El pan de Subway no se puede considerar pan, dice Corte Suprema de Irlanda

La cantidad de azúcar que contiene el pan utilizado por la compañía de comida rápida es cinco veces superior a la que la ley del país establece para ser considerado como un alimento básico.

Por:
Univision

La Corte Suprema de Irlanda emitió una sentencia el pasado martes en la que dictaminó que el pan utilizado por Subway, la cadena estadounidense que vende sándwiches en más de 110 países, no se puede considerar como pan debido al alto grado de azúcar que contiene.

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Esta determinación se da luego de que Booksfinders Ltd -la franquicia de Subway en aquel país- había apelado para que el pan utilizado en sus sándwiches debería considerarse como alimento básico, por lo que tendría que estar exento de pagar el IVA, de acuerdo con The Guardian.

Sin embargo, la Ley del Impuesto al Valor Agregado de Irlanda que data de 1972 establece que la cantidad de azúcar en el pan, que forma parte de los alimentos básicos con el té, café, cacao, leche y preparaciones o extractos de carne o huevos, “no debe exceder el 2% del peso de la harina incluida en la masa”.


La Corte Suprema estableció que el pan de Subway tiene cinco veces más azúcar, es decir el 10% del peso de la harina incluida en la masa.

La clara intención de la definición detallada de "pan" en la ley era distinguir entre el pan como alimento "básico" y otros productos horneados hechos con masa, precisó el juez Donal O'Donnell, explicó el diario irlandés Independent.

La apelación de Bookfinders surgió de una decisión de 2006 de los Comisionados de Ingresos que le negaba un reembolso por los pagos del IVA realizados entre principios de 2004 y finales de 2005. La compañía reclamó este dinero alegando que estaba sujeto al impuesto a una tasa compuesta del 9,2% cuando, argumentaban, la tasa debería haber sido del 0% por considerarse un alimento básico.

El tema de la clasificación de algunos alimentos ha sido una preocupación constante en diversos sectores de la sociedad irlandesa. En 2014, Subway comenzó la retirada de su agente blanqueador de la harina azodicarbonamida en sus productos horneados tras una petición online para que lo eliminara.

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Subway mostró su inconformidad respecto al falló de la Corte, al aclarar en un comunicado que han orneado pan fresco en sus restaurantes “durante más de tres décadas y nuestros clientes regresan todos los días para comer sándwiches hechos con pan que huele tan bien como sabe”, de acuerdo con AP.

Sin embargo, esta no es la primera vez que Irlanda tiene problemas respecto a la definición de algunos alimentos, sobre todo pensando en recaudar impuestos.

En 1991, un Tribunal se enfocó en la controversia respecto a los pasteles Jaffa, unos bocadillos dulces que, de acuerdo con los parámetros legales estipulados en aquel momento, se encontraban en “la frontera entre pasteles y galletas”.

Tras varias audiencias, al final dicho tribunal terminó por aceptar que los pasteles de jaffa tenían "suficientes características de pasteles para ser aceptados como tales" y, por lo tanto, estaban exentos de pagar el IVA, contó The Guardian.

Sobre los sutiles y delgados matices de estas denominaciones también se efectuó una polémica el pasado febrero cuando un destacado asesor del tribunal más alto de la Unión Europea precisó que las tasas del IVA de productos alimenticios no podían aplicarse a las píldoras estimulantes de la libido que comercializaba una sex shop en Holanda, porque no servían “para proporcionar nutrientes al cuerpo”.

En Estados Unidos existen también controversias al respecto, como al hablar de lo que se considera un sándwich y las múltiples definiciones de este producto en las jurisdicciones de todo el país, sobre todo para fines fiscales.

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Por ejemplo, en Nueva York existe una categoría fiscal especial para los sándwiches, por lo que la definición que el estado le ha dado a este producto también incluyó a los hot dogs y burritos, aunque el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) no los ponga en esa categoría.

En 2006, una disputa contractual en Massachisetts sobre si los burritos de Qdoba Mexican Grill calificaban como sándwiches terminó en juicio. Tras escuchar varios argumentos, el juez del Tribunal Superior, Jeffrey Locke, dictaminó que los burritos no son sándwiches, de acuerdo con NPR.

