, el sábado 19 de diciembre de 1998.
El entonces presidente del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, el republicano por Illinois Henry Hyde, jura el 8 de diciembre de 1998 durante las audiencias de juicio político a Clinton. También hubo republicanos moderados como Michael Castle. "Todo esto es tan abrumador", dijo Castle quien intentó sin éxito encontrar un compromiso bipartidista junto al juicio político.
Los miembros del Comité Judicial de la Cámara de Representantes discuten artículos de juicio político contra el presidente el 11 de diciembre. El panel había aprobado un artículo de perjurio minutos después de que Clinton expresara públicamente su "profundo remordimiento" por la agitación nacional por el escándalo.
El hoy líder de la minoría demócrata en el Senado, Charles Schumer, quien en ese momento representante por Nueva York, defendía la no votación del primer artículo de juicio político el 11 de diciembre en el Capitolio.
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El 19 de diciembre de 1998, la Cámara de Representantes llevó a juicio político al entonces presidente Bill Clinton. Fue la segunda vez en la historia de EEUU que un presidente pasa por tal proceso. Ese diciembre fue caótico ya que al unísono de la incertidumbre sobre el futuro del presidente, hubo un último día de bombardeos contra Irak. The Washington Post comparó el 19 de diciembre de 1998 con el 20 de enero de 1981, cuando Ronald Reagan juró como presidente minutos antes de que 52 rehenes estadounidenses retenidos en Irán salieran en la libertad.
Imagen Portada de Washington Post
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