El presidente Donald Trump parece estar tratando de hablar de cualquier cosa menos sobre lo que buena parte de su base de votantes (y el parte del Congreso de EEUU) está hablando: los archivos del caso por delitos sexuales del financista fallecido Jeffrey Epstein.
Trump y su círculo dicen y hacen cosas para no hablar del caso Epstein
Mientras la opinión pública, parte de la base de seguidores de Trump y grupos de congresistas buscan presionar para publicar los archivos sobre los delitos sexuales de Jeffrey Epstein, el presidente Trump y sus aliados tratan de enfocarse en otras cosas.
Trump publicó un video generado por inteligencia artificial que muestra al expresidente Barack Obama siendo arrestado en la Oficina Oval. Su gobierno publicó archivos del asesinato de Martin Luther King (pese a la oposición de la familia). La directora de inteligencia nacional, Tulsi Gabbard, publicó un memorando que presuntamente afirma que funcionarios del gobierno de Obama planearon una “conspiración” contra Trump.
Pero el foco público parece no moverse del caso Epstein.
Las estrategias parecen ir desde tratar de instalar en la agenda temas "más ruidosos" que el del caso Epstein, hasta trabar cualquier conversación sobre el tema, incluso 'cerrar' anticipadamente el Congreso para sortear un voto que se esperaba sobre un pedido de liberación de los archivos del caso.
Todo esto sucede a dos semanas de que el Departamento de Justicia liderado por otra ficha de Trump, la fiscal general Pam Bondi, dijera que no presentará los archivos del caso, pese a que fue una promesa que hizo el presidente a su base tras años de teorías conspirativas en torno al caso.
El conflicto sobre el caso Epstein comenzó cuando muchos de sus seguidores se molestaron porque su administración no estaba cumpliendo con las promesas de divulgar más detalles sobre el caso. Epstein tenía amplias conexiones políticas en EEUU y el mundo y ha sido el centro de teorías conspirativas durante años, muchas de ellas promovidas por personas que ahora ocupan altos cargos en el gobierno de Trump, como el director del FBI, Kash Patel, y el subdirector Dan Bongino.
Mike Johnson paraliza el Congreso (y no habrá voto sobre los archivos del caso Epstein)
No solo ha sido una parte de la base de votantes MAGA (Make America Great Again) la que está impulsando el tema Epstein, sino también el Congreso donde un grupo bipartidista de congresistas estaba intentando llevar un voto para pedir la publicación de los archivos del caso Epstein.
Ante eso, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, (un aliado sólido de Trump) tomó la sorpresiva decisión de adelantar el receso de agosto para este miércoles 23 de julio.
Mike Johnson así se garantiza que no habrá votos sobre legislación en los que se pueda presentar enmiendas para ordenar al gobierno la publicación de los archivos sobre el caso de Jeffrey Epstein.
La decisión de Johnson impide que legisladores demócratas o republicanos, como el republicano de Kentucky, Thomas Massie, presenten mociones para exigir al Departamento de Justicia que entregue esos archivos.
Hablar de cualquier cosa, menos de Epstein
Desde que la administración anunció que no publicaría más archivos gubernamentales del caso contra Epstein, facciones de las bases de apoyo de Trump se han vuelto contra él. Eso ha puesto en peligro el apoyo de algunos que normalmente apoyan ciegamente a Trump.
Trump ha hablado en su red social de que podría cancelar la construcción del estadio si el equipo de fútbol Washington Commanders no cambia su nombre de vuelta a Washington Redskins (un nombre que fue cambiado por resultar ofensivo para grupos de nativos americanos). También dio a entender que hay dudas sobre Samantha Power, exadministradora de USAID, la agencia de ayuda humanitaria global que Trump está desguazando, y su patrimonio.
Además del video falso de Obama siendo detenido, Trump compartió un video de escenas virales, que incluian a una mujer atrapando una serpiente. Gabbard por su parte, hizo el anuncio de la publicación de cientos de miles de documentos sobre el asesinato de Luther King en 1968 además de la supuesta implicación de Obama en una conspiración.