Sin embargo, la definición de cada alimento -al pensar en la recaudación de impuestos- varia en cada estado.

<b>La vida en los campos de Florida -</b> Algunos campos de vegetales de Homestead, una ciudad con una gran producción agrícola del sur de Florida, redujeron su ritmo en medio de la pandemia pero lograron seguir llevando alimentos a los supermercados y hogares del Estados Unidos. Ese fue el caso de estos surcos de ocra donde un trabajador cosecha casi cubierto de pies a cabeza, en parte para evitar contagiarse con el coronavirus.
<b>Vegetales que van al norte -</b> Este es uno de los campos de ocra de Sifuentes Farms, donde la producción se redujo cerca de un 60% cuando sus principales compradores en Nueva York cerraron sus negocios al arreciar la pandemia a mediados de marzo.
<b>Decenas de cajas repletas perdidas -</b> La ocra es un vegetal con una textura parecida al nopal consumido ampliamente en México. Debe ser recolectado de la plata cuando alcanza apenas unos tres centímetros o, de lo contrario, puede crecer demasiado y ser rechazado en los puntos de compra. Muchas de estas cajas como las de la imagen se perdieron cuando la crisis secó la demanda casi por completo.
<b>La esencial mano de obra migrante -</b> Los trabajadores de estos campos de ocra son casi en su mayoría inmigrantes indocumentados que han seguido trabajando a pesar de temer contagiarse porque no recibieron ayuda del paquete de estímulo económico aprobado en el Congreso a fines de marzo y deben mantener en la medida de lo posible sus fuentes de sustento. Trabajan cubiertos con bolsas de plástico y con mascarillas ya sea para evitar un contagio como la picazón que pueden producir los arbustos de ocra con el constante roce.
<b>De recolector a dueño de cientos de acres -</b> Pedro Sifuentes llegó a Estados Unidos en 1999 desde su natal México. "Como cualquier inmigrante que llega, me acuerdo que en ese tiempo no conocía a nadie en la región. Me tocó vivir en un parque por una semana hasta conseguir trabajo, fui trabajador en el campo, siempre busqué el campo porque en México desde muy pequeños nos dedicamos a trabajar en el campo", contó a Univision Noticias. Pedro cultiva ahora unos 1,400 acres de ocra y otros cultivos como la calabaza.
<b>"También somos unos héroes" -</b> Blanca Rivas es una migrante de Guatemala que lleva 14 años en los campos de Homestead. En este de Sifuentes Farms supervisa todos los días desde bien temprano en la mañana las labores de recolección de unos 55 trabajadores. "Nosotros también somos unos héroes, somos unos héroes porque a pesar del miedo y la pandemia estamos aquí. No hemos fallado ni un día, estamos aquí levantando vegetales, recogiendo las cosechas para que cualquier persona tenga un plato de comida en su casa, estamos aquí sin saber qué pasa mañana", dijo a Univision Noticias.
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<b>"Tengo miedo, pero tengo que trabajar" -</b> Teresita es una migrante indocumentada de México que ha seguido trabajado sin tregua en los campos de ocra. "Aunque tengo miedo, tengo que trabajar. Porque si voy a estar en la casa nadie nos va a mantener. Nosotros necesitamos dinero para pagar la renta... todo", relató haciendo un alto en uno de los surcos que cosecha día tras día junto con su esposo.
<b>Una contingencia inédita -</b> La crisis llevará a que los agricultores de Florida pierdan unos $522 millones de dólares este año, estima el gobierno estatal. Para algunos agricultores como Pedro Sifuentes la meta es sobrevivir a la crisis lo mejor que se pueda hasta que haya una vacuna o un tratamiento contra la enfermedad.
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<b>"Los indocumentados somos los que andamos agachados" -</b> En un recorrido realizado por Univision Noticias por los campos de Homestead, los trabajadores contaron lo sacrificado que es su trabajo. 'Piscan' o recogen los cultivos con lluvia o con un sol abrasador. "Nosotros los indocumentados somos los que andamos así agachados, a veces uno cuando llega a la casa ni puede ir al baño por el dolor de espalda. Y al otro día volvemos a los mismo", relató Sofía Santiago, una de las trabajadoras de la ocra.
