¿Deprimido o triste? Prueba cambiar tu dieta: el poderoso vínculo entre cómo te sientes y lo que comes

No alcanzarás el paraíso a base de plátanos y aguacates, pero quizá te sientas mejor si eliges alimentos que promueven la estabilidad del ánimo y favorecen la concentración, como indica un nuevo estudio que ofrece nuevas pruebas del vínculo entre determinadas bacterias del intestino y la depresión.

Natalia Martín Cantero
Por:
Natalia Martín Cantero.
Un reciente estudio publicado en la revista de la Asociación Médica Estadounidense reveló que los cambios efectuados en las comidas escolares de EEUU han ayudado a reducir la obesidad en los niños. El informe analizó a más de 14,000 niños y adolescentes entre los años 2005 y el 2020 y evidenció una disminución general en el índice de masa corporal como resultado de incorporar más frutas, verduras, granos integrales y productos lácteos bajos en grasa. Puedes ver en ViX más noticias gratis.
Video Cambios en los estándares de nutrición escolar en EEUU han ayudado a reducir la obesidad infantil, según nuevo estudio

El estudio de los vínculos entre las bacterias intestinales y cómo nos sentimos tiene un largo recorrido: ya en la antigüedad se asociaban determinados alimentos al vigor de espíritu o a la alegría de vivir.

Hace tiempo que se sabe que las alteraciones del equilibrio de la flora intestinal tienen influencia directa en el sobrepeso, las alergias o las depresiones. Los estudios elaborados en los últimos años dejan cada vez más claro que el microbioma intestinal (el genoma colectivo de millones de bacterias que viven en el tracto intestinal y que se forman en gran parte por lo que comemos y bebemos) influye en nuestra memoria, estado de ánimo o capacidades cognitivas.

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El estudio de las bacterias y la depresión

Un nuevo estudio publicado a finales de año dio un paso de gigante en la investigación sobre el eje intestino-cerebro al descubrir varios tipos de bacterias que aumentan o disminuyen notablemente en las personas con síntomas de depresión.

" Este estudio aporta pruebas reales de que somos lo que comemos", dijo Andre Uitterlinden, autor del estudio e investigador en genética del Centro Médico Erasmus de Rotterdam (Países Bajos) en declaraciones al The Washington Post.

Otras investigaciones anteriores ya apuntaban en esta dirección, como una titulada Transfiriendo la tristeza que mostró cómo ratas libres de bacterias a las que se les dieron muestras fecales de humanos diagnosticados con depresión mayor se volvieron ansiosas y desinteresadas en actividades placenteras. Su metabolismo del triptófano, una sustancia química relacionada con la depresión, cambió.


Sin embargo, la mecánica que subyace a esta conexión entre los microbios y el estado de ánimo, y a la determinación de qué bacterias son relevantes, ha sido más difícil de descubrir. Esta es la gran aportación del nuevo estudio, que revela 16 tipos de bacterias que los autores calificaron de "predictores importantes" de los síntomas depresivos en distintos grados.

La gran pregunta, por tanto, es si hay alguna flora intestinal que cause depresión.

No hay una respuesta fácil para esta cuestión, ya que el trastorno depresivo mayor se ha relacionado con más de 80 mutaciones genéticas diferentes, y todas estas conexiones son débiles. Pero parece claro que el intestino y el cerebro interactúan. Por ejemplo, comer de forma reconfortante después de un acontecimiento estresante puede cambiar la comunidad microbiana de nuestros intestinos, lo que a su vez exacerba los sentimientos de depresión. Cuando estamos deprimidos, el microbioma intestinal suele carecer de flora beneficiosa.

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“Tenemos que encontrar la combinación específica de bacterias intestinales buenas y malas para la ansiedad. Por ejemplo, qué bacterias pueden activar el GABA [ácido gamma-aminobutírico, un neurotransmisor] para ayudar a la ansiedad, cuáles pueden afectar a la serotonina para ayudar con la depresión, y si el trasplante de microbiota fecal será una respuesta para la depresión y la ansiedad", dijo Neil Paulvin, experto en medicina regenerativa, a Medical News.