Una agresiva demanda al Wall Street Journal por un artículo sobre Turmp y Epstein
También, Trump lanzó una demanda multimillonaria contra The Wall Street Journal (WSJ) por el artículo de la semana pasada sobre Jeffrey Epstein y una supuesta tarjeta sugestiva que el ahora presidente le habría enviado al financista en un cumpleaños.
Trump presentó el viernes una demanda por difamación de 10 mil millones de dólares debido al reporte de una carta sexualmente sugestiva con el nombre de Trump, incluida en un álbum de 2003 compilado para el cumpleaños del Epstein. El presidente ha negado estar vinculado.
Trump también expulsó a uno de los reporteros del periódico del Air Force One para un próximo viaje a Escocia. Esta serie de medidas agresivas de Trump hacia WSJ incluye el novedoso enfrentamiento contra medios de Rupert Murdoch, dueño de medios conservadores que han sido favorables a Trump. Es una táctica que la Casa Blanca de Trump ya ha empleado.
La demanda por difamación es otra herramienta que Trump ha utilizado contra los medios de comunicación. Demandó a CBS News por la edición de una entrevista de “60 Minutes” con la exoponente Kamala Harris. También a ABC News por una declaración falsa de George Stephanopoulos en un artículo sobre un escritor neoyorquino que acusó a Trump de abuso sexual. En cada uno de esos casos, Trump obtuvo acuerdos multimillonarios.
¿Amedrentar?
Es la primera vez que Trump demanda por difamación como presidente en ejercicio, y no está claro si algún presidente lo ha hecho en el pasado.
"No hay nada intrínsecamente malo en que un presidente presente una demanda por difamación", dijo el reconocido abogado defensor de la libertad de expresión, Floyd Abrams a la agencia AP. "Pero esta demanda ciertamente parece ser nada más ni menos que un intento de suprimir la libertad de expresión que nuestro presidente encuentra incómoda. No es por eso que tenemos leyes de difamación. Es por eso que tenemos la Primera Enmienda".
Los medios de comunicación han reaccionado de diversas maneras. Todo esto forma parte de un patrón más amplio que aparentemente intenta intimidar a los medios que publican historias que no le gustan a Trump, afirmó Jameel Jaffer, director ejecutivo del Instituto Knight de la Primera Enmienda de la Universidad de Columbia.
“Estas demandas no tienen ninguna posibilidad de prosperar como tales, pero, sin embargo, tienen el potencial de disuadir a los medios de hacer lo que todos necesitamos que hagan”, declaró Jaffer.
El caso Epstein pone a los medios de comunicación influyentes en una situación difícil. Fox News, cadena conservadora 'amigable' con Trump, evitó en gran medida la noticia después de que Trump sugiriera a sus aliados que dejaran de perder el tiempo con ella.
Panel de la Cámara de Representantes citará a Ghislaine Maxwell
Y en un nuevo capítulo de la saga Epstein, el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes citará a Ghislaine Maxwell, asociada del fallecido financista y quien se encuentra en prisión, para que de su declaración bajo juramento.
El representante Tim Burchett, republicano de Tennessee, afirmó no haber consultado previamente al presidente Trump. El Departamento de Justicia anunció el martes que buscaría entrevistar a Maxwell. "No hay nadie más con vida que pueda decirnos nada... Me gustaría que lo hiciera antes de que también se le permita suicidarse...", declaró Burchett.
Maxwell fue sentenciada a 20 años de prisión en 2022 después de que un jurado la declarara culpable de ayudar a Epstein a traficar menores para fines sexuales. Maxwell ha negado haber abusado de nadie y dice ser un chivo expiatorio tras la muerte de Epstein en prisión en 2019.
Epstein se declaró culpable en 2008 de cargos estatales en Florida por solicitar servicios sexuales a una menor, y en 2019 fue acusado por tráfico sexual a nivel federal. Apareció muerto en la cárcel mientras esperaba el juicio y su muerte fue catalogada como suicidio.
Pero muchos seguidores de Trump lo pusieron en duda. Consideran que se trata de una operación para proteger a poderosos que también podrían haber estado involucrados en los abusos de menores de Epstein.