<b>'Piscando' bajo lluvia, sol y sereno -</b> Los arbustos de ocra son cosechados desde que están casi pegados al suelo. A medida que crecen se facilita 'piscar' los pequeños vegetales que salen de una flor amarillo brillante.
<b>En busca de ocras para cosechar -</b> Un trabajador separa las hojas en busca de la ocra. Luego la va acumulando en la cubeta que lleva sobre su espalda.
<b>Un día que arranca muy temprano - </b>La jornada arranca desde las 3:00 de la mañana aproximadamente. Para poder ver dónde está la ocra, los trabajadores llevan en sus frentes un bombillo.
<b>Una zona rica en cultivos -</b> Una trabajadora 'pisca' berenjena en un campo en Homestead. Allí se plantan cultivos tan diversos –desde ocra y berenjena hasta calabaza y 
<i>lychee</i>– que los productores suelen requerir mano de obra casi todo el año.
<b>El golpe de la crisis en un campo de berenjena -</b> Francisco Maldonado, un mexicano que migró en 1985, es el encargado de este campo donde se cultivan berenjenas. Con la crisis, Francisco también perdió temporalmente clientes en Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, sus principales mercados. "Cuando eso cerró por allá arriba, las empacadoras aquí tuvieron que cerrar y no podían recibir productos. Entonces nosotros teníamos que siempre mantener cierta cantidad de parcelas para cortar diariamente. Y al no poderlas cortar, tuvimos que cancelar todo", explicó.
<b>"Uno tiene que pensar en ellos" -</b> Pero en su campo, los trabajadores tuvieron al menos una labor que hacer durante los peores días de la pandemia. "Todas las semanas, la gente nunca dejó de trabajar, siempre recibieron su cheque por lo menos al 80%", aseguró. "Son personas que necesitan llevar su cheque a su casa cada semana porque tienen gastos. Algunos de ellos no tienen documentos y no tienen dónde pedir ayuda. Uno tiene que tratar de pensar en ellos", agregó a Univision Noticias.
<b>"Todos somos iguales" -</b> Melda Velázquez es una migrante guatemalteca que perdió su trabajo recogiendo guayabas. Tiene 10 hijos y le angustia no conseguir otro empleo que le ayude a pagar sus gastos básicos, como la electricidad y el arriendo. El gobierno "ayudó a toda la gente que dicen que tienen documentos de aquí y a nosotros no nos quisieron ayudar porque somos inmigrantes. Pero todos somos iguales, el que no tengamos papeles (no debería importar) (...) Tenemos nuestros hijos de aquí, ellos son nacidos aquí y ellos tienen derecho a la ayuda", lamentó.
<b>"Mira a tu alrededor para que veas quiénes están trabajando" -</b> Claudia González es organizadora de la Asociación Campesinade Florida, que ha estado recopilando y entregando ayuda a los trabajadores del campo. "Antes nos decían ilegales y ahora somos esenciales. Con esto, ¿quiénes son los que están trabajando? Solo mira a tu alrededor para que veas quiénes son los que están trabajando", afirmó.
<b>"Nos sentimos defraudados" -</b> Blanca Marín también fue otra de las trabajadoras que perdió su trabajo en un vivero de Homestead. Pero esta guatemalteca que lleva cinco años en Estados Unidos no se amilanó y comenzó a coser mascarillas, lo que ahora se ha convertido en una microempresa que le ayuda a sufragar los gastos de su casa. Triste por no recibir la ayuda federal por la crisis a pesar de que paga impuestos con un número de identificación personal conocido como ITIN, contó que "tenía una máquina que me regaló una amiga. Entonces la tenía ahí empolvada, digo 'yo voy a hacer mascarillas, necesito un molde'. Saco un molde del internet, lo recortamos y empiezo con la tela que yo tenía ahí guardada...".
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La vida en los campos de Florida - Algunos campos de vegetales de Homestead, una ciudad con una gran producción agrícola del sur de Florida, redujeron su ritmo en medio de la pandemia pero lograron seguir llevando alimentos a los supermercados y hogares del Estados Unidos. Ese fue el caso de estos surcos de ocra donde un trabajador cosecha casi cubierto de pies a cabeza, en parte para evitar contagiarse con el coronavirus.
Imagen Mauricio Rodríguez Pons/Univision Noticias
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