Perdonar es bueno para la salud mental: lo dice la ciencia (y la experiencia)

La práctica del perdón se traduce en un reducción significativa de los síntomas de depresión y ansiedad, según un nuevo estudio elaborado con participantes de cinco países. Estas son algunas claves para acercarse al perdón y para aprender a pedir disculpas.

Natalia Martín Cantero
Por:
Natalia Martín Cantero.
Una encuesta reciente reveló que un gran número de jóvenes universitarios están padeciendo de problemas de salud mental y que estos trastornos los están impulsando a considerar la idea de abandonar sus estudios. El doctor Jorge Partida, jefe de psicología del Departamento de Salud Mental de Los Ángeles, nos explica a qué puede deberse este panorama y qué podemos hacer para ayudar a estos estudiantes. Puedes ver en ViX más noticias gratis.
Video Problemas de salud mental están provocando que más universitarios consideren dejar sus estudios, según encuesta

El perdón es una estrategia útil para mejorar la salud. El psicólogo Everett Worthington, que lleva décadas estudiando la ciencia del perdón desde un enfoque laico, completó recientemente un estudio realizado en cinco países que muestra sus ventajas para obtener mayor bienestar mental y general.

"El perdón puede cambiar la dinámica de las relaciones y evitar muchas cosas muy costosas que pueden ocurrir en la sociedad", afirma Worthington, profesor emérito de la Virginia Commonwealth University, en declaraciones al The Washington Post. "Hay injusticias que vivimos todos los días. La gente no tiene por qué perdonar; es una elección que puede hacer o no hacer".

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Worthington, que presenta su estudio este fin de semana en una conferencia interdisciplinar sobre el perdón en la Universidad de Harvard, desarrolló cuadernos de trabajo e incluyó ejercicios e indicaciones para explorar los sentimientos de ira y resentimiento y aprender a desprenderse de ellos.

Dos horas para ganar en indulgencia

La última versión de su trabajo, que se puede descargar gratuitamente en cinco idiomas, incluye ejercicios de reflexión para ayudar a explorar situaciones concretas y trabajar los sentimientos de ira y resentimiento. Se basa en los ejercicios más eficaces utilizados en investigaciones anteriores, y se ha condensado para ahorrar tiempo y hacer el programa más accesible. Promete que se puede llegar a ser una persona más indulgente en unas dos horas.

El estudio basado en este cuaderno de ejercicios, que se realizó con 4,598 participantes de cinco países (Hong Kong, Indonesia, Ucrania, Colombia y Sudáfrica) muestra que practicar el perdón se traduce en una reducción estadísticamente significativa de los síntomas de depresión y ansiedad entre los usuarios, en comparación con el grupo de control.

Estudios anteriores mostraron que los niños que perdonan obtienen mejores resultados académicos y que, en general, el perdón puede reducir la tensión arterial, mejorar el sueño y disminuir la ansiedad, entre otras cosas.

El método REACH para alcanzar el perdón

El reciente estudio se centró en el método REACH, el acrónimo en inglés de:


  • Recordar: observa el incidente de forma objetiva y no intentes dejar de lado tus sentimientos.
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  • Empatizar: empatiza con el agresor, sin excusar la acción ni invalidar tus propios sentimientos. Quizá la persona tenía un mal día o se crió en circunstancias duras.
  • Regalo altruista: haz el regalo altruista del perdón. Piensa en alguna ocasión en la que hayas sido grosero o duro, y reconoce que todo el mundo tiene defectos.
  • Comprométete: toma la decisión de perdonar. Puedes escribir una carta que no envíes para ayudarte a comprometerte.
  • Aférrate: los recuerdos de la transgresión o el suceso no cambiarán. Pero sí lo hará cómo reaccionas ante esos sentimientos.

Aunque el estudio sobre el perdón demostró que las personas se beneficiaron de la intervención, también reveló que los efectos pueden desaparecer con el tiempo, lo que subraya la necesidad de seguir practicando, quizá con cosas pequeñas.

Tener puentes con las disculpas


¿Y la otra cara de la moneda, la disculpa? "Una buena disculpa tiende puentes. También es muy duro hacerlo. Disculparse es un acto de valentía, porque al dar ese paso estamos superando todos nuestros instintos animales y toda nuestra autoprotección", dice Marjorie Ingall, coautora de un nuevo libro sobre el tema titulado Lo siento, lo siento, lo siento: argumentos a favor de las buenas disculpas (en inglés Sorry, Sorry, Sorry: The Case for Good Apologies).
Las disculpas sinceras son difíciles pero aportan beneficios tanto a la persona que transmite el mensaje como a la que lo recibe. Ayudan a consolidar las relaciones y a restablecer la confianza, y ambas cosas pueden reducir el estrés y mejorar la salud mental. Algunas investigaciones indican que quienes reciben disculpas pueden experimentar mejoras en la presión sanguínea y el ritmo cardíaco, así como una mayor activación de las regiones cerebrales relacionadas con la empatía. Se prepara así el terreno para el perdón y la reconciliación.

