El atacante del salón de baile en Monterey Park no conocía a las víctimas

El hombre de 72 años que disparó en un salón de baile en Monterey Park, al sur de California, y mató a 11 personas, no tenía ninguna conexión conocida con las víctimas y el motivo del ataque aún es desconocido, afirmó este miércoles el sheriff del condado de Los Ángeles, Robert Luna, en una conferencia de prensa.

Antes del tiroteo del sábado por la noche, el sospechoso identificado como Huu Can Tran aparcó una motocicleta a una manzana del salón de baile, que los investigadores creen que había planeado utilizar como vehículo de apoyo para la huida, mencionó Luna. La motocicleta ha sido asegurada.

Tran abrió fuego contra una multitud de bailarines, en su mayoría mayores de 50 años, en el Star Ballroom Dance Studio, matando a 11 personas e hiriendo a nueve, según la policía.

La matanza, durante lo que deberían haber sido unas alegres celebraciones del Año Nuevo Lunar, sembró el pánico en las comunidades asiático estadounidenses, que ya se enfrentaban a un aumento del odio y la violencia contra ellas.

Según algunos informes, Tran frecuentaba el salón de baile y se hacía pasar por instructor, pero Luna dijo que no había estado allí desde hacía al menos cinco años y que no parecía tener como objetivo específico a las víctimas.

"Hasta ahora no hemos podido establecer una conexión entre el sospechoso y ninguna de las víctimas", aseveró Luna.

Al menos 42 balas disparadas

Luna dijo que no estaba claro cuánto tiempo llevaba Tran planeando el ataque en la ciudad, a unas 8 millas (12.8 kilómetros) del centro de Los Ángeles, ni qué le impulsó a disparar al menos 42 balas, tomándose tiempo para recargar su arma, una variante de la ametralladora semiautomática MAC-10 con un cargador de 30 balas. La pistola y el cargador de alta capacidad son ilegales en California.

Los detectives han registrado montones de objetos y papeles incautados en la casa de Tran y en una furgoneta que utilizó para huir, dijo el sheriff, en búsqueda del motivo de la agresión.

"No tiene sentido", comentó Luna. "Realmente no lo tiene".

Unos 20 minutos después de la matanza en Monterey Park, Tran entró en otra sala de baile a 3.5 millas (unos 5.6 kilómetros) de distancia, en Alhambra, donde un empleado se enfrentó a él y lo desarmó durante un breve forcejeo. Posteriormente, al verse rodeado por las fuerzas de seguridad Tran se pegó un tiro en la furgoneta donde se encontró su cadáver el domingo por la mañana.

Tran, de ascendencia vietnamita y residente en Hong Kong, llevaba siete u ocho años en Estados Unidos. Compró la pistola ametralladora en Monterey Park en 1999, pero no estaba registrada en California, según el sheriff.

También se encontró un rifle de cerrojo en su casa de Hemet, a 70 millas (unos 112 kilómetros) de Monterey Park. Su único antecedente penal conocido era una detención en 1990 por tenencia ilícita de un arma de fuego, pero al parecer no fue condenado.

Policía de Monterey Park se defiende de las críticas

El jefe de policía de Monterey Park, Scott Wiese, defendió el miércoles su decisión de no advertir al público durante horas de que un asesino andaba suelto, diciendo que no tenía suficiente información en ese momento para alertar eficazmente a los residentes.

Wiese dijo que la policía de la región fue alertada, pero que no tenía sentido enviar una advertencia por la noche a los residentes en la ciudad predominantemente asiático-estadounidense, incluso después de saber que el sospechoso podría haber apuntado a un club de baile cercano después de la masacre.

"No voy a enviar a mis agentes puerta por puerta despertando a la gente y diciéndoles que estamos buscando a un hombre asiático en Monterey Park", dijo Wiese a la agencia AP. "No nos va a servir de nada".

El tiroteo ocurrido a las 22:22 horas del sábado se produjo apenas una hora después de que decenas de miles de personas asistieran a las festividades del Año Nuevo Lunar en la ciudad. El público no fue notificado del tiroteo masivo durante cinco horas, lo que suscitó dudas sobre por qué no se envió una alerta a la gente de la zona.

Wiese, que prestó juramento como jefe dos días antes del tiroteo, dijo que la policía estaba recabando información de unos 40 testigos, entre ellos muchos que no hablaban inglés, y no quería difundir información incorrecta. Dijo que notificar a otras agencias locales, estatales y federales les dio la capacidad de hacer correr la voz.