Cambiar la dieta para mejorar el estado de ánimo

Algo que fácilmente se olvida cuando se emprende una dieta es cómo los alimentos inciden en nuestro estado de ánimo. Esto es algo que recuerdan movimientos como Mood Food o libros como La dieta de la felicidad (coescrito por un psiquiatra, el profesor de la Universidad de Columbia Drew Ramsey).

Ramsey recomienda no comer nada que proceda de un paquete, algo que puede ser complicado para el estilo de vida que muchos tenemos. Aquí te presentamos algunos alimentos no empaquetados que casan con el buen humor:

<b>Papas fritas</b>. Cualquier producto frito de comida rápida como las papas o los Nuggets de pollo probablemente han sido cocinados en aceites parcialmente hidrogenados (salvo que te digan lo contrario). De todos modos, aunque no sea el caso, los fritos no son la mejor opción para mantener la cintura.
Las grasas trans, que se obtienen a partir de la hidrogenación parcial de los aceites vegetales –un procedimiento para alargar la vida útil y dar más consistencia a las grasas de alimentos procesados– no sólo son nefastos para el corazón. También podrían serlo para el cerebro, según estudios que 
<b><a href="http://journals.plos.org/plosone/article?id=10.1371/journal.pone.0032175">relacionan su consumo con mayores niveles de agresión</a></b>.
<b>Palomitas</b>. Las cotufas, crispetas o pipocas en sí mismas son un snack saludable. Pero cuando vas al cine y las consumes con un aderezo se convierten en una bomba de grasas trans. El olor característico de los centros comerciales puede servirte de advertencia.
<b>Margarina</b>. Cuanto más sólida es la margarina, más grasas trans contiene. Algunas marcas anuncian “0 gramos” de trans fat, pero si la etiqueta lista aceites parcialmente hidrogenados, esas pequeñas cantidades van sumando. Lo mejor: un chorrito de aceite de oliva en la tostada.
<b>Helado y tarta. </b>Esta combinación favorita de postre con frecuencia es una bomba y no solo calórica. Algunas marcas, como Häagen Dazs, aportan de 0.5 gramos a un gramo en cada porción de helado en determinados sabores. En cuanto a las tartas, los productos horneados de este tipo a menudo contienen grasas trans. Las principales cadenas de comida rápida han eliminado los aceites parialmente hidrogenados de sus tartas de manzana, pero muchas marcas del supermercado continúan incluyéndolos.
<b>Donas o donuts. </b>Sentimos comunicarlo pero las donas, y en especial las recubiertas como los de la fotografía, son otro de los alimentos a evitar. Las grasas trans se usan con frecuencia porque son baratas y aumentan la duración y la estabilidad del sabor de los alimentos que los contienen.
<b>Crema para el café. </b>El medio gramo de trans fat que contienen estas cremas puede multiplicarse peligrosamente, ya que muchos consumidores lo usan para los varios cafés que beben al día. He aquí grasas trans verdaderamente escondidas.
<b>Cenas para el microondas (frozen dinners).</b> Las 
<a href="https://www.univision.com/noticias/nutricion/alimentos-congelados-cuales-si-y-cuales-no">comidas procesadas congeladas</a> suelen contener grasas trans no solo para conseguir que los alimentos no pierdan su textura, sino también para darles un toque más jugoso.
<b>Pizzas congeladas</b>. Las grasas trans se esconden en la masa de muchas pizzas congeladas. Las grasas trans, que bajan el colesterol "bueno" y elevan el malo, permiten un periodo de conservación más largo.
<b>Galletas.</b> Un grupo sin ánimo de lucro de California demandó en 2003 al gigante alimentario Kraft Foods (fabricante de las galletas Oreo, por ejemplo) por su uso de grasas trans. Aunque la demanda fue desestimada, Kraft eliminóen 2006 las grasas trans de sus famosas galletas Oreo. Muchas otras marcas, no obstante, incluyen este ingrediente en sus productos. Por eso es fundamental leer bien etiquetado.
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Papas fritas. Cualquier producto frito de comida rápida como las papas o los Nuggets de pollo probablemente han sido cocinados en aceites parcialmente hidrogenados (salvo que te digan lo contrario). De todos modos, aunque no sea el caso, los fritos no son la mejor opción para mantener la cintura.
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