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Claves para disculparse bien

Según Ingall y Susan McCarthy, coautoras del libro, para disculparse bien hay que tener en cuenta seis factores que desgranamos a continuación por orden de importancia:


  • Hablar claro. Lo contrario de ir con rodeos o utilizar frases complicadas. La recomendación es usar realmente las palabras "lo siento" o "pido disculpas". Este es el paso más importante. Optar por frases del tipo de "me arrepiento" o "me siento mal por lo que ha pasado" a menudo da lugar a algo a medio camino, con el sabor de la disculpa pero sin llegar a serlo del todo. Por otra parte, decir que te arrepientes pone el foco en ti y en tus emociones, cuando lo crucial aquí es lo que siente la persona ofendida.
  • Nombrar específicamente aquello por lo que te disculpas. Decir explícitamente por qué te disculpas y por qué tu comportamiento no fue acertado te ayuda a asumir la responsabilidad. Es mejor usar un lenguaje activo y concreto, del tipo de “Siento haberte gritado el otro día por haber llegado tarde, me dejé llevar por la ira”.
  • Demostrar que entiendes lo que ocurrió. Las autoras del libro recomiendan que dejes claro que sabes por qué tus acciones fueron dañinas e hirientes, y el efecto que tuvieron en la otra persona. Por ejemplo, “Te pido disculpas por haberme burlado de tu corte de pelo. Fue una falta de respeto”.
  • No poner excusas. Ofrecer una explicación si es necesario, pero sin excusas. Incluso si no estás seguro de por qué la persona está enfadada contigo, discúlpate por lo que sí comprendas: “Me he dado cuenta de que estás enfadada conmigo y siento haberte hecho daño”.
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Explicar por qué actuaste de esa manera puede añadir un contexto importante. Una explicación no defensiva de tus motivaciones puede ayudar a la persona con la que te disculpas a ver que no actuabas con malicia. Ten cuidado de no poner excusas, sin embargo. En su libro, Ingall y McCarthy escriben que "No era mi intención", "Algunas cosas se me escaparon" o "Sabía que nunca lo entenderías" son excusas habituales.

