El Congreso mexicano ratifica el proyecto de ley que otorga al Ejército funciones policiales

Organismos como la ONU, expertos y ciudadanos han advertido de los riesgos de dar más facultades a las fuerzas armadas, las cuales han sido señaladas por cometer ejecuciones extrajudiciales, secuestros y violaciones a derechos humanos.

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Por:
Sergio Rincón.
La cudadanía mexicana se ha manifestado en las calles y en redes sociales en contra de este proyecto de ley.
La cudadanía mexicana se ha manifestado en las calles y en redes sociales en contra de este proyecto de ley.
Imagen Yuri Cortez/AFP/Getty Images

CIUDAD DE MÉXICO, México.- México está a un paso de que se apruebe el proyecto de la Ley de Seguridad Interior, la cual contempla que el Ejército pueda asumir las funciones de la policía, algo que ha sido criticado por las organizaciones y los ciudadanos que temen un aumento de las violaciones de derechos humanos.

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El dictamen fue aprobado por el Senado la madrugada de este viernes y horas más tarde fue ratificado por el Congreso. Ahora este proyecto de ley pasará al presidente Enrique Peña Nieto para que lo revise, sugiera cambios o lo promulgue.

Algunos senadores y diputados opositores ya han advertido que promoverán una acción de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia para tirar la ley en caso de que sea decretada por Peña Nieto.


El proyecto contempla que los soldados podrán estar en las calles de todo el país y realizar “acciones de seguridad interior”, como identificar, prevenir y contener riesgos y amenazas.

En ese contexto, los militares no se subordinarán a las policías locales, sino que actuarán de forma independiente en esas labores y sus acciones podrán ser confidenciales. Por esa razón la ley fue criticada por el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).

La legislación también permite al Ejército el uso de la fuerza, inclusive “para controlar, repeler o neutralizar actos de resistencia”.

El control del Ejército

"Hay un riesgo, porque existe la posibilidad de militarizar al país", dijo el senador Benjamín Robles, quien pidió a sus compañeros ir en contra del dictamen al recordar que "pone en riesgo los derechos humanos".

La senadora del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) Cristina Díaz aseguró que es una "mentira" que se quiera militarizar a México, pues la ley contempla dar un marco normativo a las operaciones del Ejército.

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Pero la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), la oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) hicieron un llamado urgente al Estado mexicano y al Senado para frenar la ley.

Los organismos pidieron que se “abra un diálogo nacional sobre el modelo de seguridad en México bajo un esquema que, sin inhibir la actuación legítima del Estado, preserve y garantice los derechos fundamentales de las personas”.

“El proyecto de ley carece de mecanismos sólidos de control que garanticen que las operaciones se lleven a cabo con pleno respeto de los derechos humanos”, refirió la ONU en un comunicado.

Anteriormente la CNDH dijo que como está planteada esta ley favorece “el uso discrecional” del Ejército, pues permitiría que los soldados investiguen delitos, realicen acciones preventivas, tengan acceso a información de la ciudadanía, entre otras facultades que no están claras.

El 5 de diciembre el Senado inició la discusión de dicho proyecto de ley. En este lapso gobernadores, alcaldes y otros actores gubernamentales dieron el visto bueno. Sin embargo, la ciudadanía comenzó a protestar en las calles y en redes sociales, exigiendo una “seguridad sin guerra”, pues consideran que debe haber mejores policías y no militares en las calles.

Las tropas en la calle

Desde que en 2006 inició la llamada 'guerra contra el narcotráfico' en México, las fuerzas armadas salieron de los cuarteles, pues su mandato constitucional les obliga a mantener la seguridad nacional. También han realizado acciones policiales en localidades controladas por el crimen organizado. A pesar de estas acciones, la violencia en México no ha disminuido: en octubre pasado se registraron cuatro asesinatos por hora.

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En la cruzada contra el crimen, algunos funcionarios del Ejército y de la Marina han sido arrestados por presuntamente haber participado en ejecuciones extrajudiciales, desapariciones, secuestro y violaciones a los derechos humanos, según refiere la Procuraduría General.

Durante dos años el proyecto de la Ley de Seguridad Interior impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto permaneció congelado. Sin embargo, el mandatario mexicano ha estado pidiendo a diputados y a senadores su aprobación "urgente".

En diciembre de 2016 el secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, pidió a los diputados legislar para que los soldados pudieran volver a los cuarteles para atender las labores que constitucionalmente les corresponden, pues “no estudiamos para perseguir delincuentes”.

“Nuestros soldados ya la están pensando si le entran a seguir enfrentando a estos grupos con el riesgo de ser procesados por delitos que tengan que ver con derechos humanos o a lo mejor les conviene más que los procesemos por no obedecer”, advirtió Cienfuegos.

El sitio donde fueron hallados los cuerpos sin vida de tres personas dentro de unas bolsas y con signos de tortura, en el estado de Guerrero. En los primeros tres meses de 2017 se registraron un total de 5,775 asesinatos, una cantidad superior a la de cualquier otro año en este mismo periodo en las últimas dos décadas.
Con el presidente Enrique Peña Nieto el combate al crimen organizado se centró en la capura de líderes de los cárteles del narcotráfico, y en cuatro años ha logrado la detención de más de 100 de los 128 "objetivos prioritarios", a pesar de ello la ola de violencia impera en todo el país.
De 2012 a 2016 se registraron 63,816 homicidios en todo México.
En 2016 las autoridades mexicanas reportaron la presencia de nueve cárteles del narcotráfico y 37 células delictivas.
Para combatir al crimen organizado, el presidente Enrique Peña Nieto movilizó a 52,000 militares y 16,000 marinos en 2016. Muchos de los efectivos perdieron la vida en combate.
La lucha contra el crimen organizado ha dejado más de 28,000 desaparecidos.
Ante la falta de líderes, quienes han sido capturados o murieron, los cárteles en México se atomizaron. Ahora el gobierno mexicano lucha no contra grandes organizaciones, sino contra pequeños grupos que disputan fracciones de lo que algún día fueron territorios controlados por el narcotráfico.
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El sitio donde fueron hallados los cuerpos sin vida de tres personas dentro de unas bolsas y con signos de tortura, en el estado de Guerrero. En los primeros tres meses de 2017 se registraron un total de 5,775 asesinatos, una cantidad superior a la de cualquier otro año en este mismo periodo en las últimas dos décadas.
Imagen Efe / Quadratín
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