  • Especificar acciones para que la situación no vuelva a repetirse. "Respiraré hasta diez antes de decir nada”, o “Me daré una vuelta alrededor del bloque cuando sienta ira” son ejemplos de acciones a las que te puedes comprometer. Aunque no es aplicable a todas las situaciones, compensar una mala acción a veces sí es posible. Hablar en público sobre tu error es una posibilidad.
  • Arreglar lo que está roto. Si el desaguisado fue material (por ejemplo, se te cayó una copa de vino sobre la camisa blanca que te prestaron) siempre es posible una reparación similar o al menos simbólica.
  • Escuchar a la persona. Un paso intermedio, antes de ofrecer disculpas, es escuchar a la persona a la que has ofendido. Teniendo en cuenta que se trata de su experiencia y de sus emociones, no de las tuyas.
<a href="https://www.univision.com/noticias/salud/la-diferencia-entre-preocupacion-estres-y-ansiedad-y-como-lidiar-con-cada-uno-de-ellos">La ansiedad adopta muchas formas</a>, pero suele ser una sensación de miedo o preocupación extremos, a menudo acompañada de pensamientos catastrofistas y síntomas físicos. La ansiedad 
<b>contiene un elemento cognitivo (la preocupación) y su respuesta fisiológica (el estrés),</b> lo que significa que la experimentamos en el cuerpo y la mente. 
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<br>Es importante diferenciar 
<b>entre la ansiedad manejable,</b> y que se entiende como un aspecto normal de la vida cotidiana y un trastorno de ansiedad, un problema serio que puede requerir asistencia especializada.
El miedo (y la ansiedad) son una respuesta saludable ante las amenazas a nuestra seguridad. Ante un peligro inminente, el cuerpo redistribuye la sangre a los músculos y aumenta el ritmo cardíaco, entre otras cosas, en un esfuerzo por hacer frente a la amenaza y luchar, o salir corriendo. 
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<br>Sin embargo, para muchas personas la ansiedad a veces puede estar fuera de lugar. Cuando el sistema nervioso percibe amenazas que no son de vida o muerte —desde a una entrevista de trabajo a una discusión con un compañero— las personas pueden caer en un difícil patrón de miedo y estrés crónicos.
<b>1. Acércate a la ansiedad con curiosidad y dale un nombre. </b>Cuando empieces a sentirte ansioso, haz una pausa e intenta identificar tus sentimientos con la mayor precisión posible. “Tengo miedo de mantener esta conversación difícil”, por ejemplo. Al etiquetar los sentimientos, organizamos las emociones caóticas en pensamientos racionales y amortiguamos su efecto, según las investigaciones de Matthew Lieberman, neurocientífico y profesor de la Universidad de California en Los Ángeles. 
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<b>2. Investiga.</b> El segundo paso es explorar qué hay detrás de ese sentimiento. Puede que tu ansiedad en torno a esa conversación se deba al miedo a estropear la relación con esa persona.
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<br>Practica también lo que se conoce como 
<b>reevaluación cognitiva</b>, que consiste en replantear el significado de una emoción para modificar su impacto. Por ejemplo, la conversación asusta, pero también puede ser una oportunidad para mejorar la relación. 
<b>Reevaluar se asocia con una disminución de la ansiedad, mientras que reprimir las emociones se asocia con un aumento de los síntomas.</b>
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<b>3. Pasea entre los árboles.</b> El contacto con la naturaleza mejora la salud mental y física, la cognición, la habilidad para aprender e incluso fomenta la productividad. Un contrapunto al exceso de tecnología que nos rodea, que puede contribuir en gran medida a la ansiedad. 
<a href="https://www.univision.com/noticias/salud-mental/cuando-la-mejor-terapia-es-un-paseo-entre-los-arboles-fotos#eb3bba1f0000">Nos conviene caminar más descalzos en la tierra y consumir menos Netflix.</a> Salir a la naturaleza es una forma fácil y casi inmediata de mejorar el estado de ánimo.
<b>4. Muévete más.</b> En cualquier lista con recomendaciones sobre hábitos de vida saludables (y, en concreto, para mejorar la salud mental) no puede faltar el ejercicio. Numerosas investigaciones avalan el ejercicio como un antidepresivo natural, que en algunos casos puede ser 
<a href="https://www.health.harvard.edu/mind-and-mood/exercise-is-an-all-natural-treatment-to-fight-depression">tan efectivo como los medicamentos.</a> Entre otras cosas, el ejercicio estimula la producción de proteínas reparadoras de las neuronas, regula los niveles de serotonina y otros neurotransmisores, aumenta el flujo sanguíneo cerebral y estimula la liberación de endorfinas. 
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<br>No hace falta pretender completar una maratón. Es suficiente con incorporar el ejercicio a la vida cotidiana, algo muy efectivo, y adelantarse a 
<a href="https://www.univision.com/noticias/salud/las-excusas-mas-habituales-para-dejar-de-hacer-ejercicio-y-trucos-para-no-tirar-la-toalla">las excusas más frecuentes </a>(no soy capaz, estoy cansado, etc) antes de que se presenten.
5. 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/salud/mindfulness-atencion-plena-ansiedad" target="_blank">Practica 'mindfulness' o atención plena.</a></b> Las prácticas de atención plena, como los ejercicios de respiración, se han utilizado durante mucho tiempo para 
<a href="https://www.univision.com/noticias/salud/ansiedad-estres-test">tratar la ansiedad. </a>
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<br>Un estudio reciente mostró que los participantes en un programa de 
<b>ocho semanas de intervenciones basadas en la atención plena experimentaron una disminución de la ansiedad similar a la de quienes recibieron escitalopram,</b> un ansiolítico común que suele recetarse bajo la marca Lexapro. 
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<br>Se trata del primer estudio que demuestra su eficacia en comparación con los 
<a href="https://www.univision.com/noticias/salud/visitar-museo-reducir-ansiedad">tratamientos estándar de los trastornos de ansiedad.</a>
La meditación es una 
<b>poderosa herramienta para transformar la manera en que respondemos a los eventos externos</b>. Una mente calmada y estable reacciona de forma muy diferente a otra agitada. Y es esta respuesta —nuestra percepción de lo que sucede y no el acontecimiento en sí— lo que determina la cantidad de estrés que vamos a experimentar. 
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<br>La práctica de la meditación te ayudará además a obtener claridad sobre lo que puedes y no puedes controlar, para que te centres en lo primero y aceptes lo segundo.
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<b>6. Acude a terapia cognitivo conductual.</b> La terapia cognitivo-conductual (TCC) enseña a cuestionar pensamientos y comportamientos irracionales. Se trata de una terapia a corto plazo, de unas 8 a 16 sesiones, con eficacia comprobada para combatir la ansiedad y a aprender a manejar las espirales de ansiedad.
<b>7. Mejora tu alimentación.</b> No alcanzarás el paraíso a base de plátanos y aguacates, pero quizá te sientas mejor si eliges alimentos que promueven la estabilidad del ánimo y favorecen la concentración, como indica un nuevo estudio que ofrece nuevas pruebas del 
<a href="https://www.univision.com/noticias/salud/triste-cambiar-tu-dieta-vinculo">vínculo entre determinadas bacterias del intestino y la depresión</a>.
<b>8. Escucha música.</b> Uno de los remedios más eficaces para transformar un estado de ánimo negativo y reducir el estrés es escuchar música. 
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<b>9.</b> 
<b><a href="https://www.univision.com/noticias/sentimientos-y-emociones/que-hacer-con-las-personas-dificiles-en-nuestra-vida-en-cinco-pasos">Cultiva la compasión y la autocompasión</a>. </b>Cada vez más estudios e instituciones relevantes creen que es importante potenciar de forma activa la cualidad que quizá nos haga más humanos
<b>.</b>
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<br>Un estudio de 2017 dirigido por investigadores de la Universidad de California y la Universidad de Stanford y 
<a href="https://link.springer.com/article/10.1007/s12671-017-0773-3" target="_blank">publicado en la revista Mindfulness </a>investigó su eficacia y mostró que los participantes se volvieron más capaces de 
<b>regular y mejorar sus estados emocionales negativos como la ansiedad y el estrés, y aumentar los estados positivos.</b>
<b>10. Aprovecha el <a href="https://www.univision.com/noticias/salud/visitar-museo-reducir-ansiedad" target="_blank">poder curativo del arte.</a></b> ¿Qué es lo que tiene el arte que nos hace tanto bien? "Las artes son importantes para la salud porque 
<b>la belleza ocupa un papel en nuestras vidas",</b> dice Gavin Clayton, uno de los fundadores de la Alianza Nacional para las Artes, la Salud y el Bienestar. 
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<br>El artista Grayson Perry lo expresa así: “El arte nos ayuda a acceder y expresar partes de nosotros mismos que, a menudo no podemos compartir. Nos proporciona alimento para el alma. Un mundo sin arte es un mundo inhumano. El arte, como la ciencia y la religión, 
<b>nos ayuda a encontrar el sentido de nuestras vidas, y encontrar sentido supone hacernos sentir mejor".</b>
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<br>Una revisión de la OMS de 2019 concluyó que las artes podrían ayudar a las personas que padecen enfermedades mentales e instó a una mayor colaboración entre los profesionales de la cultura y la salud pública.
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<b>11. Respiración consciente.</b> Un estudio reciente publicado en 
<a href="https://www.cell.com/cell-reports-medicine/fulltext/S2666-3791(22)00474-8?" target="_blank">Cell Reports Medicine</a> demostró que solo cinco minutos de respiración consciente al día durante un mes podían mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad.
De acuerdo con una encuesta realizada a 17,000 jóvenes por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, el 57% de las estudiantes mujeres señalaron tener sentimientos persistentes de tristeza o depresión, mientras que el 30% afirmó haber tenido pensamientos suicidas. Asimismo, el informe reveló un aumento en las visitas de los menores a salas de urgencias por crisis de salud mental. 
<b><a target="_blank" href="https://vix.com/es-es/canales/channel-callsign-frequancy-news-24-7?utm_medium=internal_referral&utm_source=univision&utm_campaign=evergreen&utm_content=ed_news&utm_term=video">Puedes ver en ViX más noticias gratis.</a></b>
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La ansiedad adopta muchas formas, pero suele ser una sensación de miedo o preocupación extremos, a menudo acompañada de pensamientos catastrofistas y síntomas físicos. La ansiedad contiene un elemento cognitivo (la preocupación) y su respuesta fisiológica (el estrés), lo que significa que la experimentamos en el cuerpo y la mente.

Es importante diferenciar entre la ansiedad manejable, y que se entiende como un aspecto normal de la vida cotidiana y un trastorno de ansiedad, un problema serio que puede requerir asistencia especializada.
Imagen Jay Yuno/Getty Images
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